Artículo de Antonio Barreda
Los votos del PSOE y de Ciudadanos el pasado jueves impidieron que Luis
Escribano hablara en el Parlamento, rechazando que los andaluces conozcamos la
verdad
El hecho de que se le impida la palabra a Luis es impedírsela a todos los
ciudadanos andaluces
Marín
era el concejal de empleo de Sanlúcar de Barrameda, la ciudad con más paro de
toda España con un 49,6 % y con la tasa de pobreza más alta de todo el país con
un 40 % cuando llegó al Parlamento de Andalucía
La democracia está herida en el Parlamento de
Andalucía. Los votos del PSOE y de Ciudadanos
el pasado jueves impidieron que Luis Escribano hablara en el Parlamento
para explicar lo que estaba pasando en el Servicio de Cooperación Económica de
la Consejería de Presidencia y Administración Local. Los ciudadanos como yo
tenemos derecho a saber, tenemos derecho a estar informados de todo lo que
ocurre en la Junta de Andalucía, y más si es con dinero público. Y si ese
derecho no se ejerce, como viene ocurriendo en Andalucía, nos acerca cada vez
más a una democracia que se desangra por esa herida. El Parlamento representa a
los ciudadanos, representa la voluntad popular, pero los diputados no entienden
estos conceptos. La voluntad popular no son los intereses de un partido, son
los intereses del conjunto de los andaluces.
Por eso el “caso Luis Escribano” era tan
importante para la sociedad andaluza. Un funcionario pedía hablar en el
Parlamento sobre la gestión de la Junta de Andalucía. Iba con toda la
transparencia que le avalaban años de gestión al frente de ese Servicio de
Cooperación, incluso fue felicitado por Antonio Maíllo cuando IU ostentaba esa
dirección general. El hecho de que se le impida la palabra a Luis es
impedírsela a todos los ciudadanos andaluces, es silenciar a un pueblo, es
amputar derechos y libertades a todos y cada uno de los andaluces. Y el
silencio mata la democracia. Este silencio nos acerca, irremisiblemente, a todas
las democracias heridas que hay en el
tercer mundo.
El Parlamento con los votos de PSOE y Ciudadanos
rechazó que los andaluces conozcamos la verdad, que sepamos, que tengamos
derecho a saber. Con sus votos contrarios, Ciudadanos se está convirtiendo en
una peligrosa rémora del PSOE en Andalucía, en una mala copia del PA cuando mantenía la fachada de un régimen que se caía a
pedazos. Ciudadanos está contribuyendo a oscurecer una democracia que nunca ha
sido transparente en Andalucía. Y lo está consiguiendo dándole la espalda a los
ciudadanos, a sus votantes y a la democracia andaluza. Esa huida hacia adelante
sin contar con los ciudadanos (los de verdad) secuestra definitivamente la
voluntad popular que ellos dicen defender y representar.
Además,
como ya se ha publicado, Luis Escribano fue uno de los componentes de una reunión celebrada al principio de esta legislatura -en el mes
de junio y en su sede- entre Ciudadanos
y un grupo de funcionarios y periodistas, a requerimiento del partido
naranja, en la que se analizó durante horas la situación política andaluza, y
se aportaron datos, pruebas y evidencias sobre la manera de gobernar que tiene
el PSOE en Andalucía. A aquella reunión asistieron tres diputados de
Ciudadanos: Irene Rivera, Marta Bosquet y Carlos Hernández White. Tomaron muchísimas notas y hasta hubo foto
final del acto.
Ahora, en la
vorágine del poder parlamentario, ya no les interesa saber ni conocer la
realidad andaluza, el magnetismo del poder y del escaño ya les ha contagiado a
todos con la soberbia del diputado. Algo que es todo lo contrario a lo que dijo
su Albert Rivera al clausurar su congreso
“Los liberales han vuelto para gobernar
España”, apelando, además, a la semilla de la Constitución de 1812.
Palabras que refrendó el pasado 17 de marzo en el Palacio de Congresos de Cádiz
cuando reivindicó a su partido como “los
herederos de la Constitución de Cádiz”, como “los liberales de Cádiz
que han vuelto para gobernar España” y para “librar la batalla a los
nacionalismos y a los populismos”. Planteando así el conflictivo y belicoso
siglo XIX de España como una especie de periodo glorioso, olvidándose de todos
y cada uno de los defectos, problemas y guerras (golpes de estado incluidos y
hasta repúblicas) que trajeron los liberales en el siglo XIX.
El único parecido,
querido Albert, es que en aquellas fechas se libraba una guerra contra el
conquistador francés, y las Cortes de Cádiz trajeron la Pepa un 19 de marzo entre cañonazos de los gabachos del general
Víctor. Lo que querían aquellos diputados
era acabar con el Antiguo Régimen, algo que curiosamente ya habían hecho
los franceses con algo que empezó el
14 de julio de 1789. Pero Ciudadanos en Andalucía no lucha contra el Antiguo
Régimen del PSOE que ha
gobernado desde la llegada de la Democracia, sino que lo apuntala, da oxígeno y
se convierte en su cómplice. Y ese es el lugar exacto que te corresponde en
Andalucía. La historia no te absolverá, no Albert.
Lo que cada vez parece
más claro es que el experimento andaluz va a ser exportado a
Madrid una vez el Susanato
de asiente sobre el trono del PSOE nacional. Un experimento que nació en
Sanlúcar de Barrameda a la orilla de un Guadalquivir moribundo y se transportó
a Sevilla. Esa complicidad es la misma que ya se ve en el Parlamento de
Andalucía. Es la misma que va en el AVE y llega hasta Madrid, y es la misma que
ronda ya por los jardines de La Moncloa. Pero están apoyando a la maestra de la nada, al principio de Peter institucionalizado.
Nunca alguien sin haber hecho nada va a llegar tan lejos en España. Y eso es lo
que apoyas, Albert.
Ahora toca recordar, Juan Marín, cuando fuiste concejal en Sanlúcar de Barrameda, donde
llegaste a ser teniente de alcalde y Concejal Delegado de Formación y Promoción de Empleo, Fomento de
Empresas y Comercio. En el mismo mes que encabezabas la candidatura para el
Parlamento de Andalucía de 2015 el INE destacaba que Sanlúcar de Barrameda era la ciudad con más paro de toda España con un
49,6 %. Y no solo eso, sino que también
era el municipio español de más de 50.000 habitantes con la tasa más alta de
población en riesgo de pobreza, concretamente el 40 %, según el estudio “La
pobreza en España pueblo a pueblo” realizado por la consultora AIS Group
tomando datos del INE. Y esta es tu herencia de gestión como
concejal de Empleo en Sanlúcar para
colarte en el Parlamento de Andalucía.
Con estos datos
alguien debería decirle a Albert que a lo mejor se ha equivocado de hombre en
Andalucía, que una cosa es cuando se gestiona y otra cuando se apoya o se está
en la oposición. Pero que el responsable de empleo del pueblo con la tasa de
paro y de pobreza más alta de toda España sea ejemplo de su partido, de
consenso o hasta de parlamentario es para nota, y para nota alta. Para una
medalla de esas de Andalucía que luego publica el BOJA.
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