Artículo de Luis Escribano
Querido pueblo
andaluz:
El próximo domingo 15 de octubre, las calles de la bella ciudad de Granada se transformarán en el escenario de la producción de una obra cumbre escrita con el sudor y la sangre de muchos andaluces.
Puedo comprender que el reto de los separatistas de nuestra querida región catalana sea hoy un asunto trascendente para nuestro futuro, pero hay otras fatalidades en Andalucía que no pueden arrinconarse y que exigen nuestra urgente atención, pues en ello nos jugamos incluso la vida. Si valoráis vuestra existencia, la de vuestros hijos y demás familiares, os ruego que leáis esta carta hasta el último punto.
Cuando en 1978 decidimos como pueblo, junto al resto de pueblos de la nación española, constituirnos como un Estado social y democrático de Derecho, con sus fallos y aciertos, no fue para que los partidos políticos utilizaran sin pudor a sinvergüenzas para beneficio propio aprovechándose del sistema político, sino para representarnos temporalmente en las instituciones con las personas más idóneas para el bien de toda la comunidad española.
En Andalucía, el PSOE lleva gobernando cómodamente sin una digna oposición desde hace casi 40 años. Muchos andaluces que han votado a dicho partido han dado por supuesto que trabajarían para colocar a nuestra región en los primeros puestos de desarrollo y creación de riqueza, no para hundirnos en la miseria económica, laboral, sanitaria, educativa, cultural y sinfín de materias más, como ha ocurrido, poniéndonos hoy a la cola de muchas regiones europeas.
Si el 28-F significó para la mayoría de andaluces la fecha del inicio de un camino de construcción de una Comunidad que nunca había contado con tanto autogobierno y tan amplísimas competencias para contribuir a su crecimiento y lograr un elevado bienestar social, este 15-O se ha convertido en otra fecha trascendente para Andalucía, pero con un sentido histórico muy diferente.
El próximo domingo 15 de octubre, las calles de la bella ciudad de Granada se transformarán en el escenario de la producción de una obra cumbre escrita con el sudor y la sangre de muchos andaluces.
Puedo comprender que el reto de los separatistas de nuestra querida región catalana sea hoy un asunto trascendente para nuestro futuro, pero hay otras fatalidades en Andalucía que no pueden arrinconarse y que exigen nuestra urgente atención, pues en ello nos jugamos incluso la vida. Si valoráis vuestra existencia, la de vuestros hijos y demás familiares, os ruego que leáis esta carta hasta el último punto.
Cuando en 1978 decidimos como pueblo, junto al resto de pueblos de la nación española, constituirnos como un Estado social y democrático de Derecho, con sus fallos y aciertos, no fue para que los partidos políticos utilizaran sin pudor a sinvergüenzas para beneficio propio aprovechándose del sistema político, sino para representarnos temporalmente en las instituciones con las personas más idóneas para el bien de toda la comunidad española.
En Andalucía, el PSOE lleva gobernando cómodamente sin una digna oposición desde hace casi 40 años. Muchos andaluces que han votado a dicho partido han dado por supuesto que trabajarían para colocar a nuestra región en los primeros puestos de desarrollo y creación de riqueza, no para hundirnos en la miseria económica, laboral, sanitaria, educativa, cultural y sinfín de materias más, como ha ocurrido, poniéndonos hoy a la cola de muchas regiones europeas.
Si el 28-F significó para la mayoría de andaluces la fecha del inicio de un camino de construcción de una Comunidad que nunca había contado con tanto autogobierno y tan amplísimas competencias para contribuir a su crecimiento y lograr un elevado bienestar social, este 15-O se ha convertido en otra fecha trascendente para Andalucía, pero con un sentido histórico muy diferente.
La brecha
existente hoy entre los partidos políticos que han pasado por el Parlamento y
Gobierno andaluz y el pueblo andaluz es tan colosal que, tras demostrar una
paciencia infinita, hemos decidido no aceptar la situación actual de desprecio,
y en particular, de deterioro de nuestra Sanidad pública.
La Administración sanitaria podría haber contado con los mejores profesionales para gestionar los numerosos recursos humanos y materiales disponibles, pero los políticos del PSOE (sin olvidarnos de los apoyos del PA, IU-CA y ahora de Ciudadanos) se han encargado de marginar a dichos profesionales hasta pervertir la Sanidad pública de forma inimaginable para la mayoría de los andaluces. Al contrario, se han dedicado a colocar “comisarios políticos” para el bien de su régimen y de su propaganda, para poder ocultar cualquier información que pudiera perjudicar los intereses del “Politburó” socialista del Palacio de San Telmo, así como para obtener el mayor rédito electoral posible.
Por puras motivaciones particulares, los gobiernos del PSOE andaluz han buscado el absoluto control partidista de todos los servicios, desde los puramente sanitarios hasta los servicios de apoyo, y para ello incluso han despreciado el cumplimiento de la Ley, en un claro ejercicio de abuso y desviación del poder.
Los principios constitucionales y legales de igualdad, mérito, capacidad, publicidad, eficacia, transparencia, seguridad jurídica y buena administración han sido sustituidos por los de opacidad, mediocridad, desigualdad, arbitrariedad e ineficacia del Sistema público sanitario andaluz, por no hablar de la ineficiencia máxima que, lamentablemente, rige en toda la Administración andaluza.
Los datos están al alcance de todos ustedes, entre otros lugares, en este diario, en los informes de la Cámara de Cuentas de Andalucía y en las muy numerosas sentencias de los Tribunales de Justicia, y que esperemos se amplíen tras las denuncias que la asociación “Justicia por la Sanidad” ha presentado y seguirá presentando en la Fiscalía y Juzgados. Si alguien se atreviera a desmentir todos esos datos, este diario quedaría a su disposición.
En la Sanidad pública andaluza, el miedo a ser señalado por el dedo del abusador y a ser aplastado profesionalmente ha degenerado en el imperio del silencio. Desde el poder se ha impuesto el mecanismo perverso de la ayuda-recompensa: “si me ayudas a derrumbar al profesional X, que no es de los míos o no está dispuesto a colaborar para beneficio del régimen, te recompensaré con grandes incentivos económicos o directamente con un nombramiento en cargos relevantes con mayores retribuciones y poder”. Y así el “Politburó” del PSOE ha ido colocando a los suyos o a cómplices mediocres y sin dignidad dispuestos a prostituirse por unos indecentes euros.
Los responsables de la Sanidad pública andaluza han utilizado nuestro sistema sanitario como escenario de sus traiciones, egoísmos, maldades, acosos y demás perversidades, sin importarles la repercusión en la asistencia sanitaria, sin importarles si la vida de un paciente puede verse afectado por ello. Mientras tanto, en la tramoya, algunos profesionales sanitarios se han dejado la piel hasta donde han podido.
Todas estas intrigas de palacio, propias de los regímenes absolutistas, han sido y son permitidas –o dirigidas, en su caso- desde el “Politburó” del Palacio de San Telmo: Chaves, Griñán y Susana Díaz. Si la Presidencia del Gobierno andaluz tiene atribuida la función de controlar las actuaciones de los subordinados, ¿por qué ha consentido estas aberraciones tantos años?
Sinceramente, nos han tratado como vulgares ratas de su laboratorio político. En su papel de buhoneros de la política, intentan hacernos creer que lo que hacen es por nuestro bien. Son tan miserables y ruines que han jugado con nuestras vidas a fin de no perder sus sillones. Y ese límite, a priori infranqueable, se lo han pasado por el forro de los pantalones. Ellos aún no lo saben o no quieren saberlo, pero será su perdición.
Querido pueblo andaluz, si os queda algo de dignidad y corazón, poned fin a esta felonía, a este “crimen” cometido con “intrigas de destrucción masiva”. Abofetead la impunidad que aún sienten sus autores, gritad a los cuatro vientos bajo el cielo de Granada –un crisol de ciudadanos valientes- que no estamos dispuestos a seguir siendo víctimas de esos delincuentes políticos y sus cómplices.
Por todo ello, este domingo 15 de octubre, la asociación “Justicia por la Sanidad” ha cogido el guante en nombre de los andaluces valientes para retar a esos canallas y despreciables a un duelo en la calle, pero con las armas que los ciudadanos de bien siempre utilizaremos: la palabra y la verdad.
La Administración sanitaria podría haber contado con los mejores profesionales para gestionar los numerosos recursos humanos y materiales disponibles, pero los políticos del PSOE (sin olvidarnos de los apoyos del PA, IU-CA y ahora de Ciudadanos) se han encargado de marginar a dichos profesionales hasta pervertir la Sanidad pública de forma inimaginable para la mayoría de los andaluces. Al contrario, se han dedicado a colocar “comisarios políticos” para el bien de su régimen y de su propaganda, para poder ocultar cualquier información que pudiera perjudicar los intereses del “Politburó” socialista del Palacio de San Telmo, así como para obtener el mayor rédito electoral posible.
Por puras motivaciones particulares, los gobiernos del PSOE andaluz han buscado el absoluto control partidista de todos los servicios, desde los puramente sanitarios hasta los servicios de apoyo, y para ello incluso han despreciado el cumplimiento de la Ley, en un claro ejercicio de abuso y desviación del poder.
Los principios constitucionales y legales de igualdad, mérito, capacidad, publicidad, eficacia, transparencia, seguridad jurídica y buena administración han sido sustituidos por los de opacidad, mediocridad, desigualdad, arbitrariedad e ineficacia del Sistema público sanitario andaluz, por no hablar de la ineficiencia máxima que, lamentablemente, rige en toda la Administración andaluza.
Los datos están al alcance de todos ustedes, entre otros lugares, en este diario, en los informes de la Cámara de Cuentas de Andalucía y en las muy numerosas sentencias de los Tribunales de Justicia, y que esperemos se amplíen tras las denuncias que la asociación “Justicia por la Sanidad” ha presentado y seguirá presentando en la Fiscalía y Juzgados. Si alguien se atreviera a desmentir todos esos datos, este diario quedaría a su disposición.
En la Sanidad pública andaluza, el miedo a ser señalado por el dedo del abusador y a ser aplastado profesionalmente ha degenerado en el imperio del silencio. Desde el poder se ha impuesto el mecanismo perverso de la ayuda-recompensa: “si me ayudas a derrumbar al profesional X, que no es de los míos o no está dispuesto a colaborar para beneficio del régimen, te recompensaré con grandes incentivos económicos o directamente con un nombramiento en cargos relevantes con mayores retribuciones y poder”. Y así el “Politburó” del PSOE ha ido colocando a los suyos o a cómplices mediocres y sin dignidad dispuestos a prostituirse por unos indecentes euros.
Los responsables de la Sanidad pública andaluza han utilizado nuestro sistema sanitario como escenario de sus traiciones, egoísmos, maldades, acosos y demás perversidades, sin importarles la repercusión en la asistencia sanitaria, sin importarles si la vida de un paciente puede verse afectado por ello. Mientras tanto, en la tramoya, algunos profesionales sanitarios se han dejado la piel hasta donde han podido.
Todas estas intrigas de palacio, propias de los regímenes absolutistas, han sido y son permitidas –o dirigidas, en su caso- desde el “Politburó” del Palacio de San Telmo: Chaves, Griñán y Susana Díaz. Si la Presidencia del Gobierno andaluz tiene atribuida la función de controlar las actuaciones de los subordinados, ¿por qué ha consentido estas aberraciones tantos años?
Sinceramente, nos han tratado como vulgares ratas de su laboratorio político. En su papel de buhoneros de la política, intentan hacernos creer que lo que hacen es por nuestro bien. Son tan miserables y ruines que han jugado con nuestras vidas a fin de no perder sus sillones. Y ese límite, a priori infranqueable, se lo han pasado por el forro de los pantalones. Ellos aún no lo saben o no quieren saberlo, pero será su perdición.
Querido pueblo andaluz, si os queda algo de dignidad y corazón, poned fin a esta felonía, a este “crimen” cometido con “intrigas de destrucción masiva”. Abofetead la impunidad que aún sienten sus autores, gritad a los cuatro vientos bajo el cielo de Granada –un crisol de ciudadanos valientes- que no estamos dispuestos a seguir siendo víctimas de esos delincuentes políticos y sus cómplices.
Por todo ello, este domingo 15 de octubre, la asociación “Justicia por la Sanidad” ha cogido el guante en nombre de los andaluces valientes para retar a esos canallas y despreciables a un duelo en la calle, pero con las armas que los ciudadanos de bien siempre utilizaremos: la palabra y la verdad.
Desearía que este 15 de octubre significase el fin de tanta perversidad, y se inicie el paseíllo de todos esos corruptos atados a una larga cadena hacia el lúgubre rincón que les corresponde. Es cuestión de Justicia.
A todos los que formáis parte de ese gran pueblo de Andalucía, os espero en Granada este domingo.
Con el afecto de un andaluz con corazón y dignidad, sólo me queda saludaros con esta expresión que tanto significado conlleva: Yeah!!
Tus reflexiones , compromiso y razón te honran. Gracias
ResponderEliminarHay que terminar con 40 años de tiranía, arruinando nuestra sanidad, por no hablar de que en Andalucía por culpa de estos mafiosos del partido socialista; somos una de las regiones con más desempleo de Europa y la region con más corrupción según se nos señala desde la unión europea. ¡Queremos una sanidad donde prime la meritocracia y la honestidad totalmente por encima de los intereses políticos!
ResponderEliminarGracias por tan real artículo, necesitamos que la gente despierte y vean más allá de la verdad que nos venden, necesitamos valientes que que luchen con uñas y dientes, necesitamos amar nuestra tierra y hacerla tan grande como se merece... Gracias por todo cuanto hacéis. #yeah
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