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miércoles, 12 de abril de 2017

Hipocresía y gas sarín


Mohammed Hasouri, comandante de escuadrón que bombardeó con gas sarín un poblado en Siria

Artículo de Paco Romero


“Al-Ásad: su omnímodo poder, respaldado por los amigos del soviets y asentado en base al dudoso honor de ganar elecciones con abultados resultados en la ausencia de oposición frontal, es respetado por la progresía occidental sin recibir recriminación alguna”


Siria, ante el silencio internacional, se ha convertido en un cementerio infantil. Bashar al-Ásad  no ha tenido bastante con alimentar la fauna del Mare Nostrum a base de carne tierna, de gente desesperada huyendo de su opresión y exportada hacia las costas turcas en balsas gigantes en condiciones infrahumanas, sino que ya ha optado por aderezarla directamente en su cocina.

La pasada semana, un bombardeo con gas sarín acabó con la vida de casi un centenar de personas dejando medio millar de afectados en Jan Seijun. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos culpó del ataque a aviones del ejército sirio que lanzaron proyectiles repletos del mortal fluido.

Las imágenes de la agresión química, que no han tenido ni con mucho la trascendencia de la protagonizada por Alan Kurdi -¿?-, han mostrado en toda su crudeza los cadáveres de al menos nueve niños ante la desesperación de sus padres.

Al-Ásad cumple ahora 17 años al frente de su país tras la muerte de su padre Hafez, que llegó al poder tras sucesivos golpes de Estado. Su omnímodo poder, respaldado por los amigos de los soviets y asentado en base al dudoso honor de ganar elecciones con abultados resultados en la ausencia de oposición frontal, es respetado por la progresía occidental sin recibir recriminación alguna.

Cierto es que -cosas de la Semana Santa, de hoteles llenos y de multitudinarios desplazamientos más propios de la precrisis- tampoco ha sido excesiva la barahúnda tras la reacción del Pentágono del pasado viernes cuando la Marina estadounidense lanzó 59 misiles de crucero Tomahawk sobre la base aérea de la que partió el ataque químico. Solo el ministro de Defensa de Siria y el representante ruso ante el Consejo de Seguridad (¡mira quién habla!) han calificado el ataque de EEUU como una "agresión" propia de los "socios" de los terroristas y de una "flagrante violación de la ley internacional". Aquí los podemitas se movieron un poco hasta percatarse de su total aislamiento.

¿Alan Kurdi? Año y medio después, la foto del cuerpo sin vida del niño sirio ahogado en la arena de la playa turca de Bodrum, es ya historia; en realidad la fue a las dos semanas, el tiempo suficiente que le sobró a la hipócrita sociedad globalizada en general, y a la española en particular, para olvidarse de él; tan es así que, incluso, habrá quien hoy ponga en duda si alguna vez existió. Algo parecido, y en menos tiempo, ha ocurrido con las nueve criaturas gaseadas a manos de al-Ásad y Putin, tanto monta...

Sigamos, pues, con nuestras cofradías y cervecitas, recibamos con alborozo la Feria y la manzanilla, que no nos molesten con imágenes desagradables, que los niños regados con cloro o sarín mejor sean sepultados con su propia tierra, que no aparezcan varados en nuestras playas, que nos indignamos, que... es muy desagradable.
 
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