Entre malvados y estúpidos

Artículo de Enric Cabecerans

Hace unos días se emitió por televisión un documental de National Geographic, producido por el cineasta James Cameron titulado “El resurgir de la Atlántida”. En él se planteaba la posibilidad de que un asentamiento de la Edad de Cobre descubierto hace más de 20 años en Jaén pudiera ser la Atlántida o una ciudad gemela. Personalmente me parece preocupante que durante todo este tiempo no se haya trabajado desde las administraciones públicas para recuperar un bien que podría ser fundamental para los jienenses, en particular, y, para la historia, en general.

Este asentamiento, al encontrarse en una área de expansión residencial, ha supuesto que, gran parte del mismo, haya sido enterrado bajo los nuevos edificios. El problema, sin embargo, no es que haya constructores que levanten casas para mejorar la calidad de vida de los vecinos, sino que los responsables políticos no han hecho nada para recuperar un entorno que podría generar unos beneficios importantes para esta región. En 1996, la Consejería de Cultura tomó la decisión de proteger los restos situados en la zona denominada “Marroquíes Bajos”, sin embargo, a día de hoy, nada se ha hecho al respecto. Es más, los terrenos se habían reservado para construir la Ciudad de la Justicia!!!!

En 2009, también en la capital del Santo Reino, se decide construir un tranvía con un coste de unos 120 millones de euros, pero esta infraestructura, aunque terminada, nunca ha llegado a ponerse en funcionamiento. El mismo año, se comienza otro proyecto, el parque acuático de Jaén, con cargo al Plan E de Zapatero, que, posteriormente, sería modificado en 2011 como parque de ocio y multiaventura por el Gobierno municipal del PP. Tras ejecutarse el 80% de la obra, se abandona el proyecto, perdiéndose un total de 8,6 millones de euros de inversión.

El Ayuntamiento de Jaén tiene una deuda de unos 590 millones de euros, el triple del presupuesto municipal. Con la deuda per cápita más alta de las poblaciones de más de 100.000 habitantes de toda España, Jaén es un claro ejemplo de mala gestión y de falta de responsabilidad política.

El que fuera catedrático de la Universidad de Berkeley, Carlo Cipolla en el ensayo "Las leyes fundamentales de la estupidez humana", describió el comportamiento de las personas dentro del continuo beneficio-perjuicio, estableciendo cuatro tipos de personalidad (ver esquema).

Llegado a este punto, y teniendo en cuenta el notable perjuicio que han supuesto para la población, los representantes públicos de Jaén, tanto del Ayuntamiento, como de la Junta de Andalucía, me atrevo a afirmar que son personas malvadas o, estúpidas. Mientras que a los ciudadanos no quedan en mejor lugar ya que según esta clasificación cabe definirlos como incautos.

Pero Jaén no es la excepción, sino que es solo un ejemplo de la mala praxis que genera el sistema político de partidos tal y como existe hoy en la actualidad. Cada día se hace más evidente la necesidad de una reforma. A la espera de que esto se haga realidad, solo cabe aspirar a que aparezca algún político responsable e inteligente que consiga mejorar la calidad de vida de todos los ciudadanos.