Artículo de Mazelmind
¿Cómo hacer en Cataluña
si a usted no le sobra el dinero y quiere que sus hijos tengan una educación
libre de política, sobre todo libre de nacionalismo y que se cumplan las
mínimas normas que le otorgan su derecho a un mísero 25 % de instrucción en
español? No espere encontrar aquí la respuesta.
Cuando los recursos
económicos abundan es sencillo dar con una buena escuela que por muchos euros
al mes ofrezca a los alumnos una instrucción bilingüe o trilingüe y poco o nada
nacionalista. La educación cara valora tener alumnos que adquieran habilidades
con las que puedan ir a cualquier sitio y no necesariamente permanezcan en el
país en que se crían. La enseñanza pagada a tocateja (y no es que la pública no
esté pagada) aumenta la probabilidad de hacer de herramienta para el alumno, sujeto de la enseñanza y no al revés como sucede con la pública, que al
menos en Cataluña instrumentaliza al alumno.
La educación pública y la
concertada, o sea la de “quiero y no puedo” son así. Las autoridades educativas
hacen de la escuela su fábrica de adeptos (cómo olvidar los vídeos de Rigau).
Algún disidente hay que resiste pero el sistema está creado para producir
empleados exitosos y peones agradecidos y en eso estamos. El asociacionismo de
las familias tampoco ayuda en absoluto, todo lo contrario.
Ante lo que es, en mi
opinión, una muestra de miopía e incapacidad, las familias catalanas militantes
en AMPAs de colegios públicos y concertados hacen eso que ellos llaman (qué
grima me da) “hacer piña”. Como sus hijos no pueden acceder a la educación de
los que acaban presidiendo la Generalitat o los consejos de administración de
las grandes empresas se suben al carro oficial y secundan al poder en gran
parte de sus demandas.
Quizás si leyeran los informes sobre el fracaso escolar
de los niños castellanohablantes se lo pensarían dos veces pero es mucho pedir.
A mi entender se juntan el hambre con las ganas de comer y nos encontramos con
un cóctel de asociacionismo paternalista, buenismo desinformado y por supuesto,
nacionalismo del malo porque el otro no existe.
Gran parte de las
familias que se unen a las asociaciones de padres de familia de los colegios lo
hacen con lo que creen que son sus mejores intenciones. Las AMPAs se toman la
molestia de recaudar fondos, hacer actividades, comprar algunos materiales e
incluso organizan las actividades extraescolares de muchos colegios. Esto está
en sus actas fundacionales.
Luego por fortuna para algunos que ya saben cómo mover los hilos y por
desgracia para quienes no lo saben, viene la parte en que las autoridades de
grupos de presión como la Federación de Asociaciones de padres de alumnos de
Cataluña empiezan a hacer de mensajeros del régimen que en realidad es su amo
desde un principio.
Uno de los objetivos
de la FaPaC es la defensa a ultranza de la inmersión lingüística. Entre otras cosas, en 2007 “emprende una
campaña junto con otras entidades de la comunidad educativa en contra de la
obligación que impone un decreto estatal de hacer tres horas de castellano en
las escuelas de primaria”. En este punto coincide con la plataforma
Somescola creada en 2011 contra la aplicación de la nunca cumplida norma que
dicta un 25 % mínimo de enseñanza en español. Esta última nace para “actuar de
manera activa en apoyo de una escuela catalana en lengua y contenidos que no
separe a los infantes y jóvenes por su lengua de origen y ayude a construir una
sociedad más cohesionada, democrática y libre”. Ein Volk y tal. Ya
saben: “Por un país de todos, decidimos escuela en catalán”.
FaPaC es una de las entidades promotoras de Somescola, de hecho,
es difícil discernir cuál es cuál. Lo mismo sucede con otras plataformas que
supuestamente trabajan por la educación y que repiten el mismo discurso de
FaPaC y de Somescola.
Las AMPAS de Cataluña
están entre las entidades que coordinan dicha plataforma y casualmente dejaron
de ser socias de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres
del alumnado justo cuando se unieron al “derecho a decidir” y coincidiendo en
el tiempo con la creación de la ANC de Carmencita Forcadell. Con esto les digo
casi todo. Si uno se pasea por la web de Somescola se encuentra las fotos de
Muriel Caslas, los tuits de la ANC y los carteles defendiendo la inmersión
lingüística en las calles. Cuentan entre sus socios con entidades
excursionistas, escoltas, esplais, grupos de estudio, etc., así que como ven,
queda poco espacio en las actividades lúdicas o educativas que no esté tocado por
los tentáculos del nacionalismo.
La FaPaC, como dije antes, se ha sumado al
pacto por el susodicho “derecho a decidir”. Menos mal que aclaran en su web que el derecho a
ser consultados sobre la autodeterminación no es un asunto de orden educativo
pero lo defienden en nombre de las supuestas 750.000 familias que dicen que
representan porque la autodeterminación afecta a la educación. Muy amables
ellos, la verdad, siempre hablando por todos toque o no toque.
Sepa usted que si es
socio del AMPA del colegio público o concertado de sus hijos es prácticamente
socio de Somescola y del Dret a Decidir y que forma usted parte de un Grupo
de Presión como finamente se autodefinen, cuya misión es “reforzar y
defender una educación pública de calidad, catalana, laica, equitativa,
integradora, inclusiva, gratuita, democrática y coeducativa”. Nada menos.
El último día de curso en
junio 2016 las AMPAs organizaron una manifestación cacerolera en las escuelas y
en Plaza San Jaime para pedir que no se hiciesen los recortes que a las pocas
horas la nueva consejera de educación decidió no hacer como por efecto de la
magia de la varita de un hada buena. Si decide usted vestirse de amarillo y
manifestarse con los “buenos padres que sí salen a defender la educación
pública y de calidad” sepa que detrás está el poder, que está todo el pescado
vendido y que sus amigos del AMPA nunca van a defender que su hijo tenga
educación bilingüe.
La Federación de
Asociaciones de Padres de alumnos en Cataluña, además de las cuotas de las
familias, está subvencionada por los mismos que subvencionan a TV3, al Nacional,
al Diari Ara y no sigo con la lista de medios del régimen. Forma parte de la
extensísima tela de araña por donde se reparte el dinero público para fomentar
la secesión. En este caso el agravante es que hay menores de por medio, aunque
eso nunca parezca un impedimento para algunos.
En fin.
Yo me caí del guindo hace años cuando el AMPA me invitó a una charla para padres organizada por la ANC y que versaba sobre la educación en el “nou país”.
Quien avisa no es
traidor.
*Agradezco a mi amigo
Javier Palmero que puso sus no pocas habilidades de buscador al servicio
de este post
(“Ideas sueltas de una afortunada”, noviembre de 2016)
Por suerte mis hijos ya vuelan solos, pero fui de esas madres comprometidas que se metieron en el APA que al poco se transformaron en AMPA, aunque yo hubiera dicho AMA (quitando un padre todas las demás éramos mujeres como en las del resto que conocí).
ResponderEliminarY mi experiencia es que muy pocos padres se involucran en el centro , menos de 10%, y la mayoría de ellos son gente de izquierda y alguna rara como era yo. Me costó broncas y aprenderme la ley y los reglamentos, leerme los PISA, las Evaluaciones de Diagnóstico, de Calidad, PIRLS, TIMMS y entenderlos para defender mis posiciones.
Para rematar la delegación de FEDAPA en Málaga era directamente socialista. Pilar Trigueros, su presidenta en aquella época, venía directamente del partido. Seguir su perfil en el "libro de caras" era seguir a una candidata del PSOE sin contemplaciones. Incluso cuando lo tuvo que dejar la presidencia (sus hijos como los míos se hicieron mayores) recibió el premio de Andaluza del Año, con eso está dicho todo.
En resumen, si había que ir contra el PP, ahí estaba la primera de la marcha, pero Ay como fuera responsabilidad de la Junta (Seguridad, reformas y los centros de Secundaria) todo eran problemas.
Al final es verdad lo que decía Salustio "Son pocos los que prefieren la libertad, la mayoría sólo quiere un amo justo".