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lunes, 28 de mayo de 2018

Hoy siento miedo en Andalucía


Artículo de Antonio Barreda



Cuenta Marco Aurelio, que fue emperador de Roma, en sus Meditaciones, que la vida de un hombre es lo que sus pensamientos hacen de ella. Libro, que por cierto, recomiendo a todos su lectura. Muchos de sus preceptos siguen vivos después de casi dos milenios. Los problemas de los hombres y de los gobiernos parecen que perviven en el tiempo. Hoy está en juego la esencia de la libertad de expresión y de pensamiento que es uno de los bienes más preciados del hombre. Miles de vidas se han perdido por ello por las calles de Europa en el pasado siglo.

Parece que se nos ha olvidado aquella solemne ocasión donde se proclamaron en la Francia revolucionaria los Derechos del Hombre y del Ciudadano, donde se recogía en su artículo 11 que "la libre comunicación de pensamientos y opiniones es uno de los derechos más valiosos del Hombre; por consiguiente, cualquier Ciudadano puede hablar, escribir e imprimir libremente, siempre y cuando responda del abuso de esta libertad en los casos determinados por la Ley".

Pero tras la entrevista a la jueza Alaya es su artículo 16 de dichos Derechos del Hombre el que de verdad está en juego, y con él toda la nuestra democracia. Recoge que "una Sociedad en la que no esté establecida la garantía de los Derechos, ni determinada la separación de los Poderes, carece de Constitución". La jueza, en su entrevista a ABC, ya ha dado un aldabonazo de aviso sobre el peligro que corre la separación de poderes, sobre todo por las presiones que se ejercen sobre los poderes por parte de la clase política.

Y eso abre un abismo de insondable caída a la sociedad española y andaluza. Ya que un miembro de uno de los poderes del Estado nos describe un panorama desolador de presiones e intereses políticos contra su investigación de los ERE falsos, la mayor trama de corrupción pública de la historia democrática de España que ahora se está juzgando en la Audiencia Provincial de Sevilla.

La magistrada expone sus pensamientos y su libertad de expresión en una entrevista en la que nos deja ver que PSOE y PP, a través de los vocales que designaron en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), forzaron su apartamiento de las causas que instruía. Alaya pidió la plaza que ahora ocupa en la Audiencia sevillana, pero su intención era mantenerse en el juzgado de instrucción en comisión de servicio para seguir instruyendo los sumarios que investigaba, lo que el Poder Judicial no le permitió.

Apartarla de esos caso nos hiere a todos los que queremos saber la verdad. Los que exigimos conocer la verdad estamos sangrando por las heridas que han infringido a nuestra libertad, a nuestro derecho a saber en libertad, a expresar lo que sentimos ante la corrupción. Que nadie sepa nada es propio de los gobiernos que ahogaron en sangre a su propio pueblo bajo el yugo del totalitarismo en la Europa de entreguerras.

Por eso, aun así hoy, consagrados los derechos del hombre por la todopoderosa institución de las Naciones Unidas, aun hay quien tiene miedo en Andalucía, en Cataluña, en Madrid, en Galicia…. de expresar sus ideas en libertad. Lo sentimos todos los días. Y desde este día lo sentimos más. Ha vuelto el miedo. La voz baja y mirar para todos lados. Parece que volvemos a estar en la España de la clandestinidad. En la España del NODO y del blanco y negro. En la España donde nunca salía el sol.

Aquí en la Andalucía de los Caso ERE y Formación también ha caído ese largo telón de acero sobre la democracia que un día definió aquel famoso estadista inglés que fue Churchill. La voz de la independencia suele ser maltratada por todos los estamentos. Pero duele especialmente si viene del llamado cuarto poder. De los adictos al régimen subvencionado, de los apesebrados de todas las épocas de la historia que sucumben a la mentira y esconden la verdad cuanto pueden entre inmensas telas de araña tejidas en las redacciones cuando la noche es más profunda.

Por eso, la voz con la que clama la jueza Alaya es la voz profunda de toda Andalucía. Es la voz insertada en la conciencia de todos nosotros. Es la voz que nos hablaba desde la Pirenaica. Es la voz que venía por las noches a abrirnos los ojos, unos ojos cansados de mirar para otro lado. Es la voz de los que sufren en silencio toda la ignominia del régimen. Es la voz de los desclasados que nunca aparecerán en los Boe o en los Boja. Es la voz de la madre que ve que sus hijos pasan hambre. Es la voz del padre que ve que sus hijos pasan sed.

Y hoy no hay nada ni nadie que nos consuele. Pero al menos teníamos la sensación de que había una Justicia que nos acogía a todos. Y es ese engaño del que nos han despertado con un atronador cañonazo de realidad. Nada es lo que es, pero también nada es lo que parece. La mentira se apodera de todas las instituciones y las secuestra. La deja sin voz y sin representados. Es la institución del pueblo sin el pueblo. De los partidos y de sus funcionarios. Los intereses de la mayoría desparecen por los desagües del estado mientras nadie hace nada. Mientras todos callan.

Los derechos del pueblo empiezan a ser borrados a golpe de decretos y de leyes en unos parlamentos que empiezan a dejarnos huérfanos a todos. Unos parlamentos que nos señalan como los perdedores de todos los males del estado. Unos parlamentos que nos recolectan nóminas e impuestos para pagar la deuda que ellos generan desde los gobiernos. Y cada vez que nos dicen que ya salimos de una crisis todos nosotros somos más pobres, todos nosotros somos los que más sufrimos. Y nada cambia desde que los legendarios tribunos de la plebe eran asesinados. Hoy nos asesinan quitándonos derechos que no recuperamos.






7 comentarios:

  1. Magnifico y real este artículo, necesitamos pensadores reales,que con su verbo nos abran la luz del entendimiento y generen en nosotros la necesidad de ser mas reales y críticos con la realidad que nos quieren imponer, para seguir con su mercadeo de voluntades.

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  2. Que triste! Cuanto hemos perdido de lo poco que ganamos

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  3. Una triste pero gran verdad por desgracia la justicia no nos ampara mas bien està al servicio de esa casta.Han olvidado para qué han sido elegidos demostrando a diario que la única preocupación y objetivo es llegar al poder desacreditando a sus adversarios que al fin y al cabo son también lobos con distinto pelaje con el mismo objetivo.El fin justifica los medios

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  4. Nunca mejor expresado, hay dos pueblos el llano, y el elegido para sentarse en el parlamento

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  5. Que razón tiene este articulo , pero ya se sabía que la habían apartado por hacerlo bien

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  6. Un Estado justo es en sí un oximorón. El Estado no es más que la mayor banda criminal que actúa en un territorio. Los empleados públicos, entre los que me encuentro, son como los judios que ayudaban a los nazis a incinerar a sus correligionarios, y los pagadores de impuestos son las víctimas. No hay otra.

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