Artículo de Rafa G. García de Cosío
Preguntado una vez en una entrevista de Die
Zeit sobre la definición de 'pensamiento esférico', el guía espiritual
hinduista Sri Sri Shankar contestó de la siguiente manera: ''Pongamos de
ejemplo mi viaje a Berlín para llegar a su entrevista. Cómo llego allí? Quizá
un consejero me diga que vaya al este, puede que otro me mande al oeste, pero
ambos seguros pensarán que me envían al lugar correcto. Esto es 'pensamiento
lineal'. El pensamiento esférico implica reconocer que opiniones paradójicas
pueden darse al mismo tiempo. Vista desde Hamburg, Berlín está al sur, pero
vista desde Dresden, está al norte. Depende del ángulo desde el que se mire''.
Nunca había discutido con un americano de
política, y tampoco esperaba que fuera casi insultado. En un momento de nuestra
discusión, en la que él se encontraba en estado ebrio (solo los niños y los
borrachos dicen la verdad), me dijo, en su encendida infamación de Donald
Trump, y tras yo preguntarle si apoyaba entonces como él distanciarse de la
OTAN, que ''Estados Unidos paga todo y protege a todos, sin recibir nada a
cambio, es hora de que lo dejemos''. Y las empresas americanas en esos
territorios protegidos por la OTAN, en los que también participan otros
países?. Sus ojos se encendieron aún más: ''Tu país [España] no contribuye
'shit' (una mierda)''. Les aseguro que si enfrente hubiera tenido a un seguidor
de Trump de cuello rojo y gorra con eslogan 'Make America great again'', me
habría esperado su respuesta sin dificultad ninguna.
Pero luego vino lo mejor. Al preguntarle
entonces si no es un verdadero izquierdista, pues rechaza ayuda y apoyo a otras
naciones menos poderosas y más pequeñas, dio la típica respuesta victimista:
''hay americanos muriendo de hambre en mi país''. No es este argumento clavado
al de Marine Le Pen en Francia? En su mundo de Narnia, mi colega yanqui criticó
que casi todos los trabajadores de Walmart tengan que vivir con ayudas del
Estado; pero eso sí, ante mi pregunta de quienes son los principales clientes
de Walmart (negros y blancos de clase baja), arguyó que son obligados por el
sistema por no tener alternativa. Tócate los bemoles.
Cuatro tipos de críticas
Como digo, no era esto lo que quería escribir
hoy. Pero ocurrió el viernes por la noche y sirve de apoyo a mi tesis. Mi
objetivo original era publicar la teoría de que hay cuatro grandes tipos de
críticas, no solo en España sino en todo el mundo, siendo una o dos de esas
críticas las que con más frecuencia se repiten.
Hay gente que, siendo de ideología X, critica
a los suyos por no ser suficientemente adicta a X. Luego están los que, siendo
X, en vez de pedir más X, se centran en la falsedad de que haya atisbo alguno
de X en ese partido. Pondré un ejemplo con la gente de izquierdas. En España,
una mayoría de ex votantes del PSOE ha decidido apoyar al partido extremista
Podemos (este sería el primer caso, en que los seguidores de X piden,
acríticos, más X), mientras que, tristemente, sólo un número reducido de esos
mismos ex votantes socialistas se decantó por la moderada (pero auténtica)
socialdemocracia de UPyD. Este sería el segundo caso.
La tercera crítica sería la que los seguidores
de X dirigen a la ideología Y cuando ésta, al aplicarse, no les
gusta. Al mismo tiempo, la cuarta y última crítica sería la de aquellos pocos
que, teniendo ideología X, se lanzan a criticar a Y mas no por ser Y, sino
precisamente por no aplicarse el cuento. Si volvemos a tomar el ejemplo de la
izquierda española, lamento admitir que conozco a poquísima gente
socialdemócrata o de izquierdas que critique al PP por no ser liberales. Walter
Binder, amigo y colaborador esporádico de El Demócrata Liberal, es una de esas
raras excepciones, un buen ejemplo de ciudadano con pensamiento esférico.
Tristemente, el personal progre suele más bien aventurarse a atacar al PP de
neoliberal, aunque éste vuelva a subir los impuestos de manera indiscriminada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario