Artículo de Antonio Barreda
Según
la cuenta general de 2015, un total de 4.959 personas pendían de sus ubres (5.061
en 2012). El Demócrata Liberal publica
el catálogo de puestos
La
Cámara de Cuentas advierte que no dispone de funcionarios adscritos para desarrollar
las potestades administrativas derivadas de su actuación
EGMASA
cedió a UGT-A por 50 años la finca “La Torerera”, actualmente abandonada
El
ERE de EGMASA está siendo investigado por el juzgado
La
Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, se crea mediante el artículo 20
de la Ley 1/2011, de 17 de febrero, de reordenación del sector público de
Andalucía. En virtud de dicha disposición legal es una Agencia Pública
Empresarial de las previstas en el artículo 68.1.b de la Ley 9/2007, de 22 de
octubre, de la Administración de la Junta de Andalucía.
La
Agencia se rige por la citada Ley 1/2011, por la Ley 9/2007, de 22 de octubre,
por sus Estatutos aprobados por Decreto 104/2011, de 19 de abril, por el texto
refundido de la Ley General de la Hacienda Pública de la Junta de Andalucía
aprobado por Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de marzo, y por las demás normas
generales aplicables a las agencias públicas empresariales. En virtud de la
citada Ley 1/2011 queda extinguida la Agencia Andaluza del Agua, con efectos
desde la fecha de entrada en vigor del Decreto por el que se aprueba la
estructura orgánica de la Consejería de Medio Ambiente, y, por otra parte,
desde la entrada en vigor de sus Estatutos, queda subrogada en todas las
relaciones jurídicas, derechos y obligaciones de los que es titular la Empresa
de Gestión Medioambiental, S.A. (EGMASA).
De
acuerdo con lo dispuesto en la disposición adicional décima de la Ley 1/2011,
de 17 de febrero, la Agencia es una entidad instrumental al servicio de la
Administración de la Junta de Andalucía, gozando de la consideración de medio
propio en los términos establecidos en dicha disposición, en la Ley 9/2007, de
22 de octubre, en el artículo 24.6 del Real Decreto Legislativo 3/2011, de 14
de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Contratos
del Sector Público y en las sucesivas Leyes del Presupuesto de la Comunidad
Autónoma de Andalucía.
Estatutos
de la AMAYA y absorción de EGMASA
Por
el Decreto 104/2011, de 19 de abril se aprueban los Estatutos de la Agencia
Andaluza de Medio Ambiente y Agua de Andalucía. En la Disposición adicional
primera se disuelve la Empresa de Gestión Medioambiental (EGMASA), y así, de
acuerdo con lo establecido en el artículo 24 de la Ley 1/2011, de 17 de
febrero, la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía quedará subrogada en
todas las relaciones jurídicas, derechos y obligaciones de la Empresa de
Gestión Medioambiental, S.A., desde el día en que entren en vigor los estatutos
de aquélla, según se establece en la disposición final segunda. En su
punto 2. indica que, como consecuencia de la extinción y transmisión global de
las relaciones jurídicas, derechos y obligaciones de la Empresa de Gestión
Medioambiental, S.A., se producirá el correspondiente aumento de los fondos
propios de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, en la cuantía
que conste en el balance final de aquélla que resulte aprobado.
La disposición adicional segunda recoge el régimen de integración
del personal laboral de la Empresa de Gestión Medioambiental, S.A. En su punto
primero indica que conforme a lo dispuesto en la Disposición adicional cuarta
de la Ley 1/2011, de 17 de febrero, el personal de la Empresa de Gestión
Medioambiental, S.A., se integrará en la Agencia en los términos establecidos
para la sucesión de empresas en el artículo 44 del Texto Refundido de la Ley
del Estatuto de los Trabajadores aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1995,
de 24 de marzo y en las condiciones establecidas en el protocolo de
integración, adoptado por la Consejería competente en materia de Administración
Pública. La Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía se subroga en los
derechos y obligaciones derivados de los contratos de trabajo del personal
laboral y, en su caso, de los convenios colectivos vigentes, así como de los
acuerdos derivados de la interpretación de los mismos, hasta la aprobación de
un nuevo convenio colectivo de aplicación.
Interesante
es el punto tercero ya que se indica que, de acuerdo con lo dispuesto en la
citada Disposición adicional cuarta, el acceso, en su caso, del personal
laboral de la Agencia a la condición de personal funcionario o laboral de la
Administración de la Junta de Andalucía, solo podrá efectuarse mediante la
participación en las correspondientes pruebas selectivas de acceso libre,
convocadas en ejecución de las ofertas de empleo público.
GETISA.
Los Antecedentes
Hay que recordar que previamente Egmasa absorbió a los trabajadores de la antigua
GETISA, empresa
"controlada" y seguida en el “Parlamento de la pinza” entre PP e IU,
estos partidos hicieron un magnífico trabajo parlamentario en esta empresa, que
originó finalmente su desaparición y su absorción por Egmasa. GETISA
fue creada por el Decreto 165/1989, de 27 de
junio, por el que se autoriza la constitución de la empresa de la Junta de
Andalucía, Empresa Andaluza de Gestión de Tierras, S.A., cuyo fin es la adquisición y gestión
de fincas públicas de uso agrario y forestal, así como para la elaboración de
estudios, planes y obras en los sectores agrícola y forestal, e integrada en
el antiguo IARA que ya estaba herido de muerte tras la sentencia del Tribunal
Constitucional sobre la Reforma Agraria en Andalucía.
IU-CA exigía en 1995 responsabilidades políticas por
las irregularidades de GETISA. En las hemerotecas
consta que Luís Carlos Rejón –Coordinador de IU-CA- aseguraba entonces que su
formación “pedirá responsabilidades políticas por el caso Getisa”, después que la
comisión parlamentaria que investigó el caso aprobara un dictamen en el que
se concluye que hubo “nepotismo y afinidad política” en la contratación
de empresas y trabajadores por la empresa pública. El dictamen señala que desde
la cúpula de la empresa se favorecieron los contratos con otras empresas
vinculadas a miembros de la dirección de GETISA y que la contratación de
personal se hizo basándose en criterios personales.
Luís
Carlos
Rejón aseguraba entonces que exmiembros del gobierno andaluz y “allegados” al
ejecutivo le informaron de la existencia de un “fondo de reptiles” para
comprar voluntades de periodistas, políticos y líderes sindicales. Algo que
negó el entonces gobierno andaluz de Manuel Chaves.
Algunos
casos de EGMASA
Las
elecciones autonómicas de 2.000 son una muestra de para qué usaban a las
empresas públicas por parte del gobierno de la Junta de Andalucía, cuando se
supo que Egmasa realizó obras en varios institutos andaluces a un coste
supuestamente superior al del mercado y sin consultar con los responsables de
los centros. El PP denunció que la Consejería de Educación había pagado 1,2
millones de euros de más por las obras realizadas por Egmasa -dependiente de la
Consejería de Medio Ambiente- en colegios andaluces, en unas facturas que
habían sufrido presuntamente un incremento de entre el 13,5% y 15% respecto a
otros contratistas.
Dichas
reparaciones en 746 centros educativos y sociales fueron ejecutadas entre 1999
y 2000 por importe de 9,8 millones de euros, cuando era consejero delegado de
la empresa pública Fernando Martínez Salcedo y el
presunto sobrecoste en las facturas se produjo por conceptos tales como
dirección técnica y gastos financieros y administrativos, según la denuncia.
Después de recabar durante casi dos años documentación sobre las actividades de
Egmasa, el juzgado archivó el caso por considerar que no habían aparecido
indicios de presuntos delitos de prevaricación, malversación ni negociación
prohibida a funcionarios, en una actitud apoyada por la Fiscalía, que se opuso
a la petición del Partido Popular de reabrir el caso.
El ERE de
EGMASA
En julio de 2014
se conocía el informe de la Intervención General del Estado sobre el ERE de
EGMASA, en el que La Junta de Andalucía dio 21,6 millones de euros a la Empresa
de Gestión Medioambiental (Egmasa) para su ERE "prescindiendo total y
absolutamente del procedimiento legal", sin publicidad ni concurrencia y
con una sobrecomisión de 1,2 millones.
Dicho informe,
que fue entregado a la juez de los ERE, Mercedes Alaya, y mantiene que la
Junta no hizo ningún análisis económico sobre la necesidad de las ayudas y
"especialmente en lo que se refiere a que la empresa no tuviera capacidad
económica para hacer frente, en todo o en parte, a las obligaciones
asumidas". Al prescindir "total y absolutamente del procedimiento
legal establecido", las ayudas para el ERE de 2003 en Egmasa, que
supusieron 348 prejubilaciones, pudieran ser "nulas de pleno
derecho", dicen los interventores del Estado, que ya han elaborado
varios informes sobre las ayudas que investiga la juez Alaya.
Según este
documento, en Egmasa no se publicaron ni existieron bases reguladoras de la
concesión de las ayudas, no se aplicaron criterios de publicidad, concurrencia
y objetividad, no se acreditó el carácter excepcional de las ayudas ni la
finalidad pública o interés social, no hubo solicitud formal ni resolución
motivada de la Consejería de Empleo, el director general de Trabajo carecía de
competencia delegada y el crédito presupuestario utilizado para su otorgamiento
no fue el adecuado. A ello añaden que en estas ayudas se utilizó el sistema
de "pagos cruzados", en los que la dirección general de Trabajo
ordenaba a las aseguradoras "desviar los fondos desde su destino inicial
(el pago de determinadas pólizas) a otro distinto (el pago de pólizas
diferentes)".
"El uso
de esta figura irregular provocó, entre otros problemas, la carencia absoluta
de control en el pago de las ayudas", dado
que esos pagos cruzados no quedaban reflejados en la contabilidad de las
agencias andaluzas IFA e IDEA. A juicio de los interventores, "no se ha
acreditado el carácter excepcional de las ayudas concedidas", que
además "en ningún caso podrían tener el carácter de excepcional, dado que
han sido concedidas por la Junta de Andalucía ayudas similares de forma
habitual y reiterada durante un largo periodo de más de diez años". La
subvención a Egmasa no fue sometida por la Consejería de Empleo a fiscalización
previa de la Intervención Delegada en dicha consejería, "como era
legalmente exigible", según los peritos. Finalmente, indican que la
Junta asumió al menos el 90 por ciento del coste total de esta póliza, sin
que haya constancia de que la empresa haya pagado el importe que asumió. La
comisión cobrada por las aseguradoras en la póliza de Egmasa superó la media
del mercado, al igual que en otras ayudas analizadas en el sumario de los
ERE, y en este caso ascendió a 1.258.014 euros, según la Intervención del
Estado.
Frente a esto el
Portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel
Vázquez, justificó el ERE en la empresa pública Egmasa por su carácter
social y no por motivos económicos, y alegó que las subvenciones de la
Junta a empresas públicas no se someten nunca al principio de concurrencia.
Tras precisar que no tiene conocimiento de dicho informe, explicó las razones
por las que Egmasa acometió el ERE para prejubilar a 348 trabajadores, y aclaró
que esta empresa está sometida al control financiero permanente y, por tanto,
la Junta conoce su situación económica y, ade- más, la sociedad aportó su parte
correspondiente al ERE.
Además, señaló
que el ERE no se debió a problemas económicos de Egmasa, sino para solucionar
un problema que afectaba a los trabajadores mayores de 61 años, como bomberos
forestales, en unas condiciones de especial peligrosidad y fatiga.
Viera se
desmarca
El exconsejero
de Empleo José Antonio Viera rechazó el pasado 10 del mes de febrero de 2016,
en su declaración como imputado por prevaricación y malversación por el ERE de
EGMASA, de 21,6 millones de euros, que
tuviera responsabilidad en ese expediente y señaló al exdirector general de
Empleo Javier Guerrero.
Guerrero por su
parte declaró días después ante la juez Núñez Bolaños, y aseguró a los
periodistas que "parece que la Junta soy yo, aquí nadie estaba, nadie
sabía, aquí todo el mundo éramos tontos y nadie ha estado en su puesto".
El ex director general de Trabajo y Seguridad Social defendió la legalidad del
ERE de Egmasa y negó que hubiera ningún intruso en el mismo, en referencia a un
sindicalista que, según ha explicado, "era un trabajador con excedencia
forzosa", por lo que, "cuando se reincorpora, se le otorga la misma
ayuda que a los demás", ya que "hubiera sido una discriminación no
haberlo atendido".
El informe de la UCO sobre el ERE
Por el Diario ABC conocimos que la “Unidad
Central Operativa de la Guardia Civil asegura
en un atestado del caso ERE sobre
el expediente que se hizo en la empresa pública de la Junta de Andalucía Egmasa que esta sociedad, presidida por Juan Espadas entre 2004 y 2008, fue
utilizada «para la denominada recolocación laboral». En su informe, los
guardias aseguran que «de un estudio pormenorizado de las vidas laborales» de
las personas incluidas en Egmasa se desprende que «la mayoría de los afectados,
en su trayectoria profesional, han trabajado en ayuntamientos y diputaciones en el marco del Plan de
Empleo Rural, y tras cesar en sus puestos de trabajo, pasan a percibir
prestaciones por desempleo o subsidios para personas mayores de 52 años».
Para llegar a esta conclusión, la Guardia Civil se basa en el
estudio de las vidas laborales de la plantilla y en las declaraciones como testigos de varios de estos afectados e incluso
directivos de la empresa pública. Concretamente, los agentes tomaron testimonio
al que fuera consejero delegado de Egmasa, Javier Serrano, quien
declaró que «mediante el plan Infoca se contrataba a gente de los ayuntamientos
y a gente que se encontraba en paro y se le colocaba en empresas de la Junta de
Andalucía, en este caso en Egmasa». Un responsable de Recursos Humanos, Pedro García, añadió
otro dato crucial en la investigación: «Egmasa contrataba a muchas personas que
habían estado bajo el sistema de empleo rural (PER) y que todos se encontraban en edades
cercanas a la jubilación». Dicho más claro: Egmasa cubría el tiempo de
cotización que le faltaba a estas personas para cobrar la jubilación.
Juan Espadas fue presidente y consejero de Egmasa desde el 11 de
mayo de 2004 hasta el 15 de septiembre de 2008. Su participación en el ERE de esta
empresa, que la Guardia Civil también considera fraudulento, está
completamente descartada, ya que dicho expediente se tramitó un año antes de su
llegada a la presidencia, cargo que asumió, por cierto, en calidad de viceconsejero de Medio Ambiente de la Junta. Sin embargo,
el atestado policial y los documentos aportados al sumario que instruye la juez
Alaya sí dejan claro que ante los avisos por parte del interventor general
sobre el posible fraude que había supuesto este ERE, la empresa no tomó
medidas”.
Informe de la Cámara de Cuentas
En
el último informe de la Cámara, de fecha noviembre de 2015 y publicado en enero
de 2016, sobre la fiscalización de regularidad de la Agencia de Medio Ambiente
y Agua de Andalucía sobre el ejercicio 2012, se recogen datos demoledores
por parte de la Cámara.
En
cuanto a los recursos humanos indica que “en el análisis de las
normas y procedimientos del área de recursos humanos se ha detectado que la
entidad no dispone de un expediente de personal informatizado lo que, dado el
tamaño de la plantilla, se considera que impide una adecuada gestión de los
recursos. Ello ha tenido diversas consecuencias: dispersión de la información,
problemas de comunicación entre el Departamento de Empleo y Desarrollo y el
Departamento de Gestión de Personal (por ejemplo, en lo concerniente a acuerdos
de movilidad funcional de trabajadores), o la existencia de múltiples archivos
de personal, circunstancias que se ven agravados por la alta movilidad de la
plantilla”.
En
otro punto, especialmente grave, indica que “uno de los colectivos
que componen la plantilla, el de Minas, no está regulado por
convenio, sino por acuerdos suscritos entre el personal de la mina de
Aznalcóllar, Sevilla (extrabajadores de la entidad “Boliden -Apirsa” que no
fueron prejubilados) y la Delegación Provincial de Trabajo de la Junta de
Andalucía. Según manifiestan los responsables de la Agencia, hay otro
acuerdo del personal que desempeña su labor en el ámbito de las antiguas
explotaciones de la empresa pública estatal Minas de Almagrera. No obstante, dicho
acuerdo no se ha localizado y, en consecuencia, entregado a la Cámara de
Cuentas”.
Demoledor
es el informe en cuanto a la legalidad en la parcela de
recursos humanos, donde indica que “la Agencia no dispone de funcionarios
adscritos que puedan desarrollar las potestades administrativas derivadas de su
actuación (arts. 55 y 69 de la LAJA). Las tareas vinculadas a
potestades administrativas, tales como ejercicio de autoridad, fe pública,
asesoramiento legal preceptivo, control y fiscalización, gestión
económico-financiera,etc., se están desarrollando a pesar de no estar
contempladas en los estatutos de la entidad, ni disponer del personal
funcionario adscrito de la Consejería.
De acuerdo con reiteradas
sentencias judiciales, esas potestades deben ser desarrolladas por personal
funcionario, que deberían ser objeto de adscripción desde la Consejería titular
de las competencias de Medio Ambiente.
Así, por ejemplo, pueden destacarse las Sentencias del Tribunal Constitucional
37/2002, de 14 de febrero de 2002 y del Tribunal Supremo de 24 de noviembre de
2009 y 21 de enero de 2013”.
En
cuanto al control interno de los contratos la Cámara indica que “la Agencia
facilitó inicialmente un cuadro resumen de los contratos formalizados en el
ejercicio 2012, con un total 1.327 expedientes. Las Cuentas Anuales reflejan
sobre la actividad contractual de la entidad un total de 1.015 expedientes.
Finalmente, durante los trabajos de campo y después de ser depurados los
listados facilitados al inicio de los mismos, se vieron reducidos a 1.008
expedientes. La entidad, en consecuencia, no ejerce un control eficaz sobre
su actividad contractual”.
En otro punto indica que “se
considera excesivo el número de contratos menores vigentes en el ejercicio: un
total de 2.382 de los que 1.135 fueron suscritos en el propio
ejercicio fiscalizado y el resto con anterioridad. Las justificaciones
ofrecidas han sido, entre otras, las siguientes: la naturaleza de los trabajos,
al tratarse de actividades sumamente específicas, localizadas en unidades
territoriales muy concretas y no disponer de los medios necesarios para
acometerlas; falta de suficiente personal cualificado así como de medios para
acometer los trabajos encomendados en tiempo y forma; la no disponibilidad de
personal por puntas de trabajo, etc.
Otra
joya
importante del informe es la cesión de la Finca “La Torerera” a UGT-A.
La Cámara indica que “en relación con el Convenio de colaboración para la
puesta en valor de los recursos naturales de la finca “la Torerera”, en el
término municipal de Calañas (Huelva), suscrito por la extinta EGMASA y la
Unión General de Trabajadores (UGT) en 2009, cabe indicar lo
siguiente:
- El convenio primigenio (13/06/1991),
entre la Consejería de Obras Pública y Transportes y UGT-A, supone la cesión
de la finca durante 50 años.
- A EGMASA le corresponde,
entre otras, las obligaciones siguientes: elaborar un plan de prevención de
incendios forestales, mejora del encinar, elaboración de un plan de ordenación,
obras de mantenimiento y labores de vigilancia y guardería.
- No se tiene constancia de que
UGT-A haya cumplido con las obligaciones derivadas del mismo: puesta en marcha
de las instalaciones, generación de empleo, etc., además de mantener en
perfecto estado la finca.
- Además en la claúsula segunda del
convenio primigenio se establecía que: “La Unión General de Trabajadores de
Andalucía deberá destinar el bien cedido a fines de carácter social y cultural.
Si la finca no fuese destinada para el uso que se cede o dejara de destinarse
posteriormente, se considerará resuelta la cesión y revertirá a la Comunidad
Autónoma incorporándose con todas sus pertenencias y accesiones, teniendo ésta
derecho a percibir el valor de los detrimentos o deterioros de las
instalaciones previa tasación pericial.”
- Dichas instalaciones que
fueron inauguradas en 1998, en la actualidad se encuentran en situación de
abandono desde hace varios años, sin que se haya procedido a su resolución.
AMAYA no ha facilitado las actas de la comisión de seguimiento de este convenio.
¿Nadie le pide explicaciones al gobierno
de la Junta por esta finca cedida y abandonada por la UGT-A? ¿Nadie lo
denuncia?
En
cuanto a los expedientes de financiación la Cámara indica que “la entidad
encomendataria debe contar con medios personales y materiales que posibiliten
la asunción del encargo y así se declara por la entidad encomendante en la
respectiva Orden o Resolución. El hecho de que la entidad subcontrate con
terceros una proporción significativa del importe del presupuesto del encargo,
podría ser indicativo de que la utilización de la figura de la encomienda de
gestión no se debe a los medios propios con que cuenta la entidad encomendataria”.
“La Consejería de adscripción de la
Agencia no ha aprobado unas tarifas propias basadas en los costes reales de
dicha Agencia, lo que supone un incumplimiento del art. 106.2.b) de la
LAJA.1 De las similitudes entre las figuras de encomienda de gestión y
“atribución”, se podría deducir que las denominadas “atribuciones” no son otra
cosa que encomiendas de gestión”.
La UGT y EGMASA
El porcentaje de
afiliación a UGT dentro de la empresa pública de la Junta de Andalucía, EGMASA,
según los medios, que tiene en torno a 5.000 trabajadores, es del 80 por
ciento, o sea que 8 de cada 10 empleados estaban afiliados a UGT. El
País hablaba ya
en 2001 que era del 70 por ciento, e indicaba que era el índice más alto
de afiliación de una empresa en España.
No se debe pasar por alto que un
trabajador de EGMASA, Francisco Fernández Sevilla, llegó a dirigir la
UGT-A tras la huida pactada de Manuel Pastrana cuando saltaron en prensa y
llegaron a los juzgados los escándalos de la UGT-A. Fernández
Sevilla está afiliado a UGT desde los 17 años, almeriense de Berja, está vinculado a la federación
agroalimentaria, donde llegó a ser miembro del confederal de dicha federación.
Estuvo en la Ejecutiva regional de la UGT-A con Pastrana en las dos últimas
legislaturas, donde ocupaba el cargo de vicesecretario de Organización de
UGT-A.
Fernández
Sevilla salió elegido Secretario General de la UGT-A en el X Congreso de UGT-A
celebrado el 11 de mayo de 2013 por un 81,7% de los votos de los delegados. Tan
solo cumplió seis meses y medio al frente de la organización, ya que en
noviembre de 2013 dimitía de su cargo tras el escándalo de las facturas
irregulares del sindicato.
Hay que recordar
que El juez de Instrucción número 9 de Sevilla, Juan Jesús Vélez García imputó en la causa en la que se
investiga el fraude de las facturas falsas que afecta al sindicato UGT-A a los
ex secretarios generales de esta formación Francisco
Fernández Sevilla y Manuel Pastrana Casado. En el escrito presentado
en el juzgado, la Fiscalía explicó entonces que, en esencia, el objeto del
presente procedimiento, es la "financiación
irregular del sindicato UGT Andalucía, a través de la defraudación
generalizada en las subvenciones recibidas relativas a fondos de
formación", una financiación "ilícita" para lo cual se
utilizaron dos procedimientos conocidos como rapel y bote.
Catálogo de
Puestos de AMAYA
El Demócrata Liberal
ofrece a sus lectores el catálogo de puestos completo de la Agencia Pública
de Medio Ambiente y Agua de Andalucía. No incluye los datos de altos cargos que
siguen estando vedados.
En cuanto al número, en el catálogo de
puestos constan 4.753 trabajadores. Sin embargo, en la cuenta general de
2015 se indica un total de 4.959, de ellos 4.641 indefinidos y 318
temporales, mientras que la Cámara de Cuentas indica en su informe de
Fiscalización 2012 que tenía a esa fecha 5.061 trabajadores y que se
generaron 33,5 millones de euros en salarios.
Interesantísimo artículo, muchas gracias por arrojar luz sobre estas sombras. Estaría bien que la fiscalia tomase en consideración el tema.
ResponderEliminar