martes, 14 de marzo de 2017

Nescencia necat



Artículo de Luis Marín Sicilia



“Llevamos demasiado tiempo dejándonos arrastrar por unas reglas semánticas impuestas por quienes, siendo españoles, pretenden dejar de serlo”

“Y absurdamente caemos en la trampa, porque ni hay catalanes que contraponer a los españoles, ni hay vascos que no sean españoles, por mucho que a algunos les pese”

“El nesciente no sabe porque no tiene información; pero el ignorante no sabe porque, incluso teniendo información, hace oídos sordos a la misma”


Para poder insultar hay que tener talento, porque no ofende quien quiere sino quien puede. Y no cabe duda de que esa caterva de indocumentados que, a través del órgano de propaganda "euskaldum", llamó al resto de españoles "catetos", "fachas", "progres" o "chonis", ocuparían el lugar más ínfimo de cualquier velada cultural.

Que las televisiones autonómicas, especialmente las controladas por los irredentos segregacionistas, se han convertido en órganos propagandísticos sectarios y doctrinarios, no ofrece la menor duda. Como no la ofrece el ridículo en que se sumergen a menudo, lo cual entra en la lógica del esperpento: si pones en marcha una leyenda que parte de una mentira, el resultado suele ser grotesco, deformado, degradante y desaliñado.

Así debieran haber concluido las valoraciones y juicios sobre el programa de la ETB referido a la calidad de los españoles, excluidos los vascos. Porque este es el meollo de la cuestión: los protagonistas son tan ignorantes que se llaman a sí mismos falsos progres, paletos, chonis o fachas. Y es que, les guste o no, son españoles y han presentado su propio autorretrato: el de los españoles más ignorantes.

Llevamos demasiado tiempo dejándonos arrastrar por unas reglas semánticas impuestas por quienes, siendo españoles, pretenden dejar de serlo. Y absurdamente caemos en la trampa, porque ni hay catalanes que contraponer a los españoles, ni hay vascos que no sean españoles, por mucho que a algunos les pese. A partir de ahí resultan suficientes tanto las quejas a la televisión autonómica como las disculpas de ésta y de la actriz deslenguada que ha debido de preocuparse por el futuro de sus habichuelas. Más allá de eso, como recurrir a instancias internacionales para lavar la ofensa, sería un craso error porque, en el fondo, conllevaría aceptar las pretensiones de los sediciosos. Nuestras cuestiones internas se abordan internamente.

En cualquier caso parece que vamos mejorando, pues Sabino Arana nos tildaba a los no vascos de vagos y perezosos y equiparaba nuestra lengua común a los rebuznos más sórdidos. Para nuestra satisfacción, basta con contraponer la trayectoria personal, artística y cultural de la vasca protagonista de "El guardián invisible", Marta Etura, con la de su paisana y actriz secundaria de la misma cinta, Miren Gaztañaga, para percatarse de que el mundo sigue girando entre el progreso de la ciencia y el resentimiento de la ignorancia.

Porque el problema que existe con el separatismo tiene su origen en la manipulación histórica y el afán desmedido de poder, aprovechando la nesciencia de la masa que se pretende adoctrinar. Y es parte de esa masa la que transita de la nesciencia, es decir de algo que ignora porque no tiene información, a la ignorancia. El nesciente no sabe porque no tiene información; pero el ignorante no sabe porque, incluso teniendo información, hace oídos sordos a la misma.

En los tiempos que corren, todos los adultos ignorantes son responsables moralmente si han tenido o pueden tener la información específica del caso de que se trate. Y quienes manipulan y tergiversan la historia por ansias de poder, son igualmente ignorantes responsables porque saben sobradamente que aquello que propugnan nunca existió. O sea, Vascongadas y Cataluña, por ejemplo, siempre han sido españolas, desde que España es España. Solo Cataluña se sujetó de 1641 a 1659 al vasallaje de Francia, lo que supuso a la postre la pérdida del Rosselló y parte de la Cerdaña, al firmarse La Paz de los Pirineos.

Cuando la convivencia y el futuro está en juego conviene distinguir entre la nesciencia (ignorancia sobre algo que no tenemos obligación de conocer) y la ignorancia (ausencia de conocimiento sobre algo que debemos saber). Como decían los latinos "Nescencia Necat", la ignorancia mata. Y no se equivocaban.

Aunque cueste creerlo, hoy tanta mentira y tanta estupidez pretenciosa, escondida entre las alharacas populistas tan en boga, que caminamos, no hacia la muerte del ignorante sino hacia el deterioro y el fin de las sociedades libres, que no se percatan de que la ignorancia, lejos de acabar con los ignorantes, puede arrastrar con ellos a los conformistas que se creían a salvo de la negritud mental de los bárbaros. Muchos hablan demasiado sin saber de casi nada, cuando, si razonaran un poco y aprendieran, a lo mejor no hablaban tanto.

Producto de este estado de cosas es lo que ya escribía el blog de Zheimer en 2004: "He visto y sufrido magnificas transformaciones de seres humildes que crecieron hasta poner de manifiesto lo déspotas ladinos que siempre fueron". Pues esa es la pretensión de tantos funambulistas, separatistas y populistas que pretenden sumergirnos en la ignorancia supina sobre sus verdaderas intenciones, imbuidos por la prepotencia de muchos que ignoran su propia ignorancia: "Nescencia Necat".

http://www.eldemocrataliberal.com/search/label/Luis%20Mar%C3%ADn%20Sicilia

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