Artículo de Manuel Ramos
El PSOE, chorreando por la herida que facilitó el gobierno
de Rajoy, se refugia en uno de sus santuarios para invocar a los fantasmas del
pasado. Este fin de semana en Alcalá de los Gazules se reúne el aparato del partido a la mayor gloria de
Susana
Díaz
, jefa de lo que queda de esta mafia política que sólo conserva la
hegemonía en Andalucía, y a duras penas.
Dicen que conmemoran los 130 años de la fundación la
agrupación en la citada localidad de la comarca de La Janda, en la provincia de
Cádiz. Es muy común oír hablar en el PSOE de su pasado, de su historia. Una
historia catastrófica en la república e inexistente en la lucha contra la
dictadura de Franco. Una historia, no obstante, traicionada con la aniquilación del conocido
como
PSOE histórico
de
Llopis
para pasar al consenso socialdemócrata del
actual Estado de Partidos, en connivencia con los franquistas que nunca se
fueron del poder.
El pasado del PSOE es un mito que desde
Alcalá de los Gazules
se ha querido idealizar para poder vivir en
la mentira de llamar todos los días “democracia” a la partidocracia actual. Un
mito que ha caído, primero por la gestión que ha llevado a
un
paro del 40%
y a una falta de esperanza general de la población que la
Junta siempre ha querido canalizar hacia Madrid. El mito ha caído,
definitivamente, cuando los mismos habitantes de la conocida como “cuna del
socialismo” vieron abstenerse al partido socialista facilitando el gobierno de
Rajoy
. Ahora se han reagrupado, no en
la cuna sino en la cueva del socialismo, los miembros más destacados del
aparato.
De izquierda a derecha, José Luis Blanco, Luis Pizarro, Manuel Chaves, Carlos Díaz, Rafael Román y Alfonso Perales. |
Una localidad dominada por el “clan de Alcalá de los Gazules
” hasta que en 2011 perdieron la
alcaldía debido a un pacto entre PP e IU y que volvieron a recuperar en 2015,
se reivindica hoy como el referente en la producción de mandamases. Valgan como
ejemplos el fallecido
Alfonso Perales, Luis Pizarro, José Luis Blanco o Bibiana Aído.
No en vano el actual alcalde
Javier “Pata” Pizarro,
hijo de Luis Pizarro, ha preparado un homenaje a más de 70 cargos públicos
nacidos en el municipio. Si gustan, precisamente sobre la
saga de los Pizarro
pueden leer ustedes un interesante artículo de
Pedro de Tena
en el que describe esta
dinastía que dentro del PSOE ha tenido tanta influencia.
Como decía, en Alcalá de los Gazules se quiere recuperar la
historia del partido en unos momentos en que “partido” es el adjetivo más
ajustado para describir el estado en que se encuentra el PSOE. El consenso
dentro de la organización se quiere imponer a base de un acto de unión
sentimentaloide, agrupando a figuras como
Elena
Valenciano, Alfredo Pérez Rubalcaba
y la mismísima
Susana Díaz
. Llama la atención la aparición de estas dos últimas figuras
juntas pues han apoyado causas enfrentadas dentro del propio partido. Parece
que el aparato se reagrupa y que ni
Pedro
Sánchez
ni
Patxi
López
tendrán nada
que hacer.
Rubalcaba, con
sus más de 25 años viviendo de la política, interviene en el acto apelando a esa
herencia socialista titulando su intervención “Historia del PSOE”. Valdría más
conocer la “Historia del Casa Pizarro
”,
restaurante de Alcalá de los Gazules famoso por su jabalí y por reunir a la plana mayor del PSOE pasando por
Chaves, Felipe
González, Alfonso Guerra
y el mismo
Rubalcaba
.
Con ayuda de los factótums de apellidos Pizarro,
Perales
o
Blanco, allí se cocinaron las tramas organizativas más importantes del
partido. Hoy quieren seguir reteniendo el poder esa ala vieja, carcomida, del
pasado.
Elena Valenciano,
fracasada parlamentaria europea tras cosechar la mayor pérdida de miembros de una lista electoral socialista en comicios europeos, quiere hablar de futuro,
quiere hablar de “socialdemocracia”. Una ideología tan gris e indefinida no podría venir mejor a una agrupación política que se ha
destacado por aglutinar poder y colocar familiares olvidando cualquier ideario social o de responsabilidad pública. No hay que olvidar que Alcalá de los Gazules, la
llamada “cuna del socialismo”, era en los años 70 un hervidero de anarquistas
que no sabían qué era eso del PSOE. En las cárceles, en época de Franco, no había gente del PSOE sino del Partido Comunista, maquis, anarquistas y opositores independientes. Los oportunistas, tras la muerte del dictador, se han disfrazado con
tantos ropajes que la mezcla de uno y otro atuendo ha terminado por hacerlos
parecer como lo que son: un mamarracho ideológico.
Este último acto en Cádiz es otro intento desesperado de reconducir
una nave a la deriva, con unos votantes (los que aún voten) completamente
desconcertados tras el apoyo del PSOE a
Mariano
Rajoy. Algo que esperan los jefes socialistas que el pueblo olvide pronto,
que en eso parece que es bastante bueno. Un peldaño más en la eterna escalera que
Susana Díaz escala hacia la presidencia de España. Vaya,
Bibiana Aído
ya llegó a la ONU. Qué menos que Susana dirija este
país como todo buen socialista andaluz está llamado a conseguir.
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