Artículo de Eduardo Maestre
El
doctor Candel
No sé si ustedes saben quién es el doctor Jesús
Candel, un médico granadino al que en las redes sociales, en los medios de
comunicación oficiales y hasta en los telediarios se le conoce como Spiriman. Es de suponer que han oído
hablar de él, pero para quienes aún no lo conozcan les diré que este médico, a
base de publicar sus vídeos -hablando de una forma directa, sencilla y a veces
brutal-, ha puesto en pie de guerra el sistema sanitario andaluz. Comenzó
sacando a decenas de miles personas a la calle; hasta el punto de abarrotar las
principales avenidas de Granada para protestar por la fusión de dos hospitales
granadinos, asunto que ahora sería prolijo explicar pero que se resume en un
solo aspecto: que puso un foco de muchos lúmenes encima de la mugre
administrativa que rige
los hospitales y la Sanidad andaluza; mugre que sigue
unas estrictas pautas marcadas por la Consejería de Salud, y ésta, de la
Presidente, Susana Díaz, última responsable del caos sanitario que padecemos
los andaluces y, a mi juicio, responsable indirecta del sufrimiento innecesario
de miles de enfermos y de cientos de muertes que podrían haberse evitado en los
últimos años.
El
enemigo y sus costumbres
A base de adormecer la zona sensible del intelecto
desde la que surgen las preguntas esenciales; a fuerza de desligar la rutina en
la que inevitablemente cae nuestra labor diaria del fin último que la dota de
sentido, los parlamentarios andaluces hace ya décadas que perdieron el norte
como lo pierde sin remedio una brújula que esté durante años expuesta a un
imán. Ni los funcionarios, ni los jefes de servicio, ni los cargos intermedios,
ni los directores yugulados, ni los políticos que los yugulan son conscientes
de en qué narices consiste su trabajo
en última instancia; es decir: para qué
están ahí. Con tanta prebenda, tanta regalía, tanto privilegio y tanto sobar
omóplatos se olvidan de que han sido colocados ahí para servir al ciudadano.
Aquí, en Andalucía, ya se perdió ese fin último. Si es que alguna vez lo
hubo! En esta tierra abandonada por el Derecho, calcinada por una salmuera
tóxica desde que sobre los andaluces se
derramó el socialismo, no existe ya fin último, ni objetivo ideal, ni causa
superior, sino un runrún constante y sordo, un traqueteo homogéneo y lejano que
supura resignación por sus restallantes costuras. Los administrativos que se
disfrazan de directores médicos procuran recortar en gasto sanitario lo
suficiente como para embolsarse unas jugosas primas a las que llaman
paroxísticamente de productividad
anual; los altos cargos de la Consejería de Salud procuran cerrar balances lo
suficientemente ajustados como para poder seguir desviando fondos públicos a
través de las infames agencias que se articulan y despliegan en lo que se
conoce como Administración Paralela, que no es otra cosa que una maravillosa
urdimbre travestida de una especie de ilegalidad
legal, una Medusa exclusivamente creada para la financiación y permanencia
eterna del partido socialista en el Poder, y a cuyas serpientes bautizan con
nombres tan rimbombantes como Agencia para la Integración Emasculante,
Observatorio de la Retención de Oportunidades Vitales, Fundación para la
Conservación del Patrimonio Esquilmado, Consorcio Interterritorial de
Vigilancia sobre la Mujer Extrañada de Sí Misma, o Instituto para la
Constatación del Onanismo en la Adolescencia durante la II República. Toma ya
ínfulas! Y, mientras tanto, venga dinero público para la saca!
Pero, claro, a base de meter durante décadas miles y
miles de millones de euros del dinero público en la saca del Partido Socialista
Obrero Español de Andalucía, como no puede haber para todo, como es imposible mantener
a las 30.000 familias de los Enchuffatti
sin bajar ni un punto su tren de vida; como no hay economía que sea capaz de
seguir subvencionando las miles de empresas-fantasma de amiguetes y cuñados y,
además, atender las verdaderas
necesidades de la población, no queda otro remedio que cerrar hospitales,
eliminar camas y reducir peligrosamente el personal sanitario. Tal es el nivel
al que hemos llegado que incluso se niegan los medios básicos para atender una
urgencia. Y a los médicos supervivientes, agarrados por las gónadas mediante el
Juramento Hipocrático (maldito seas, Hipócrates! En qué momento se te ocurrió
jurar lealtad a los enfermos?) se les ha llevado a una situación que dista ya
mucho de poder calificarse como límite.
Porque, querido lector, nuestros médicos, los médicos andaluces, han superado
ya todos los límites que se creían
infranqueables!
Un
poco de épica-ficción
Para los que sigan la serie Juego de Tronos, les diré que la distancia que hay entre un
político andaluz y un médico en Andalucía es la misma que la que media entre Theon Greyjoy (Hediondo) y Jon Nieve. El
primero, Hediondo, es un ser abyecto, despojado de su propia personalidad a
base de ser humillado, torturado y vejado impíamente; un trozo de carne que
ejecuta sin pensarlo las órdenes más repulsivas pero incapaz de mirarse a sí
mismo, ansioso en el fondo por morir algún feliz día pero sin el valor
suficiente para quitarse la ruin vida que arrastra. El segundo, Jon Nieve, es
un héroe atormentado por una misión superior a sí mismo, un gigante espiritual
que ha sido capaz de trascender su propia cuna y su condición pública de
bastardo para congregar a su alrededor un ejército de mujeres y hombres
agradecidos por su valor y admirados por su integridad; un hombre en suma, que
ha sido capaz, literalmente, de regresar de su propia muerte para encabezar la
liberación de los oprimidos por las fuerzas del Mal. Aquél es Hediondo; éste,
Jon Nieve. Aquél, un miserable despojo de lo que fue un día; éste, un ejemplo
de integridad y sacrificio personal. Aquél, un político andaluz de la
Consejería de Salud; éste, un médico de Atención Primaria del SAS; casi diría
que cualquiera de los médicos con los
que topamos un descabalgado día de consulta exprés.
Me cuesta mucho imaginar qué creen los responsables
de la política sanitaria andaluza que representa el concepto “médico”: qué es un médico. Y digo que me cuesta
imaginarlo porque lo que está claro es que, a tenor de lo que ocurre desde hace
años y que ya está intensificándose hasta niveles angustiosos, ni saben lo que
representa ser médico, ni tienen la más remota idea de en qué consiste el
ejercicio de la Medicina!
Qué
narices es un médico?
Miren ustedes: mi hermano mayor es médico; médico
del Estado; de los antiguos; de los que sacaron la plaza en la última de
aquellas oposiciones estatales, en aquellos exámenes bestiales que había hace
décadas, antes de que saltara por los aires el sistema sanitario nacional para
desmembrarlo en taifas incomunicadas. Mi hermano Ramón es 11 años mayor que yo,
y yo ya soy un señor muy mayor, de lo que se colige que él está ya en edad de
jubilarse, y lo ha hecho hace poco; pero ha estado trabajando como una bestia
parda primero en Extremadura, muchísimos años (desde que sacó la plaza), y
luego en Andalucía, en un pueblo muy cercano a Sevilla capital, ya inserto en
el depauperado SAS. Mi hermano ha sido siempre médico de Atención Primaria. Las
pocas veces que he tenido que acudir a él (porque sé que a los médicos de la
familia hay que dejarles respirar y no llamarlos por tonterías), han sido
porque, después de semanas o meses y visitas a otros médicos nadie daba con el
problema que fuera. Mi hermano Ramón los ha solucionado todos. Todos. Con una vista y un instinto increíble. Digamos, pues,
que mi hermano es lo que todos conocemos como un médico.
En mi familia paterna, además, tengo varios primos
hermanos que también son médicos; alguno de ellos muy considerado en el mundo
de la Medicina andaluza. Mi propio padre, que en paz descanse, era ATS; que
antes, cuando yo era chico, se llamaban practicantes,
y que ahora no sé si se llaman enfermeros, auxiliares de clínica o vaya usted a
saber. Mi tía Conchi, que en paz descanse también y que era la hermana pequeña
de mi padre, era enfermera. El caso es que en mi familia directa, en cualquier
boda, bautizo o comunión, si a alguien le daba una apoplejía, había no menos de
tres o cuatro médicos, un ATS y una enfermera para atenderle. Que yo recuerde,
nunca se dio el caso, pero de haberse dado, allí contábamos con una legión de
sanitarios!
Un médico, en una comida familiar, parece uno más. Usted se cruza por la calle con
un médico vestido con unos vaqueros y un polo y no sabe con quién está
cruzándose. Porque, aparentemente, son como
los demás: tienen sus dos piernas, sus dos ojos, su pelo o su calva, sus
orejas… Pero, estimado lector, no se deje engañar: no son como nosotros! Los
médicos son diferentes; porque, por la razón que sea, desde pequeños o desde
adolescentes sintieron la necesidad de
ayudar a los demás a sobrevivir ante la enfermedad! Igual que en mi caso
los sentimientos que me llevaron a querer ser escritor o músico fueron la
vanidad y la necesidad de sentir el aplauso y la aprobación de todos, en el
caso de los médicos lo fue sin duda el sentimiento de utilidad esencial, de restaurar la Vida en el sentido lato del
término. Ello no obsta para que, una vez siendo médicos, en alguno de ellos
puedan concurrir paralelamente sentimientos vanidosos o de búsqueda de la
notoriedad; pero sin duda son servidumbres aparecidas a posteriori de la
primigenia chispa vocacional surgida en la juventud.
Por
quién toman estos cabrones a los médicos?
Miren ustedes, yo creo que estos tíos de la Junta no
son conscientes de que cuando están ante un médico se encuentran ante una
persona que ha dedicado años y años de su vida a comprender qué narices le pasa
a tus tendones si los sometes a esfuerzos excesivos, cuál es el mecanismo que
hace posible que tu hígado te dure noventa años sin decir aquí estoy yo, por
qué tu sangre está llevando poca chicha
al resto de tu cuerpo, y qué te va a pasar si, con el perímetro abdominal que
ya tienes, sigues metiéndote entre pecho y espalda esos platos de huevos fritos
con chorizo y patatas fritas tan buenísimos.
Estoy convencido de que estas tías de la Junta,
cuando accidentalmente reciben noticias de la realidad sanitaria andaluza (de
la que procuran, evidentemente, mantenerse al margen), no tienen conciencia de
que quien se queja en primera instancia puede que sea una mujer; una mujer
médico; una mujer que, tras bregar en una consulta atestada, sin medios y casi
sin tiempo para atender de verdad a los pacientes, se quita esa bata blanca tan
limpia, llega a su casa y tiene que enseñarle a sus hijos a leer y a escribir,
no le queda más remedio que ducharse y ver qué va a hacer con esas líneas de expresión que ya están
pronunciándose más allá de lo permisible; hasta es probable que, esclavizada
por el heteropatriarcado, tenga que
hacer la cena y pedirle a su pareja que baje la basura ya, hombre, por Dios!
Pero que no se equivoquen las tías de la Junta de Andalucía: que esta mujer
reventada por tanto trabajo, tanta responsabilidad y bajo condiciones laborales
tan desfavorables no tenga, como ellas, un bolso de Bulgari para salir a cenar
no quiere decir que no sea un ser
superior, un alma limpia que conoce la función del endometrio, que intuye
la inminencia del fracaso renal, que reconoce la distrofia muscular de Duchenne
y que ve venir de lejos un infarto. No. Claro que no es como ellas. Es
infinitamente superior a ellas.
Pero qué se creen estos tíos de la Junta que es un
médico? Cómo se atreven a tenerlos en minúsculos despachos, sin asistente, al
lado de una camilla carcelaria y obligándolos a ver hasta dos pacientes cada cinco minutos? Saben ustedes lo que provoca en
la mente de los médicos este despropósito diario?
Conocen ustedes el porcentaje de médicos andaluces que están tomando
antidepresivos a causa de haber caído en la red del Sistema Andaluz de Salud?
Qué piensan estos sinvergüenzas de la Junta, que van con trajes de Armani a los
consejos de Gobierno, acerca de lo que significa ser una enfermera? Tengo yo
una muy buena amiga que ha sido enfermera de Urgencias durante veinte años y me
ha contado lo que aquí no se puede decir. Qué pueden hacer dos enfermeras, dos
mujeres de carne y hueso, atendiendo en una sala de despertar a más de veinte
recién operados, de los cuales cuatro son niños? Pues qué van a hacer? Atender
a los los niños (cuidado prioritario! Atención total!) y dejar desamparados a
los dieciséis restantes, así se estén desangrando!
Qué coño se creen estos políticos miserables de la
Administración que es un ambulatorio o un hospital? Qué piensan que están
haciendo cuando a través de los acojonantes recortes en el presupuesto por
parte de los directivos hospitalarios (mucho más cercanos ya a Hediondo que a
Hipócrates) obligan a los enfermeros a verter las bolsas de orina y de sangre
en los retretes del hospital, sabiendo que hay una normativa estricta que prevé unos recipientes ad hoc para evitar catástrofes de salud
pública? Qué se puede pensar cuando en los últimos diez años han muerto cerca
de diez enfermeras por cáncer y todas trabajaban en la misma planta; planta que
casualmente está encima del nuevo
pabellón de Radiología y que, tras el informe pericial debido a la denuncia de
las últimas cuatro afectadas (una de ellas, por desgracia, muerta
recientemente), se descubre que entre la gran habitación en donde están las
máquinas de Rayos X y la planta donde han muerto tantas enfermeras no había aislamiento alguno? Y que no lo
había porque se escatimó en el presupuesto de obras diez años atrás?
Que ya no estamos hablando del aparente desdén con
el que son recibidos los pacientes en Urgencias -que no es tal desdén sino
desesperación, porque es que no dan abasto las criaturas! Que ya no nos
referimos ni siquiera a las muertes causadas por las increíblemente postergadas
citas en las listas de espera -ante las cuales uno no puede dejar de pensar en
que la Administración reza a escondidas para que el enfermo ya no necesite el
trasplante de hígado, corazón o pulmón, sino que en los interminables meses de
espera el afectado haya pasado a mejor vida, ahorrando un buen dinerito a las
arcas públicas y ya, de paso, sacarle los higadillos a sus desolados herederos
a través del leonino Impuesto de Sucesiones de Susana Díaz, esa Medea de
Triana! Que no! Que aquí estamos ya hablando del sacrificio físico y emocional de médicos,
enfermeras y celadores, muchos de los cuales trabajan en peores condiciones que
los mineros peruanos!
Dónde
está la pasta?
Pero por qué estamos así? -se preguntarán ustedes.
Por qué? Es que no hay dinero en Andalucía para contratar inmediatamente a un médico sustituto cuando alguno está de baja o
de vacaciones? Es que acaso no hay dinero para mantener una dotación
hospitalaria adecuada que impida andar escatimando en vendas, guantes o
Betadine? Quizás no se previó la necesidad de miles de camas más? Dónde están
esas máquinas tubulares impresionantes que salen en las películas norteamericanas?
Es que no hay dinero? Pues claro que sí! Claro que hay dinero! Hay dinero para
abrir una decena de hospitales comarcales enormes, varias decenas de hospitales
más modestos, y cientos de ambulatorios con toda la dotación. Del mismo modo
que hay dinero para contratar miles de profesionales (médicos, enfermeros,
anestesistas, etc.) Lo que sucede, estafado andaluz que estás leyendo esto, es
que ese dinero está alimentando a una inmensa partida de inútiles
indispensables para el partido, ya que esos inútiles son quienes sostienen en el Poder al socialismo andaluz.
Porque, machacado ciudadano andaluz, ese dinero, en
gran parte, está en los más de 7.000 millones de euros anuales que cuesta mantener la Administración Paralela. Siete mil millones de euros al año!
Saben ustedes cuánto dinero es ése? Se pueden imaginar lo que se podría hacer
en la Sanidad andaluza con siete mil millones de euros más cada año? Pues ya ven ustedes! Ahí está: en la Administración
Paralela, esa excrecencia inútil que no sólo tapona el antaño grácil
funcionamiento de la verdadera Administración pública (a la que accedieron en
su día los funcionarios a través de un concurso-oposición), sino que, en su
inepcia administrativa, ha pervertido el concepto mismo de función pública, convirtiendo a los allí empleados (a dedo, en su casi totalidad) en
peligrosísimos elementos con capacidad de acción y sin control alguno del gasto! Sujetos por sus partes pudendas a la
amenaza de despido si no cumplen las consignas de los políticos (cosa que no ocurriría
entre los verdaderos funcionarios: de ahí que hayan tenido que crear esta
terrorífica ilusión administrativa), estos más de 30.000 empleados, la mayoría
de ellos sin estudios, sin preparación, sin carrera y por supuesto sin haber
aprobado una puñetera oposición jamás, están al frente de estas agencias, de esos observatorios, de aquellos institutos,
de estos consorcios, de esas fundaciones que crecen como champiñones
y que son perfectamente prescindibles. Prescindibles e inútiles.
Inútiles, sí! O es que ustedes perciben, desde que
este cáncer administrativo nos pisa el cuello a los andaluces, alguna mejora en
la violencia de género? Ven ustedes alguna alteración, para mejor, en los
resultados trianuales del informe PISA? Se nota que haya avanzado algo (yo qué
sé: lo mínimo!) la que debería ser una urgentísima generación de industria en
Andalucía? Alguien nota alguna mejora en la Sanidad, que ahora nos ocupa en
este artículo? Nada, verdad? Claro que no! Nada de nada! Las instituciones
básicas, como son la Sanidad y la Enseñanza, están mucho peor que hace dos décadas. Muchísimo peor! Eso por no hablar
de la Justicia y los Fiscales andaluces, esos seres pusilánimes que no llevan a
los Tribunales a ni uno solo de la enormidad de chorizos que pueblan la Junta y
sus mil tentáculos así les froten por la cara los informes continuados de la
Cámara de Cuentas!
Cómo no se van a desangrar las arcas públicas? Cómo
no vamos a seguir siendo la tierra del paro, de la pobreza y de la falta de
recursos si quienes deberían ser los vigilantes de la Ley se esconden bajo la
mesa de caoba de sus despachos? Yo hace ya años que soy incapaz de distinguir
un Fiscal andaluz de un avestruz africano! Quizás, si uno se fija bien, el
avestruz tenga menos plumas y más arrojo; pero la acción de ambas especies en
aras de frenar el expolio andaluz es la misma: cero.
Así las cosas, sin defensa alguna ante el latrocinio
y desfalco continuado, con los reptiles que tenemos como parlamentarios y los hediondos ocupando los altos cargos de
una Administración que es un puro trampantojo, podemos comprender que cada vez
haya menos medios en los hospitales, que cada día haya menos médicos, que
nuestros reventados galenos tengan que ver hasta cincuenta o sesenta pacientes
en una mañana, que las señoras de ochenta años permanezcan en los pasillos
cubiertas por una sábana que ya es casi un sudario porque no hay camas, que una
prueba urgente de corazón se alargue más de dos años, que haya habido
enfermeras que han muerto de un cáncer inexplicable por trabajar juntas sobre
un foco de radiación continua al que, por ahorrar en donde no se debe, no se le
ha puesto el aislante exigido. Así las cosas, he podido al fin comprender cómo
es posible que yo haya conocido en un año a ocho médicos diferentes (sustitutos
de los sustitutos) y que sólo una vez haya visto al mío de cabecera. Así las
cosas, repito, he podido entender (que no asumir) que haya miles de médicos en
Urgencias que enlazan una jornada de ocho horas con la siguiente porque no mandan
sustituto, con el consiguiente peligro de que ocurra alguna desgracia!
Hipócrates, por todos los dioses: resucita, observa este panorama y dime si
tienes lo que hay que tener para repetir el Juramento!
El
milagro
Pero los milagros existen. Y en medio de todo este
paisaje de abandono y desolación, de sufrimiento y angustia, surge un hombre
con una bata blanca y un fonendo en
torno al cuello; un joven médico, moreno como un abencerraje, de ojos granaínos y pelo negro, con un coraje en
el corazón y una valentía en sus manos como no se ha visto en siglos! Se llama
Jesús Candel, como ya dije al principio, aunque todos lo conocemos como Spiriman. Este joven médico, el doctor
Candel, ha encontrado en YouTube el escalpelo preciso, la sierra implacable, el
bisturí láser de máxima precisión con el que abrir en canal el cuerpo
agonizante de la Administración Médica, mostrándonos con todo rigor y toda
crudeza los tejidos cancerosos de la misma, las adiposidades que impiden el
movimiento libre de los músculos, la esclerosis que la paraliza, los tumores
que la están matando. Cualquiera de ustedes puede ver -si entra en su canal: Spiriman ¡Yeahhh!- sus innumerables
vídeos, a cual más tremendo.
Ha logrado Spiriman poner en pie de guerra a toda
una provincia: Granada. Y esta sublevación ya se ha extendido a Málaga, en
donde yo vivo y está la plataforma Basta Ya, con el doctor Carlos Bautista al
frente –otro héroe que, además, hace vídeos sensacionales. Esta indignación
imparable ha llegado a Huelva, Sevilla, Jaén, Almería… con tal fuerza (la
fuerza que sólo puede darnos el miedo a morir por no recibir atención médica),
que en los rincones más oscuros de la Junta ya hace tiempo que ha empezado a
oírse el castañeteo de dientes, el temblor de piernas y la descomposición intestinal.
Y no es para menos, pues los hediondos están viendo en peligro sus prebendas,
sus primas por productividad (sic) y
todos sus privilegios. Pero son tan torpes que en los últimos días intentan ir
contra Spiriman a través de las armas habituales que manejan: la manida amenaza
de abrirle un expediente disciplinario; sin fundamento alguno; sin pies ni
cabeza. Como si tal artimaña fuera a hacer mella en la coraza del héroe!
Menudos gilipollas!
No. No hay artimañas que valgan ante la verdad y la
razón. Porque el doctor Candel, como le ocurre siempre a los verdaderos héroes,
ha trascendido y ya no sólo es un médico. Candel es toda la ciudad de Granada,
es la Plataforma Basta Ya, es la Plataforma de Apoyo a la Atención Primaria.
Candel es Huelva por una Sanidad Digna; es justiciaporlasanidad.org.
El doctor Jesús Candel ya no es un hombre solo y apuñalado a traición por los
sindicatos del Régimen mientras lucha ante las fuerzas del Mal desencadenadas,
sino que se ha convertido en un viento huracanado que está llegando a todas las
provincias andaluzas. Spiriman no es sólo un médico, sino un símbolo de
decencia, de integridad, de arrojo y de libertad! Porque es un médico andaluz!
Un verdadero médico! Capaz de enfrentarse al peor de los cánceres, que no es
otro que la Hydra de la Junta. Él solo, con una cámara de vídeo en su mano!
Exhortación final y advertencia terrorífica
Sangrante realidad y brutal exposición. Magnífico homenaje al doctor Candel y reconocimiento a todos los sanitarios andaluces.
ResponderEliminarSin palabras, genial, genial. Resumen perfecto de la Jungla de Andalucía. Enhorabuena.
ResponderEliminarLÉANLO HASTA EL FINAL , MERECE LA PENA.
ResponderEliminarD. EDUARDO MAESTRE me he quedado con la boca abierta. Bravo por su escrito.
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarRealmente impactante,,. Pero así es la realidad de nuestra sanidad,,,, La joya de la corona..a la cual estos carroñeros intentan rematar..
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarLa lástima de todo lo que dices, de lo cual te doy mis felicitaciones, mejor dicho imposible, lo que deberían leer esto, no lo harán y seguirán con sus incrustados planes mafiosos, grabados a fuego en su cabeza, ya que no tienen corazón ni para guardar un lo siento.
EliminarSimplemente darte las GRACIAS Eduardo, por este magnifico artículo que no solo cuenta la realidad de la sanidad en Andalucía, así como igualmente has sabido explicar de una forma magistral el entramado de la ADMINISTRACIÓN PARALELA, por la que tanto y tantos hemos luchado durante años, hasta que la justicia terminó con la esperanza de miles de funcionarios y el resto de empleados públicos. Y ese es mi temor, que los tentáculos del poder del sultanato son tan grandes y llegan a todas las instituciones.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAmen!!
EliminarFiel reflejo de la actual situación sanitaria. Muy bien dicho.
ResponderEliminarTerrible realidad
ResponderEliminarTerrible realidad dicen algunos.
ResponderEliminar¿ Acaso es una situación sobrevenida ? ¿ No es más bien la estación fin de término a la que nos ha llevado estos 40 años de restauración democrática llenos de complecencias de todos y todas ?
Dejo un comentario cualificado que habla del desvencijamiento de los sistemas de control presupuestario, auténtico embrión de la corrupción que asola las arcas públicas.
http://hayderecho.com/2015/06/13/contrataciones-publicas/#comment-34159
Gracias a personas como el Dr. Candel, spiriman, que se han atrevido, desde dentro, a mostrar la realidad, tapada sistemáticamente por los que viven de que la rueda del sistema, corrupto sistema, no deje de girar: políticos, sindicatos y muchos funcionarios sin escrúpulos.
Indudablemente por tú profesión y pasión han brotado éstas líneas que casi me hacen llorar,yo ésto lo veía venir hace años, cuándo trás el diagnóstico de mi padre lesión multideforme cerebral con un sólo acelerador de partículas para la Capital y provincia de , Jaén... Listas de espera interminables para la radioterapia... Al poco tiempo me toca a mí una lesión intramuscular maligna y lo mismo recomiendan operar con urgencia... Y me tienen lamiendo culos y suplicando cita ... Es decir esto lo venimos sufriendo los enfermos hace años y los trabajadores del SAS también.
ResponderEliminarImpotentes de saber la realidad qué maltratan a sus trabajadores cómo has contado y por eso muchos Necesitamos tratamiento o lo qué es peor cómo le están haciendo al compañero y ejemplo muldial de solidaridad qué es, desprestigiar,acosar y amenazar.
Yo no tendré jamás un Búlgari Versache o lo qué se llame no lo necesito disfruto más en el bar "La esquína" con la gente de a pié qué cómo yo somos buenas personas y sobretodo humanas.
Yo ya no lloro lo único qué espero es ver desfilar a estas Zorras, Chorizos y sinvergüenzas eso es lo qué tanto Profesionales como gente de pié queremos!!!
Gracias gran artículo un abrazo si me lo permite!!!
Un artículo excelente, chapó!!!
ResponderEliminarJesús.....que nombre tan apropiado!
Excelente articulo, chapó!! ✌✌
ResponderEliminarBrutal y verdadero, te felicito, como medico del sas lo suscribo, Enhorabuena Maestre.
ResponderEliminarTe echaba de menos, Eduardo.
ResponderEliminarse le cae a una el alma a los pies, como suele decirse, cuando ve negro sobre blanco estas verdades brutales de la Sanidad, que se estan cargando conscientemente par privatizarla, no me cabe en la cabeza como los profresionales estan callados y consintiendo esto, los usuarios hacemos todo lo que podemos, hablo en primera persona, ya que soy de las que pone reclamaciones constantemente, como se suele cedecir para nada, pero insisto, por lo menos como suele decirse como recurso de pataleo, pero esto no es de uno ni de otros es de TODOS y parece que no nos damos cuenta de eso y estamos consintiendo verdaderas aberraciones, cuando un profesional como Jesús Candeal se im`plica hay quien le falta tiempo para ir poniendoles zancadillas en vez de ayudar a d¡sacar la cantidad de mierda que hay. Asi que lo dicho na y mil veces LA SANIDAD NO SE VENDE SE DEFIENDE
ResponderEliminarExcelente articulo y me enorgullece que se reconozca la labor de los medicos y de todo el personal sanitario tan sacrificado....Verdades como puños dices y somos muchos los que apoyamos al Dr Candel y su lucha por una sanidad digna. No hay retroceso ya se inicio la batalla contra los Hediondos y los vamos a sacar y echar al basurero que es su verdadero hogar...Enhorabuena por este articulo...Chapó����������
ResponderEliminarImpresionante y acertada exposición!!!
ResponderEliminarEstupendo artículo. Sanidad y Educación Pública van cogidas de la mano, y la Junta de Andalucía, llena de hipocresía y cara dura la están desmantelando, privatizando descaradamente, repartiéndose el pastel entre los palmeros.
ResponderEliminarEduardo Maestre, has hecho una narración de los hechos y la realidad de la sanidad, brutal, y te doy las gracias pq reconozcas la labor de los sanitarios y cómo estamos expuestos a una situación de estrés pq nos faltan medios y personal para atender una población cada vez más longeva, y para q se pueda atender con dignidad ( todos tarde o temprano pasaremos por ahí) y creo q es gracias a "la vocación" entusiasmo, fè en lo que hacemos los sanitarios o llámale como quieras, que se lleva a cabo está labor la mayoría de las veces con una sonrisa, y no tiramos la toalla. Pero he de decirte q no es un mal de Andalucía, no lo límites a Andalucía y no le eches la culpa solo a la inmbrable, es un mal de todas las comunidades alentadas por el gobierno central, en Madrid donde ejerzo actualmente, es igual q en Andalucía, no se sustituye n trabajadores se cierran camas , consultas y quirófanos de contratos menos personal y se contratan a sanitarios recién salida de una carrera y ala, directamente la ponen a trabajar en una UVI, que si...que han hecho prácticas tuteladas, pero cuando " la sueltan" con solas llevando una planta o en una uvi, están,o estamos asustadas, y NO TIENEN A NADIE QUE LAS TUTELES.....OJALA AQUI EN MADRID HUBIERA MAS JESÚS CANDEL, Y EN TODA ESPAÑA,por el bien y en beneficio de la sanidad pública española, que hace más de 10 años ya, era la mejor de Europa y casi el mundo , y se la están cargando desde las distintas administraciones.... gracias y suerte al Dr. Candel q siga en la lucha
ResponderEliminarGenial, mil gracias
ResponderEliminarUn ladrillazo. Qué pesao.
ResponderEliminarNo sabe sintetizar un poco jomío?
¿Se pueden sintetizar más...40 años de desmanes y desvergüenzas...jomío?
Eliminar¿Te atreves?
¡Es gratis!
Como siempre...en tu línea, querido compañero...lamento, una vez más, tener que felicitarte y, al mismo tiempo, me regocijo por saber que hay valientes que os pasáis los traslados, las sanciones, las amenazas...por el arco del triunfo (mejor dicho...¡por los huevos!). Gracias por amplificar la indignación que todos sentimos, y despertarnos de la anestesia que nos pusieron (para no menos de 40 años). Empecemos a pellizcarnos y a salir del letargo, que nunca es tarde para luchar contra este cáncer, antes de que nos produzca una metástasis letal. Un abrazo.
ResponderEliminarSe puede exponer mejor la situacion de la Sanidad andaluza y el simbolo de honradez y valentia que representa Candel? No, enhorabuena, no podia ser mas fidedigna....
ResponderEliminarNo puede ser mas fidedigno el articulo de la realidad de la sanidad andaluza y de la figura de Candel resumida en honradez y valentia, falta hacian mas personas asi en otros ambitos, lease politicos....
ResponderEliminarSin palabras,, magnífico
ResponderEliminarMi apoyo sincero y mucho ánimo para seguir en el empeño. Se necesitan muchos DOCTORES como él para que la Sanidad Pública se fortalezca.
ResponderEliminarYo soy médico, y trabajé para el SAS, pero cuando empecé a sufrir que me dieran de baja en la Seguridad Social los viernes, y me volvieran a dar de alta los lunes; o que me dieran de baja el día de Nochebuena, y me volvieran a incluir el día 26; los contratos del 75%... ahora soy profesora de enseñanza secundaria en la rama de la familia sanitaria perteneciente a la Formación Profesional, y dejé de ser médico. Soy médico de mi familia, de mis alumnos y de mi misma. No pude aguantar, me presenté a las oposiciones de enseñanza, las saqué y, desgraciadamente, ¡adios medicina!.
ResponderEliminarBuen diagnóstico
ResponderEliminarEcho de menos una solución, porque puedes cambiar el nombre de la región y del partido gobernante y esto te vale en cualquier lugar de España, quizás salvii en el País Vasco
Bravo!
ResponderEliminarLo triste del tema es que antes de que ocurra lo magníficamente expuesto en la Conclusión final morirán muchas personas, mayores, niños, embarazadas y personal civil,y cualquier cidadano morirá en los sucios pasillos de los Hospitales.
ResponderEliminarSi señor. Esto es lo que pasa en Andalucía. Espero que nadie acabe con la paciencia de Jesús Candel
ResponderEliminarMagnífico el artículo clarisimo la explicación, lo triste es que antes de que ocurra lo expuesto en la Conclusión final, muchos ciudadanos morirán en los sucios pasillos de los Hospitales.
ResponderEliminarEnhorabuena por el estupendo artículo y le doy las gracias como médico por denunciar el régimen socilista de la Junta.
ResponderEliminarPero pienso que la culpa de nuestra situación la tenemos nosostros mismos los médicos que aceptamos condiciones de trabajo y honorarios que son los peores de España y de Europa.
En mi caso, afortunadamente emigré a Portugal donde al médico aún se le respeta
Fabuloso artículo me ha encantado en hora buena cuantas verdades. Muchas gracias #Yeahhhh #todossomosjesuscandel
ResponderEliminarExcelente articulo, se pjede decir mas alto pero no mas claro. Sigamos peleando .
ResponderEliminarExcelente homenaje, al Dr Candel, y excelente articulo. A ver, si estos políticos se avergonzaran de una vez, lo que pensamos de ellos, aunque lo dudo, pues, no tienen dignidad, ni vergüenza, ni humanidad alguna. Además, son totalmente unos ineptos.
ResponderEliminarUn crudo y realista testimonio que es extensible a otras CC.AA, Removamos conciencias y unámonos contra semejante esquilmo de las arcas públicas.
ResponderEliminarMe encanta. ..
ResponderEliminarEs mi ídolo y todo lo que se dice es el evangelio. ..
Para los que somos de España. ..para el resto. . El coran. ..bueno lo que sea...
Gracias por su artículo, excepcional, magistral, lleno de sensatez y simplicidad para explicar la realidad.
ResponderEliminarSoy médico. Desde hace casi dos décadas. Y jamás habíamos tenido a nadie como Jesús, luchando por nuestra dignidad sanitaria, que debe comenzar por mantener nuestra propia dignidad como médicos. Gracias, mil gracias
Que bálsamo para mi hambre y sed de justicia ante tanto despilfarro, ante tanto chupaculos,adulador,etc que se tapa los ojos los oídos y la nariz cada vez que va a votar, con tal seguir como tan magistralmente indicas en tu artículo. Ojalá corra como la pólvora y haga despertar conciencias. Mi agradecimiento eterno para estos héroes
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena por el escrito, porque no se podría decir la realidad Andaluza con otras palabras!!! Triste realidad...
ResponderEliminarGracias por estas líneas tan reales como la vida misma, vida que aunque no seamos conscientes nos están quitando, Jesús y muchas personas que están a su lado están luchando contra Goliat, y la asociación necesita del apoyo de todos, os ánimo a que os hagáis socios con sólo 1€ al mes e intentar cambiar las cosas todos unidos #justiciaporlasanisad #yeah y gracias...
ResponderEliminarMuy Bueno Eduardo.
ResponderEliminarMi agradecimiento a tan explícito y aclarador articulo de donde y hacia donde vamos con la sanidad en nuestra tierra y en manos de quien estamos. Con tu permiso y por párrafos iré colgando en redes,(por supuesto haciendo mención a tu perfil) al objeto de que sea leído, por fases, entiendo es la manera de que la gente vaya leyendo y asimilando, tan magnifico articulo. Un saludo
ResponderEliminarGenial,merece la pena leerlo.
ResponderEliminarDon Eduardo, lo a clavado usted como flecha en la diana, ante usted me reverencio y me quito cuantas veces haga falta mi obsoleto sombrero. Un viva un ole y muy agradecido a mi querido amigo el Doctor CANDEL y a muchos médicos ( amigos ) que llevan esa profesión por dentro. Mi más sincera enhorabuena..!!!!
ResponderEliminarSolo me queda aplaudirte eduardo, y entristecerme por la realidad que has escrito
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