Susana Díaz convocará el 28 de septiembre elecciones autonómicas

Artículo de Antonio Barreda

Las hojas se han desojado a estas alturas. Las elecciones autonómicas serán para noviembre. Susana Díaz firmará el próximo día 28 de septiembre la convocatoria de las elecciones autonómicas. La maquinaria electoral del PSOE empieza a carburar. Sobre todo en la Andalucía rural, donde se sienten más fuertes, donde el clientelismo – desde la época romana – se afianzó en el campo del Sur. El Pollo de Antequera se sentiría hoy avergonzado por el sistema clientelar alcanzado en el régimen andaluz afianzado sobre la subvención y sobre la pobreza. Una pobreza que se redirige continuamente a los barrios y a los pueblos para mantener un voto cautivo donde el suelo de cristal del PSOE en Andalucía ni se rompa ni se resquebraje.

Las destrucción del espíritu del 28-F sirvió para robar la memoria colectiva construida sobre los deseos de un pueblo que quería caminar solo tras siglos de ocupación, de humillación y de servidumbre. El pago ha sido un régimen que durante 38 años solo ha gobernado para perpetuarse en el poder. Para utilizar todos los medios a su alcance para hacerse imprescindible en la memoria de todos y cada uno de los andaluces. La Junta-dependencia es un concepto político nuevo acuñado y creado en Andalucía para tener el poder de forma vitalicia. Aquí los herederos se nombran a dedo, siguiendo el viejo esquema visigodo del poder.

Como ocurría durante el franquismo, de lo que no se habla no existe. Y un poderoso silencio se ha ido posando durante los largos 38 años de poder absoluto. Nada se mueve aquí sin que unos ojos del partido lo vean, lo analicen y preparen el contraataque programático. Y ahora tienen las redes para poder seguir vendiendo el mismo humo. Luego sueltan a la jauría mediática que les rodea con el olor de la noticia programada. Ahora que hay elecciones la nueva orden es todo en positivo. Todo debe estar en color andaluz, nada en blanco y negro. Se trata de contar las mismas mentiras que llevamos escuchando 38 largos años.

La sanidad andaluza ha sido un desastre los últimos años de gobierno del PSOE. Los recortes sufridos, 1570 millones de euros, tienen su traducción en la mala atención sanitaria que han tenido que soportar los andaluces, y no por falta de cualificación de sus profesionales, sino por falta de medios. Pero los medios de comunicación nos cuentan todo lo contrario. Llevan meses dando noticias en positivo de la sanidad andaluza. La razón es que los gabinetes de prensa de los hospitales andaluces se han lanzado a vender semanalmente las noticias cocinadas de los diferentes servicios hospitalarios de forma positiva, hasta inundarlo todo, con el claro objetivo de que el desviar la atención pública del desastre de las fusiones hospitalarias y de las largas listas de espera.

En cuanto a la educación estamos en lo más bajo. El último informe PISA lo deja claro: Andalucía sigue a la cola. La comunidad no logra abandonar el último vagón de los resultados educativos. la comunidad de Andalucía se sitúa en último lugar en España en ciencias, con 473 puntos, y en el penúltimo en lectura (466) y matemáticas (479). Después de varios años presentándose el informe PISA los alumnos de 15 años de esta región continúan cosechando uno de los peores datos de España. Pero no pasa nada. Nadie habla. Todos callan.

Un hecho insólito que vemos estos días es la rebelión de los trabajadores de Canal Sur. Un cadena dedicada desde su creación a embrutecer a los andaluces. Pues parece que ya están hartos sus trabajadores de que se reme en una sola dirección, de que el régimen lo controle todo y a todos. Por primera vez alguien ha dicho basta, y por primera vez no está solo. Todos los trabajadores por unanimidad han levantado la voz. La cadena del régimen se está empezando a resquebrajar por dentro. Y así es como siempre empieza a deconstruirse un régimen, desde dentro. Los medios propios se rebelan y empiezan a contarle al pueblo la verdad. Un verdad que lleva 38 largos años escondida en los cajones del palacio de San Telmo.

Pero la mano del régimen es alargada y llega a todos los rincones del poder. Ahora empezarán a utilizar los datos propios de lo bien que lo han estado haciendo en la Junta de Andalucía. Saldrán todos los estudios realizados. Nos hablarán de los porcentajes del programa electoral conseguidos, de lo bien que han gestionado el empleo, la sanidad, la educación...todo un catálogo de cosas que todos sabemos que son mentira, una eterna mentira, pero lo venderán dándole siempre la vuelta a los datos.

Como nos vendía en Julio el consejero Arellano que Andalucía alcanzaría en 2018 el PIB más alto de su historia. Y meses después nos enteramos que volvemos a estar entre las regiones más pobres de toda Europa ya que no llegamos ni al 75% del PIB medio europeo. Otra mentira más que nos han contado. La convergencia con Europa es otra de las quimeras y de las mayores mentiras que nos han vendido, a pesar de haber manejado desde 1986 más de 102.000 millones de euros en ayudas europeas. 

La respuesta de Susana Díaz, como la del PSOE, siempre es culpar a otros del retraso andaluz. Hace meses acusaba al anterior presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de escatimar en financiación para la comunidad, lo que frenaba – según ella - el proceso de convergencia andaluz. Pero ahora tiene a su compañero Pedro Sánchez en La Moncloa, y ha colocado de ministra de Hacienda a la Montero. Ahora ya no tiene excusas para culpar a otros, pero desde la llegada de Pedro el silencio cómplice con Madrid se posa en todos los temas de financiación.

La gestión de los 38 años de gobierno deja muchas dudas. El empleo no remonta, a pesar de tener el PIB más alto de la historia. La crisis ha hecho un daño irreparable en el tejido productivo andaluz y el actual mercado de trabajo es incapaz de absorber la mano de obra sobrante. A lo que se añade que muchos expulsados del mercado laboral no han podido formarse por la cancelación de todos los planes de formación tras el escándalo de los cursos de formación en Andalucía. Lo que en sí constituye una de las mayores canalladas cometida por Susana Díaz a los andaluces. Y los sindicatos callan, cómplices del régimen.

Por ello, muchos trabajadores en paro mayores de 40 años que no han podido reciclarse están condenados a la pobreza, y lo que es peor, a no tener una pensión digna cuando se jubilen. Varios cientos de miles de familias andaluzas están condenadas a vivir de las ayudas sociales para poder subsistir los próximos 30 años. A lo que se une otro hecho insólito. Por primera vez y gracias a las reformas laborales y del mercado de trabajo los hijos de los trabajadores van a cobrar menos que sus padres, y rotando por los mismos contratos eventuales. Y todo ello después de gobernar ininterrumpidamente durante 38 largos años.

Por ello, son estas elecciones las más importantes de la historia de Andalucía. Por primera vez los andaluces tienen la oportunidad de castigar al régimen en democracia, de condenarlo al exilio eterno, de convertir el Parlamento en una representación real del pueblo, y no en una dictadura parlamentaria dirigida por el PSOE desde San Telmo. Es hora de que los andaluces se levanten y digan ¡basta!, ¡nunca más!.

Recuerden a la hora de votar, si votan, este cuadro de dónde estamos todos.

En los puestos de cola de PIB por habitante.

En los puestos de cola en convergencia con Europa.

A la cabeza en la presión fiscal.

A la cabeza en concurso de empresas.

A la cabeza del paro.

A la cabeza en gastos de prestaciones por desempleo.

A la cola en cobro de prestaciones por desempleo.

A la cola de los salarios.

A la cola en pensiones.

A la cola en renta anual media por hogar.

A la cola en renta por persona.

A la cabeza en el umbral de la pobreza.

A la cabeza de pobreza infantil.

A la cabeza en ciudades pobres.

A la cabeza en barrios pobres.

A la cola en gasto público por estudiante.

A la cola en inversión sanitaria.

A la cabeza de los recortes sanitarios.

A la cabeza en hospitales privados.

A la cola en servicios sanitarios.

A la cola en camas hospitalarias.

A la cabeza de las reclamaciones sanitarias.