Artículo de Cornelia Cinna
Me he alegrado de que la mujer de José Bernardo Portillo García haya tenido el coraje, la dignidad, la valentía y los arrestos de denunciar al presunto hostigador de su marido, el profesor fallecido de Lengua y Literatura Española, Pepe Portillo. Asimismo, hay que puntualizar que la denuncia tiene dos focos: el ex director del IES Murillo, por su acción acosadora, y la Consejería de Educación, por omisión y dejación de sus funciones –Ley 7/2007 de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, en cuyo artículo 95, punto 2 tipifica como falta muy grave el acoso laboral-.
Hace casi treinta años, tuve la suerte de conocer al difunto profesor Portillo. Persona que no dejaba indiferente a nadie, Pepe era un profesional brillante, imaginativo, trabajador, entusiasta como lo demuestran premios y el reconocimiento de sus compañeros y alumnos, a los que dejó su impronta, anécdotas de su fuerte y combativo carácter, además de un gran sentido del humor cáustico y absurdo, rezumando vitalidad, inteligencia, simpatía, ironía y sarcasmo a raudales. Características y valores que descolocaban y desfragmentaban a inseguros, totalitarios y carpetovetónicos. Más cuando Pepe, incansable denunciador de ilegalidades, cortijismo -de uno u otro bando- y desmanes, señalaba sin despeinarse a los caciques que se iba encontrando en su vida.
La buena noticia de la admisión de la denuncia en el juzgado nº 2 de Sevilla la tienen Vds. en este enlace de El Mundo. Los pormenores de larguísimo recorrido de la secuenciación del acoso están sub iudice. Y de cada uno de ellos debería de tener documentación la Delegación provincial. Él lo registraba todo. Empero no sólo fue acosado el profesor Portillo, sino otros miembros del claustro del IES Murillo de Sevilla y con escritos pertinentemente remitidos. El conocimiento de los presuntos excesos, faltas de respeto, ademanes despóticos del antiguo directivo -2008/2016- del citado centro educativo eran vox populi entre la comunidad educativa.
¿Tiene la Consejería de Educación protocolos de actuación en materia de acoso laboral -moral o psicológico en el trabajo-? Sí, y extensibles a todos los empleados públicos, datando de 2014. Aplicables a todos lo ámbitos de la Administración, pueden consultarse en el siguiente enlace. ¿Se activaron tales protocolos? ¿Se creó por parte del Delegado/a provincial la comisión de investigación a tal efecto, como marca el III, 1-a? ¿Y las Unidades de Riesgos Laborales? ¿Y el jefe de personal? ¿Se elevaron los informes -si existen- a la Dirección General de Seguridad y Salud Labora? ¿Se inició el procedimiento según se señala en los puntos V, 1, V, 2, V3 y V4 con el informe preceptivo? ¿Hubo resolución del comité? Es más: ¿ALGUIEN HIZO ALGO?¿Los sindicatos?
Si nos centramos en el anexo de los citados protocolos hay una tipología aproximativa de conductas acosadoras señalados por la propia Administración:
Hace casi treinta años, tuve la suerte de conocer al difunto profesor Portillo. Persona que no dejaba indiferente a nadie, Pepe era un profesional brillante, imaginativo, trabajador, entusiasta como lo demuestran premios y el reconocimiento de sus compañeros y alumnos, a los que dejó su impronta, anécdotas de su fuerte y combativo carácter, además de un gran sentido del humor cáustico y absurdo, rezumando vitalidad, inteligencia, simpatía, ironía y sarcasmo a raudales. Características y valores que descolocaban y desfragmentaban a inseguros, totalitarios y carpetovetónicos. Más cuando Pepe, incansable denunciador de ilegalidades, cortijismo -de uno u otro bando- y desmanes, señalaba sin despeinarse a los caciques que se iba encontrando en su vida.
La buena noticia de la admisión de la denuncia en el juzgado nº 2 de Sevilla la tienen Vds. en este enlace de El Mundo. Los pormenores de larguísimo recorrido de la secuenciación del acoso están sub iudice. Y de cada uno de ellos debería de tener documentación la Delegación provincial. Él lo registraba todo. Empero no sólo fue acosado el profesor Portillo, sino otros miembros del claustro del IES Murillo de Sevilla y con escritos pertinentemente remitidos. El conocimiento de los presuntos excesos, faltas de respeto, ademanes despóticos del antiguo directivo -2008/2016- del citado centro educativo eran vox populi entre la comunidad educativa.
¿Tiene la Consejería de Educación protocolos de actuación en materia de acoso laboral -moral o psicológico en el trabajo-? Sí, y extensibles a todos los empleados públicos, datando de 2014. Aplicables a todos lo ámbitos de la Administración, pueden consultarse en el siguiente enlace. ¿Se activaron tales protocolos? ¿Se creó por parte del Delegado/a provincial la comisión de investigación a tal efecto, como marca el III, 1-a? ¿Y las Unidades de Riesgos Laborales? ¿Y el jefe de personal? ¿Se elevaron los informes -si existen- a la Dirección General de Seguridad y Salud Labora? ¿Se inició el procedimiento según se señala en los puntos V, 1, V, 2, V3 y V4 con el informe preceptivo? ¿Hubo resolución del comité? Es más: ¿ALGUIEN HIZO ALGO?¿Los sindicatos?
Si nos centramos en el anexo de los citados protocolos hay una tipología aproximativa de conductas acosadoras señalados por la propia Administración:
- Dejar a la persona pública, de forma continuada, sin ocupación efectiva o incomunicada, sin causa alguna que lo justifique.
- Dictar órdenes de imposible cumplimiento con los medios que se le asignen.
- Ocupación en tareas inútiles que no tienen valor productivo.
- Acciones de represalia frente a personas empleadas públicas que han planteado quejas, denuncias o demandas frente a la organización o frente a las que han colaborado con quienes reclaman.
- Insultar o menospreciar repetidamente a una persona empleada pública.
- Reprenderla reiteradamente delante de otras personas.
- Difundir rumores falsos sobre su trabajo o vida privada.
Llamativo sería que la propia Administración -juez y parte- fuera la que los aplicase cuando, como hemos visto casos de tantos funcionarios expedientados -o en curso de serlo- y acosados de facto, como Teodoro Montes, Pepe Portillo, el caso denunciado por Luis Escribano en "Aznalcóllar: la historia jamás contada" o su destitución misma, Jaime González, y un largo etcétera como se denuncia en este vídeo de "El Cortijo" Episodio IV: "Los perseguidos" del Dr Candel y mis dos compañeros de este diario digital -Escribano y Barreda-, presuntamente la Administración era la supuesta acosadora, en algunos casos; o se ha desentendido de sus funciones, en otros.
Según lo publicado, la Consejería en materia educativa era conocedora del mobbing y no hizo nada para evitarlo. Lo cual, de demostrarse tal extremo, le acarrearía lo que determine la Ley -por delitos contra la integridad moral, malversación de caudales públicos y prevaricación, según El Mundo- habida cuenta de que días antes del fallecimiento del profesor Portillo, se le habría prohibido a éste, personarse en la Delegación provincial -por parte de la Inspección Educativa- para aducir, adjuntar más testimonios, quejas y pruebas de su situación límite.
Por una parte, la judicialización del caso va a evidenciar el abandono, la desidia y la absoluta incompetencia de la Delegación hispalense educativa y, por extensión, de la Consejería de Educación, tras haber actuado como Pilatos, en materia de riesgos laborales, acoso laboral y desprotección de sus trabajadores docentes.
Por otra parte, el mutismo y silencio absoluto en el centro educativo es sepulcral. Y hay que respetarlo. A todos se les debe de pasar por la cabeza si no pudieron hacer más y eso les acompañará siempre, lamentablemente. Pero ayudaría que aportaran las pruebas técnicas, documentales, testificales, otras denuncias, etc. El desarrollo de este caso será seguido con gran interés, sin duda alguna, por los empleados públicos andaluces.
Para las personas a las que pueda ser de utilidad, como referencia judicial exitosa en materia de mobbing, en este caso en Sanidad, he encontrado la Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de Castilla y León con fecha 14 de noviembre de 2014 (rec.1684/2011). Asimismo, para un estudio jurídico in extenso, pueden consultar el siguiente enlace.
Según lo publicado, la Consejería en materia educativa era conocedora del mobbing y no hizo nada para evitarlo. Lo cual, de demostrarse tal extremo, le acarrearía lo que determine la Ley -por delitos contra la integridad moral, malversación de caudales públicos y prevaricación, según El Mundo- habida cuenta de que días antes del fallecimiento del profesor Portillo, se le habría prohibido a éste, personarse en la Delegación provincial -por parte de la Inspección Educativa- para aducir, adjuntar más testimonios, quejas y pruebas de su situación límite.
Por una parte, la judicialización del caso va a evidenciar el abandono, la desidia y la absoluta incompetencia de la Delegación hispalense educativa y, por extensión, de la Consejería de Educación, tras haber actuado como Pilatos, en materia de riesgos laborales, acoso laboral y desprotección de sus trabajadores docentes.
Por otra parte, el mutismo y silencio absoluto en el centro educativo es sepulcral. Y hay que respetarlo. A todos se les debe de pasar por la cabeza si no pudieron hacer más y eso les acompañará siempre, lamentablemente. Pero ayudaría que aportaran las pruebas técnicas, documentales, testificales, otras denuncias, etc. El desarrollo de este caso será seguido con gran interés, sin duda alguna, por los empleados públicos andaluces.
Para las personas a las que pueda ser de utilidad, como referencia judicial exitosa en materia de mobbing, en este caso en Sanidad, he encontrado la Sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de Castilla y León con fecha 14 de noviembre de 2014 (rec.1684/2011). Asimismo, para un estudio jurídico in extenso, pueden consultar el siguiente enlace.
Coda: in memoriam a Pepe Portillo, gracias.
A veces los grandes temas (o el "monotema" del momento) soslayan las injusticias que acechan a las personas normales, como este profesor. No conocía el caso y por lo que he leído en la red era de esos que les sobra el talento y que dejan huella en la gente ¡De esta clase no nos sobra ninguno! Gracias por tu sana testarudez y por intentar desfacer entuertos como este, Cornelia.
ResponderEliminarPor lo que conozco, creo que se deben escuchar todas las partes antes de hacer valoraciones. Supongo que los comentaristas han oido a las partes.
ResponderEliminarMe pregunto ¿es justo opinar sin haberse informado totalmente? ¿es justo insultar, como se está haciendo en otros medios digitales?.
Que cada uno saque conclusiones.
Por lo que conozco, habiendo estado en frente de la situación que se refiere en este artículo puedo decir que hablan con total acierto. Coincidí con este “Señor” por llamarlo de algún modo (Al director me refiero) durante mis dos años en Bachiller,en mi segundo año vivimos la repentina muerte del profesor Pepe, y una forma de ser tan déspota , tan humillante para el resto debería de haber sido penalizada mucho antes !
EliminarMuchas gracias Cornelia por tus palabras dedicadas a la memoria de mi padre y tambien por la informacion proporcionada.
ResponderEliminarPepe portillo era un liberal luchador desde la infancia corpantimos experiencia y puedo afirmar que le gustaba y disfrutaba en todo aquello que emprendia. Que se haga justicia a un buen profesor
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