Artículo de Manuel Ramos
Ayer se organizó un acto (otro) propagandístico de la Junta de Andalucía para defender su instrumento de propaganda por antonomasia: Canal
Sur. La jornada se ha titulado “La Radio y Televisión Pública en el Entorno
Digital” y allí se han cantado las bondades de esta agencia autonómica que depende
de la Consejería de la Presidencia, Administración Local y Memoria Democrática.
Toma nombre. Si hay algo que quiere tener controlado el poder es el discurso y
la memoria de los gobernados. Qué mejor herramienta que los medios de
comunicación financiados con el dinero de todos.
El consejero de la Presidencia, Administración Local y
Memoria Democrática (insisto, porque ¡vaya título nobiliario!), Manuel Jiménez
Barrios (Bornos, Cádiz, 1957), ha aprovechado para despachar frases vacías y
políticamente inanes, tengan o no que ver con el asunto de la citada jornada.
Ha hablado de Unicaja,
de la estiba,
de pedir
más dinero a Rajoy y, el día antes, avanzó medidas sobre memoria
histórica, ayuntamientos, empleo agrario, furgonetas, dineros de la Unión Europea,
y una nueva Ley Audiovisual de Andalucía. Atentos a esto último.
A pesar de que el consejero ha querido abrumar con tal
cantidad de temas, el teatro organizado en la sede de Canal Sur nos recuerda la
aberración que consiste en pagar ese ente público que lo mira apenas un 9%
del share y que tiene un perfil de espectador con poco futuro. Para que
ustedes tengan claro lo que cuesta pagar este instrumento de propaganda, les
comento que los directivos cobran 78.522,77
€ anuales y que el coste de plantilla asciende a 51.708.168,87 €. Eso sin contar el consejo de administración, un nido de cargos políticos intocable y
que cuesta
más de un millón de euros. Las remuneraciones finales de los consejeros
están entre los 80.000 y 60.000 euros.
A ver cómo se puede explicar a un andaluz la necesidad y el servicio público
que están haciendo estas personas en sus sillones, cobrando el dineral que
cobran. Puede haber habido alguna pérdida de empleo por la fusión entre la
radio y la televisión, pero ni un puesto político se ha alterado. Es más, lo
que se comprueba es que el salario de estos vividores ha
aumentado tras los años.
Joaquín Durán |
Pues ayer se paseó el director
general de la Radio y Televisión de Andalucía (RTVA), Joaquín Durán, para
decir que todo está muy bien. Este director
interino ya por 4 años, nombrado “provisionalmente” gracias a sus
afinidades políticas, tiene últimamente algunas nubes sobre su horizonte. Comisiones
Obreras (CCOO) pide su destitución tras la investigación a un alto cargo por el
último fraude de la SGAE. Este ataque no es más que otra respuesta de CCOO
a la reducción de las condiciones de trabajo que se ha efectuado en la
plantilla de trabajadores de la agencia pública. Por si fuera poco, CCOO
pide también su dimisión por convertir la televisión en un paseíllo de
políticos frente al incendio cerca de Doñana en vez de cubrir la
información referente al suceso. Desde luego ha sido algo bochornoso, pero esta
pasarela partidista es algo permanente en Canal Sur. La información y el
entretenimiento están al servicio del partido en todo momento.
Pedro de Tena ya
se encargó de apuntar el entramado
de relaciones familiares y afines que se urdía en torno al apellido Durán. Más
recientemente se han encontrado conexiones
entre Canal Sur y Ausbanc en conversaciones y declaraciones que señalan a
unas relaciones no aclaradas entre directivos de la agencia y la entidad
financiera. CCOO ha vuelto a cargar contra Durán señalando que los nombramientos
de nuevos cargos están contaminados por las relaciones con Ausbanc.
La decadencia de la credibilidad de Canal Sur se consolida
en las ciudades, y sobre todo en la gente joven, un alejamiento de su anticuada
máquina de propaganda que sólo convence a los afines. Por muchas “jornadas”
sobre la “Televisión Pública en el Entorno Digital”. Precisamente quienes están
organizando hoy día este tipo de charlas y conferencias son los últimos que se
están enterando de que la información se ha escapado del control de los medios
tradicionales. Ahora diversos medios digitales, ciudadanos y sin vinculaciones
a partidos políticos, tenemos la capacidad de denunciar y contar la verdad
sobre las mentiras que nos quieren hacer creer en los medios de comunicación
institucionales que, para más inri, pagamos entre todos.
Si vamos a pagar un servicio público de comunicación,
debería servir para cuestiones meramente informativas y no competitivas en el
mercado comercial. La fiscalización de dicho organismo debería ser realizada
por verdaderos representantes de los ciudadanos y no miembros de partidos políticos
que sólo miran para el interés de su organización. Es obvio que, si no tenemos
esos representantes, poco nos va a servir un ente en el que resuena la voz de
su amo: el partido (PSOE).
Sirva este pequeño recordatorio y actualización de la
situación de Canal Sur para recordar por qué esta región de España está tan
hundida, año tras año, a pesar de ser rica y aportar una gran contribución al
erario público. El dispendio y el clientelismo siguen drenando a un pueblo
descreído y adocenado por la corrupción diaria. No nos dejemos adocenar y
protestemos ante todas las afrentas que sufrimos. Que no piensen que no nos
damos cuenta.
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