Páginas

jueves, 17 de agosto de 2017

Un médico


Artículo de Eduardo Maestre




El doctor Candel

No sé si ustedes saben quién es el doctor Jesús Candel, un médico granadino al que en las redes sociales, en los medios de comunicación oficiales y hasta en los telediarios se le conoce como Spiriman. Es de suponer que han oído hablar de él, pero para quienes aún no lo conozcan les diré que este médico, a base de publicar sus vídeos -hablando de una forma directa, sencilla y a veces brutal-, ha puesto en pie de guerra el sistema sanitario andaluz. Comenzó sacando a decenas de miles personas a la calle; hasta el punto de abarrotar las principales avenidas de Granada para protestar por la fusión de dos hospitales granadinos, asunto que ahora sería prolijo explicar pero que se resume en un solo aspecto: que puso un foco de muchos lúmenes encima de la mugre administrativa que rige
los hospitales y la Sanidad andaluza; mugre que sigue unas estrictas pautas marcadas por la Consejería de Salud, y ésta, de la Presidente, Susana Díaz, última responsable del caos sanitario que padecemos los andaluces y, a mi juicio, responsable indirecta del sufrimiento innecesario de miles de enfermos y de cientos de muertes que podrían haberse evitado en los últimos años.

El enemigo y sus costumbres

A base de adormecer la zona sensible del intelecto desde la que surgen las preguntas esenciales; a fuerza de desligar la rutina en la que inevitablemente cae nuestra labor diaria del fin último que la dota de sentido, los parlamentarios andaluces hace ya décadas que perdieron el norte como lo pierde sin remedio una brújula que esté durante años expuesta a un imán. Ni los funcionarios, ni los jefes de servicio, ni los cargos intermedios, ni los directores yugulados, ni los políticos que los yugulan son conscientes de en qué narices consiste su trabajo en última instancia; es decir: para qué están ahí. Con tanta prebenda, tanta regalía, tanto privilegio y tanto sobar omóplatos se olvidan de que han sido colocados ahí para servir al ciudadano.

Aquí, en Andalucía, ya se perdió ese fin último. Si es que alguna vez lo hubo! En esta tierra abandonada por el Derecho, calcinada por una salmuera tóxica desde que sobre los andaluces se derramó el socialismo, no existe ya fin último, ni objetivo ideal, ni causa superior, sino un runrún constante y sordo, un traqueteo homogéneo y lejano que supura resignación por sus restallantes costuras. Los administrativos que se disfrazan de directores médicos procuran recortar en gasto sanitario lo suficiente como para embolsarse unas jugosas primas a las que llaman paroxísticamente de productividad anual; los altos cargos de la Consejería de Salud procuran cerrar balances lo suficientemente ajustados como para poder seguir desviando fondos públicos a través de las infames agencias que se articulan y despliegan en lo que se conoce como Administración Paralela, que no es otra cosa que una maravillosa urdimbre travestida de una especie de ilegalidad legal, una Medusa exclusivamente creada para la financiación y permanencia eterna del partido socialista en el Poder, y a cuyas serpientes bautizan con nombres tan rimbombantes como Agencia para la Integración Emasculante, Observatorio de la Retención de Oportunidades Vitales, Fundación para la Conservación del Patrimonio Esquilmado, Consorcio Interterritorial de Vigilancia sobre la Mujer Extrañada de Sí Misma, o Instituto para la Constatación del Onanismo en la Adolescencia durante la II República. Toma ya ínfulas! Y, mientras tanto, venga dinero público para la saca!

Pero, claro, a base de meter durante décadas miles y miles de millones de euros del dinero público en la saca del Partido Socialista Obrero Español de Andalucía, como no puede haber para todo, como es imposible mantener a las 30.000 familias de los Enchuffatti sin bajar ni un punto su tren de vida; como no hay economía que sea capaz de seguir subvencionando las miles de empresas-fantasma de amiguetes y cuñados y, además, atender las verdaderas necesidades de la población, no queda otro remedio que cerrar hospitales, eliminar camas y reducir peligrosamente el personal sanitario. Tal es el nivel al que hemos llegado que incluso se niegan los medios básicos para atender una urgencia. Y a los médicos supervivientes, agarrados por las gónadas mediante el Juramento Hipocrático (maldito seas, Hipócrates! En qué momento se te ocurrió jurar lealtad a los enfermos?) se les ha llevado a una situación que dista ya mucho de poder calificarse como límite. Porque, querido lector, nuestros médicos, los médicos andaluces, han superado ya todos los límites que se creían infranqueables!

Un poco de épica-ficción

Para los que sigan la serie Juego de Tronos, les diré que la distancia que hay entre un político andaluz y un médico en Andalucía es la misma que la que media entre Theon Greyjoy (Hediondo) y Jon Nieve. El primero, Hediondo, es un ser abyecto, despojado de su propia personalidad a base de ser humillado, torturado y vejado impíamente; un trozo de carne que ejecuta sin pensarlo las órdenes más repulsivas pero incapaz de mirarse a sí mismo, ansioso en el fondo por morir algún feliz día pero sin el valor suficiente para quitarse la ruin vida que arrastra. El segundo, Jon Nieve, es un héroe atormentado por una misión superior a sí mismo, un gigante espiritual que ha sido capaz de trascender su propia cuna y su condición pública de bastardo para congregar a su alrededor un ejército de mujeres y hombres agradecidos por su valor y admirados por su integridad; un hombre en suma, que ha sido capaz, literalmente, de regresar de su propia muerte para encabezar la liberación de los oprimidos por las fuerzas del Mal. Aquél es Hediondo; éste, Jon Nieve. Aquél, un miserable despojo de lo que fue un día; éste, un ejemplo de integridad y sacrificio personal. Aquél, un político andaluz de la Consejería de Salud; éste, un médico de Atención Primaria del SAS; casi diría que cualquiera de los médicos con los que topamos un descabalgado día de consulta exprés.

Me cuesta mucho imaginar qué creen los responsables de la política sanitaria andaluza que representa el concepto “médico”: qué es un médico. Y digo que me cuesta imaginarlo porque lo que está claro es que, a tenor de lo que ocurre desde hace años y que ya está intensificándose hasta niveles angustiosos, ni saben lo que representa ser médico, ni tienen la más remota idea de en qué consiste el ejercicio de la Medicina!

Qué narices es un médico?

Miren ustedes: mi hermano mayor es médico; médico del Estado; de los antiguos; de los que sacaron la plaza en la última de aquellas oposiciones estatales, en aquellos exámenes bestiales que había hace décadas, antes de que saltara por los aires el sistema sanitario nacional para desmembrarlo en taifas incomunicadas. Mi hermano Ramón es 11 años mayor que yo, y yo ya soy un señor muy mayor, de lo que se colige que él está ya en edad de jubilarse, y lo ha hecho hace poco; pero ha estado trabajando como una bestia parda primero en Extremadura, muchísimos años (desde que sacó la plaza), y luego en Andalucía, en un pueblo muy cercano a Sevilla capital, ya inserto en el depauperado SAS. Mi hermano ha sido siempre médico de Atención Primaria. Las pocas veces que he tenido que acudir a él (porque sé que a los médicos de la familia hay que dejarles respirar y no llamarlos por tonterías), han sido porque, después de semanas o meses y visitas a otros médicos nadie daba con el problema que fuera. Mi hermano Ramón los ha solucionado todos. Todos. Con una vista y un instinto increíble. Digamos, pues, que mi hermano es lo que todos conocemos como un médico.

En mi familia paterna, además, tengo varios primos hermanos que también son médicos; alguno de ellos muy considerado en el mundo de la Medicina andaluza. Mi propio padre, que en paz descanse, era ATS; que antes, cuando yo era chico, se llamaban practicantes, y que ahora no sé si se llaman enfermeros, auxiliares de clínica o vaya usted a saber. Mi tía Conchi, que en paz descanse también y que era la hermana pequeña de mi padre, era enfermera. El caso es que en mi familia directa, en cualquier boda, bautizo o comunión, si a alguien le daba una apoplejía, había no menos de tres o cuatro médicos, un ATS y una enfermera para atenderle. Que yo recuerde, nunca se dio el caso, pero de haberse dado, allí contábamos con una legión de sanitarios!

Un médico, en una comida familiar, parece uno más. Usted se cruza por la calle con un médico vestido con unos vaqueros y un polo y no sabe con quién está cruzándose. Porque, aparentemente, son como los demás: tienen sus dos piernas, sus dos ojos, su pelo o su calva, sus orejas… Pero, estimado lector, no se deje engañar: no son como nosotros! Los médicos son diferentes; porque, por la razón que sea, desde pequeños o desde adolescentes sintieron la necesidad de ayudar a los demás a sobrevivir ante la enfermedad! Igual que en mi caso los sentimientos que me llevaron a querer ser escritor o músico fueron la vanidad y la necesidad de sentir el aplauso y la aprobación de todos, en el caso de los médicos lo fue sin duda el sentimiento de utilidad esencial, de restaurar la Vida en el sentido lato del término. Ello no obsta para que, una vez siendo médicos, en alguno de ellos puedan concurrir paralelamente sentimientos vanidosos o de búsqueda de la notoriedad; pero sin duda son servidumbres aparecidas a posteriori de la primigenia chispa vocacional surgida en la juventud.

Por quién toman estos cabrones a los médicos?

Miren ustedes, yo creo que estos tíos de la Junta no son conscientes de que cuando están ante un médico se encuentran ante una persona que ha dedicado años y años de su vida a comprender qué narices le pasa a tus tendones si los sometes a esfuerzos excesivos, cuál es el mecanismo que hace posible que tu hígado te dure noventa años sin decir aquí estoy yo, por qué tu sangre está llevando poca chicha al resto de tu cuerpo, y qué te va a pasar si, con el perímetro abdominal que ya tienes, sigues metiéndote entre pecho y espalda esos platos de huevos fritos con chorizo y patatas fritas tan buenísimos.

Estoy convencido de que estas tías de la Junta, cuando accidentalmente reciben noticias de la realidad sanitaria andaluza (de la que procuran, evidentemente, mantenerse al margen), no tienen conciencia de que quien se queja en primera instancia puede que sea una mujer; una mujer médico; una mujer que, tras bregar en una consulta atestada, sin medios y casi sin tiempo para atender de verdad a los pacientes, se quita esa bata blanca tan limpia, llega a su casa y tiene que enseñarle a sus hijos a leer y a escribir, no le queda más remedio que ducharse y ver qué va a hacer con esas líneas de expresión que ya están pronunciándose más allá de lo permisible; hasta es probable que, esclavizada por el heteropatriarcado, tenga que hacer la cena y pedirle a su pareja que baje la basura ya, hombre, por Dios! Pero que no se equivoquen las tías de la Junta de Andalucía: que esta mujer reventada por tanto trabajo, tanta responsabilidad y bajo condiciones laborales tan desfavorables no tenga, como ellas, un bolso de Bulgari para salir a cenar no quiere decir que no sea un ser superior, un alma limpia que conoce la función del endometrio, que intuye la inminencia del fracaso renal, que reconoce la distrofia muscular de Duchenne y que ve venir de lejos un infarto. No. Claro que no es como ellas. Es infinitamente superior a ellas.

Pero qué se creen estos tíos de la Junta que es un médico? Cómo se atreven a tenerlos en minúsculos despachos, sin asistente, al lado de una camilla carcelaria y obligándolos a ver hasta dos pacientes cada cinco minutos? Saben ustedes lo que provoca en la mente de los médicos este despropósito diario? Conocen ustedes el porcentaje de médicos andaluces que están tomando antidepresivos a causa de haber caído en la red del Sistema Andaluz de Salud? Qué piensan estos sinvergüenzas de la Junta, que van con trajes de Armani a los consejos de Gobierno, acerca de lo que significa ser una enfermera? Tengo yo una muy buena amiga que ha sido enfermera de Urgencias durante veinte años y me ha contado lo que aquí no se puede decir. Qué pueden hacer dos enfermeras, dos mujeres de carne y hueso, atendiendo en una sala de despertar a más de veinte recién operados, de los cuales cuatro son niños? Pues qué van a hacer? Atender a los los niños (cuidado prioritario! Atención total!) y dejar desamparados a los dieciséis restantes, así se estén desangrando!

Qué coño se creen estos políticos miserables de la Administración que es un ambulatorio o un hospital? Qué piensan que están haciendo cuando a través de los acojonantes recortes en el presupuesto por parte de los directivos hospitalarios (mucho más cercanos ya a Hediondo que a Hipócrates) obligan a los enfermeros a verter las bolsas de orina y de sangre en los retretes del hospital, sabiendo que hay una normativa estricta que prevé unos recipientes ad hoc para evitar catástrofes de salud pública? Qué se puede pensar cuando en los últimos diez años han muerto cerca de diez enfermeras por cáncer y todas trabajaban en la misma planta; planta que casualmente está encima del nuevo pabellón de Radiología y que, tras el informe pericial debido a la denuncia de las últimas cuatro afectadas (una de ellas, por desgracia, muerta recientemente), se descubre que entre la gran habitación en donde están las máquinas de Rayos X y la planta donde han muerto tantas enfermeras no había aislamiento alguno? Y que no lo había porque se escatimó en el presupuesto de obras diez años atrás?

Que ya no estamos hablando del aparente desdén con el que son recibidos los pacientes en Urgencias -que no es tal desdén sino desesperación, porque es que no dan abasto las criaturas! Que ya no nos referimos ni siquiera a las muertes causadas por las increíblemente postergadas citas en las listas de espera -ante las cuales uno no puede dejar de pensar en que la Administración reza a escondidas para que el enfermo ya no necesite el trasplante de hígado, corazón o pulmón, sino que en los interminables meses de espera el afectado haya pasado a mejor vida, ahorrando un buen dinerito a las arcas públicas y ya, de paso, sacarle los higadillos a sus desolados herederos a través del leonino Impuesto de Sucesiones de Susana Díaz, esa Medea de Triana! Que no! Que aquí estamos ya hablando del sacrificio físico y emocional de médicos, enfermeras y celadores, muchos de los cuales trabajan en peores condiciones que los mineros peruanos!

Dónde está la pasta?

Pero por qué estamos así? -se preguntarán ustedes. Por qué? Es que no hay dinero en Andalucía para contratar inmediatamente a un médico sustituto cuando alguno está de baja o de vacaciones? Es que acaso no hay dinero para mantener una dotación hospitalaria adecuada que impida andar escatimando en vendas, guantes o Betadine? Quizás no se previó la necesidad de miles de camas más? Dónde están esas máquinas tubulares impresionantes que salen en las películas norteamericanas? Es que no hay dinero? Pues claro que sí! Claro que hay dinero! Hay dinero para abrir una decena de hospitales comarcales enormes, varias decenas de hospitales más modestos, y cientos de ambulatorios con toda la dotación. Del mismo modo que hay dinero para contratar miles de profesionales (médicos, enfermeros, anestesistas, etc.) Lo que sucede, estafado andaluz que estás leyendo esto, es que ese dinero está alimentando a una inmensa partida de inútiles indispensables para el partido, ya que esos inútiles son quienes sostienen en el Poder al socialismo andaluz.

Porque, machacado ciudadano andaluz, ese dinero, en gran parte, está en los más de 7.000 millones de euros anuales que cuesta mantener la Administración Paralela. Siete mil millones de euros al año! Saben ustedes cuánto dinero es ése? Se pueden imaginar lo que se podría hacer en la Sanidad andaluza con siete mil millones de euros más cada año? Pues ya ven ustedes! Ahí está: en la Administración Paralela, esa excrecencia inútil que no sólo tapona el antaño grácil funcionamiento de la verdadera Administración pública (a la que accedieron en su día los funcionarios a través de un concurso-oposición), sino que, en su inepcia administrativa, ha pervertido el concepto mismo de función pública, convirtiendo a los allí empleados (a dedo, en su casi totalidad) en peligrosísimos elementos con capacidad de acción y sin control alguno del gasto! Sujetos por sus partes pudendas a la amenaza de despido si no cumplen las consignas de los políticos (cosa que no ocurriría entre los verdaderos funcionarios: de ahí que hayan tenido que crear esta terrorífica ilusión administrativa), estos más de 30.000 empleados, la mayoría de ellos sin estudios, sin preparación, sin carrera y por supuesto sin haber aprobado una puñetera oposición jamás, están al frente de estas agencias, de esos observatorios, de aquellos institutos, de estos consorcios, de esas fundaciones que crecen como champiñones y que son perfectamente prescindibles. Prescindibles e inútiles.

Inútiles, sí! O es que ustedes perciben, desde que este cáncer administrativo nos pisa el cuello a los andaluces, alguna mejora en la violencia de género? Ven ustedes alguna alteración, para mejor, en los resultados trianuales del informe PISA? Se nota que haya avanzado algo (yo qué sé: lo mínimo!) la que debería ser una urgentísima generación de industria en Andalucía? Alguien nota alguna mejora en la Sanidad, que ahora nos ocupa en este artículo? Nada, verdad? Claro que no! Nada de nada! Las instituciones básicas, como son la Sanidad y la Enseñanza, están mucho peor que hace dos décadas. Muchísimo peor! Eso por no hablar de la Justicia y los Fiscales andaluces, esos seres pusilánimes que no llevan a los Tribunales a ni uno solo de la enormidad de chorizos que pueblan la Junta y sus mil tentáculos así les froten por la cara los informes continuados de la Cámara de Cuentas!

Cómo no se van a desangrar las arcas públicas? Cómo no vamos a seguir siendo la tierra del paro, de la pobreza y de la falta de recursos si quienes deberían ser los vigilantes de la Ley se esconden bajo la mesa de caoba de sus despachos? Yo hace ya años que soy incapaz de distinguir un Fiscal andaluz de un avestruz africano! Quizás, si uno se fija bien, el avestruz tenga menos plumas y más arrojo; pero la acción de ambas especies en aras de frenar el expolio andaluz es la misma: cero.

Así las cosas, sin defensa alguna ante el latrocinio y desfalco continuado, con los reptiles que tenemos como parlamentarios y los hediondos ocupando los altos cargos de una Administración que es un puro trampantojo, podemos comprender que cada vez haya menos medios en los hospitales, que cada día haya menos médicos, que nuestros reventados galenos tengan que ver hasta cincuenta o sesenta pacientes en una mañana, que las señoras de ochenta años permanezcan en los pasillos cubiertas por una sábana que ya es casi un sudario porque no hay camas, que una prueba urgente de corazón se alargue más de dos años, que haya habido enfermeras que han muerto de un cáncer inexplicable por trabajar juntas sobre un foco de radiación continua al que, por ahorrar en donde no se debe, no se le ha puesto el aislante exigido. Así las cosas, he podido al fin comprender cómo es posible que yo haya conocido en un año a ocho médicos diferentes (sustitutos de los sustitutos) y que sólo una vez haya visto al mío de cabecera. Así las cosas, repito, he podido entender (que no asumir) que haya miles de médicos en Urgencias que enlazan una jornada de ocho horas con la siguiente porque no mandan sustituto, con el consiguiente peligro de que ocurra alguna desgracia! Hipócrates, por todos los dioses: resucita, observa este panorama y dime si tienes lo que hay que tener para repetir el Juramento!

El milagro

Pero los milagros existen. Y en medio de todo este paisaje de abandono y desolación, de sufrimiento y angustia, surge un hombre con una bata blanca y un fonendo en torno al cuello; un joven médico, moreno como un abencerraje, de ojos granaínos y pelo negro, con un coraje en el corazón y una valentía en sus manos como no se ha visto en siglos! Se llama Jesús Candel, como ya dije al principio, aunque todos lo conocemos como Spiriman. Este joven médico, el doctor Candel, ha encontrado en YouTube el escalpelo preciso, la sierra implacable, el bisturí láser de máxima precisión con el que abrir en canal el cuerpo agonizante de la Administración Médica, mostrándonos con todo rigor y toda crudeza los tejidos cancerosos de la misma, las adiposidades que impiden el movimiento libre de los músculos, la esclerosis que la paraliza, los tumores que la están matando. Cualquiera de ustedes puede ver -si entra en su canal: Spiriman ¡Yeahhh!- sus innumerables vídeos, a cual más tremendo.

Ha logrado Spiriman poner en pie de guerra a toda una provincia: Granada. Y esta sublevación ya se ha extendido a Málaga, en donde yo vivo y está la plataforma Basta Ya, con el doctor Carlos Bautista al frente –otro héroe que, además, hace vídeos sensacionales. Esta indignación imparable ha llegado a Huelva, Sevilla, Jaén, Almería… con tal fuerza (la fuerza que sólo puede darnos el miedo a morir por no recibir atención médica), que en los rincones más oscuros de la Junta ya hace tiempo que ha empezado a oírse el castañeteo de dientes, el temblor de piernas y la descomposición intestinal. Y no es para menos, pues los hediondos están viendo en peligro sus prebendas, sus primas por productividad (sic) y todos sus privilegios. Pero son tan torpes que en los últimos días intentan ir contra Spiriman a través de las armas habituales que manejan: la manida amenaza de abrirle un expediente disciplinario; sin fundamento alguno; sin pies ni cabeza. Como si tal artimaña fuera a hacer mella en la coraza del héroe! Menudos gilipollas!

No. No hay artimañas que valgan ante la verdad y la razón. Porque el doctor Candel, como le ocurre siempre a los verdaderos héroes, ha trascendido y ya no sólo es un médico. Candel es toda la ciudad de Granada, es la Plataforma Basta Ya, es la Plataforma de Apoyo a la Atención Primaria. Candel es Huelva por una Sanidad Digna; es justiciaporlasanidad.org. El doctor Jesús Candel ya no es un hombre solo y apuñalado a traición por los sindicatos del Régimen mientras lucha ante las fuerzas del Mal desencadenadas, sino que se ha convertido en un viento huracanado que está llegando a todas las provincias andaluzas. Spiriman no es sólo un médico, sino un símbolo de decencia, de integridad, de arrojo y de libertad! Porque es un médico andaluz! Un verdadero médico! Capaz de enfrentarse al peor de los cánceres, que no es otro que la Hydra de la Junta. Él solo, con una cámara de vídeo en su mano!

Exhortación final y advertencia terrorífica

Oídme, miserables políticos, deplorables altos cargos, infames vividores de la Junta, despreciables sindicalistas paniaguados por el Régimen, zorras siempre con unas nalgas que lamer cercanas a la lengua: tarde o temprano todos los regímenes acaban cayendo, y éste caerá. Bien sea porque en las próximas elecciones desaparezca el socialismo como partido significativo; bien porque de repente surja de la oscuridad un fiscal con sentido del deber, o una nueva Juez Alaya que os ponga a todos caminito de Belén, este Régimen ensimismado y oscuro que dura ya casi cuarenta años va a caer, y en su caída -que será escuchada desde la Estación Espacial Internacional- arrastrará escombros, cristales, lascas de hierro, esquirlas cortantes y polvo tóxico. Muchos de vosotros ingresaréis en la cárcel; otros, os escabulliréis como ratas. Pero oídme: algunos, conscientes repentinamente de lo que habéis estado ayudando a hacer, caeréis enfermos. Muy enfermos, quizás. Y entonces no querréis que os asista la subsecretaria de la Consejería de la Igualdad entre Epifenómenos con la que os veíais en Cancún, ni el director de la Agencia de Evaluación Estimativa de Sobornos que tantas cenas de lujo compartió con vosotros, ni ese parlamentario tan guachi que no sabéis a qué partido pertenece pero con el que siempre acabáis tomando Pesquera Gran Reserva en Casa Moreno, sino que pediréis por Dios que os asista un médico. Y lo pediréis a gritos, como si fuera lo único que de verdad os hubiera importado en vuestra puta vida: un médico! Lo suplicaréis: por favor, un médico! Y os acordaréis de las ancianas que, por falta de camas, murieron en los pasillos de los atestados hospitales. Por Dios! Un médico! Quién sabe? Quizás tengáis suerte y haya algún residente al que el Juramento Hipocrático retenga más de 24 horas seguidas al pie del cañón pese a cobrar un sueldo de mierda. O puede que no haya nadie porque no habéis permitido meter sustitutos. Pero, no os quepa duda: gritaréis necesito un médico!!! …Por favor!!! …Un médico!!!




53 comentarios:

  1. Sangrante realidad y brutal exposición. Magnífico homenaje al doctor Candel y reconocimiento a todos los sanitarios andaluces.

    ResponderEliminar
  2. Sin palabras, genial, genial. Resumen perfecto de la Jungla de Andalucía. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  3. LÉANLO HASTA EL FINAL , MERECE LA PENA.

    ResponderEliminar
  4. D. EDUARDO MAESTRE me he quedado con la boca abierta. Bravo por su escrito.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Realmente impactante,,. Pero así es la realidad de nuestra sanidad,,,, La joya de la corona..a la cual estos carroñeros intentan rematar..

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    3. La lástima de todo lo que dices, de lo cual te doy mis felicitaciones, mejor dicho imposible, lo que deberían leer esto, no lo harán y seguirán con sus incrustados planes mafiosos, grabados a fuego en su cabeza, ya que no tienen corazón ni para guardar un lo siento.

      Eliminar
  5. Simplemente darte las GRACIAS Eduardo, por este magnifico artículo que no solo cuenta la realidad de la sanidad en Andalucía, así como igualmente has sabido explicar de una forma magistral el entramado de la ADMINISTRACIÓN PARALELA, por la que tanto y tantos hemos luchado durante años, hasta que la justicia terminó con la esperanza de miles de funcionarios y el resto de empleados públicos. Y ese es mi temor, que los tentáculos del poder del sultanato son tan grandes y llegan a todas las instituciones.

    ResponderEliminar
  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  7. Fiel reflejo de la actual situación sanitaria. Muy bien dicho.

    ResponderEliminar
  8. Terrible realidad dicen algunos.

    ¿ Acaso es una situación sobrevenida ? ¿ No es más bien la estación fin de término a la que nos ha llevado estos 40 años de restauración democrática llenos de complecencias de todos y todas ?

    Dejo un comentario cualificado que habla del desvencijamiento de los sistemas de control presupuestario, auténtico embrión de la corrupción que asola las arcas públicas.

    http://hayderecho.com/2015/06/13/contrataciones-publicas/#comment-34159

    Gracias a personas como el Dr. Candel, spiriman, que se han atrevido, desde dentro, a mostrar la realidad, tapada sistemáticamente por los que viven de que la rueda del sistema, corrupto sistema, no deje de girar: políticos, sindicatos y muchos funcionarios sin escrúpulos.

    ResponderEliminar
  9. Indudablemente por tú profesión y pasión han brotado éstas líneas que casi me hacen llorar,yo ésto lo veía venir hace años, cuándo trás el diagnóstico de mi padre lesión multideforme cerebral con un sólo acelerador de partículas para la Capital y provincia de , Jaén... Listas de espera interminables para la radioterapia... Al poco tiempo me toca a mí una lesión intramuscular maligna y lo mismo recomiendan operar con urgencia... Y me tienen lamiendo culos y suplicando cita ... Es decir esto lo venimos sufriendo los enfermos hace años y los trabajadores del SAS también.
    Impotentes de saber la realidad qué maltratan a sus trabajadores cómo has contado y por eso muchos Necesitamos tratamiento o lo qué es peor cómo le están haciendo al compañero y ejemplo muldial de solidaridad qué es, desprestigiar,acosar y amenazar.
    Yo no tendré jamás un Búlgari Versache o lo qué se llame no lo necesito disfruto más en el bar "La esquína" con la gente de a pié qué cómo yo somos buenas personas y sobretodo humanas.
    Yo ya no lloro lo único qué espero es ver desfilar a estas Zorras, Chorizos y sinvergüenzas eso es lo qué tanto Profesionales como gente de pié queremos!!!
    Gracias gran artículo un abrazo si me lo permite!!!

    ResponderEliminar
  10. Un artículo excelente, chapó!!!
    Jesús.....que nombre tan apropiado!

    ResponderEliminar
  11. Brutal y verdadero, te felicito, como medico del sas lo suscribo, Enhorabuena Maestre.

    ResponderEliminar
  12. se le cae a una el alma a los pies, como suele decirse, cuando ve negro sobre blanco estas verdades brutales de la Sanidad, que se estan cargando conscientemente par privatizarla, no me cabe en la cabeza como los profresionales estan callados y consintiendo esto, los usuarios hacemos todo lo que podemos, hablo en primera persona, ya que soy de las que pone reclamaciones constantemente, como se suele cedecir para nada, pero insisto, por lo menos como suele decirse como recurso de pataleo, pero esto no es de uno ni de otros es de TODOS y parece que no nos damos cuenta de eso y estamos consintiendo verdaderas aberraciones, cuando un profesional como Jesús Candeal se im`plica hay quien le falta tiempo para ir poniendoles zancadillas en vez de ayudar a d¡sacar la cantidad de mierda que hay. Asi que lo dicho na y mil veces LA SANIDAD NO SE VENDE SE DEFIENDE

    ResponderEliminar
  13. Excelente articulo y me enorgullece que se reconozca la labor de los medicos y de todo el personal sanitario tan sacrificado....Verdades como puños dices y somos muchos los que apoyamos al Dr Candel y su lucha por una sanidad digna. No hay retroceso ya se inicio la batalla contra los Hediondos y los vamos a sacar y echar al basurero que es su verdadero hogar...Enhorabuena por este articulo...Chapó����������

    ResponderEliminar
  14. Estupendo artículo. Sanidad y Educación Pública van cogidas de la mano, y la Junta de Andalucía, llena de hipocresía y cara dura la están desmantelando, privatizando descaradamente, repartiéndose el pastel entre los palmeros.

    ResponderEliminar
  15. Eduardo Maestre, has hecho una narración de los hechos y la realidad de la sanidad, brutal, y te doy las gracias pq reconozcas la labor de los sanitarios y cómo estamos expuestos a una situación de estrés pq nos faltan medios y personal para atender una población cada vez más longeva, y para q se pueda atender con dignidad ( todos tarde o temprano pasaremos por ahí) y creo q es gracias a "la vocación" entusiasmo, fè en lo que hacemos los sanitarios o llámale como quieras, que se lleva a cabo está labor la mayoría de las veces con una sonrisa, y no tiramos la toalla. Pero he de decirte q no es un mal de Andalucía, no lo límites a Andalucía y no le eches la culpa solo a la inmbrable, es un mal de todas las comunidades alentadas por el gobierno central, en Madrid donde ejerzo actualmente, es igual q en Andalucía, no se sustituye n trabajadores se cierran camas , consultas y quirófanos de contratos menos personal y se contratan a sanitarios recién salida de una carrera y ala, directamente la ponen a trabajar en una UVI, que si...que han hecho prácticas tuteladas, pero cuando " la sueltan" con solas llevando una planta o en una uvi, están,o estamos asustadas, y NO TIENEN A NADIE QUE LAS TUTELES.....OJALA AQUI EN MADRID HUBIERA MAS JESÚS CANDEL, Y EN TODA ESPAÑA,por el bien y en beneficio de la sanidad pública española, que hace más de 10 años ya, era la mejor de Europa y casi el mundo , y se la están cargando desde las distintas administraciones.... gracias y suerte al Dr. Candel q siga en la lucha

    ResponderEliminar
  16. Un ladrillazo. Qué pesao.
    No sabe sintetizar un poco jomío?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Se pueden sintetizar más...40 años de desmanes y desvergüenzas...jomío?
      ¿Te atreves?
      ¡Es gratis!

      Eliminar
  17. Como siempre...en tu línea, querido compañero...lamento, una vez más, tener que felicitarte y, al mismo tiempo, me regocijo por saber que hay valientes que os pasáis los traslados, las sanciones, las amenazas...por el arco del triunfo (mejor dicho...¡por los huevos!). Gracias por amplificar la indignación que todos sentimos, y despertarnos de la anestesia que nos pusieron (para no menos de 40 años). Empecemos a pellizcarnos y a salir del letargo, que nunca es tarde para luchar contra este cáncer, antes de que nos produzca una metástasis letal. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Se puede exponer mejor la situacion de la Sanidad andaluza y el simbolo de honradez y valentia que representa Candel? No, enhorabuena, no podia ser mas fidedigna....

    ResponderEliminar
  19. No puede ser mas fidedigno el articulo de la realidad de la sanidad andaluza y de la figura de Candel resumida en honradez y valentia, falta hacian mas personas asi en otros ambitos, lease politicos....

    ResponderEliminar
  20. Mi apoyo sincero y mucho ánimo para seguir en el empeño. Se necesitan muchos DOCTORES como él para que la Sanidad Pública se fortalezca.

    ResponderEliminar
  21. Yo soy médico, y trabajé para el SAS, pero cuando empecé a sufrir que me dieran de baja en la Seguridad Social los viernes, y me volvieran a dar de alta los lunes; o que me dieran de baja el día de Nochebuena, y me volvieran a incluir el día 26; los contratos del 75%... ahora soy profesora de enseñanza secundaria en la rama de la familia sanitaria perteneciente a la Formación Profesional, y dejé de ser médico. Soy médico de mi familia, de mis alumnos y de mi misma. No pude aguantar, me presenté a las oposiciones de enseñanza, las saqué y, desgraciadamente, ¡adios medicina!.

    ResponderEliminar
  22. Buen diagnóstico
    Echo de menos una solución, porque puedes cambiar el nombre de la región y del partido gobernante y esto te vale en cualquier lugar de España, quizás salvii en el País Vasco

    ResponderEliminar
  23. Lo triste del tema es que antes de que ocurra lo magníficamente expuesto en la Conclusión final morirán muchas personas, mayores, niños, embarazadas y personal civil,y cualquier cidadano morirá en los sucios pasillos de los Hospitales.

    ResponderEliminar
  24. Si señor. Esto es lo que pasa en Andalucía. Espero que nadie acabe con la paciencia de Jesús Candel

    ResponderEliminar
  25. Magnífico el artículo clarisimo la explicación, lo triste es que antes de que ocurra lo expuesto en la Conclusión final, muchos ciudadanos morirán en los sucios pasillos de los Hospitales.

    ResponderEliminar
  26. Enhorabuena por el estupendo artículo y le doy las gracias como médico por denunciar el régimen socilista de la Junta.
    Pero pienso que la culpa de nuestra situación la tenemos nosostros mismos los médicos que aceptamos condiciones de trabajo y honorarios que son los peores de España y de Europa.
    En mi caso, afortunadamente emigré a Portugal donde al médico aún se le respeta

    ResponderEliminar
  27. Fabuloso artículo me ha encantado en hora buena cuantas verdades. Muchas gracias #Yeahhhh #todossomosjesuscandel

    ResponderEliminar
  28. Excelente articulo, se pjede decir mas alto pero no mas claro. Sigamos peleando .

    ResponderEliminar
  29. Excelente homenaje, al Dr Candel, y excelente articulo. A ver, si estos políticos se avergonzaran de una vez, lo que pensamos de ellos, aunque lo dudo, pues, no tienen dignidad, ni vergüenza, ni humanidad alguna. Además, son totalmente unos ineptos.

    ResponderEliminar
  30. Un crudo y realista testimonio que es extensible a otras CC.AA, Removamos conciencias y unámonos contra semejante esquilmo de las arcas públicas.

    ResponderEliminar
  31. Me encanta. ..
    Es mi ídolo y todo lo que se dice es el evangelio. ..
    Para los que somos de España. ..para el resto. . El coran. ..bueno lo que sea...

    ResponderEliminar
  32. Gracias por su artículo, excepcional, magistral, lleno de sensatez y simplicidad para explicar la realidad.
    Soy médico. Desde hace casi dos décadas. Y jamás habíamos tenido a nadie como Jesús, luchando por nuestra dignidad sanitaria, que debe comenzar por mantener nuestra propia dignidad como médicos. Gracias, mil gracias

    ResponderEliminar
  33. Que bálsamo para mi hambre y sed de justicia ante tanto despilfarro, ante tanto chupaculos,adulador,etc que se tapa los ojos los oídos y la nariz cada vez que va a votar, con tal seguir como tan magistralmente indicas en tu artículo. Ojalá corra como la pólvora y haga despertar conciencias. Mi agradecimiento eterno para estos héroes

    ResponderEliminar
  34. Mi más sincera enhorabuena por el escrito, porque no se podría decir la realidad Andaluza con otras palabras!!! Triste realidad...

    ResponderEliminar
  35. Gracias por estas líneas tan reales como la vida misma, vida que aunque no seamos conscientes nos están quitando, Jesús y muchas personas que están a su lado están luchando contra Goliat, y la asociación necesita del apoyo de todos, os ánimo a que os hagáis socios con sólo 1€ al mes e intentar cambiar las cosas todos unidos #justiciaporlasanisad #yeah y gracias...

    ResponderEliminar
  36. Mi agradecimiento a tan explícito y aclarador articulo de donde y hacia donde vamos con la sanidad en nuestra tierra y en manos de quien estamos. Con tu permiso y por párrafos iré colgando en redes,(por supuesto haciendo mención a tu perfil) al objeto de que sea leído, por fases, entiendo es la manera de que la gente vaya leyendo y asimilando, tan magnifico articulo. Un saludo

    ResponderEliminar
  37. Don Eduardo, lo a clavado usted como flecha en la diana, ante usted me reverencio y me quito cuantas veces haga falta mi obsoleto sombrero. Un viva un ole y muy agradecido a mi querido amigo el Doctor CANDEL y a muchos médicos ( amigos ) que llevan esa profesión por dentro. Mi más sincera enhorabuena..!!!!

    ResponderEliminar
  38. Solo me queda aplaudirte eduardo, y entristecerme por la realidad que has escrito

    ResponderEliminar