Artículo de Miguel Ángel García
Son muchos los calificativos que se me vienen a la
cabeza para sintetizar en una sola palabra lo que quiero decir a continuación.
Entre ellos están: desastroso, funesto, deplorable, demencial, catastrófico, caótico,
e incluso, llegaría en algún momento a calificarlo de inhumano.
Titulo este artículo, caras nuevas, con toda la intención, porque es una manera de ver o mostrar qué pasa y cómo está la Sanidad en Andalucía, en general, en Sevilla, en particular y en el Hospital Macarena, más concretamente. Sólo tiene uno que estar unos días allí hospitalizado, para recibir un curso intensivo a la altura y calificación de máster, de lo que es el caos en el funcionamiento de un ente público como este. Verdaderamente caótico, en lo general, y no así en lo particular de la mayoría de profesionales que allí trabajan, desde médicos, pasando por enfermeros, auxiliares, celadores, cocineros, pinches, planchadoras y personal de mantenimiento.
En todos los casos, los habrá buenos, regulares y
malos, como ocurre en todos los gremios. Dicho lo cual, sí afirmar, de manera categórica,
que en los siete días que he permanecido hospitalizado, he podido comprobar en
propias carnes, lo que es el desconcierto y el desbarajuste más atroz.
Desgobierno que no proviene motu proprio, de los trabajadores (de algunos de
los trabajadores, no, de otros sí), sino más bien del sistema. Pero todo
sistema está ideado y puesto en la práctica por unos responsables.
Sé que la perfección no existe, pero entre la perfección
y el caos, existe un término medio, y ese término medio es el que se lleva a la
práctica y de manera real, al menos en lo que yo he vivido, en el Virgen
Macarena. Decía Thomas Hobbes que “entre las ciencias verdaderas y las
doctrinas erróneas, la ignorancia ocupa el término medio”. Pues en efecto, esto
es lo que sucede en la sanidad andaluza, que está siendo gobernada y dirigida
por ignorantes, cuyo denominador común para nombrarlos, es el mismo: políticos.
Sin entrar a valorar el aspecto profesional de
quienes me han atendido, que en algunos casos ha sido muy bueno y eficaz, y en
otros, rozando lo inhumano, respeto su comportamiento, aplaudiendo a unos y
censurando a otros. Ahora bien, en lo concerniente al funcionamiento en sí, no
llego a explicarme, cómo en los siete días que allí he pasado, han desfilado
por delante de mí más caras que en un casting de Operación Triunfo.
Yo, que el tema este de la sanidad por motivos
personales lo conozco muy de cerca desde hace más de cuarenta años, me quedo
patidifuso al ver cómo los turnos de ocho horas se conjuntan con los de doce.
Vale, sin problemas porque puede haber dentro de la plantilla de la planta,
quienes quieran hacer turnos fijos de doce o de ocho horas. Bien, no digo que no,
lo que digo y me pregunto, es que si hay una plantilla para cada planta, como
creo que es lo más lógico y natural, en una semana me dé tiempo a ver las
mismas caras en los diferentes turnos ¿no? Salvo las excepciones de bajas
ocasionales, vacaciones, o días de asuntos propios.
Pues no. Por mi habitación han pasado las
suficientes caras nuevas, como para poder llenar las planillas, de no menos de
tres plantas. Y entonces me pregunto ¿y eso cómo puede ser? Respuesta de una de
las enfermeras a mi pregunta de por qué tantas caras nuevas: yo trabajo en tres
plantas. ¿Cómo?... pregunta que me hago sin respuesta de la aludida. Y abunda
en el tema diciéndome, que una amiga suya, está pendiente de que la llamen de
cualquier parte del hospital. Lo mismo da que sea de esterilización como
cirugía, como quirófano, pediatría o cardiovascular.
Y yo, de naturaleza hostil y beligerante con lo
inaceptable y todo tipo de chanchullos (por lo menos en lo público), y que soy
muy mal pensado, me vuelvo a preguntar: pero estos profesionales de la
itinerancia hospitalaria, ¿tienen plaza, son interinos, correturnos o qué
diablos son? Y con ello, ¿qué tipo de contratos tienen? ¿Se hace sólo con los
DUE’s, o se hace también con médicos, auxiliares, celadores, pinches etcétera?
¿Conoce la oposición estos procederes? ¿Saben, sin
querer entrar en detalles, por qué a un señor que ingresa de urgencia para ser
intervenido el domingo, es convencido por dos facultativos que estaban de
guardia, de que no lo van a operar porque resulta que en unas pruebas (¡de
hacía años!) tenía problemas de corazón y era mejor un tratamiento (de meses)
para después operarlo de forma programada, y a la mañana siguiente del lunes,
la “titular”, en efecto, lo opere de urgencia desestimando y argumentando con
criterios clínicos, el por qué sí había que intervenirlo, desechando y tirando
por tierra los argumentos esgrimidos horas antes por sus colegas? ¿Había
saturación en los quirófanos? ¿Les llegaba o no entraba en su posible contrato
esa intervención? ¿Habían llegado al tope? ¿Eran esos facultativos poseedores
de plaza en el hospital o estaban contratados, por... ¿horas?
Hospital V. Macarena. Desde el 2003, por un problema oncológico, estuve atendido por durante 13 años por el mismo doctor, una persona atenta y profesional que se jubiló en 2016. Desde entonces he pasado por 4 (¡cuatro!) doctoras muy jóvenes y presumo sin demasiada experiencia. Además, a pesar de que una jubilación es un hecho perfectamente previsible, el cambio fue de un día para otro, sin que hubiese un mísero turno compartido para traspasar el "testigo" y poner en común la casuística de los pacientes. Y no es un simple problema de juanetes, se trata, ¡yuyu!, de cáncer ¿?
ResponderEliminarLas condiciones del segundo sótano del Macarena, para facultativos y pacientes, son impensables en un país civilizado: consultas en cubículos, sin luz natural ni ventilación adecuada, sin asientos de espera para todos los pacientes, al lado de máquinas radioactivas... ¿?
Desgraciadamente, no solo es ese hospital, en Málaga ocurre lo mismo en Carlos Haya y el Clínico.
ResponderEliminarLo conozco porque también he estado allí. Denigrante, terrible y de película de Fellini. Es casi comparable a la cámara de los horrores. Triste, muy triste.
ResponderEliminarPor cierto, el médico al que hace referencia atiende a las iniciales J.A.S.C.?
Lo conozco porque también he estado allí. Denigrante, terrible y de película de Fellini. Es casi comparable a la cámara de los horrores. Triste, muy triste.
ResponderEliminarPor cierto, el médico al que hace referencia atiende a las iniciales J.A.S.C.?