lunes, 10 de septiembre de 2018

Mientras hay próximas elecciones autonómicas el paro galopa por Andalucía


Artículo de Antonio Barreda

Ha sido llegar Pedro Sánchez a la Moncloa y empezar a subir como la espuma los datos del paro. El Psoe siempre se ha caracterizado cuando gobierna en Madrid de ser una inmensa fábrica de parados por toda la geografía nacional. Especialmente en Andalucía. Donde sus políticas económicas desde el famoso Plan E de Zapatero han golpeado con dureza el mercado laboral andaluz. La llegada del PP al poder y la era de los recortes y de la reforma laboral no supuso un parche en la sangría de parados de la región. La reforma traía consigo importantes retrocesos para los derechos de los trabajadores y, sobre todo, un auge de la contratación temporal. Ahora, una de las características del nuevo mercado de trabajo postcrisis es la de la proliferación de contratos que cada vez son más cortos.

Los datos del pasado mes de agosto a nivel nacional son para enmarcar. El pasado día 31 de agosto de 2018 se batió un triste récord para el mercado laboral en España. Por primera vez en un solo día se destruyeron más de 300.000 puestos de trabajo. La combinación arroja cifras récord: se dieron de baja 363.017 afiliados y solo 58.375 de alta. El saldo neto: 304.642 empleos menos, el récord para una sola jornada. Esta es ahora la nueva dinámica laboral. Y aunque Pedro Sánchez prometió eliminar la reforma laboral ya ha indicado claramente que no la va a quitar. Un discurso a la hora de coger el poder y otro distinto a la hora de estar en el poder.

En Andalucía los datos del pasado mes sobre el paro son letales para las políticas de empleo de las que tanto saca pecho el gobierno de Susana Díaz. El número de parados registrados en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo en Andalucía subió en el mes de agosto en 8.284 personas, lo que supone un alza del 1,06 por ciento respecto al mes anterior, alcanzando los 792.577 desempleados en Andalucía. Por sectores, el paro registrado bajó especialmente en el sector de la Agricultura, con 4.067 parados menos. Asimismo, también decreció el paro en el colectivo sin empleo anterior (-1.329). Por su parte, aumentó en los ámbitos de la Industria (1.044 parados más); la Construcción (3.271) y el sector Servicios (9.365).

El desempleo registrado en el SEPES (Servicio Público de Empleo Estatal) bajó en agosto sólo en una de las provincias andaluzas, Huelva (-615 y -1,28 por ciento). El resto de provincias experimentaron una subida del paro, la que más, en términos absolutos, Sevilla (2.189 parados más y un 1,13 por ciento de aumento). Tras Sevilla, la segunda mayor subida se produjo en Málaga (1.943 y 1,40 por ciento más); seguida de Córdoba (1.557 y 2,17 por ciento más); Cádiz (1.481 y 1,08 por ciento más); Granada (966 y 1,19 por ciento más); Almería (630 y uno por ciento más) y Jaén (133 y 0,26 por ciento más).

La afiliación media a la Seguridad Social bajó en Andalucía en 19.028 ocupados en el mes de agosto en relación con la media del mes anterior, con lo que la afiliación media se situó en 3.025.315 ocupados en la Comunidad. En relación con el mismo mes del año anterior, la afiliación media subió en 86.494 personas, con un incremento del 2,94 por ciento.

Los sindicatos UGT y CCOO indicaron que los datos del paro registrado en Andalucía en agosto evidencian la “imperante necesidad” de acabar con la precariedad laboral en la comunidad, por lo que insistieron en derogar la reforma laboral. En un comunicado, UGT lamentó que Andalucía siga liderando el paro estatal, con un 24,91 por ciento de desempleados, porcentaje que se reduce “levemente”. Según el sindicato “uno de cada cuatro desempleados españoles sigue siendo andaluz”.

Otro colectivo que ha sufrido las políticas gubernamentales y autonómicas estos meses son los autónomos. Según los datos del RETA del pasado agosto, Andalucía vuelve a sufrir el segundo descenso consecutivo: 2.453 autónomos y autónomas menos, un descenso algo menos acentuado que en el mismo mes del pasado 2.017, cuando llegaron a perderse casi 2.816 efectivos en nuestra comunidad. A esto tenemos que sumarle los 8.284 parados que se han producido este pasado mes en Andalucía.

Todas las provincias andaluzas han sufrido un descenso de autónomos, siendo las más acentuadas Málaga (-782) y Sevilla (-579). Por su parte Granada (-342), Córdoba (-286), Almería (-173), Cádiz (-138), Huelva (-105) y Jaén (-50). Además la junta de Andalucía de los 37 millones previstos y presupuestados para apoyar el trabajo autónomo, sólo se han asignado 13 millones a la creación de empleo autónomo, cuatro al impulso del asociacionismo y aun quedan 20 millones aproximadamente por aplicar antes de la finalización del año.

Además las políticas económicas para paliar el paro en Andalucía del gobierno de Susana Díaz están muy alejadas de conseguirlo. Así, el pasado mes de julio el consejero Arellano indicaba que el Producto Interior Bruto (PIB) de Andalucía acumula en los últimos tres años un crecimiento cercano al diez por ciento (9,7 por ciento) y cerrará el ejercicio 2018 en 166.000 millones de euros, “el PIB más alto de nuestra historia”.

Se olvida el consejero Arellano el hecho innegable que mientras la economía ha superado el nivel de PIB de 2008, el número de parados sigue siendo aún elevadísimo en Andalucía. Con lo que la economía se ha ido recuperando, pero no ha ido absorbiendo la mano de obra que expulsó del mercado laboral. O sea, que producimos más con menos manos de obra. Lo que nos indica que solo le ha ido bien a la parte empresarial en vez de a la clase trabajadora de la región.

Y mientras el paro sigue galopando por Andalucía, recordemos el comunicado que lanzaba el pasado 17 de junio la presidenta Susana Díaz recogido por Europa Press, en el que indicaba que cree que Andalucía dará “el salto a la convergencia” en este nuevo ciclo económico. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se ha mostrado convencida, cuando se cumplen tres años de la formación del Gobierno andaluz constituido tras las elecciones autonómicas de 2015, de que la comunidad autónoma va a dar "el salto a la modernidad y la convergencia" en este nuevo ciclo económico, “generando riqueza y empleo y combatiendo la precariedad, con empleo de calidad que permita sacar con dignidad a las familias adelante”.




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