Artículo de Paco Romero
Más madera: El
nuevo Plan Estatal de Vivienda 2018-2021 y el Programa de Subvenciones de
Construcción Sostenible
Vuelve a resurgir algo la economía y nadie mejor que un
político en permanente campaña electoral para embaucar al prójimo tirando de
populismo.
El Ministerio de Fomento, tras hacer embarrancar el
anterior, ha dado a conocer el borrador del nuevo Plan Estatal de Vivienda
2018-2021, centrándose en especial en la rehabilitación y el alquiler,
incrementando de 600 a 900 euros el coste máximo de los alquileres
subvencionables y sufragando hasta un 50 % de la renta. Además prevé que el
Estado (aportando un 80 %) y las Comunidades Autónomas (el 20 % restante)
asuman el pago de hasta 400 euros de alquiler a personas desahuciadas o a
colectivos vulnerables.
Sin embargo, la medida más inesperada ha llegado de la mano
del anuncio estrella de una ayuda de hasta 10.800 euros destinada a menores de
35 años para afrontar los gastos de adquisición de su vivienda, libre o
protegida, siempre que sus ingresos anuales no superen los 22.000 euros. Y es
imprevista porque fue el mismo gobierno quien dictó la Disposición Adicional
Segunda de la Ley 4/2013. Norma que, si bien, en plena crisis económica mantuvo
las ayudas de subsidiación reconocidas a la fecha de su entrada en vigor,
impidió no solo nuevos reconocimientos sino que -propiciando una expropiación
de derechos en toda regla- negó cualquier tipo de renovación, prórroga o
subrogación previamente reconocidas por los planes estatales de vivienda.
Es ahora, cuatro años después, cuando el gobierno de Rajoy y
Montoro, en aras de la “inseguridad jurídica”, relegando al olvido a casi
300.000 familias que sufren en sus bolsillos un sobrecoste de entre 90 y 300
euros mensuales, pretende engatusar a otra caterva de pardillos que pueden
correr la misma suerte en el no improbable caso de que las cuentas vuelvan a no
cuadrar.
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