Artículo de Federico Relimpio
Rajoy no está inactivo. No lo estuvo nunca.
Simplemente tiene su propio plan.
Que solo ahora comienza a manifestar algunos retazos. Posiblemente él, como
muchos otros, esté de acuerdo con esta viñeta.
Creo que
podemos sostener que, en esencia, el sistema político español es
heredero de nuestra República, Guerra Civil y Postguerra, y –
de modo muy esquemático – nos divide a los españoles en dos bandos de difícil
entendimiento. Como decir: una gruesa línea roja nos separa. Podremos votar o
no, pero nunca votar al contrario. Tema para otro post. Ahí lo dejo.
Proponer
que, desde Tarradellas, pero sobre todo con Pujol, el cripto-independentismo catalán se sirvió de esta línea roja
para conseguir manos libres en su territorio. Y, con ello, la
posibilidad de construir una generación de catalanes catalanófonos y
catalanistas. Lo que vemos. Esta es la tesis de muchos. Y también,
probablemente, la de Rajoy y la de Rivera. Yo necesito hablar con más gente
acerca de todo esto.
Del mismo
modo, la tesis de muchos es que la ofensiva de Rajoy contra el Estatut se
enmarcó en su acción de desgaste contra Zapatero en un “todo vale” que
demuestra un talante oportunista y mediocre por parte del primero. La tesis
alternativa es que el acoso legal al Estatut se enmarcó en una operación de calado y a largo plazo, dispuesta a
romper con lo expresado en el párrafo precedente. Luego, vendrían la crisis y
la incapacidad de Zapatero. En consecuencia, Rajoy al poder, a aplicar lo dicho
en este párrafo. Y Mas, que entró al trapo. ¿Obligadamente? Lo dirá en sus
memorias. Dependiendo de lo que pase este año, claro.
La tesis de
muchos es que Rajoy lo deja pudrirse todo en una desidia propia de la talla del
político grisáceo que es. La tesis alternativa es que todo ello estaba bien cavilado y es una
política activa diseñada para llevar a los catalanistas moderados – en
apariencia – al cabreo, y hacerse indepes – o a
manifestar “lo que llevan dentro” -. Lo que vemos, vaya.
El objetivo
de Rajoy: el que vemos. Echar a los moderados en
apariencia en manos de los cupaires, y obligarles a
cometer error tras error. Forzarles a
enredarse en un referéndum ilegal,
y que las denuncias por violencia policial se cuestionen internacionalmente
como falsas o, al menos, como exageradas o no contrastadas. Confrontarlos con
su falta absoluta de apoyo internacional –
preparadas cuidadosamente las cancillerías por nuestra diplomacia -. O, al
menos, falta de apoyo de nadie relevante.
Pero hay
más. La tesis del que escribe es que esta situación estaba calculada para
favorecer el vaciado empresarial de Cataluña.
Y que la ausencia de diálogo es una estrategia deliberada para
prolongar la situación. De este modo, se completará el vaciado
empresarial: sedes fiscales, operativas y traslado de efectivos y cuadros. Se
habla de elecciones catalanas en enero o primavera, pero no extrañaría que, en
el tira y afloja, las tuviésemos pasado el verano.
Mientras
tanto, obligadamente, veremos la calle catalana agitada, con una independencia
declarada que nadie reconoce, y con unos hospitales y escuelas pagados por
el Estat Espanyol. Y con unas fronteras y aeropuertos
donde está izada la bandera española. Gente a los juzgados, salidas y entradas
en prisión. Al ir a votar, al fin, Cataluña será otra.
Castigo económico sin duda, y clases medias exhaustas. Ignoro lo que saldrá de
ahí. Las elecciones las carga el diablo.
La tesis es
que todo esto corresponde a una estrategia deliberada para
debilitar a Cataluña y a sus clases dirigentes. Para
empobrecerla y agotarla, y comprarla al fin como una acción devaluada. Y, con
ello, mandar un mensaje claro para todo aquel lunático que tuviera en mente
aventurarse por las mismas aguas, en España o en Europa. Y dejar la cuestión
arreglada para una o dos generaciones. O, como indiqué en este blog, para
siempre, si la demografía se impone, y, en cincuenta años, Cataluña se
convierte en una única provincia alrededor de una gran Barcelona metropolitana,
multilingüística y multicultural.
Alucinante....
ResponderEliminar