Artículo de Antonio Robles
Esto es una guerra mediática y la está ganando el secesionismo. Por muchas
razones. Entraré solo en una, nuestros líderes constitucionalistas aún siguen
más preocupados en sacar rédito político que defender a España como nación
común de todos los españoles y al Estado de Derecho como forma de gobernarnos.
La última evidencia: Cs ha preferido sobreactuar para mostrarse rotundo en
la defensa de la democracia, que calibrar los riesgos de que el bloque
constitucional se quebrara. Precisamente cuando, después de tantos titubeos del
PSOE de Pedro Sánchez, se afianzaba día a día, prudentemente, el apoyo al
Gobierno. Lo nunca visto, hasta el PSC de Iceta, dejaba a diario claro que no
apoyarían un referéndum ilegal y llamaba sin ambages a no votar.
¿Por qué Albert Rivera ha preferido asumir ese riesgo, en lugar de
colaborar en la sombra con ese matrimonio de conveniencias entre PP y PSOE?
¿Por qué su equipo de comunicación no previó que la prensa internacional daría
alguna credibilidad a la causa secesionista cuando el propio Parlamento de la
nación española dejaba en minoría las acciones de su Gobierno? ¿Por qué ha
preferido poner en evidencia al PSOE cuando entraba en vereda, a sabiendas que
cualquier coma podría sacarlo de ella?
Las respuestas se reducen a cuatro: porque pretendía afianzar el bloque
constitucionalista para afrontar el golpe de Estado sin zarandajas; porque
quería poner en evidencia al PSOE sin importarle el bien de España; porque se
quería marcar un tanto que individualizase a su líder Albert Rivera como el
único líder con arrestos en una situación histórica (cavilen ustedes por qué);
o finalmente, porque sus cálculos, fueren los que fueren, resultaron un error y
no supieron preverlo. Elijan. Pero este es el nivel político en un tiempo donde
el altruismo y la épica deberían presidir el interés general y no el cálculo,
la vanidad o la ambición personal.
Cs, eso sí, ha logrado evidenciar la inconsistencia de este PSOE de nación
de naciones, o sea, lo que ya sabíamos. Pero no era el momento, ni la causa.
Hoy la causa es ponerse a las órdenes del Gobierno de la nación, sea éste o
cualquier otro. Y dejar los cálculos para cuando se gane esta guerra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario