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miércoles, 1 de marzo de 2017

Todo para las criaturitas pero sin las criaturitas


Artículo de Paco Romero

Ayer, mientras se celebraba el Día de Andalucía en el Maestranza sevillano, la plebe se rebelaba en las redes sociales al grito de "28F: Nada que celebrar".


El desalentador y trasnochado Tout pour le peuple, rien par le peuple se patentizaba más de dos siglos después en esta Andalucía de nuestras entretelas. Continúa siendo evidente que el paternalismo del Despotismo Ilustrado sigue estando presente en nuestro ADN.

Durante una intervención, interrumpida reiteradamente por gozosos aplausos, García Montero apostó por la educación como vía para reforzar el "nosotros integrador" que caracteriza la identidad andaluza.

El colmo del despropósito llegó cuando él, precisamente él, aseguró que "para que una sociedad sea libre no basta con poder decir lo que pensamos, sino poder pensar lo que decimos".

Ya finalmente, como el que no quiere la cosa y como si se dirigiera a parlamentarios noruegos, tras mencionar al recurrente Trump, se ha lamentado de la corrupción en general, de la escasez de lectura y del altísimo porcentaje de riesgo de exclusión social en España.


Para Kant la Ilustración es la salida del hombre de su autoculpable minoría de edad. Para nuestros dirigentes, la tutela efectiva de los andaluces no corresponde a los jueces y tribunales sino a los padres, a las madres y al universo de cuñados de la patria que Blas Infante soñó un día.



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