Artículo de Luis Marín Sicilia
"La sociedad civil catalana, siempre tan
influyente y últimamente tan callada, se ha despertado de su letargo y propugna
el mismo afán de diálogo que ha puesto en marcha el Gobierno de la nación"
"La conducta de estos nuevos políticos no va
más allá del cortoplacismo de la imagen, el narcisismo y la cursilería de sus
líderes y la lucha descarnada por el poder"
"Igualar en el punto de llegada es el
pasaporte más seguro para la pobreza y la injusticia"
Como cada fin de año, hay en este que se acaba una serie de
cuestiones que se esperan abordar y resolver en el ejercicio siguiente, entre
las cuales podrían comprenderse las siguientes:
1.- El desafío separatista
El Gobierno ha puesto en marcha una política de diálogo
dirigida, no a los separatistas que son irredentos, sino a la gran masa social
catalana que, desde su moderación y buen sentido, es profundamente pactista y
dialogante. Son todos aquellos catalanes, mayoritarios socialmente, a quienes
la crisis y una cierta ausencia del Estado en aquel territorio, llevó a
posicionarse próximos a planteamientos rupturistas que, en el fondo, ni creen,
ni les convencen ni les convienen.
Que el Gobierno va a agotar toda su capacidad de diálogo no ofrece duda alguna. Y que si la cerrazón secesionista lo llevara al fracaso la ley no quedaría impune, no me ofrece la más mínima duda. En tal caso se pondría en marcha el artículo 155 de la Constitución para recuperar, de inmediato, las competencias en materia de seguridad, poniendo bajo el mando del Gobierno central a los "mossos" de escuadra y a los funcionarios públicos.
Tal situación límite creo que no se dará porque ya hay síntomas evidentes y hechos concretos de que la sociedad civil catalana, siempre tan influyente y últimamente tan callada, se ha despertado de su letargo y propugna el mismo afán de diálogo que ha puesto en marcha el Gobierno de la nación.
Que el Gobierno va a agotar toda su capacidad de diálogo no ofrece duda alguna. Y que si la cerrazón secesionista lo llevara al fracaso la ley no quedaría impune, no me ofrece la más mínima duda. En tal caso se pondría en marcha el artículo 155 de la Constitución para recuperar, de inmediato, las competencias en materia de seguridad, poniendo bajo el mando del Gobierno central a los "mossos" de escuadra y a los funcionarios públicos.
Tal situación límite creo que no se dará porque ya hay síntomas evidentes y hechos concretos de que la sociedad civil catalana, siempre tan influyente y últimamente tan callada, se ha despertado de su letargo y propugna el mismo afán de diálogo que ha puesto en marcha el Gobierno de la nación.
2.- La adolescencia perpetua de Podemos
Surgido como vía de escape de la indignación ciudadana y la
crisis económica, el fenómeno Podemos parece que se encalla ante la ausencia de
compromisos concretos con la problemática del país, más allá de los eslóganes
simples y los mensajes telegráficos en las redes sociales. Su alergia a hablar
con datos y números y su exhibicionismo egocéntrico se olvidan de la realidad,
quedando sus pretendidas propuestas en brindis al sol y promesas quiméricas.
Su actualidad se resume ahora en la pelea infantil de saber quién manda y cómo no dejar jugar a quien quiere arrebatar el balón al dueño del escenario. La sociedad ignora qué proyecto concreto pretende para ella el partido morado. Lo único que va sabiendo es que estamos ante un conjunto de jóvenes que tienen terror a hacerse mayores, porque ello implica asumir responsabilidades, y prefieren seguir jugando al asamblearismo de las aulas universitarias, transportándolo a la calle.
La conducta de estos nuevos políticos no va más allá del cortoplacismo de la imagen, el narcisismo y la cursilería de sus líderes y la lucha descarnada por el poder, cuyas características personifica el leninismo sin mácula de Pablo Iglesias. Las "purgas", como la del portavoz de la Asamblea de Madrid, confirman el presentimiento de muchos: que estamos, pura y simplemente, ante una nueva versión, más "friki" o "geek" si se quiere, del comunismo de siempre, aquel que fracasó estrepitosamente con la renuncia de Gorbachov el 25 de diciembre de 1991, desapareciendo la URSS y quedando atrás un sistema de falta de libertades políticas, económicas, culturales y de movimiento.
Su actualidad se resume ahora en la pelea infantil de saber quién manda y cómo no dejar jugar a quien quiere arrebatar el balón al dueño del escenario. La sociedad ignora qué proyecto concreto pretende para ella el partido morado. Lo único que va sabiendo es que estamos ante un conjunto de jóvenes que tienen terror a hacerse mayores, porque ello implica asumir responsabilidades, y prefieren seguir jugando al asamblearismo de las aulas universitarias, transportándolo a la calle.
La conducta de estos nuevos políticos no va más allá del cortoplacismo de la imagen, el narcisismo y la cursilería de sus líderes y la lucha descarnada por el poder, cuyas características personifica el leninismo sin mácula de Pablo Iglesias. Las "purgas", como la del portavoz de la Asamblea de Madrid, confirman el presentimiento de muchos: que estamos, pura y simplemente, ante una nueva versión, más "friki" o "geek" si se quiere, del comunismo de siempre, aquel que fracasó estrepitosamente con la renuncia de Gorbachov el 25 de diciembre de 1991, desapareciendo la URSS y quedando atrás un sistema de falta de libertades políticas, económicas, culturales y de movimiento.
3.- El renacimiento
de la socialdemocracia
La deriva radical iniciada por Zapatero y agudizada por
Sánchez llevaron al PSOE a perder su carácter transversal y socialdemócrata
para sumergirse en un izquierdismo ideológico alejado del centro sociológico,
lo que fue reduciendo su respaldo ciudadano a los bajos niveles actuales.
La gestora actual, empeñada en recuperar lo mejor de su reciente historia, se encuentra con una base social seducida por los mensajes simples y el corto plazo, cuando debiera valorar que el progreso se consigue con tesón, esfuerzo y solidaridad sin trampas. La desigualdad, de la que tanto se alarma la nueva izquierda, es precisamente la base del progreso, porque la realidad demuestra que solo se puede ser iguales en la miseria, y es precisamente en los regímenes igualitaristas, como los comunistas y bolivarianos, donde más pobreza se produce.
Como acreditaron tanto socialdemócratas como democristianos y liberales europeos, el progreso solo se produce cuando se iguala a todos en el punto de salida y, a partir de ahí, se estimula y premia el esfuerzo, la capacidad y la inteligencia. Igualar en el punto de llegada es el pasaporte más seguro para la pobreza y la injusticia.
El PSOE volverá a ser grande cuando clarifique sus ideas, sea con Susana, sea con Sánchez o sea con otro. Porque parece ser que ese eslogan de "ni Su ni Sa" (ni Susana ni Sánchez), encubre la alternativa de un tercero que algunos endosan a Patxi López. ¿Y si al final renace ni con "Su" ni con "Sa" ni con "Txi"? A lo mejor así aciertan, porque ello acreditaría que se toman en serio anteponer ideas a personas.
Colofón navideño.- La conducta antitradición cristiana con la que algunos patanes de la historia nos obsequian, plantea algunas incógnitas que convendría despejar, tales como:
La gestora actual, empeñada en recuperar lo mejor de su reciente historia, se encuentra con una base social seducida por los mensajes simples y el corto plazo, cuando debiera valorar que el progreso se consigue con tesón, esfuerzo y solidaridad sin trampas. La desigualdad, de la que tanto se alarma la nueva izquierda, es precisamente la base del progreso, porque la realidad demuestra que solo se puede ser iguales en la miseria, y es precisamente en los regímenes igualitaristas, como los comunistas y bolivarianos, donde más pobreza se produce.
Como acreditaron tanto socialdemócratas como democristianos y liberales europeos, el progreso solo se produce cuando se iguala a todos en el punto de salida y, a partir de ahí, se estimula y premia el esfuerzo, la capacidad y la inteligencia. Igualar en el punto de llegada es el pasaporte más seguro para la pobreza y la injusticia.
El PSOE volverá a ser grande cuando clarifique sus ideas, sea con Susana, sea con Sánchez o sea con otro. Porque parece ser que ese eslogan de "ni Su ni Sa" (ni Susana ni Sánchez), encubre la alternativa de un tercero que algunos endosan a Patxi López. ¿Y si al final renace ni con "Su" ni con "Sa" ni con "Txi"? A lo mejor así aciertan, porque ello acreditaría que se toman en serio anteponer ideas a personas.
Colofón navideño.- La conducta antitradición cristiana con la que algunos patanes de la historia nos obsequian, plantea algunas incógnitas que convendría despejar, tales como:
- ¿Seguirá la nueva izquierda radical empeñada en borrar cualquier connotación religiosa de las fiestas populares para imponernos su manipulada y falsaria versión?
- ¿Insistirán en ofender a los sentimientos religiosos con actitudes tales como esa versión pagana y vergonzosa de una oración universal auspiciada por el ayuntamiento barcelonés, que provocó la queja conjunta de las comunidades católica, musulmana, evangélica y judía?
- ¿Va a seguir haciendo el ridículo el ayuntamiento de Madrid intentando, por
todos los medios, contrarrestar los sentimientos religiosos de sus ciudadanos?
Conductas de este jaez explican que el papa Francisco, al parecer debidamente alertado, no se hiciera el "selfie" que, con tanto ahínco, buscaban las alcaldesas progres del "buen rollismo", Colau y Carmena, en su reciente visita al Vaticano.
Conductas de este jaez explican que el papa Francisco, al parecer debidamente alertado, no se hiciera el "selfie" que, con tanto ahínco, buscaban las alcaldesas progres del "buen rollismo", Colau y Carmena, en su reciente visita al Vaticano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario