Artículo de Antonio Barreda
Mucho se está escribiendo sobre el primer presupuesto del
llamado trifachito andaluz por los medios ahora adictos al nuevo régimen, en
busca permanente del maná de la publicidad institucional, y que nos comunican,
sin anestesiar, un presupuesto que no es sino la continuidad del Susanato en
Andalucía. Lo poco que cambia es para favorecer a un estrecho tramo de la
población que verá incrementar su renta a base de pagar menos impuestos y ser menos
solidarios con Andalucía. De esto nadie ha contado ni contará nada, de los
grandes beneficiados de la bajada del IRPF y del impuesto de sucesiones.
Causa hilaridad escuchar a la bancada del PSOE decir que
los nuevos han heredado una administración saneada. Y más hilaridad causa escuchar
al vicepresidente Marín criticar al gobierno anterior en cada cita con la prensa.
Un gobierno que él sostuvo y del que era socio en el Parlamento andaluz. Un
gobierno que aprobó los presupuestos del gobierno anterior con el voto de su
partido, convirtiéndolo así en cómplice de todas y cada una de las políticas erráticas
que realizó el gobierno de Susana Díaz. Marín ha mirado para otro lado cuando
aprobaba esos presupuestos mientras los andaluces sufrían las políticas del
PSOE en Andalucía.
Cada vez que había un paciente en un pasillo esperando
cama Marín era cómplice de ello. Cada vez que se alargaban más las listas de
espera Marín era cómplice de ello. Cada vez que a los andaluces se les
entregaban los medicamentos de las subastas de fármacos Marín era cómplice de ello.
Cada vez que un niño andaluz seguía dando clases en una caracola Marín era cómplice
de ello. Cada vez que faltaban profesores en un IES de Andalucía, Marín era cómplice
de ello. Cada vez que el AMPA se quejaba de los platos que se servían en el
comedor de los colegios Marín era cómplice de ello….
El último pleno donde el Nocillato hacía gala de aceptar
enmiendas a los presupuestos de la oposición, el Susanato hundía sus pies en el
barro inconsistente de todos los problemas que se han generado durante los últimos
36 años en Andalucía. Y que este gobierno sigue sin solucionar porque es parte
de la propia herencia que ha dejado el PSOE en Andalucía. El arenismo del PP en
el gobierno regional es heredero de la oposición al PSOE. Y este gobierno está
empapado de un arenismo que solo servía para opositar al PSOE. Solo se mueven
bien en el terreno de la crítica a lo anterior, pero se olvidan de que están
gobernando, que tienen una responsabilidad con todos y cada uno de los
andaluces.
Y esto es lo que vemos en los presupuestos aprobados esta
pasada semana en el parlamento andaluz. Continuidad absoluta de las políticas del
PSOE en Andalucía. El aldabonazo de aviso fue cuando dejaron a todos los PLD
que puso a dedo el PSOE en la Junta de Andalucía, más de cinco mil como reconoció
una vez Chaves. Luego apuntaló la administración paralela vía presupuestos, esa
de la que tanto se quejaron cuando estaban en la oposición y de la que incluso ahora
han creado una comisión para los fafitos. Una gigantesca mentira construida por
el actual gobierno.
Leía hace poco al columnista Antonio Burgos de ABC
escribir que este gobierno del PP no sabía vender sus cosas, como la reducción
de la administración paralela con el cierre de los chiringuitos. Le diré a D. Antonio
que los chiringuitos que cierran solo son edificios, que el personal de esos
chiringuitos sigue trabajando en la Junta de Andalucía a través de la
administración paralela. Por la Ley de Presupuestos de la Junta de Andalucía
para 2019 nos enteramos de que el número real de trabajadores de la
administración paralela son 28.318 contratados laborales, 3.718 personas más
que el año anterior.
Fíjese D. Antonio lo que decía el punto 18 del acuerdo de
presupuesto del PP, Cs y VOX: Dentro de las alternativas para la
optimización del personal laboral actualmente asignado a las Agencias Públicas
Empresariales cabe explorar, para parte del mismo, las posibilidades de
integrar sus habilidades profesionales para agilizar la tramitación de los
procedimientos administrativos desarrollados en las diferentes Consejerías.
Con lo que se está blanqueando a esta administración paralela.
Hasta Vox se asustó cuando le acusaron desde el PSOE de
despedir a 9.000 de esos trabajadores en el parlamento. Y en un reculeo, impropio
de los bemoles de los que hacen gala tener, contestó que en ningún caso se
ha hablado ni de despidos ni de trabajadores ni de condiciones de trabajo, sino
que lo que se hace es simplemente sentar las bases para que se produzca ese
cambio de estructura. Que todo lo que se haga se hará respetando la ley y los
derechos que puedan tener adquiridos los trabajadores. No se trata de amortizar
y eliminar puestos de trabajo sin más. Ese no es el objetivo de las propuestas
que ha hecho Vox en los presupuestos ni creemos que sea el objetivo del
Gobierno
Y más aun, D. Antonio, tome nota de lo que dijo el propio
consejero de Hacienda en rueda de prensa posterior al acuerdo de presupuestos
entre PP, CS y Vox, cuando aseguró que actualmente el Servicio Andaluz de
Empleo tiene a 2.000 empleados sin unas competencias claras. Todo este
personal sin tareas definidas cuesta a las arcas públicas entre 80 y 100
millones de euros. La intención de Gobierno andaluz es hacer una norma para
poder mover a esos empleados y llevarlos a áreas donde son necesarios ante la
falta de personal.
El consejero explicaba que esto significaba poner a
2.000 empleados a trabajar con todas las competencias, ya sea mediante la
convocatoria de procedimientos de consolidación de su empleo o unas oposiciones
en las que se reconozca la antigüedad. Estos señores están trabajando para
la Junta de Andalucía y no pueden llevar más tiempo con competencias
indeterminadas, y añadió que la propia Intervención de la Junta le advirtió
al Gobierno de que la situación de los entes instrumentales no puede seguir
así.
Qué bueno y qué zasca!
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