Avales, caciquismo y voto secreto

Artículo de Paco Romero

… Y al tercer trimestre resucitó. La militancia del PSOE, de improviso, dirimió el pasado domingo y Sánchez recuperó las vocales de un nombre y de un apellido hechos jirones hace nada.

Para colmo de males, el granero andaluz se desinfla; tanto que si todos los votos de los militantes andaluces hubiesen ido a Díaz, incluidos los 12.588 cosechados por Pedro, no hubieran sido suficientes para revertir la diferencia de 15.182 sufragios de ventaja que ha obtenido el electo secretario general.

Que eso ocurra -entre otras- en la Comunidad Valenciana (donde, finalmente, ha obtenido 1.000 apoyos menos) o en Madrid y Aragón (donde ha echado en falta casi 1.200 votos), puede ser entendible, pero el hecho de que, en Andalucía, se le hayan esfumado de entre los dedos 1.500 votos prometidos, dibuja la realidad del proceder de los mayores enemigos -los compañeros de partido-, vendettas que dejan al autor del conocido aserto (Churchill, según unos, Adenauer o Andreotti, según otros) en primario cromañón.

En fin, esa es la simiente y, tras el inesperado resultado, próxima está la cosecha: otro frente popular separatista que cuadre el círculo del acoso y derribo al histórico periodo de la Transición.

P.S.- Anteayer, se apeaba del AVE, “respaldada por Andalucía”, única estructura de poder que le resta. Díaz retomará la dirección de nuestros destinos mientras los andaluces se preguntan ¿existe Moreno Bonilla?