Artículo de Luis Escribano
Ocupar en España las carteras de una Consejería o un
Ministerio no parece ser una tarea demasiado compleja, especialmente cuando el
currículum del cargo electo o de designación política se construye por los dirigentes
(partidos políticos) utilizando torticeramente el Derecho. Lamentablemente, nuestro
sistema político y administrativo –incluida la Justicia- no ofrece las
garantías necesarias a la ciudadanía para que se eviten esas flagrantes
vulneraciones del ordenamiento jurídico, que quedan impunes.
Uno de los esenciales motivos que deberían escandalizar y movilizar
a la población, y lamentablemente no ocurre, es que demasiados dirigentes se
han olvidado que el Derecho es el fundamento de los gobiernos constitucionales
en un Estado de Derecho como el nuestro, y no un instrumento al servicio de los
intereses de los partidos políticos, sus allegados y oportunistas.
Como ejemplo, traigo hoy el curriculum de la actual Ministra
de Hacienda, María Jesús Montero
Cuadrado. Pero antes de entrar en materia, con datos contrastados, debo
incidir en dos aspectos fundamentales: uno, el marco jurídico fundamental que
regula el acceso a las funciones y cargos públicos, y la promoción dentro de
ella; y dos, las consecuencias fatídicas del nepotismo, es decir, de las
selecciones y nombramientos caprichosos de personal.
El marco jurídico
fundamental
La Declaración
Universal de Derechos Humanos, que tiene carácter de derecho internacional consuetudinario,
establece que toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de
igualdad, a las funciones públicas de su país (artículo 21.2).
Asimismo, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en vigor en España desde 1977,
establece que todos los ciudadanos gozarán sin restricciones indebidas del
derecho y oportunidad de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a
las funciones públicas de su país (artículo 25).
Por otro lado, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en vigor en
España desde la misma fecha, reconoce el derecho de toda persona al goce de
condiciones de trabajo, equitativas y satisfactorias, que le asegure en
especial igual oportunidad para todos de ser promovidos, dentro de su trabajo,
a la categoría superior que les corresponda, sin más consideraciones que los
factores de tiempo de servicio y capacidad (artículo 7).
Nuestra Constitución
de 1978, introduce como derecho
fundamental de todos los españoles acceder en condiciones de igualdad a las
funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes (artículo
23.2). Asimismo, con arreglo a sus artículos 10, 56, 63.2 y 93 a 96, los citados Tratados
ratificados están integrados en el ordenamiento interno español y debe
entenderse que son aplicables, sin olvidar que las normas relativas a los
derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce deben interpretarse
de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados
y acuerdos internacionales ratificados.
Por último, nuestras leyes
generales y específicas sobre Función Pública vienen estableciendo que el
acceso y provisión de puestos de trabajos debe realizarse mediante convocatoria
pública en la que se garanticen en todo
caso los principios constitucionales de igualdad,
mérito y capacidad, así como el de publicidad.
El nepotismo es la
clave de todo sistema político corrupto
No obstante lo anterior, los Parlamentos y Gobiernos,
estatales y autonómicos, con las diferentes leyes y reglamentos que han ido
aprobando, han adulterado los principios esenciales y corrompido el sistema de
selección y promoción de los empleados y cargos públicos, logrando que los
derechos y libertades reconocidos como fundamentales dejaran de ser efectivos.
Para colmo, en demasiados casos los Tribunales de Justicia no nos han otorgado
a los ciudadanos el amparo necesario.
Y de aquellos polvos estos lodos. El ansia de los partidos
políticos españoles por manejar a su antojo todo departamento o servicio de las
Administraciones Públicas, incluida la de Justicia, les ha llevado a usar
torticeramente el Derecho, tanto en la regulación normativa como en su
aplicación, consiguiendo con ello unas organizaciones deficientes –incluso
corruptas- cuyos efectos son muy graves y perversos para los ciudadanos, que han
visto volatilizadas sus expectativas. Puede afirmarse, sin tapujos, que el nepotismo constituye el elemento clave
para construir cualquier sistema político corrupto, y lo ocurrido en Andalucía,
una fracción del sistema que conozco bastante bien, es la prueba patente de
ello.
Desde el momento que se marginan los principios
fundamentales en la selección y promoción de los empleados públicos, tanto en
puestos básicos e intermedios como en puestos directivos, la corrupción se
autoalimenta y crece sin parar, constituyendo lo ocurrido con la libre
designación el más claro ejemplo de perversidad.
Por un lado, los
cargos políticos se aprovechan de las propias arbitrariedades que se procuran
con determinadas normas y sus aplicaciones con el fin de designar a las
personas que les conviene –sus títeres-, en demasiadas ocasiones para fines ajenos
a los que justifican el marco jurídico fundamental, y también para poder destituir
o acosar a quienes no les obedezcan o pongan obstáculos cuando intentan cumplir
con el ordenamiento jurídico. Para conseguirlo, suelen nombrar generalmente –con
algunas excepciones- a personas manipulables y con escasos escrúpulos, a
oportunistas con pocos méritos y necesitados de incrementarlos, a quienes
tienen mucho que ocultar.
Por otro lado, demasiadas
personas se prestan al juego de los cargos políticos cuando con ello
consiguen algún provecho particular (mejores retribuciones, conseguir méritos
con los puestos que les ofrecen los cargos políticos y, en ocasiones, incluso participar
en las dádivas que ofrece la corrupción), que tiene además un efecto perverso: siempre
tratarán de ocultar sus propios errores o torcidas actuaciones, lo que
obstaculiza cualquier investigación o control, interno o externo. De esta
manera, los dirigentes consiguen empleados y cargos públicos agradecidos que
luego silencian y ocultan los errores y actuaciones torcidas de todos.
La conjunción de ambos factores constituye, sin duda, la tormenta perfecta para la corrupción.
Como señalan nuestros Tribunales, toda la actividad pública
está embebida de la noción de la función pública (artículos 9 y 103 CE), esto
es, orientada a la sociedad. No existen intereses contrapuestos ni intereses
que "escapan" al ciudadano, ni asuntos "propios" del
Estado. Este nace y se justifica para el servicio a los ciudadanos, y fuera de
esta consideración se transforma en un ente distinto y muy peligroso. Y esto,
lamentablemente, muchos españoles aún no lo han entendido.
Currículum de María
Jesús Montero Cuadrado, Ministra de Hacienda
La información que publico es fruto de un arduo trabajo de
investigación, y se ha nutrido generalmente de fuentes oficiales. A
continuación podrán descubrir como se creó el curriculum de la actual Ministra
de Hacienda, designándola desde el primer momento en un puesto directivo sin
méritos (antigüedad de unos pocos meses), en detrimento de otros muchos
empleados públicos que sí disponían de amplios y reconocidos méritos. Además,
se hizo con la opacidad necesaria, porque no se conocían los puestos que iban
quedando desocupados, los requisitos de los puestos directivos a ocupar, ni sus
nombramientos se publicaban, escapando al necesario control de los Tribunales
de Justicia.
María Jesús Montero Cuadrado nació en 1966, y estudió en la
Universidad de Sevilla, obteniendo la Licenciatura de Medicina y Cirugía
General, carrera que en aquellos años duraba 6 años. Por tanto, si inició la
Licenciatura en 1984, debió de terminar la carrera en 1990. De hecho, estuvo presente
en el XXV aniversario de dicha promoción.
Siendo estudiante de Medicina, ocupó los cargos de Presidenta
de la Comisión de Marginación del Consejo
de la Juventud de Andalucía del PSOE (1986-1988), y Secretaria general de
la misma Comisión (1988-1990).
Al año siguiente de terminar la carrera, se publicó la Resolución
de 24-05-1991, del Servicio Andaluz de Salud (SAS), por la que se convocaron
pruebas selectivas para el ingreso en el Cuerpo Técnico de Función
Administrativa del Estatuto de Personal no Sanitario dependientes del Organismo
(BOJA de 29-05-1991). Figuraba como vocal del Tribunal Juan Carlos Castro Álvarez, que luego sería nombrado Director
Gerente del SAS por Francisco Vallejo
y Manuel Chaves (procesados ambos en
el caso ERE). María Jesús Montero mantuvo a Juan Carlos Castro como Director
Gerente del SAS entre 2004 y 2008, cuando fue Consejera de Salud.
En el plazo del mes concedido en la citada convocatoria,
María Jesús Montero debió presentar su solicitud, dado que fue nombrada personal
estatutario del citado Cuerpo Técnico, dentro de la opción de Organización y Gestión de Servicios de Salud,
mediante Resolución de 31 de mayo de 1994, siendo destinada al Hospital “Virgen
del Rocío” de Sevilla (publicado en el BOJA de 10/06/1994).
Por cierto, Juan
Carlos Castro Álvarez, junto a otros cargos del SAS y de la Consejería de
Salud (María Jesús Montero Cuadrado,
María José Sánchez Rubio, Aquilino Alonso Miranda, Marina Álvarez Benito, José
Luis Gutiérrez Pérez, José Manuel Aranda Lara, Rafael Burgos Rodríguez y Celia
Gómez González), figuran como posibles responsables en la denuncia
presentada por la Asociación “Justicia por la Sanidad”, por la presunta comisión
en sus actuaciones de los delitos de prevaricación continuada y nombramientos
ilegales, denuncia que inexplicablemente ha sido archivada inicialmente por un Juzgado
de Sevilla sin practicar diligencias de investigación. Dicho archivo ha sido
recurrido, y está pendiente de resolución de la Audiencia Provincial de
Sevilla.
Nombramiento en un
puesto directivo del Hospital de Valme: Subdirectora Médica (1995)
A los pocos meses, cuando ni siquiera contaba con un año de
antigüedad con su plaza fija como Técnico administrativo no sanitario, María
Jesús Montero fue designada el 10-02-1995 como personal fijo con plaza en
propiedad, en el puesto de Subdirector
Médico del Hospital Universitario de Valme de Sevilla, por el Gerente
Provincial del SAS de Sevilla, José
Manuel Cabrera Rodríguez. Por aquel entonces, el Director-Gerente del SAS
era Ignacio Moreno Cayetano, y el
Consejero de Salud era José Luis García
de Arboleya y Tornero. Así inició su fulgurante carrera.
Este último nombramiento se realizó en base a una insólita
convocatoria del entonces Director General de Personal del SAS, José Antonio Souto Ibáñez, realizada
dos años antes de que María Jesús Montero obtuviera la plaza como Técnico.
Dicha convocatoria constituía un claro ejemplo de adulteración de un
procedimiento que permitía, con su opacidad, nombrar en puestos claves de la
Sanidad andaluza a cargos afines políticos o allegados. Se trataba de la Resolución de 31-07-1992, por la que se
anunciaba convocatoria pública para la provisión de puestos directivos del SAS
por el sistema de libre designación (Res. 53), publicada en el BOJA de 20-08-1992.
Dicha convocatoria se realizó en base a lo dispuesto en la Orden de 17-07-1992, por la que se regulaba
el sistema de provisión, nombramiento y cese de determinados órganos de
dirección y cargos intermedios, de hospitales y centros asistenciales del
Servicio Andaluz de Salud (BOJA de 28-07-1992).
Observen lo que decían las Bases Generales que aprobaba
dicha Resolución:
“1.1. La presente
convocatoria se realiza, con carácter genérico, tanto para la provisión de
puestos vacantes de carácter directivo que existan en la actualidad como
para cualquiera otros que en un futuro pudieran producirse.
(...)
3.1. La selección se
llevará a cabo por el sistema de libre designación.
3.2. Las candidaturas
recibidas serán evaluadas por la Dirección General de Personal de forma
que se determine la idoneidad de los aspirantes para puestos concretos, de
acuerdo con sus aptitudes y con la preferencia expresadas.
3.3. Los candidatos
considerados idóneos serán propuestos y, en su caso, designados para el
desempeño tanto de los puestos vacantes que existan en el momento de la
convocatoria, como de aquellos que pudieran quedar vacantes en el futuro.
En todo caso los
candidatos recibirán notificación personal del resultado del proceso
evaluatorio.”
¿Qué candidatos, si nadie conocía quiénes iban presentando
las solicitudes? Es decir, ningún ciudadano, ni siquiera los aspirantes, podían
controlar quienes solicitaban los puestos, qué puestos iban quedando vacantes, ni
qué características y requisitos se exigían para ocupar dichos puestos
directivos, ni se publicaban en el BOJA los nombramientos ni los puestos que
iban quedando vacantes. La opacidad era total, y ya saben ustedes que “a río
revuelto, ganancia de pescadores”.
Un sistema muy similar de nombramientos en puestos
directivos lo acabó promoviendo María
Jesús Montero con el Decreto 75/2007 cuando fue nombrada Consejera de Salud,
que fue aprobado por el Gobierno de Manuel
Chaves y suscrito por ella. Ha de suponerse que la actual Ministra
descubrió las ventajas de dicho sistema para nombrar a empleados allegados y
oportunistas, como lo experimentó ella misma. Precisamente la aprobación y
aplicación del citado Decreto 75/2007 es uno de los puntos denunciados en la
jurisdicción penal por la Asociación “Justicia por la Sanidad”,
pendiente de resolución de la Audiencia Provincial de Sevilla.
Como se explicó en la citada denuncia, la Cámara
de Cuentas de Andalucía, en su “Informe
de fiscalización de determinadas áreas de la gestión de Recursos Humanos del
Sector Público Sanitario de Andalucía, correspondiente al ejercicio 2013” (BOJA de 08/11/2017),
dijo sobre dicho sistema:
“Respecto al sistema de provisión de los puestos
directivos y cargos intermedios de los centros del SAS, en el punto 38 del
informe se dice que la existencia del Registro de candidatos a puestos
directivos pudiera suponer un obstáculo
para la plena aplicación de los principios de publicidad, concurrencia y no
discriminación que -entre otros-, deben presidir la selección de personal
directivo de los centros sanitarios.
La Sentencia que se menciona del TS (Sala 3ª) de 9 de
julio de 2012, si bien es cierto que desestima el recurso
contencioso-administrativo en cuanto a sus impugnaciones planteadas frente al
artículo 5, el apartado a) del artículo 8 y el apartado 1 del artículo 13, del
Decreto 75/2007, no dice en ningún
momento que no pueda vulnerar los principios de igualdad, mérito y capacidad.
Esto es lo que se menciona en el informe.
No obstante, se
dispone de evidencia de que determinados
informes de fiscalización de la Intervención Central del SAS han hecho
referencia a la vulneración de los principios indicada en el párrafo anterior.”
¿Entienden ahora ustedes la importancia que tiene el sistema
de selección y promoción de empleados, y en este caso, en la Sanidad andaluza,
que tan graves problemas padece? No es un tema baladí, y por ello desde la Asociación
“Justicia por la Sanidad” estamos denunciando todas estas corrupciones
de tan graves consecuencias para la salud de los usuarios y pacientes, pues una
organización basada en personas que, sin méritos profesionales o sin capacidad
suficiente, son colocados en puestos básicos, intermedios y directivos, no
puede funcionar con la debida eficacia, y la corrupción se instala con total
facilidad.
Aquí les dejo con un extracto de dicho nombramiento que no se publicó en el BOJA (como tampoco los siguientes):
Nombramiento en un
puesto directivo del Hospital Virgen del Rocío: Subdirectora Médica (1998)
Una vez engrosado su currículum con los 3 años de
experiencia en el Hospital de Valme, llegó el siguiente nombramiento. Si
sorprendente resultó el nombramiento anterior, no menos lo fue el siguiente
nombramiento en un puesto de Subdirección
Médica del Hospital Universitario “Virgen del Rocío” . A propósito, debe
aclararse que en dicho Hospital existían cinco Subdirecciones Médicas en su
organigrama, y ella realmente desempeñó la Subdirección Médica del Hospital Duques del
Infantado y Área, según consta en las Memorias del Hospital Virgen del
Rocío.
El 23-06-1998, el entonces Director Gerente del citado
Hospital, Joseba Barroeta Urquiza, resolvió
tal nombramiento en base a la Disposición
Transitoria Segunda del Decreto 462/1996, de 8 de octubre, por el que se
modificó el Decreto 105/1986, de 11 de junio, sobre Ordenación de la Asistencia
Especializada y Órganos de Dirección de los Hospitales (BOJA de 5-11-1996).
Por cierto, en 1998, cuando María Jesús Montero fue nombrada
en dicho puesto, la Directora Gerente del SAS era Carmen Martínez Aguayo (nombrada en su cargo por Decreto 187/1996).
Curiosamente, esta última está procesada en el caso ERE por prevaricación y
malversación, además de ser la artífice de la reintegración del sector público
de la Junta, que conllevó la integración en la Administración General (Servicio
Andaluz de Empleo) del personal laboral de la Fundación FAFFE, la de las
tarjetas Black gastadas en prostíbulos.
Tras su nombramiento en el Hospital “Virgen del Rocío”, María
Jesús Montero entró a formar parte de la Comisión de Dirección del mismo y de
su Junta Facultativa como vocal, junto a los otros cuatro Subdirectores Médicos
(Ana Casas Fernández de Tejerina, Laureano Fernández Fernández, Juan Mellado
Jiménez y Francisco Rodríguez Rodríguez), siendo el Director Médico Juan
Francisco Rodríguez Alonso, que a su vez presidía la Junta Facultativa. Por
aquel entonces, José Luis Gutiérrez
Pérez (igualmente denunciado por la Asociación “Justicia por la Sanidad”)
era el Secretario General de las Comisiones Médicas del Hospital, y que en 2008
sería nombrado Gerente del SAS cuando María Jesús Montero era Consejera de
Salud.
Realmente el objeto del citado Decreto 462/1996 era la modificación
de la regulación de las Juntas Facultativas y de las Juntas de Enfermería, como
órganos colegiados de participación de los profesionales sanitarios del Área
Hospitalaria, derogando para ello los artículos 25 y 26 del anterior Decreto
105/1986, permitiendo a dichas Juntas funcionar como una “Comisión de
selección” de facto, al establecer como una de sus funciones proponer una terna
para el nombramiento de los Directores Médicos de los Hospitales.
Pero aprovechando que el
Pisuerga pasa por Valladolid, se introdujo curiosamente dicha Disposición
Transitoria Segunda que, como explicaré a continuación, constituía una nueva
aberración. Decía dicha Disposición que “Hasta
tanto se adecuen las normas que regulan el sistema de provisión, nombramiento y
cese de los puestos directivos de Subdirector Médico y Subdirector de
Enfermería, se delega en el Director Gerente del Hospital la facultad de
nombramiento o remoción de los mismos, que se efectuará a propuesta del
Director Médico o de Enfermería, según corresponda, oída la
correspondiente Junta Facultativa o de Enfermería.”
Una novedad aberrante que introducía dicha Disposición
Transitoria era que los nombramientos en
dichos puestos directivos ya no los hacía la autoridad en la provincia,
como era el Gerente Provincial del SAS, sino que se delegaban los nombramientos
en personal estatutario directivo -Director Gerente del Hospital-, y encima a
propuesta del Director Médico. Esto creó un claro conflicto de intereses, porque a ese Director Gerente del Hospital
y a ese Director Médico no les interesaría nombrar a médicos estatutarios que
pudieran competir con ellos en futuros concursos o procedimientos de libre
designación en puestos directivos, o podría interesarles designar sólo a
aquellos amigos o allegados de su cuerda a fin de engrosarles sus curriculums y
mantener siempre el poder desde los puestos directivos: una endogamia similar a
la de las Universidades. En definitiva, un auténtico disparate muy propio del
SAS y bendecido por el Gobierno de Manuel Chaves: funcionarios eligiendo a dedo
y nombrando a otros funcionarios (o laborales, los cuales firmaban un contrato
de alta dirección, con regulación propia fuera de convenio).
Pero lo más curioso del caso es que ya existía una regulación sobre la provisión, nombramiento y cese de
los puestos directivos en los centros sanitarios: la Orden de 17-07-1992, que
he citado anteriormente, en la que se basó la convocatoria de su primer
nombramiento en el Hospital de Valme.
De hecho, no hay más que observar, por ejemplo, la
Resolución de 5-10-2000, del SAS, por la que se anuncia convocatoria pública
para cubrir puestos de trabajo de carácter directivo por el sistema de libre
designación, que dice que “Conforme a lo
previsto en la Orden de 17 de julio de 1992 de la Consejería de Salud, se
anuncia la provisión de puestos de trabajo de carácter directivo, por el
sistema de libre designación...”, convocando varias Subdirecciones Médicas,
precisamente una de las existentes en el Hospital Universitario Virgen del
Rocío (BOJA de 26-10-2000). En esta convocatoria incluso se menciona una “Bolsa de Candidatos a Puestos Directivos de
la Unidad de Directivos del Servicio Andaluz de Salud”, que no estaba
regulada en norma reglamentaria alguna. A estas alturas deben conocer que, en
materia de personal, el SAS incumplía –y lo sigue haciendo- de forma continuada
y persistente el ordenamiento jurídico.
Es decir, la Disposición Transitoria Segunda del Decreto
462/1996 fue el fruto de un uso torticero del Derecho que permitió, entre otros nombramientos a dedo, el de María Jesús Montero
como Subdirectora Médica del Hospital Virgen del Rocío. Así se va
construyendo el currículum de una Ministra del Gobierno de España, que manda
narices.
A continuación aparece un extracto de dicho nombramiento:
Nombramiento temporal
–suplencia- como Subdirectora Gerente del Hospital “Virgen del Rocío”
Si ya extraño resultaba todo lo anterior, no lo es menos lo
que sigue. Mediante Resolución de 7-05-2001, suscrita por el Director Gerente
del SAS, Juan Carlos Castro Álvarez,
se anunció convocatoria pública para cubrir por el sistema de libre designación
el puesto de Subdirector Gerente del
Hospital Universitario “Virgen del Rocío” (BOJA de 5-06-2001), conforme a
lo previsto en la citada Orden de 17 de julio de 1992. Se concedió un plazo de
15 días hábiles para presentar las solicitudes.
Pues bien, nueve días después de dictarse dicha Resolución y
antes de que saliera publicada en el
BOJA, el Director-Gerente del SAS, Juan Carlos Castro Álvarez, mediante
Resolución de 16-05-2001 autorizó a María Jesús Montero a ocupar dicho puesto temporalmente hasta que se resolviera la
convocatoria, aplicando -según dice la citada Resolución- el mecanismo de
suplencia previsto en el artículo 17 de la Ley 30/1992, de RJAPyPAC.
¿Favor por favor? Juan Carlos Castro la nombra en el puesto
directivo, y luego María Jesús Montero lo mantiene de Director-Gerente del SAS
durante cuatro años siendo Consejera de Salud...que cada uno saque sus propias
conclusiones.
El mismo día 16-05-2001, el Director Gerente del Hospital, Joseba Barroeta, suscribió una
Diligencia, para hacer constar que iniciaba el desempeño de las funciones del
puesto.
Esta imagen es un extracto de dicho nombramiento:
Nombramiento definitivo
como Subdirectora Gerente del Hospital “Virgen del Rocío”
Según la actuación anterior, es obvio que ya estaba predeterminada la candidata a
ocupar dicho puesto (antes de que se abriera el plazo de presentación de
solicitudes), como se confirmó posteriormente. Así tenemos que, por Resolución
de 10-07-2001, el Director Gerente del SAS, Juan Carlos Castro Álvarez, acabó nombrándola definitivamente en el
citado puesto, tomando posesión del puesto el 16-07-2001. Por aquel entonces el
Consejero de Salud era Francisco Vallejo Serrano.
A continuación aparece un extracto del citado nombramiento definitivo:
Nombramientos en
cargo políticos de María Jesús Montero
Transcurrido un año desde la ocupación definitiva del
anterior puesto como Subdirectora Gerente del Hospital “Virgen del Rocío”, María
Jesús Montero es nombrada Viceconsejera
de Salud mediante el Decreto 235/2002, de 17 de septiembre (BOJA de
21-09-2002), estando Francisco Vallejo
Serrano de Consejero de Salud en la VI Legislatura (2000-2004).
Posteriormente, María Jesús Montero fue nombrada Consejera de Salud por el Presidente Manuel Chaves, en la VII Legislatura
(2004-2008), tomando posesión el 25 de abril de 2004, así como en la VIII
Legislatura (2008-2012). Hasta 2008, mantuvo a Juan Carlos Castro como Director Gerente del SAS, y en 2008,
promovido por María Jesús Montero, fue nombrado Director-Gerente del SAS José Luis Gutiérrez Pérez, que ocupó el
cargo hasta 2014.
En esta VIII Legislatura, tras la dimisión del Presidente
Chaves en abril de 2009, tomo posesión de la Presidencia de la Junta José Antonio Griñán Martínez, entonces
Consejero de Economía y Hacienda. María Jesús Montero seguiría como Consejera de
Salud, y Carmen Martínez Aguayo era
nombrada Consejera de Economía y Hacienda (en la remodelación de 2010 fue
nombrada como Consejera de Hacienda y Administración Pública).
En la Legislatura IX (2012-2015), en la que IU y PSOE conformaron el
Gobierno andaluz, María Jesús Montero tomó posesión el 5-05-2012 como Consejera de Salud y Bienestar Social,
y Susana Díaz como Consejera de la
Presidencia e Igualdad.
El 27 de agosto de 2013, José Antonio Griñán dimitió por el
caso ERE. Al tomar posesión el nuevo Gobierno el 7-09-2013, se remodela y queda
Susana Díaz como Presidenta de la Junta, nombrando a María Jesús Montero Consejera de Hacienda y Administración
Pública, cargo que ocupó hasta su traslado a Madrid.
Con la moción de censura a Rajoy en el Congreso, Pedro
Sánchez se hace con la Presidencia del Gobierno de España y nombra a María
Jesús Montero Ministra de Hacienda
en junio de 2018.
Visto todo lo anterior, y analizada la trayectoria de María Jesús Montero en sus distintos cargos, la hoy Ministra de Hacienda es la prueba evidente
de que ocupar cargos públicos con un currículum creado a base de argucias y
chanchullos jurídicos sólo nos puede llevar al desastre.
Es decir, trabajar, lo que se dice trabajar (que tus ingresos dependan del Cliente)… no ha trabajado en su puñetera vida.
ResponderEliminarEsto no es una clase política, es un cáncer político.
Gran trabajo de investigación Sr Luis Escribano, Ahora ya que cada uno mire para donde quiera, pero usar la legalidad y los derechos al antojo de los partidos es algo totalmente inconstitucional y esto tendrá que ir saliendo de algún u otro modo
ResponderEliminarMuchas gracias Luis, por la labor que estas haciendo.
ResponderEliminarUn cordial saludo desde Huelva.
José Manuel Pérez Pérez.
¿Lo ven? Hay artículos largos en este blog que SÍ merecen la pena ser leídos y muestran coherencia y conectividad.
ResponderEliminar¡Bravo! una vez más al Sr. Escribano por su esfuerzo en demostrar con pruebas toda la corrupción de esta gentuza malvada de la Junta de Andalucía.
Ellos han hecho todas estas tropelías y más; pero los andaluces hemos sido consentidores, unos participando y otros mirando hacia otro lado; en definitiva, aceptando y tragando cuanto los políticos han ido haciendo, sin ser conscientes de que nos estaban cercando para, definitivamente, abandonarnos en el redil. Lo mismo que está sucediendo a nivel nacional.
Y mi pregunta es: ¿seguiremos sin hacer nada para remediarlo?
LA MEDICO MINISTRA DE HACIENDA, COMO SE SENTIRAN LOS PROFESIONALES DE ECONOMIA Y HACIENDA DEL ESTADO, POR SUPUESTO "JODIDOS" Y "USURPADOS"
ResponderEliminarSr. Escribano un trabajo muy cuidado y bien documentadom con deberían ser en los demás casos, pero que no se encuentran.
ResponderEliminarEn relación con esta Sra., porque con su actuación son resultados estos hechos que le ofrezco y desearía que le interesaran para su valoración y publicación, he de ofrecerle la práctica normal en el SAS de No cumplir los Protocolos Médicos Obligatorios ede Control de Enfermedades Raras muy graves, como el Síndrome Genético de Márfan, ignorando los médicos de cumplir su obligación de informar a los Padres de la presencia de dicha enfermedad, no advierten de la necesidad de realizar analítica de Genética, no realizan controles completos y no respetan los plazos obligatorios entre pruebas, La consecuencia, Un menor que pierde un Ojo y un Adulto al que matan en granada, Cárlos Cano, al no hacerle el control de diámetro de la aorta desde 1995 a 2000 en que muere desangrado y, el que suscribe que en cinco años han realiza en 2016 un control y el segundo está previsto a mediados de diciembre de este año, con riesgo de ser suspendido. Todo documentado.
Son gentes oportunistas sin apenas estudios lo van destruyendo todo con su obsesión por destruir España y se vengan con los ciudadanos privando les sus derechos fundamentales, con estas gente no vamos a ninguna parte solo a lo que ya estamos viendo a la ruina más extrema porque no han pasado página solo quieren lo que no han trabajado.
ResponderEliminarEnhorabuena al autor por el exhaustivo trabajo de investigación
ResponderEliminarGracias por su labor
ResponderEliminarEnhorabuena magnifico trabajo y bien documentado
ResponderEliminarNo ha trabajado en su puñetera vida
Buen seguimiento en la ardua investigación. La administración sanitaria siempre ha parecido la más arbitraria y opaca. Su investigación lo confirma. Enhorabuena. Ojalá sigan su ejemplo otros periodistas y consigan sacar a la luz todas las fechorías que cometen estos "clanes" que hace mucho que decidieron asaltar a la chita callando, o con todo el descaro, los servicios públicos en provecho del "clan" y del interés particular. Además no se esconden, lo dicen bien claro: "el dinero público no es de nadie". Hay que añadir: y la vergüenza sólo de unos pocos.
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