Artículo de Antonio Barreda
El III Informe sobre la Desigualdad en
España se dirige, principalmente, a criticar los efectos que la crisis ha
creado tras el paso del PP por el gobierno nacional
La Fundación alternativas, vinculada al
PSOE, tiene entre sus patronos a Felipe González, Ignacio Escolar, Alfredo
Pérez Rubalcaba o Javier Solana
La clase media española, la que más ha
sufrido la crisis y ha pagado el rescate bancario
Una de las causas del aumento de la
desigualdad es la incapacidad de la economía española para crear empleo estable
y suficiente, la muy alta concentración de las rentas de capital o la limitada
capacidad redistributiva del sistema de impuestos y prestaciones
El peso del grupo de rentas bajas muestra
un aumento de más de dos puntos entre 2009 y 2014 respecto del total de
hogares
El pasado 27 de
septiembre la Fundación Alternativas hizo público el III Informe sobre la Desigualdad en España. Un estudio donde,
evidentemente, se priman las políticas actuales del PSOE, y hecho a medida para
refrendar las políticas económicas y sociales de Pedro Sánchez en el poder. El
estudio se dirige, principalmente, a criticar los efectos que la crisis ha
creado tras el paso del PP por el gobierno nacional y sus políticas de
recortes, dando una serie de recomendaciones.
La Fundación alternativas, vinculada al
PSOE, que tiene entre
sus patronos a Felipe González, Ignacio Escolar, Alfredo Pérez Rubalcaba o
Javier Solana, hizo público en pasado día 27 su III Informe sobre la Desigualdad en España. En el mismo indican una
tesis sobre la desigualdad en España: La incapacidad de la economía para crear
empleo estable y suficientemente remunerado, la concentración de la renta en
unos pocos y la limitada capacidad redistributiva de sistema de impuestos han
provocado el aumento de la desigualdad en España.
Los efectos de la crisis en la clase
media.
Está claro que la crisis económica ha arrasado la clase
media española, la que más ha sufrido la crisis y ha pagado el rescate
bancario. El golpe al empleo se traduce en pobreza, en la incapacidad de los
gobiernos para crear empleo estable y de calidad. El mercado de trabajo y los
datos sobre el PIB señalan que la crisis
le ha ido muy bien a la parte empresarial que ha ido recuperando niveles de
producción, y muy mal a la clase trabajadora que ha caído en una espiral de
salarios bajos y de contratos temporales, y sobre todo, a la expulsión de
centenares de miles de trabajadores expulsados del mercado laboral que no van a
tener la oportunidad de volver a trabajar, con lo que la pobreza avanza
imparable por las familias españolas.
Además, el
informe alerta que uno de los principales problemas de la
alta desigualdad en España tiene un importante
componente estructural derivado de las
grandes diferencias salariales. Un problema, indicamos, que se agrava al
comparar los salarios en España, donde la comunidad andaluza se queda siempre a
la cola de los salarios en España, aumentando la diferencia entre las regiones
estos años de crisis. Y estas diferencias también lo son a futuro. Menores
salarios indican menores pensiones cuando llegue la edad de la jubilación. Esta
brecha de salarios abre, de esta forma, la
brecha de las pensiones.
Los efectos de la reforma laboral.
Entre las causas
de este aumento de la desigualdad, el informe apunta a la incapacidad de la economía española para crear empleo estable y
suficiente, la muy alta concentración de las rentas de capital o la
limitada capacidad redistributiva del sistema de impuestos y prestaciones. Si
bien señala que la vuelta a la senda de la recuperación de la economía española
debería ser una garantía inequívoca de la reducción de la desigualdad, sin
embargo, el documento muestra que los datos del fin de la crisis desdicen el
automatismo de esta hipótesis.
Otra de las
conclusiones del informe tiene que ver con la
brecha de género salarial, que aumenta con la edad de las mujeres y se
inicia con el nacimiento de su primer hijo. Las tareas del cuidado de menores y
mayores en el ámbito familiar continúan recayendo de forma desproporcionada
sobre las mujeres.
Además, señala
que todo parece indicar que existen elementos de tipo estructural que hacen que
en las etapas expansivas la desigualdad no se reduzca sustancialmente y que aumente muy rápidamente en las recesiones.
Si no se abordan estos problemas será muy difícil que las diferencias de renta
entre los hogares españoles se estrechen, incluso en un contexto en el que la
economía recupere la senda del crecimiento y de creación de empleo.
Los recortes avanzaron en la desigualdad.
El estudio parte
de que el peso relativo de la clase media creció en España en las últimas
décadas favorecido por el proceso de modernización institucional y la progresiva
extensión del sistema de impuestos y prestaciones de carácter redistributivo.
Sin embargo, la crisis supuso un freno importante en esa tendencia,
reduciéndose sensiblemente en un margen muy breve de tiempo la importancia
relativa de la clase media, aun sin dejar de ser el grupo más importante,
manteniéndose casi constante el peso relativo del grupo de renta alta y con un importante número de transiciones desde las
rentas medias al grupo de renta baja.
El informe,
dirigido por Luis Ayala, catedrático de Economía de la polémica Universidad Rey
Juan Carlos, destaca que el rasgo más sorprendente de la evolución de la
desigualdad es la ausencia de cambios en la distribución de la rentas durante
etapas de crecimiento económico y de empleo. El informe indica, entre los datos
más destacados, que el peso del grupo de rentas bajas muestra un aumento de más
de dos puntos entre 2009 y 2014 respecto del total de hogares. Por otro, se
observa una pérdida de cinco puntos del
grupo de renta media. Y, por último, se produce un aumento de casi tres
puntos del grupo de renta alta.
El hundimiento de la clase media en
España.
Esto significa
que el 16,6% de las familias en España
ha pasado de ser clase media a renta baja, o dicho de otra manera: casi uno de cada seis hogares caracterizados
como de clase media antes de la crisis habría pasado a engrosar el listado de
las rentas más bajas en poco más de cinco años. Esta recomposición ha afectado
a la desigualdad dentro de cada grupo, sin grandes cambios en el estrato de los
más ricos y con un drástico aumento dentro del grupo de rentas bajas. Así, el
informe destaca que el profundo
deterioro del empleo y el carácter restrictivo de las políticas de ajuste
han dado lugar a un crecimiento, sin parangón en los últimos 40 años, del porcentaje
de hogares con rentas por debajo del 60% de la mediana.
El estudio
alerta de que las personas con ingresos
bajos y grandes necesidades tienen dificultades para hacer frente a los gastos
que suponen el pago o copago en el ámbito educativo, sanitario o de cuidados.
De hecho sostiene que es probable que este colectivo haya renunciado a
tratamientos médicos, cuidados o formación debido a la falta de recursos
propios o de servicios públicos disponibles.
La brecha entre pensionistas y jóvenes.
El informe
indica algo que ha sido una constante durante la crisis, que el colectivo de mayores de 65 años es el
más estable económicamente, y ello se vincula a la estabilidad de las
pensiones de jubilación. No es de extrañar, señala, que durante la crisis los jubilados
hayan actuado como red se seguridad en las familias. Y preocupante es la
situación de los jóvenes, con ingresos inferiores al resto. Proponiendo ayudas
específicas a los jóvenes en su incorporación al mercado laboral.
También señala
la necesidad de priorizar recursos para
la infancia y los más jóvenes para contribuir a salvar el Estado de
bienestar de dinámicas endógenas de carácter perverso. También indica que
resulta difícil imaginar que la creciente carga fiscal que tienen que soportar
las generaciones más jóvenes para
sostener un número creciente de personas de edad avanzada podrá seguir
manteniéndose si estas perciben que el Estado del bienestar no les sale a
cuenta ni ahora (porque la protección social se concentra en grupos de edad
avanzada) ni en el futuro (porque teman que la siguiente generación no se
mostrará dispuesta a sacrificarse por ellos de la misma forma que ellos lo han
hecho por la generación anterior). Por ello, recomienda restituir la justicia
intergeneracional.
La desigualdad digital y educativa.
La desigualdad
en el nuevo ecosistema digital es otro de los asuntos analizados. Los autores
concluyen que la brecha digital se
manifiesta no tanto en los recursos materiales, sino en la capacidad y el conocimiento para utilizarlos de forma
adecuada para obtener, discriminar y explotar la información.
Esto no se lo creen ni ellos. La pobreza la han traído las políticas de izquierdas que solo persiguen el reparto de la pobreza, o sea, precisamente, cargarse la clase media para que solo haya clase baja y una élite en la que ellos puedan influir. Parece mentira que teniendo a Andalucía por ejemplo, sigamos defendiendo estás políticas, y más desde una página que se define como liberal. La mayoría de estos estudios están hechos y dirigidos unicamente para autoalimentarse y manipular al personal. El hecho de criticar a la Junta de Andalucía nos convierte en liberales
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