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sábado, 11 de febrero de 2017

La Ley de Hierro encadena a los partidos

Artículo de Manuel Ramos

La falta de cultura política general en los españoles, llevados por la máxima franquista de no meterse en política, conduce al desconocimiento de cómo funciona la mecánica básica de la política: la lucha, consecución y mantenimiento del poder. No se trata de hermanitas de la caridad que, llevadas por su amor al prójimo, voluntariamente dan su tiempo y su trabajo por el bien de otras personas. El político tiene un interés (legítimo, ojo) por el poder.


Y ocurre como en física, el poder es como una materia que responde a unas normas cuasi-científicas. Al menos en siglos de Historia se han dado las mismas reglas una y otra vez. Algo de verdad habrá en ellas. Es verdad que las formas de la política han cambiado y el descubrimiento de la libertad política colectiva en EEUU cambió el curso de la ciencia (si se le puede llamar ciencia) política. Por ejemplo una de las formas de esta edad contemporánea es la aparición de los partidos políticos de masas.

Estos instrumentos de asociación política fueron estudiados por Robert Michels como ya hemos comentado en otra ocasión. Entonces nos referíamos a la confección de las listas de partido, elemento anti-representativo y, por tanto, anti-democrático. Pero en estos últimos días dicha ley de hierro vuelve a verse confirmada en los diferentes partidos del Estado con diferentes consecuencias.

La Ley de hierro en Podemos



En el vídeo que acabamos de ver el profesor Miguel Anxo Bastos recuerda a Monedero el pasado año (27/01/2016) que su partido Podemos no puede eludir el efecto de la Ley de Hierro y que sucumbirá a él tarde o temprano. Lo que estamos viendo en el congreso llamado “Vistalegre 2” es un claro ejemplo de lucha por el control de poder interno que, unido a la ingenuidad de la mayoría de los seguidores de esta formación política, se está convirtiendo en la destrucción de la propia organización. Los reductos probablemente den para otro partido más. Lo veremos.

La Ley de hierro en el PSOE



Susana Díaz, por su parte, mide su fuerza rodeada de alcaldes del PSOE en un acto en Madrid. La presidenta de la Junta de Andalucía aparecerá este sábado en Madrid rodeada de alcaldes y concejales socialistas, en un acto organizado por el regidor de Vigo, Abel Caballero, para escenificar el respaldo a su más que probable candidatura para presidir por derecho lo que ya hace de facto.
Los otros candidatos que ya han anunciado que se presentan a las primaras, Pedro Sánchez y Patxi López, se han quejado de que el alcalde de Vigo ha usado su cargo como presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para conminar de manera sutil a todos los alcaldes y presidentes de diputación del PSOE.
¿Alguien se puede extrañar que pase esto? A pesar del acto de Dos Hermanas en el que muchos creyeron la pantomima de “las bases”, un partido funciona no gracias a las bases sino a su organización férrea. A que todos responden a su cometido según mande el jefe, adaptándose a este pare subir si no traicionando y vendiendo a los compañeros. Puede parecer duro lo que digo: prueben a meterse en un partido y luego me cuentan.

La Ley de hierro en el PP




Tenemos también congreso del PP, otra pantomima de cara a la galería donde no pintan nada los militantes sino la cúpula del partido que se ha encargado de cercenar las cabezas de los que no son afines a Rajoy, el gran jefe. Al ver el desastre en los demás partidos en el PP se frotan las manos pues han conseguido administrar férreamente con puestos y orden interno a los miembros de la organización que yo me atrevo a llamar mafiosa. Por suerte para ellos, los españoles olvidarán esta lista de corrupciones en torno a ellos:
  • Tarjetas opacas de Caja Madrid 
  • Trama Gürtel 
  • Caso Fabra 
  • Caso Bárcenas 
  • Caso Brugal 
  • Caso Palma Arena 
  • Caso RTTV 
  • Caso Cooperación

La Ley de hierro en Ciudadanos



De Ciudadanos ya hablé la semana pasada. El último cambio de camisa, ahora liberal según ellos, es el enésimo intento de salvarse del hundimiento al que se ven arrastrados por el efecto de desgaste que tiene mantener las coaliciones de gobierno con partidos superiores a él en medios y estrategia. La legitimidad de este partido de arribistas estaba justificada por la caída del PP. Una vez que esta justificación desaparece porque el votante vuelve a votar al partido del gobierno, los puestos desaparecen, los nervios afloran y es más difícil mantener un partido de Estado si no recibes tanto dinero del Estado como antes. Contemplaremos la progresiva desaparición de este partido también.
Y después de este repaso partidocrático, sólo queda hacer palomitas y ver el espectáculo de luz y color (gris) que será el congreso del PP o si prefieren la acción y la sangre, las peleas de Podemos en Vistalegre. Lo de España es para un plató de Sálvame.



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