Artículo de Luis Escribano
Cuando Juan Marín y su equipo naranja se empeña en ir contracorriente, apoyando al
régimen clientelar del PSOE andaluz para que todo siga igual o incluso peor, no
puede ocurrir nada más que seguir recibiendo varapalos.
Uno puede
entender que el PSOE andaluz siga
con su inmovilismo, como dice mi buen amigo José Luis Roldán (le felicito por
su creación, el patrón del PSOE andaluz, San Parménides), para preservar su
régimen corrupto, su nepotismo, su sistema clientelar que le permite seguir
consiguiendo apoyos de andaluces beneficiados por el mismo. Sin embargo, lo que
es inexplicable, espeso y hasta esotérico, es que un partido como Ciudadanos, que no hace más que remachar
que viene a “regenerar la política” (¿qué,
cómo, cuándo?) y efectuar las reformas necesarias para mejorar esta Comunidad
(¿cuáles?), se dedique a hacer lo contrario, apoyando las políticas
clientelares del PSOE andaluz; salvo que, mejorar Andalucía, no sea el objetivo
del partido naranja.
Pero ya no es
sólo Marín y su equipo quienes constantemente siguen quebrantando sus palabras
con sus actuaciones, sino que, para colmo, su líder, Albert Rivera, también se ha unido a la torticera fiesta andaluza.
El jueves de la semana pasada, Rivera vino a Sevilla para reunirse con los
dirigentes y militantes de Andalucía, y aprovechó la ocasión para inaugurar la
nueve sede regional del partido. Ese día, fatídico donde los haya, declaró que la
fórmula aplicada por Ciudadanos en Andalucía en cuanto a su apoyo al PSOE es el
modelo a seguir en España, dado los “cambios conseguidos” para la Comunidad
andaluza. No quedando contento con tan desquiciada declaración, mostró asimismo
su apoyo al trabajo realizado por lo suyos con los Presupuestos de la Comunidad
para 2017, al haber logrado aumentar las partidas de gasto para sanidad,
educación y servicios sociales, así como la reducción de entes instrumentales de
la Junta. ¿De qué planeta son los que asesoran a Rivera sobre lo que ocurre en
Andalucía?
Albert Rivera miente o fantasea. Cuando dice que en Andalucía ha habido “cambios”
debería saber que no son precisamente a mejor si observara la realidad con un
mínimo de interés. Al menos, le recomendaría que leyera los artículos
publicados en este diario, en los que se demuestra todo lo contrario, invitándole
a rebatir uno a uno los hechos y fundamentos, pero con datos.
Si en mis
anteriores artículos he dejado constancia de las mentiras del PSOE andaluz y de
este partido "regenerador", ahora ha sido el Fiscal Superior del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía
quien ha puesto en su sitio al partido naranja. En su comparecencia del jueves
pasado ante la Comisión de Justicia e Interior del Parlamento de Andalucía, en
la que presentó la Memoria anual de la Fiscalía andaluza de 2015, manifestó que
hay formas de corrupción que no son
delictivas, y que deben igualmente de perseguirse, aunque no sean delitos.
Es justo lo contrario que ha defendido Ciudadanos en Andalucía con toda la
corrupción del PSOE andaluz cuando se han archivado los casos en los
tribunales, declarando sandeces como que “la
prevaricación no es corrupción”, “se
trata de simples irregularidades administrativas”, etcétera, un ejercicio
desatinado y muy infortunado que no hace más contribuir a que la corrupción
siga campando a sus anchas en Andalucía.
Con la nueva
reprimenda pública del Fiscal Superior, el
Sr. Rivera debería enmendar el camino recorrido en Andalucía. Pero
lamentablemente no lo hará, porque su partido ha elegido estar al lado del
poder a cualquier precio, aunque este siga actuando de forma corrupta.
Uno de los
graves errores del partido regeneracionista
es negar siempre la mayor: “la
prevaricación no es corrupción”, o “si
se ha archivado el caso en el Juzgado queda demostrado que no es un caso de
corrupción”. Pero la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Que conste que no soy el único que
mantiene que la prevaricación es corrupción, pues como mencioné en un
anterior artículo, también hay juristas como Manuel-Jesús Dolz Lago, fiscal del Tribunal Supremo, que
considera corrupción política “los
delitos de tráfico de influencias, cohecho, prevaricación administrativa,
negociaciones y actividades prohibidas a funcionarios y autoridades, abusos en
el ejercicio de la función, malversación de caudales públicos y fraude a la
Administración Pública” (publicado en Abogacía Española, 16-01-2014).
¿Y qué dice el Tribunal Supremo al respecto? La
Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de 24 de Noviembre de
2014 (Rec. 729/2014) explica que la condena por el delito de la prevaricación
trata de “…..sancionar supuestos límite
en los que la posición de superioridad que proporcionaba el ejercicio de la
función pública se utiliza para imponer arbitrariamente el mero capricho de
la autoridad o funcionario, perjudicando al ciudadano afectado o a los
intereses generales de la Administración Pública en un injustificado abuso de
poder.”
Cada vez que se
airea un caso de corrupción por prevaricación administrativa, rápidamente
acuden a su manual de exculpaciones:
Cadena SER (24/08/2016): “Fernando
de Páramo ha señalado en una entrevista en ‘Hoy por Hoy’ que en las
negociaciones sobre corrupción con el PP “hemos aplicado el mismo criterio que
siempre, el mismo criterio que con Cristina Cifuentes, en Madrid, o con Susana
Díaz, en Andalucía”. Para el secretario de Comunicación del partido de Rivera,
“no es ninguna novedad la definición que dio José Manuel Villegas sobre
corrupción”, porque “no es lo mismo
robar que equivocarse o cometer un error de gestión, lo que es
reprobable, pero que no debe entrar en el pacto anticorrupción”.
ABC de Sevilla (05-05-2016): "En
una entrevista en TVE, el número dos del partido de Albert Rivera ha asegurado
este jueves que su partido no va a «pedir que salga del Gobierno de Andalucía»
el consejero de Economía y Conocimiento de la Junta, citado como investigado el
próximo 10 de mayo por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)
porque considera que el suyo no es un caso de corrupción política".
Diario El Mundo (09-12-2015): “el
alcalde de Espartinas (Sevilla), José María Fernández, de Ciudadanos, ha
dimitido tras ser citado a declarar el 20 de enero como imputado por un delito
de prevaricación en contratos del programa de ayudas al empleo de personas en
situación de exclusión social de la Junta…En un comunicado, Ciudadanos ha
aclarado de la dimisión "no está relacionada con un caso de corrupción"
sino con un "asunto administrativo" relativo al plan de ayuda
a la contratación, si bien José María Fernández ha decidido dimitir para
"no perjudicar al partido y cumpliendo escrupulosamente con lo que dice
los estatutos" de su partido”.
También les dejo
con un enlace a esta noticia clarificadora del diario El Plural: “Los
casos de corrupción que ahora no lo serían, según Ciudadanos”.
Según suelen declarar
los dirigentes de Ciudadanos, no consideran el delito de prevaricación como
corrupción política porque “no hay
enriquecimiento personal”, ni “financiación
ilegal”, simplemente es “un asunto
administrativo” o “cometer un error
de gestión” que nada tiene que ver con la política. ¿Quién puede tragarse
tamaña barbaridad? ¿Acaso se están protegiendo para el futuro de su propia
incompetencia en la gestión pública?
En primer lugar,
debo aclarar que el delito de la prevaricación
se encuentra en el mismo Título del Código Penal –Delitos contra la
Administración Pública- que los delitos de cohecho, malversación, tráfico de
influencias, etcétera., y para su comisión es necesario el dolo o intención, por lo que nunca se trata de “equivocaciones o errores en la gestión”,
como declaran los dirigentes de Ciudadanos. La sanción del delito de
prevaricación garantiza el debido respeto, en el ámbito de la función pública,
al principio de legalidad como fundamento básico de un Estado social y
democrático de derecho, frente a ilegalidades severas y dolosas. Además, el
delito de prevaricación queda consumado cuando se dicta la resolución injusta,
sin que sea preciso que ésta genere determinados perjuicios personales o
materiales a terceros.
El delito de prevaricación administrativa es el
negativo del deber que se impone a los poderes públicos de actuar conforme a la
Constitución y al ordenamiento jurídico. Por ello el delito de prevaricación
constituye la respuesta penal ante los abusos de poder que representan la
negación del propio Estado de Derecho, pues nada lesiona más la confianza de
los ciudadanos en sus instituciones que ver convertidos a sus representantes
públicos en los vulneradores de la legalidad de la que ellos deberían ser los
primeros custodios.
Ciudadanos padece la enfermedad del relativismo,
inoculada a conciencia por la socialdemocracia que destila (el liberalismo
brilla por su ausencia). Nada es verdad y todo vale. Y con este juego consiguen
moldear la realidad a su conveniencia, y que los ciudadanos dejen de buscar la
verdad y el bien objetivo. Con ese retorcido juego del relativismo en el
lenguaje, los signos, las formas y los conceptos, que alcanza y supera la cota
del adoctrinamiento, han conseguido que muchos ciudadanos duden hasta de sus
palabras y de todos sus actos.
Obviamente, si
yo fuera un militante de Ciudadanos en
Andalucía, exigiría una rectificación inmediata al líder, pediría su
dimisión o, en su caso, me daría de baja de un partido que perdió el rumbo hace
tiempo, funcionando como un comodín: sirve para lo que se tercie
en cada momento, si con ello no sigue perdiendo rédito electoral. Por ello, le
propongo a Ciudadanos que cambie su logo actual por un Joker de la baraja
inglesa de cartas, como el que se muestra a la izquierda del texto, dado que en Andalucía está actuando como tal.
A continuación
les dejo con dos anécdotas más que demuestran como está el patio en Ciudadanos.
La primera ha ocurrido recientemente: Albert
Rivera, siguiendo las pautas iniciadas por Juan Carlos Girauta, se dedica a bloquear las cuentas de la red social Twitter de
aquellos que son críticos con las actuaciones del partido (así entienden la democracia), como acaba de hacer
con la cuenta de un servidor por criticar sus declaraciones sobre los “cambios”
(¿!) que se han producido en Andalucía gracias a Ciudadanos, poniéndolo como
modelo a exportar a España. ¡Tengan cuidado de Despeñaperros para arriba!
A renglón
seguido siempre ocurre lo mismo: cuando surgen seguidores y simpatizantes del
partido naranja echándome en cara estas críticas, les pido que lean mis
artículos y rebatan uno a uno los motivos alegados que me llevan a concluir que
el papel de Ciudadanos en Andalucía no es admisible. O no me contestan o, si lo
hacen, ni siquiera fundamentan sus respuestas, y salen por los cerros de Úbeda. En mi cuenta de Twitter y en los comentarios de mis artículos tienen varios ejemplos, donde el silencio suele ser la respuesta.
Y la segunda anécdota, como les
relaté en un anterior artículo, el pasado 30 de septiembre se celebró en
Sevilla una charla-coloquio, titulada "Corrupción en Andalucía", en
la que participaron como ponentes los periodistas Silvia Moreno (El Mundo) y
Pedro de Tena (Libertad Digital y esRadio), y un servidor. A dicho evento fue
invitado, entre otros, el grupo parlamentario de Ciudadanos, a fin de que
algunas de sus señorías o algún representante de dichos partidos nos honrara
con su presencia, y participaran en el coloquio que iba a tener lugar tras las
ponencias. No apareció ningún representante, demostrando la sensibilidad que
tienen por un tema que, según las encuestas del CIS, es el segundo problema que
más preocupa a los ciudadanos.
Coda: les recomiendo a los dirigentes y simpatizantes de
Ciudadanos que, antes de iniciar sus críticas, lean mis artículos anteriores, como
por ejemplo “Andalucía, corrupta hasta la
médula”, “Corruptos y cobardes en los
partidos cárteles”, “El PSOE:
"barra libre" en los municipios (parte II)”, “Desinfección del PSOE andaluz”, “Fondo Jeremie Andalucía”, “La apisonadora ciuda-socialista”, “El superjuez” o “Buhoneros en política”. Y si tienen interés en rebatir uno a uno
mis argumentos, porque puedo estar equivocado, les ruego me las envíen por
email o las expongan debajo de este artículo, y les responderé. No se corten y
sean transparentes: es un ejercicio muy sano cuando no hay nada que ocultar y todo está por debatir.
Hablamos de España y de sus politicas, he leido con sumo interés este artículo y me entra tristeza, dado que confiaba algo con Albert Rivera y lo que se dice me gustará chequearlo para tomar en consideración y si esto se ciñe a la realidad.
ResponderEliminarSi que los chorizos sean del partido que sean a lo mal hecho por ellos a cosa hecha para lucrarse indebida mente le buscando las vueltas y revueltas para que parezca son hermanito de la caridad ( caras duras, sinverguenzas), y mucha culpa de que aun con pruebas contundentes los jueces como todos son amigos hacen la vista gorda.
ResponderEliminarA mi me ha reprochado mucha gente que no confiara en Albert Rivera, pero sin saber exactamente porqué esa desconfianza ha ido creciendo a medida que he seguido su trayectoria, se ha rodeado de personas que poco antes, en diferentes tertulias, defendían con énfasis al "insigne" Don José Luis Rodríguez Zapatero, y la impresión que tengo es que no saben muy bien cuál es su papel en la política actual, bailan sin cesar -"izquierda, izquierda,- derecha, derecha, adelante, detrás un, dos tres"- excusen la broma pero es definitoria de este partido emergente. Me temo que, como otros están en la política para medrar y asegurarse una buena jubilación.
ResponderEliminarAlbert Rivera y Juan Carlos Girauta no deberían bloquear la cuenta Twiter de nadie que se preocupa de Andalucía con el rigor que lo hace usted. Andan mal asesorados.
ResponderEliminarComo militante de Ciudadanos y como yo muchisimos mas,estamos con tu linea de combate a la corrupcin y a la Junta de Andalucia y no entendemos ni compartimos la linea que se esta siguiendo . Llegamos aqui para luchar contra los corruptos y la rela de araña y no entendemos donde estamos. Yo si cuelgo tus articulos en nuestros foros y defiendo tus argumentos porque son irrevatibles
ResponderEliminarDe acuerdo Isabela.Hoy por hoy, solo Cs puede hacer una oposición medianamente digna en Andalucia. Hay muchas cosas que mejora, pero es que llevamos poco tiempo funcionando y se han intentado colar mucho trepa, cosa normal cuando tocan poder
EliminarLamentablemente C´s converge con Podemos en este reparto arbitrario de la crítica. Lo que está mal para otros no lo está para mí. Para mí lo justifico de mil formas. Y si hace falta pervertir los hechos y el lenguaje para conseguir salvarme,lo haré del modo más burdo posible ya que la gente está ya por fin anestesiada y no se enterará.
ResponderEliminarPues no eso, Pa Lante sin miedo
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