Artículo de Rafa G. García de Cosío
Esta semana me encontraba en Mérida y decidí comprar El Periódico de Extremadura, en uno de esos pocos casos en mi vida en los que decido tirar 1,30€ para constatar el pésimo estado de la prensa regional en España.
La prensa regional en España, incluyendo desde hace poco a algunos periódicos algo más exitosos como La Vanguardia o El Periódico de Catalunya, es una acumulación de panfletos con ínfulas de diarios o gacetas oficiales de las diferentes comunidades autónomas, característica que puede observarse fácilmente cuando se constata que no hay una sola página sin mención a un premio o subvención concedidos (por autoridades públicas en números rojos) a sociedades desconocidas por la mayoría de los lectores -y ya no les cuento por aquellos que nunca compran el periódico.
Hagan la prueba, en serio. Allá donde otros periódicos regionales europeos combinan la necesaria información sobre festivales y eventos varios con datos económicos de las empresas locales, en la prensa española de provincias es extremadamente difícil encontrar un hecho noticioso relativo a una gran empresa regional líder en la exportación de algo. Y cuando el avispado lector da con una, jamás le salen las cuentas para entender la cantidad de subvenciones, premios y publicidad oficial en los mencionados periódicos.
Tras mi visita a Mérida, el miércoles volví a Sevilla tras un día de descanso en Mazagón. A la entrada de Moguer, una cola grande de coches atascaba la carretera que atraviesa la patria de Juan Ramón Jiménez, y muchos vehículos desistían, para mi sorpresa, dándose la vuelta demasiado pronto. Accidente? Obras? Corte de carretera?
Tuve que esperar casi una hora circulando a 10 km por hora para darme cuenta, ya llegado al desvío de Bonares justo antes de arribar a San Juan del Puerto, de que el monumental atasco se debía a un despliegue kilométrico de carrozas rocieras protegidas nada menos que por la Guardia Civil de Zoido.
No les voy a ocultar que estaba estallando de rabia. Me acordé de repente de una noticia de El Periódico de Extremadura de una tal directora de no se qué secretaría de la Junta, aplaudiendo la celebración de una cierta verbena en un pueblo perdido de Extremadura, porque había traído, cito de memoria, "5 millones de euros" a las arcas del pueblo.
Habría que preguntarle a la organizadora, como a los coordinadores de otras múltiples fiestas regionales, si conocen verdaderamente la procedencia de ese dinero. Y si saben que una región nunca llegará a ser rica con el dinero que se gana y se gasta en esa misma región, sino con el que se gana fuera, es decir, vendiendo y exportando, o en el mejor de los casos, con una feria mucho más grande y con más turismo internacional.
La prensa regional alemana, por ponerles un ejemplo cercano, jamás renuncia a informar sobre las festividades provinciales; pero su gran orgullo (hablo del Heilbronner Stimme, el Frankischer Tag, etc) es poder relatar el éxito de las empresas locales convertidas en gallinas de oro del panorama internacional.
Solo así son capaces de crear inversión y verdadera riqueza, lejos de la predilección que tienen comunidades como Andalucía por bloquear arterias económicas para una fiesta preeminemtenente local - con una prensa que aplaude con las orejas.
Devía con b. He pensado en desvío y me he hecho un lío
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