Artículo de Antonio Barreda
Ha caído un
férreo telón de acero sobre la sociedad andaluza. La libertad de expresión y la
crítica en libertad están en serio peligro en Andalucía. Hay una gigantesca
mordaza preparada para embridar a las opiniones que difieren de la versión
oficial. El control del gobierno sobre la administración lastra a toda la
sociedad andaluza, que inyecta sustanciosas campañas de publicidad
institucional en los medios y en las redes para endulzar la terrible realidad
en la que viven el día a día los andaluces.
Una realidad dura, muy dura, y totalmente distinta a las mamelas que nos
cuenta la versión oficial de la que nadie puede diferir o está atacando a
Andalucía.
Carmen Calvo,
otrora consejera de la Junta y ahora enemiga del Susanato andaluz, embebida del
poder que ejerció en su etapa de consejera de la Junta y envuelta en el dominio
que tuvo en su etapa de consejera llevó esta idea consigo a Madrid y la expuso
sin cortapisas en su cargo de vicepresidenta del Gobierno cuando propone
limitar la libertad de expresión de los medios de comunicación en plena crisis
del Gobierno. Nunca nadie desde el fin del franquismo se había atrevido a
tanto. Ni siquiera la Norteamérica de Nixon se atrevió a tanto tras el
escándalo del Watergate que terminó derribando a todo un presidente de la
nación más poderosa del mundo.
Además,
criticaba el exceso de información de la ciudadanía. Una ciudadanía
desinformada es una ciudadanía dócil, sin espíritu de crítica ni capacidad de
análisis de la realidad. Una sociedad analfabeta se convierte en una masa
moldeable porque solo conoce la versión oficial. Y el miente, miente y acabarás
convenciendo se convierte en el paradigma de la manipulación de la palabra y de
la imagen en la mente de toda una sociedad. Cuando un gobierno no acepta la
crítica está poniendo en peligro los valores de la libertad de expresión y
sobre ésta se asienta, precisamente, el edificio de la democracia. Tirar ese
muro de carga es derribar nuestra propia libertad y nuestra propia democracia.
El nodo andaluz
se ha revelado estas semanas, cansados de contar los bucles sin fin de noticias
sobre las bondades del régimen en que habían convertido los medios públicos de
comunicación. Una información unidireccional. El control de la información es
un eje fundamental para el control de la sociedad. La mayor parte de la
plantilla de Canal Sur ha despertado y está harta de la manipulación, de la
gestión de su director interino eterno, del derroche de ingentes cantidades de
dinero público, de los programas para los mismos desde hace años, y sobre todo,
de la brutal caída de audiencia que ha sufrido.
Ha empezado un
incendio en el principal medio de control de la información que manejaba el
gobierno andaluz ante unas elecciones autonómicas. El pasado día 4 de octubre,
el Comité Intercentros de Canal Sur acordaba los miércoles para vestirse de
negro, en consonancia con las campañas de otras Radio Televisiones públicas.
#MiercolesAlSur y #RecuperarLaNuestra son las marcas de campaña que ya han
comenzado en las redes sociales.
La información
unidireccional ha sido una constante en el régimen andaluz, acostumbrado a no
tener críticas, y que ha sabido mantener ingentes campañas publicitarias
pagadas con dinero público para entrar a aliviar las cuentas de las cabeceras en
plena crisis económica de los medios adictos al régimen tras la llegada de
internet. El soma andaluz ha sido entregado en dosis elevadas a los andaluces
para su consumo masivo. La crítica, sin embargo, ha sido congelada y ninguneada
en estos 38 largos años de invierno informativo andaluz.
Como si de un
“Ministerio de la Propaganda” se tratara, la oficina del Portavoz del Gobierno,
dependiente de la Consejería de Presidencia, cuenta con 47 asesores, que,
probablemente, tendrán todo el tiempo del mundo para controlar todo lo que se
dice y todo lo que se hace en Andalucía para que el Gran Hermano andaluz sepa
qué tiene que decir y qué no. Todo controlado desde la sala de máquinas de San Telmo para enmascarar la realidad.
Han construido con dinero público el mito de la cueva de Platón en Andalucía y
nos han metido a todos dentro.
Para el gobierno
de la Junta de Andalucía la verdadera democracia reside en los partidos y en el
Parlamento de Andalucía, ninguneando a su propio pueblo, de tal forma que nos
han construido una democracia de plástico que da la espalda a todos y cada uno
de los andaluces. Nuestros gestores políticos viven absolutamente ajenos a la
realidad de las familias andaluzas porque no la perciben, porque viven
escondidos en los despachos, en los coches oficiales y conspirando en los
pasillos del partido y del parlamento.
Nunca han
entendido el sufrimiento del pueblo, nunca han tenido en sus vidas que
renunciar a cosas para llegar a fin de mes. Nunca han tenido que elegir entre
pagar una factura u otra. Nunca sabrán lo que es pasar hambre o necesidad. Sus
nóminas, gracias al partido, los sitúan muy lejos de la marginalidad a la que
tienen sometidos a miles y miles de andaluces. Esto es un erial donde la
pobreza y la exclusión social cabalgan por las calles de Andalucía como
auténticos jinetes del apocalipsis.
Muchos de
nosotros tenemos que volver a la clandestinidad en España. Hoy vemos el
mismo miedo que había en la España en
blanco y negro para hablar en libertad posarse por los medios de comunicación,
por las calles, por las casas, por los pueblos, por los campos, por las playas…
Hemos tomado el testigo de los que nos precedieron en la lucha por la libertad
de nuestro pueblo, y el inmenso peso de esa lucha es lo que nos engrandece, y
que sepan que tampoco nos callarán. No quebrarán nuestra voz ni nuestra
esperanza en una Andalucía mejor. No oscurecerán nuestras palabras con castigos
ni con quebrantamientos. No nos callarán jamás.
Son meros recaudadores ,con unos tentáculos muy largos han comprado voluntades de los más preparados,y dado limosnas a los mas ignorantes ,una madeja muy reliada ,por muchos estomago agradecidos
ResponderEliminarMordaza para los ajenos, pesebre para los propios.
ResponderEliminarPor que está VOX ahora de moda?, si los portidos del régimen actual, (que ellos llaman transición), les aplican a los ciudadanos la misma censura q en la España blanco y negro, la del TIO PACHI.
ResponderEliminarNada, lo que tenéis que hacer es convertiros al islam y que Alá reparta, porque el Maná de Dios está acabado
ResponderEliminarEnhorabuena por tu artículo Antonio, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices
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