viernes, 1 de diciembre de 2017

Lenguas, leyes y algoritmos


Artículo de Rafa G. García de Cosío


En un interesante artículo titulado ''La nueva lengua mundial'', el periodista Andrian Kreye nos recordó hace algún tiempo la importancia de los algoritmos en nuestra vida. Del algoritmo como lengua de las máquinas. ''En esta lengua, los algoritmos son el elemento que toma las decisiones''. Hoy, en 2017, nadie duda de que a las generaciones que vienen más les vale ponerse con la programación de ordenadores que con el chino. Más que nada porque serán esos ordenadores los que hablen chino por nosotros dentro de pocos años.

Pero la parte más significativa del artículo de Kreye viene a la mitad, cuando define magistralmente la Ley como ''la lengua que rige las decisiones de una sociedad''. Y hace un apunte importante: las leyes y los algoritmos son confeccionados por humanos, si bien las primeras son ''la expresión colectiva de una sociedad'' mientras que los segundos los crean los ingenieros.

En España faltan ingenieros de algoritmos y sobran los ingenieros de leyes. Son los que proponen leyes pero no en el Parlamento, que es donde cualquier país que se quiere a sí mismo da cobijo al legislador, sino en el laboratorio de los partidos políticos o en los medios de comunicación. Aquello que Podemos llama despachos o 'reservados', pese a practicarlo igualmente. Puigdemont y toda la patulea de 'una lengua, una nación' son un ejemplo. Declaran, al margen de la Ley de un Estado de la UE, la creación de una República basada en la lengua. Según esta tesis, Georgia o Uzbequistán deberían seguir siendo parte de Rusia hoy. Y Marta Rovira, que no es tonta, se ha dado cuenta y ha dado con la estrategia que nunca falla en nuestro país: no hay que independizarse de España, en realidad solo basta emanciparse del PP.

El nogal catalán; el neoliberal Iceta

Pero sí solo los nacionalistas oficiales estuvieran pringados... Miquel Iceta, con su demanda de una Hacienda catalana, ha demostrado una vez más que el PSC es a Cataluña lo que el PNV al País Vasco: el partido encargado de recoger las nueces del árbol que otros agitaron. Podrá haber propuesto la idea en un desayuno civilizado de cualquier periódico, pero la propuesta no deja de ser eso: ingeniería social más allá del Parlamento, donde reside la soberanía popular. Lo que otros llaman Gente.

Les soy totalmente sincero si admito que no tengo ni idea de si este tipo de propuestas fueron alguna vez discutidas con el PSOE nacional. Lo que sí sé seguro es que Iceta está traicionando el ideario progresista sin que sus votantes se den cuenta y, lo peor aún, sin que a nadie le importe. Porque la buena noticia es que el PSC es irrelevante. Su último momento de gloria podría tenerlo ante una hipotética decisión de investir a Inés Arrimadas. Pero los ojos de la sociedad están puestos, en realidad, en las décadas futuras.

Si hoy el PSC pide una Hacienda propia para Cataluña, echemos mano de los algoritmos y preguntémonos qué hay de malo en que en esa Cataluña independiente fiscalmente surjan en el futuro otras haciendas, sucediéndose matemáticamente unas a otras al estilo de los fractales, hasta que haya 7 millones de haciendas, el Estado haya desaparecido y sean precisamente los socialistas los que puedan presumir siempre de haberse independizado del intervencionismo de las comunidades más pobres? Qué podría salir mal?




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