Artículo de Antonio Barreda
Albert Camus
escribió sobre la guerra civil en nuestro país que “fue en España donde los
hombres aprendieron que uno puede tener
razón y ser derrotado, que la fuerza puede destruir el alma, y que a veces el
coraje no obtiene recompensa”. Ese retrato de la España íntima donde el verano
se hace eterno y donde la razón está herida de muerte es la España profunda que
aflora en Andalucía estos días, es la España negra que llega como llegan las
estaciones, como llega el tiempo a devorarlo todo.
El régimen y sus
acólitos se encargan de herir la democracia en lo más profundo de sus órganos.
Ya lo advertía Cicerón cuando avisaba que “no hay nada más injusto que buscar
premio en la justicia”. Y eso mismo es lo que viene ocurriendo en Andalucía
desde hace ya 40 largos años. La ausencia absoluta de valores, y la persecución
sin tregua de la libertad, de la crítica y de la palabra en libertad. Y el eco
de Cicerón aun suena después de veinte siglos y nos dice que “para ser libres
hay que ser esclavos de la ley”. De una ley que juzga sin sentido las cosas y
los hechos, de personas que juegan a ser juristas y a ser jueces cuando no hay
tribunales ni hay salas donde se pronuncian.
Lo peor de todo
es que se repiten los mismos argumentos con distintos protagonistas. Khrushchev
en su discurso secreto al XX Congreso del PCUS indicó algo que,
desgraciadamente, ya han llevado a sus efectos en la Andalucía del régimen.
Denunció que “Stalin inventó el concepto de «enemigo del pueblo». Este término
hizo automáticamente innecesario que los errores ideológicos de los hombres
expresados en una controversia se comprobasen; este término hizo posible que se
usaran los más crueles métodos de represión, violándose así todas las normas de
la legalidad revolucionaria, cada vez que alguien estaba en desacuerdo con
Stalin o que se sospechara en él una intención hostil o debido simplemente a
que tenía una mala reputación”.
Nada fluye en
Andalucía sin que esté controlado. Milán Kundera, que sufrió toda la represión
de un régimen en sus carnes, definió aquello de que “el ansia de orden pretende
convertir el mundo de los hombres en el reino de lo inorgánico, en el que todo
marcha, funciona, sometido a un orden suprapersonal. El ansia de orden es al
mismo tiempo ansia de muerte, porque la vida es una permanente alteración del
orden”. Esta definición de lo inorgánico y aséptico es lo que muchos de
nosotros venimos sufriendo en Andalucía, pero no cuentan con que estamos vivos
y alteramos el orden.
En Andalucía ya
no quedan sueños, lo inorgánico ha empezado a posarse sobre todas las
instituciones, a escribir con sangre de otros en los altos muros donde
encierran la protesta y la crítica. Ya no hay calles por donde ande medio
desnuda la libertad dirigiendo al pueblo como pintó una vez Delacroix, la censura es ahora la madre de todas las
palabras muertas. Ya no hay sueños metálicos, y hoy soy aquí y ahora como
Martin Luther King. “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con
la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera
necesidad de soñarlas”.
Aquí no hay un
periódico como L´Aurore, ni un Emile Zola que hable y acuse. Aquí te coartan la
palabra y la razón. Las últimas frases de su alegato por el caso Dreyfus es lo
que me viene a la conciencia. Las
palabras de Zola tienen hoy más sentido en esta Andalucía herida en la
libertad, y las hago más mías hoy que nunca. “Sólo un sentimiento me mueve,
sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha
sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más
que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me
juzguen públicamente”.
Todo es
controlado desde las instituciones que nos gobiernan. Los espacios de libertad
y de pensamiento cada vez son más pequeños y lejanos. Ya no quedan contadores
de historias ni de realidades. Hay culpables y muchos nombres en esta historia,
demasiados. El nobel Mandela pronunció las frases que hoy nos despiertan en la
fría y terrible existencia en la soledad andaluza. “Una prensa crítica,
independiente y de investigación es el elemento vital de cualquier democracia.
La prensa debe ser libre de la interferencia del Estado. Debe tener la
capacidad económica para hacer frente a las lisonjas de los gobiernos. Debe
tener la suficiente independencia de los intereses creados que ser audaz y
preguntar sin miedo ni ningún trato de favor. Debe gozar de la protección de la
Constitución, de manera que pueda proteger nuestros derechos como ciudadanos”.
Guardarnos de
los idus de marzo empieza a tomar vida en el calendario de esta Andalucía
apesebrada. Los que no son senadores del pueblo son los que ahora blanden los
hierros con los que asaltan, hieren y encierran a la libertad. Ya no quedan
esos legendarios tribunos de la plebe porque los han ido asesinando uno a uno
hasta dejarnos huérfanos. Solo empieza a quedar una sombra de lo que fuimos.
Solo empieza a quedar el eterno canto de los desclasados sin derechos, de los
que ven la geografía confusa de lo que han dejado atrás y se han ido a otras
fronteras, lejos, muy lejos de su pueblo y de su propia familia.
Aquí ya no habla
Zaratustra, calla porque siente una inmensa vergüenza de lo que somos. Ni el
antiguo rey Gerión de tartesos, ese hijo de un titán, está vigilando ya a su
pueblo y sus gentes porque se ha tapado las cara con las manos para no seguir
mirando. El viejo trono usurpado está
ahora tras los muros San Telmo. Desde allí lastima con saña mortal en lo más
profundo al Parlamento, hurgando en la profunda herida por la que se desangra
el espíritu de Blas Infante.
Debemos
levantarnos, tomar esa frase eterna de nuestro propio himno como pueblo y tomar
conciencia de que la democracia empieza a estar muerta en Andalucía. La ausencia
de libertades y de expresión inunda las calles y las plazas, inunda los pueblos
y las ciudades, inunda los campos y las vidas de los andaluces. Ya no hay
esperanza. No hay fe, ni rezos a ese antiquísimo dios tribal que habitaba en
las entrañas de mi pueblo.
Maravilloso Antonio, como siempre das en el centro de la diana, pero aquí a pesar de tantas mentiras, de tanto sufrimiento ajeno, seguiremos apoyando a Jesús Candel,
ResponderEliminarGracias Señor Barreda, pocos como usted se atreven a decir verdades como puños,
ResponderEliminarAndaluces levantaos, que estamos dormidos no dejemos más nuestro destino en manos de estos inútiles ladrones, no dejemos que nos tomen por tontos, la mayoría se conforma con cobrar el per y poco más nos dan las migajas y nos conformamos mientras que ellos viven a cuerpo de rey. Nos estan quitando todo lo que es nuestro por derecho nuestra SANIDAD PÚBLICA. Y nadie dice nada bueno nadie no Granada está a tope con JESÚS CANDEL. Como dice el himno de Andalucía, andaluces levantaos pedir tierra y libertad.
ResponderEliminarMuy acertado señor don Antonio Barreda. Sus palabras me han dejado helado y pensativo, pues tiene toda la razón; hemos sido amordazados, estamos siendo expoliados, se nos esta despojando de lo más sagrado y valioso que tiene el ser humano, su libertad , tanto de expresión como en decidir nuestro futuro. Estamos siendo conducidos hacia un aprisco sombrío e inhumano y de proporciones gigantescas, si bien de una forma muy aseptica en algunas ocasiones y en otras no tanto. Donde está el reino de Tarsis, al que según la Biblia, mandaba el rey Salomón a sus naves para proveerse de metales preciosos y joyas ? , donde quedaron los famosos rebaños del rey Gerión ?, donde quedó nuestro orgullo de ser andaluces? , donde quedaron nuestras aspiraciones de libertad despues de 40años de autonomia ? donde quedaron tantas y tantas ilusiones por prosperar y quitarnos de encima el sanbenito de pueblo domado ?. Estimado señor Barreda, siento una profunda tristeza por mi pueblo y como no sé o no puedo hacer otra cosa , lloro con usted y eso sí pregonando y gritndo fuerte a los cuatro vientos.- y permitamé tomar sus palabrs !""Ya no hay esperanza. No hay fe, ni rezos a ese antiquísimo dios tribal que habitaba en las entrañas de mi pueblo."..., nos las han robado. Un saludo respetuoso.
ResponderEliminarFantástico! Bárbaro! Hacia demasiado tiempo que no leía algo con tanta verdad cruel que despertara sentimientos contradictorios. El desaliento por reconocer que no aprendemos de los errores y la esperanza porque gracias a que surgen inquietas personas llenas del talento y el coraje que se precisa para permanecer al frente de causas de ináudita naturaleza,perplejos y carente de razón alguna que justifique su existencia.
ResponderEliminarEste artículo,justo hoy y por otros motivos, viene a repostar mi reserva de ilusión y esperanza por el ser humano,que las malas acciones de muchos conllevan a mitigar.
Gracias Barreda. Estaré atenta a lo que escribas a partir de ahora,pues reconozco que hoy cambiaste mi ánimo y trajiste algo con lo que continuar con una sonrisa. No hay derecho a que también nos arrebaten el poder de sonreír con argumento, con verdad. Absolutamente. Feliz semana.
Es indignante que una persona tenga que dejar de buscarse la vida honestamente solo porque lo decidan unos cuantos señores que forman la directiva del colegio. Y luego hay tanto cabrón desviando a la privada o llevando enfermos de su consulta privada a hacerles las pruebas al hospital público u nadie se meta con ellos.
ResponderEliminarVoluntariedad de colegiación, ya.
Es indignante que una persona tenga que dejar de buscarse la vida honestamente solo porque lo decidan unos cuantos señores que forman la directiva del colegio. Y luego hay tanto cabrón desviando a la privada o llevando enfermos de su consulta privada a hacerles las pruebas al hospital público y los colegios, que dicen velar por la ética profesional, tocandose los colindrones. La mayoría de los profesionales, pagando colegios como borregos en vez de luchar por la colegiación voluntaria, y unos políticos de mierda que dicen defender las libertades democráticas y sin ser capaces de legislar la libertad de colegiación.
ResponderEliminarOtra lucha pendiente...
LA Libertad no existe porque los partidos políticos tienen excesivo poder y no hay alternativa posible: todos son iguales, dice el pueblo harto de soportar injusticias y censuras continuas.
ResponderEliminar"Esto son lentejas" nos dicen los partidos políticos. Pero el refrán nos da la opción cuando nos dice: "si quieres las tomas y si no las dejas" Y eso es lo que se puede hacer: No votar, pues si votas "contra un partido", lo estás haciendo "en beneficio de otro partido". Y el perjudicado eres tú (lo que me recuerda demasiado a la teoría de la estupidez de CIPOLLA), votante que no se atreve a no votar. URNAS VACÍAS. A LA MIERDA ESTA DEMOCRACIA QUE NO NOS MERECEMOS. a LA MIERDA TODOS LOS PARTIDOS QUE SON IGUALES UNOS A OTROS. ¡QUE CONTESTEN A LAS REDES SOCIALES SI SE ATREVEN!.