Artículo de Antonio Barreda
La
llegada del tripartito al Parlamento de Andalucía trae claroscuros a
la política andaluza, sobre todo un embarrancamiento de la Junta de
Andalucía hacia la derecha que es innegable a estas alturas desde el
nuevo gobierno andaluz. Ese giro inesperado viene dado sobre todo por
la premisa de menos estado y más sociedad, que es una de las máximas
del liberalismo. Y no se nos olvide que era el lema de estado de
George Bush hijo. La política andaluza entra en fase de piloto
automático primero por no esperar nadie que los números dieran un
cambio de gobierno, segundo por tener que pactar todas y cada una de
las leyes con VOX, que es quien tiene de verdad la llave de este
gobierno, y tercero porque se va a ver que todo lo que prometieron en
campaña era una gigantesca mentira.
Un
dato para destacar es el nulo peso político que tiene la provincia
de Sevilla en este gobierno del tripartito que será por la guerra
interna arrastrada por los sorayistas (arenistas recalcitrantes)
frente a los casadistas. Resulta increíble que los que ganaron el
congreso nacional del PP en Madrid estén relegados hoy en Andalucía
a la tercera o cuarta fila. Y hay que reseñar el ascenso de los
hombres y mujeres de Javier Arenas, el gran perdedor del congreso del
PP, que sale a flote como si de un eterno corcho se tratara. Sus
huestes han pasado de estar totalmente defenestradas a ser consejeros
de la Junta de Andalucía. Lo de Cs se merece un capítulo aparte.
Pocos
conocen a Moreno Bonilla y su entorno. Como aterrizó en Andalucía
siendo un completo desconocido empezó una campaña de imagen que
empezaba con “el nieto del jornalero” y que terminaba con el ya
icónico “llamadme Juanma”. Casado con la granadina Manuela
Villena López, licenciada en Ciencias Políticas y premio nacional
fin de carrera por sus notas (BOE 8 de julio de 2005), le gana por
curriculum a Moreno Bonilla por goleada. Abandonó
su “empleo”
en el Ayuntamiento
de Madrid para emigrar a Sevilla cuando su marido fue elegido “a
dedo” presidente del PP
andaluz en 2014.
En
el BOAM (Boletín Oficial) del Ayuntamiento de Madrid de 24 de enero
de 2012 fue nombrada por el PP de Madrid Gerente del Distrito de
Barajas (su marido ya ocupaba un cargo en el Ministerio de Sanidad).
Luego en el BOAM de 24 de septiembre de 2014 nos encontramos con el
cese de Manuela Villena López como Gerente del Distrito de Barajas
para bajar con su marido a Sevilla. Hoy, se puede comprobar en su
propio Twitter, ocupa el puesto de “Relaciones
Institucionales”
de la empresa Bidafarma,
empresa en la que están
integradas 8 cooperativas farmacéuticas.
A
Bonilla la vida de nini de partido le ha sonreído desde su más
tierna juventud. De Secretario de Estado del Ministerio de Sanidad de
la dimitida Ana Mato, la mayor pieza política cobrada del conocido
caso Gürtel, saltó “a dedo” a la presidencia del Partido
Popular de Andalucía. Pero antes había tenido una existencia
plácida con nómina de cargos políticos del partido. En su
currículum, de cuando ostentaba la Secretaría de Estado, se
indicaba que ha sido concejal delegado de Juventud y Deporte del
Ayuntamiento de Málaga, Diputado del Parlamento Andaluz en la V
Legislatura, y Diputado al Congreso en las VII, VIII, IX y X
Legislaturas. Había sido, antes de ser Secretario de Estado,
coordinador nacional de Política Autonómica Local del Partido
Popular. En 2011 renunció a su acta parlamentaria para ocupar toda
una Secretaría de Estado.
Pero
faltan datos de su carrera política. Así, la hemeroteca de ABC nos
lo aclaraba en 2014. Dice así: “Cuando
Juan Manuel Moreno Bonilla asistió hace 25 años a un mitin de José
María Aznar en la plaza de toros de Málaga no podría ni imaginar
que iba a ser el designado por el presidente del Gobierno, Mariano
Rajoy, para liderar el partido en Andalucía. De aquel mitin solo
salió convencido, a la edad de 19 años, de afiliarse al PP, donde
ha desarrollado una carrera meteórica, en la que ha sido concejal,
diputado andaluz y nacional, presidente de Nuevas Generaciones y, en
esta legislatura, secretario de Estado de Servicios Sociales e
Igualdad”.
“Este
malagueño de 43 años, aunque nacido un 1 de mayo de 1970 en
Barcelona, ha crecido políticamente muy rápido. A los 23 años era
el presidente de Nuevas Generaciones de Málaga. En 1995 decidió
interrumpir sus estudios para concurrir en la lista de las
municipales al Ayuntamiento de Málaga, en una candidatura que
encabezó Celia Villalobos. En el Ayuntamiento solo estuvo dos años,
ya que dejó el cargo en 1997 para sustituir en el Parlamento andaluz
a la actual alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz. A los 26 años
lideró Nueva Generaciones Andalucía y un año después alcanzaba la
presidencia de las juventudes populares en España”.
Bonilla
representa al nini del partido que empieza desde las juventudes y
desde la más tierna infancia a ocupar cargos y sueldos públicos.
Así se construyen las lealtades en este partido. A base de amigos y
de cargos. Depender de un sueldo que te da tu señor a cambio de una
lealtad personal que se te va a exigir siempre. Ese sistema lo
inventó Arenas. Al que muchos llaman “tito” dentro del partido.
Arenas huye de personas que tengan nómina fuera de la política. Es
el gran terror a la independencia política e ideológica. Todos
tienen que venir a beber y a comer al pesebre del partido. La nómina
debe ser del partido. Tiren de cargos del PP y verán el grado de
cumplimiento de esta regla. Todos controlados por los sueldos y los
cargos. Así nadie tiene pensamiento propio ni tendrá ganas de
cometer actos de felonía que nunca serían perdonados.
Pero
antes de llegar a ser el primus
inter pares en
Andalucía la intrahistoria de su llegada a la presidencia tiene un
rato para contarla. Empecemos por la imagen de Zoido y José Luis
Sanz Sanz en el balcón de la Macarena con Cospedal la larga noche
del Jueves Santo en Sevilla que pronosticaba en fin de arenismo en
Andalucía. Se iba creando un poso donde todos los damnificados de
Arenas fueron creciendo y agigantándose.
Tras
las elecciones de 2012, donde el campeón de Olvera sacó aquellos
legendarios 50 diputados en el Parlamento de Andalucía, tuvo lugar
la famosa “espantá” de Arenas. Y también el engaño de su
sucesión. Arenas le contó a Rajoy que Antonio Sanz sería
Presidente del PP andaluz y Elías Bendodo Secretario General. Que ya
estaban elegidos los nuevos príncipes en Andalucía con la
complacencia de los presidentes provinciales. Cospedal, que no se
fiaba del de Olvera, informó a Rajoy que muchos presidentes
provinciales del Sur no querían eso. Que era una maniobra y un
engaño. Y entonces aterrizó Zoido en paracaídas como presidente
regional. Primera victoria de Cospedal.
Luego
vino el “dedazo” de Santamaría en Andalucía. José Luís Sanz –
por la gracia de Cospedal - que tenía medio firmado el contrato de
nuevo Presidente del partido en Andalucía en sustitución de Arenas
fue defenestrado desde Madrid. Los enemigos dentro del partido de
Arenas, los zoidianos, fueron despojados de los cargos y los títulos
por la gracia de un Rajoy que eligió a un desconocido para dirigir
el PP en Andalucía, a un tal Moreno Bonilla, que lo primero que hizo
es llamar a los presidentes provinciales para la obligada sumisión
al aparato. Yo soy el elegido y el ungido por el óleo de Madrid, les
dijo a todos en tono solemne. Arenas ganaba y Cospedal fue la gran
derrotada. Pero guardó la memoria de los hechos y apuntó todos los
nombres, al estilo de la vieja libreta de Pepe Caballos para vengarse
en el último congreso nacional de todos ellos. Vidas paralelas que
escribiría Plutarco.
Bonilla
no tuvo margen de maniobra. Arenas le fue imponiendo parte de su
equipo poco a poco, lentamente, como se hacían los caldos en el
antiguo régimen. La areno-dependencia de Bonilla empezaba a ser
preocupante. Y pagó su bisoñez en las urnas. De 50 a 33 diputados.
¡17 menos de una sola tacada! Los andaluces no querían que
gobernara y muchos de sus propios votantes le daban la espalda. Y en
aquel entonces no se fue ya a su casa, que es lo que hubiera hecho un
político de raza. Muchas nóminas dependían del aparato y de las
lealtades, ya que siguió con el sistema Arenas y se rodeó de ninis,
inservibles para la política como él, para construir una
alternativa a Susana Díaz.
Luego
vino el misterio del currículum de Moreno Bonilla, que le supuso más
de un dolor de cabeza, ya que incluía titulaciones que no existían,
a la luz de las diferentes biografías que ha ido presentando en la
Cámara Baja en las distintas legislaturas en las que ha ostentado el
cargo de diputado, por las circunscripciones de Cantabria (2000-2004)
y de Málaga (2004-2008 y 2008-2011). Un misterio del que aun no se
han dado todas las explicaciones pertinentes. Hay lagunas que los
ciudadanos tenemos derecho a saber.
El
diario El País nos lo aclaraba de la siguiente forma: en 2004 pasó
de licenciado a tener estudios en la misma materia y en 2008 figuró
como máster en ADE y un Programa para el Liderazgo. Fuentes del
candidato atribuyeron tanta biografía de ida y vuelta a un “error”
y a que no se actualizó convenientemente la información. Después
de tantas variaciones en su información académica, que desató una
intensa polémica en las redes sociales, el currículo definitivo sin
adornos de Moreno Bonilla queda como sigue: es grado (licenciado) en
Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José
Cela, que obtuvo en julio de 2012. Es máster en Dirección y
Administración de Empresa por EADE. Así se llama el curso, aunque
no es un título oficial universitario.
El
diario ABC abundaba aún más indicando que “en el currículum
consta que Moreno es grado, el equivalente de una antigua
licenciatura, en Protocolo y Organización de Eventos por la
Universidad Camilo José Cela, y Titulado Superior Universitario en
Protocolo y Relaciones Institucionales por la misma Universidad. Este
último título es propio de la Universidad. Fuentes de la Camilo
José Cela confirmaron que, efectivamente, el grado en Protocolo que
se imparte en esta Universidad es una titulación oficial y que está
homologada desde hace dos años con el Plan Bolonia. La segunda
titulación del currículum del popular hace referencia a una
titulación propia de la Camilo José Cela. Desde la Universidad
confirmaron que Moreno ha cursado el grado de Protocolo, esto es, la
carrera de cuatro años, y que la concluyó en el curso 2011-2012”.
Luego,
para justificarse llegó a decir que trabajó “en tiempos mozos”
en una pizzería, en un bar y como comercial unos meses. En una
entrevista de la Cadena Ser reconoció que entró “desde muy joven
en la gestión pública”. “De eso no me avergüenzo para nada
porque siempre he tenido vocación por la política”. O sea, que de
nóminas mileuristas desde joven nanai. Que de no saber lo que es
llegar a final de mes, nanai tampoco. Que de no saber lo que es un o
una jefe/a de la privada o de la pública pues nanai de nanai
también. Siempre con un contrato que le viene por el partido, de
diputado, senador, concejal o de alto cargo.
Con
Moreno Bonilla en la presidencia del PP de Andalucía su partido
empieza la práctica del “buenismo” en la política regional, e
inaugura una nueva forma de política en Andalucía: el arte del no
hacer nada. Y eso lo ha practicado desde las elecciones autonómicas
del año 2012 y lo practica ahora como presidente de la Junta de
Andalucía. El perfil bajo, bajísimo se ha convertido en su seña de
identidad. Así no hay gestión que criticar ni que trabajar. El
Parlamento fue una siesta que duró casi cuatro años en la
oposición. Mucho coche, mucho viaje, mucha foto y poco más.
El
día 2 de diciembre de 2018 fue el día de la lotería de navidad
para la oposición en Andalucía. Nadie esperaba el crecimiento de Cs
de esa manera, ni la llegada de VOX. Por eso pasó desapercibido el
hundimiento del PP en Andalucía, uno de los peores resultados de
toda su historia. De los 50 de Arenas a los 33 de la primera vez de
Bonilla, y ahora baja hasta los 26, por debajo incluso de cómo dejó
el partido Gabino Puche, al que acaban de defenestrar, por cierto.
Bonilla perdió el congreso nacional del PP, perdió luego las
elecciones a la Junta de Andalucía, y como premio preside la misma.
Un misterio comparable a los de la Virgen de Lourdes.
Ahora
se ha convertido en un presidente llorón y quejumbroso que explota
la herencia recibida en vez de afrontar los problemas de los
andaluces. El no hacer nada, el no tocar nada lo lleva a rajatabla en
las consejerías. Si funcionaba con el PSOE ya que ganaba todas las
elecciones autonómicas ¿para qué tocarlo? Convirtiéndose así en
el heredero del régimen andaluz, en el Príncipe de las Mareas de
Málaga, que era, desde el primer momento, a lo que aspiraba.
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