Artículo de Rafa G. García de Cosío
Hace unos días, una persona inteligente por la que siento
admiración y respeto me advirtió que los separatistas no tenían por qué ser
malos, y que cada uno puede defender sus intereses sin necesidad de ser un
gilipollas (estábamos hablando de la manifestación antiterrorista de Barcelona
convertida en encerrona a los españoles de fuera de Cataluña).
Le di muchas vueltas al asunto, que es complejo, y llegué a la
conclusión de que no es posible ser separatista sin ser malo. O al menos, sin
tener algún tipo de maldad dentro. No obstante, supongo que nadie está libre de
estos resquicios de maldad en algunos momentos de su rutina. Pero este es otro
debate. Con el separatismo, me refiero obviamente a una maldad mucho más grande
y recalcable.
Para poder explicarles por qué el separatismo, y por ende los
separatistas, me parece algo necesariamente malo, he tenido que recurrir a las
definiciones de 'separatismo' y 'malo'. No creo necesario tener que reproducir
aquí el significado de separatismo, pero sí de lo malo. Veamos lo que nos
brinda la RAE:
1. adj. De valor negativo, falto de las cualidades que cabe atribuirle por su
naturaleza, función o destino.
2. adj. Nocivo para la salud.
3. adj. Que se opone a la lógica o a la moral.
4. adj. De mala vida y comportamiento. U.
t. c. s.
5. adj. enfermo (‖ que padece enfermedad).
6. adj. Que ofrece dificultad o resistencia para la acción significada por el
infinitivo que sigue. Juan es malo DE contentar. Este argumento es malo DE
entender.
7. adj. Desagradable, doloroso. ¡Qué malos vecinos! ¡Qué rato tan malo!
8. adj. Dicho de una cosa: Deteriorada o estropeada. El pescado está malo.
9. adj. Inhábil, torpe, especialmente en su profesión. Un dentista, un
futbolista malo.
10. adj. desfavorable. Malos tiempos para la lírica.
11. adj. coloq. malvado.
12. adj. coloq. Dicho comúnmente de un muchacho: Travieso, inquieto, enredador.
Tengo que descartar muchas de estas definiciones, puesto que ni mi
interlocutor ni yo nos referíamos, por ejemplo, a lo malo que pueda ser un
separatista a la hora de cocinar o jugar al fútbol. Así que me quedo con las
definiciones primera, tercera y séptima para defender mi posición: la seguridad
de que, al menos en la Europa integrada en que hoy vivimos, todos los
separatistas son necesariamente malos, entendido aquí el mal como lo
ilógico, lo negativo y lo desagradable.
Conocen ustedes alguna separación en la Historia del mundo que no
se haya hecho con sangre? Y aunque he prescindido de una definición de
separatismo o separación, doy por hecho que saben que lo de Checoslovaquia en
1992 no fue una separación sino un divorcio de mutuo acuerdo. Corea del Norte,
Alemania del Este, Sudán del Sur... incluso las naciones de América: acaso no
se hicieron con sangre, prohibiendo durante muchos años la entrada de españoles
hasta que, tiempo después, unas generaciones más abiertas y nostálgicas
abrazaron a los inmigrantes europeos que abarrotaban aquellos barcos gallegos?
Hace algún tiempo les conté en este periódico la triste visita de
unos separatistas catalanes que yo acababa de conocer sin saber que lo eran.
Nada menos que en mi cumpleaños, uno de ellos se definió como 'independentista,
no nacionalista', que es la manera más rápida de camuflar las vergüenzas de un
separatista y de esconder el mal que le han inculcado.
Y por qué un separatista es malo, se preguntarán ustedes aún? Pues
miren, por la misma razón que un segregacionista (sinónimo de separatista, pero
utilizado para la raza) es considerado algo malo en prácticamente todo el
Mundo. Puede haber segregacionistas buenos? De esos que separan a los blancos y
negros en el autobús? Es posible que haya aún segregacionistas en el Sur de
Estados Unidos que cocinen bien y acudan a todos los partidos de béisbol de sus
hijos, pero oiga, buenos no pueden ser!
Cuando aquel separatista intentaba convencerme en mi cumpleaños de
que era separatista porque estaba harto 'de los fachas como el Rey' (sic) o 'la
corrupción en España' (sic), la triste impresión que me daba no se reducía tan
solo a la ignorancia de semejante individuo ante la frenética corrupción en
tierras catalanas también, sino sobre todo al despreciable ombliguismo de quien
cree que solo los demás tienen legañas al despertarse. Que en Cataluña se mea
colonia, oiga, y que en el estat espanyol huele a cuadra!
En cualquier caso, existen separatistas mucho más inteligentes.
Son esos que creen ganar la batalla con los números porque saben que la lírica
les hace perder. Son los que, dejando a un lado los llamados hechos
diferenciales culturales, históricos o lingüísticos, se centran en las
matemáticas. En concreto, en lo que Cataluña pierde económicamente con su
pertenencia a España. Ahora bien, por qué en una Europa socialdemócrata unos
territorios ricos iban a dar más pena que unos individuos ricos? Esto es material
verdaderamente bueno para Iker Jiménez. Cómo es que vivimos en una sociedad en
la que es tabú presentarse como rico que no paga impuestos, pero lo mismo no
sucede con los territorios? Se imaginan a ustedes a Amancio Ortega saliendo en
televisión y exigiendo el trato fiscal del País Vasco o una base imponible más
justa para sus intereses? Nos sobran banderitas y nos falta más espíritu
jacobino.
el separatismo puede ser bueno, segun en que caso pèro los que hay en españa No lo son son solo mafias privilegiadas de ladrones y estafadores tiranos, apoyados por una horda de cobardes e inutiles parasitos publicos
ResponderEliminar