Artículo de Antonio Barreda
Tras más de
treinta y ocho años de gobierno socialista el modelo aplicado a Andalucía está
agotado en todos los campos y nos encontramos ante lo que, en términos
filosóficos, sería un devenir que pide un cambio necesario y lógico por el bien
de la región. La construcción y el mantenimiento del un régimen ha consumido
ingentes cantidades de dinero público que podían haberse usado para dinamizar
la economía de la región y elevar el nivel de vida de los andaluces.
Los diferentes
gobiernos andaluces no han sabido o no han querido corregir la distribución de
la renta y la riqueza en Andalucía, y han provocado con su gestión que si
existía en 2009 una pobreza del 31,1 % de los andaluces y andaluzas, ¡un tercio
de la población!, en 2018, nueve años después, la tasa de pobreza sigue siendo
la misma, un 31%, según los datos publicados en La Encuesta de Condiciones de
Vida, que el pasado junio publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta realidad es
especialmente grave cuando se nos vendió constantemente aquellos eslóganes
publicitarios pagados con dinero público de la Andalucía de la “Segunda
Modernización” o la “Andalucía Imparable” que la crisis de 2008 se llevó por
delante. Para que se den un baño de realidad, le aconsejaría a nuestro Gobierno
regional que se parara a escuchar a las empleadas de hogar, a todos los que
tienen un contrato por horas y dónde está su umbral de renta, a los
trabajadores del campo, a las familias monoparentales, a las viudas andaluzas y
a tantos colectivos olvidados para los que el día a día es verdaderamente
dramático gracias a las políticas desarrolladas por la Junta de Andalucía.
Aún recordamos
en nuestra memoria la propuesta realizada por Manuel Chaves, siendo presidente
de la Junta de Andalucía, sobre las pagas a las amas de casa y cómo éstas
salían del mismo núcleo familiar redistribuyendo la renta de la unidad
familiar. Pero la realidad andaluza es muy dura y, frente a tanto
pronunciamiento demagógico, muchas familias andaluzas no pueden pagarse
siquiera una semana de vacaciones por falta de liquidez. Y sin embargo, la
política de la Consejería de Turismo obvia a las familias andaluzas y en todas
sus políticas las discrimina en función de la renta.
Mientras la
Junta de Andalucía desde el año 2.008 hasta del año 2014 gestionó, vía presupuestos, una ingente
cantidad de dinero público para las políticas de empleo y formación. Las
partidas recogidas para ello en los distintos presupuestos de esos años indican
que manejó 5.640.737.384 de euros, que sumados a la famosa partida 31L nos
sitúa en una cifra de 6.858 millones de euros. Estos datos evidencian que todos
los planes y las inmensas inversiones de dinero público que durante años han
sido realizadas por la Junta de Andalucía en las diversas políticas y planes de
empleo no han conseguido ninguno de sus objetivos.
La partida 32L
aparece por primera vez en los presupuestos de la Junta de Andalucía para 2008.
Esta partida ha manejado desde 2008
a 2014 la cantidad de 3.235.085.334 de euros. La partida
32D desde 2008 a
2010 ha
manejado en los presupuestos la cantidad de 1.125.918.498 euros. La partida 32B
de fomento de empleo que manejaba el SAE desde 2008 a 2010 suma
1.279.733.552 de euros. En 2015 no aparecen partidas y tenemos que esperar a
2016 en el que la partida 32D tiene 238.730.033 de euros.
Las tres
partidas juntas sumadas, la 32B, 32D y 32L desde el 2008 al 2014 significan
5.640.737.384 euros, que unida a los 1.217 millones de euros que manejó la
partida 31L suman 6.858 millones de euros. Y si le sumamos la partida 32D de
2016 suman en total 7.096 millones de euros.
Los datos nos
indican la ineficacia de las políticas de empleo y formación de la Junta de
Andalucía sobre el Mercado de trabajo a pesar de las ingentes cantidades de
dinero usadas. Comparando las Encuestas de Población Activa del 4º trimestre de
cada año, de 2008 a
2013, las cifras indican que este último trimestre 2008 terminó con 850.300
parados, mientras el pico mayor de paro se situaba en Andalucía en diciembre de
2013 con 1.446.600 parados, nada menos que 596.300 parados generados en tan
solo 5 años.
Muy lejos quedan
estas cifras de los 438.6000 parados con los que terminamos 2006 en Andalucía.
Y si comparamos esta cifra con el pico mayor de parados de la EPA del último
trimestre de 2013, tenemos que de 2006 a 2013 se generaron 1.080.000 parados en
Andalucía. Una destrucción de empleo sin parangón en las economías de la UE o
incluso a nivel mundial.
Los que tenemos
memoria recordamos aún el enorme fracaso de la Reforma Agraria de Manuel
Manaute, que no dejaba de ser una tímida mejora de la Ley de Fincas
Manifiestamente Mejorables, o cuando José Rodríguez de la Borbolla, presidente
de la Junta de Andalucía, nos vendía a todos los andaluces y andaluzas aquello
del Silicon Valley sobre lo que iba a ser la Expo’92: mejor darse un paseo por
los terrenos de la Cartuja y ver el erial en qué se ha convertido, y, además,
sirvió de pago de la famosa deuda histórica.
También
recordamos cuando en la misma década de los ochenta del siglo pasado se impulsó
la comarcalización de Andalucía sobre la base de que las Diputaciones
Provinciales eran entes caducos e irresolutivos, pero desgraciadamente no
fueron más allá de la Teoría de los Lugares Centrales de Christaller. Con los cambios electorales que ello
supondría, el poder político perdería prerrogativas y, por ello, la
comarcalización fue desactivada por la Junta de Andalucía para potenciar las
Diputaciones Provinciales como instrumento de control político y promover las
mancomunidades de municipios para “compartir servicios”, y que resultaron ser a
la larga una auténtica ruina.
La Junta de
Andalucía también ha olvidado las conexiones Norte-Sur en toda la comunidad,
sin inversiones en infraestructuras ni en mejora de comunicaciones,
abandonándolas a su suerte. La Bahía de Cádiz, con la mayor tasa de paro de
toda Europa, soporta aún una autopista de pago como un dogal sobre ella. La
falta de inversiones reales en infraestructuras por parte de la Junta de
Andalucía provoca el colapso de todas y cada una de las capitales andaluzas,
dando, además, de manera consciente, la espalda al transporte ferroviario
interior en Andalucía.
En referencia a
la política financiera, se pretendió la creación de la llamada Caja única en
Andalucía con sede en Málaga (Unicaja), lo que provocó la rebelión en las cajas
sevillanas y en la cordobesa (Cajasur), que además decidió no someterse a la
Ley de Cajas de Andalucía y que terminó en manos de Kutxabank (la gran Caja
vasca). Además, La Caixa tomaba posiciones claras en el sistema financiero
andaluz con la compra del Banco de Granada para luego quedarse con la antigua
Cajasol Sevillana (la unión de El Monte de Piedad y de la Caja de Ahorros San
Fernando) para dejar así a la economía regional en manos de este poderoso
banco.
También
recordamos desde el antiguo IFA hasta la nueva IDEA y los enormes recursos
empleados en la política de inyectar dinero sobre las empresas en crisis que en
muchos casos fueron insalvables, dejando de lado en muchas ocasiones la
creación de nuevas empresas y puestos de trabajo. Y las famosas transferencias
de financiación desde la Junta que dieron lugar al caso ERE, el mayor escándalo
de la democracia. Hoy estamos a la
espera de la providencia de la magistrada Pilar Ordóñez ha dictado por la que
examinará si otras consejerías autonómicas utilizaron las denominadas
transferencias de financiación para mandar fondos a la agencia pública IDEA
durante doce años para fines distintos a los que le permite la ley.
Tenemos el caso
de los Astilleros andaluces, subastados en lotes después de su encarnizada
defensa tras las pancartas contra el gobierno de Aznar. O el de la Consejería
de Economía y Hacienda, que durante 38 largos años sólo ha impulsado estudios y
ha dejado a la deriva la política económica andaluza. O el caso de la
Administración paralela que consume hasta 7.000 millones de euros en recursos
públicos y da trabajo a 23.899 personas.
Gran artículo Antonio, como siempre agradecer todo cuanto se está haciendo para intentar cambiar las cosas...
ResponderEliminarQue gran desolación produce ver que hay gente que se deja las horas y las palabras para que,los que pueden hacerlo,luchen contra toda esta corrupción y no se consiga erradicarla.Esta incrustada en el alma del socialismo andaluz y no acabara hasta que no se neutralice al PSOE.
ResponderEliminarGracias por toda la información que nos da, muy bueno, y cierto todo lo que dice.Enhorabuena.
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