Páginas

jueves, 9 de febrero de 2017

Paradojas de la política


Artículo de Enric Cabecerans

Estamos en época de congresos y parece que también de cambio de principios. Algunos que ayer se declaraban influidos por la socialdemocracia, hoy se dicen exclusivamente liberales, si ayer se situaban en el espacio de centro izquierda, hoy se definen de centro puro y duro, a ver si de paso pescan más votos de unos ciudadanos que, hoy por hoy, deben vivir perplejos la realidad de la política española.

En su IV Congreso, el partido político Ciudadanos, que nació como reacción al nacionalismo catalán y que se definía como de centro izquierda, ha transformado su ideario para hacerlo más adecuado a la realidad actual española, según dicen algunos de sus miembros más destacados. Parece que la célebre frase de Víctor Hugo “No hay nada más poderoso que una idea a la que le ha llegado su tiempo”, de la que hacían gala los líderes de esta formación, tendrá que ser modificada. Yo sugiero algo como “No hay nada más poderoso que un hombre al que le ha llegado su tiempo”, algo que se acerca más a la realidad. A fin de cuentas, todo parece indicar que tiene más peso el líder que las ideas que se defienden, como vemos, el primero continua, las segundas cambian.


Sin embargo, no deja de ser curioso como gran parte de la militancia ha asumido sin pestañear la nueva condición del partido, algo que causa cierta desazón por la falta de compromiso con aquello que decían defender. La verdad es que aquellos que cambian sus ideas, de un día para otro, generan poca confianza, especialmente si mantienen el mismo status que tenían cuando defendían las ideas de las que hoy reniegan. ¿Mentían antes o mienten ahora? O quizá solo buscan estar en puestos de poder a cualquier precio.

Se han modificado las reglas a mitad de la partida, y la pregunta es: ¿Qué harán ahora aquellos miembros de Ciudadanos que tienen representación institucional y no están de acuerdo con el cambio de ideario? A fin de cuentas ellos no han cambiado, lo ha hecho el aparato del partido, y lo ha hecho a sabiendas de la traición que ello supone hacia una parte de sus afiliados. Me pregunto cuántos serán los que abandonarán el partido, cuántos los que dejarán sus actas, y cuantos los que mirarán hacia otro lado mientras se auto convencen de que su presencia en las instituciones es un bien en sí mismo a pesar de que ya no puedan defender su ideario original. Lo mires como lo mires, los fieles a sus ideas, los honestos, los consecuentes, pierden siempre. ¿No es paradójico?

Próximamente tendremos otro entretenimiento con el Congreso de Podemos. Debo decir que, estando muy lejos de las posiciones que defiende su líder, me complacen las declaraciones de Pablo Iglesias en las que asegura que solo liderará el partido si ganan sus tesis, en otro caso se apartará de la primera línea. Es de agradecer un poco de coherencia.

Y hablando de coherencia, creo necesario hacer referencia a otro de los miembros destacados de Podemos. Hace pocos días, Iñigo Errejón decía que “la coherencia en política no es decir siempre lo mismo, es decir siempre lo más adecuado para el momento concreto”, lo cual nos pone en un terreno muy peligroso porque si el discurso varía en función de las circunstancias, nunca sabremos que esperar de la oferta política que este señor nos pretende vender. La verdad es que esto de la nueva política se hace cada día más preocupante; en realidad cada día veo menos diferencia con respecto a la vieja. Luchas internas de poder hasta que el ganador erradica a sus adversarios, fortalecimiento del aparato del partido para controlar la organización, excesivo personalismo del líder, y, para aquellos que quieren hacer carrera política, silencio, obediencia, y a esperar a que llegue el premio a su fidelidad en forma de acta de diputado o similar.

¿No es paradójico acabar convirtiéndose en lo mismo que se dice querer cambiar?

2 comentarios:

  1. Articulo muy acertado e interesante reflexión sobre la mal llamada "nueva politica".

    ResponderEliminar
  2. La evolucion de las ideas no es mala. Puede que ahora algunos se sientan más atraídos por Cs que antes

    ResponderEliminar