Artículo de Rafa G. García de Cosío
Ayer sábado iba en bicicleta por la calle,
pensando mucho, como siempre, además de observar y oírlo todo. Al fondo venían
dos jóvenes 'Asis', como llaman los alemanes a los 'asociales' o incívicos,
reconocibles por cómo visten, cómo andan y lo alto que hablan. Es normal que
este tipo de personas te diga algo sin conocerte. Eran un hombre y una mujer, y
ésta me espetó: ''Te crees que hace sol?'' Yo llevaba gafas de sol por una
razón, pero naturalmente evité responderle. Además, al ir en bici mi respuesta
habría tenido lugar con mi espalda dando ya a mi interpeladora.
De repente, me invadió toda una corriente de reflexiones, conectadas unas con otras, que comparto con ustedes:
No. No son gafas para el sol, imbécil. En los
últimos días, en mi camino al trabajo, se me han metido un par de mosquitos en
el ojo, de esos pequeños y húmedos que parecen esconderse bajo tu párpado,
y son harto molestos. Llevo las gafas para protegerme de ellos. Pero a ti te da
igual, no eres una persona compleja. De hecho, tienes toda la pinta de una de
esas personas que se manifiestan con los Verdes por el cierre de las centrales
nucleares y luego no valora el simple detalle de que alguien se mueva por la
ciudad en bici.
Joder, qué curiosa es la vida. Uno piensa que
vive en un país sin gilipollas, y, en cierto modo es verdad que hay menos que
en otros países. Pero uno estaba verdaderamente convencido de que no había
gilipollas cuando no hablaba la lengua alemana. Ahora que la controlo, puedo entender
el más mínimo detalle, pillar el sarcasmo, inmiscuirme en diálogos profundos y
enterarme de las gracias de los demás. Cuando hablas idiomas, pareces ser más
inteligente. Pero... un momento. Qué es la inteligencia realmente? Y qué es lo
que diferencia a un inteligente de un listo?
La inteligencia tiene mucho que ver con la
elegancia. Dios, ahora me estoy acordando de Elena, esa conocida de Madrid con
la que perdí el contacto en 2009, que tenía un blog dedicado únicamente a la
definición de la elegancia. Yo he llegado a la conclusión de que la elegancia
es hacer, vestir o decir aquello que cuadra con la ocasión. Sin ser solo
importante alcanzar un nivel concreto, sino también pasarse de frenada. Por
ejemplo, no es elegante ir en bañador a un entierro. Pero tampoco con
calcetines a la playa (y es algo que hago mucho, he de aceptarlo).
La inteligencia también es un concepto
interesante y polémico, porque cualquiera hoy en día puede decir que otro es
tonto y que solo él es inteligente. Creo que la mejor definición que puede
haber de inteligencia es la siguiente: ''inteligente es cualquier acción que se
aleje de los animales''. Me explico. Por ejemplo, hay que ver con qué facilidad
los perros y los pájaros se arrebatan la comida. Trasladado al mundo de los humanos,
estaríamos hablando de una expropiación. Moraleja: el comunismo es animal. El
respeto a la propiedad es algo inteligente y humano.
La inteligencia de Pablo Iglesias
Pablo Iglesias es, probablemente, el político
más listo de todo el Parlamento. No digo inteligente, porque no hay propuesta
suya que no sea animal, teniendo en cuenta el estado de España y sus arcas
públicas. Esta semana dijo en la cámara que había más delincuentes potenciales dentro
que fuera. Curiosamente, los medios se pararon a analizar la palabra
delincuente, pero no el adjetivo potencial. Es una palabra que aprendí en el
colegio, lo recuerdo muy bien. Potencial o 'en potencia' no significa otra cosa
que 'posible futuro'. Y esta es la clave. Que Iglesias fue muy listo para llamar
a sus señorías (del PP me imagino, pues una vez quiso pactar con el PSOE)
delincuentes potenciales porque se estaba refiriendo a los que pudiera haber en
el futuro, sin que así le pudieran acusar de calumnias. El popular Rafael
Hernando, en cambio, cometió el error de meterse con Podemos en un asunto
archivado por la Justicia. Aunque la corrupción de la Justicia española da para
tela de libros.
No entiendo tampoco muy bien al PSOE. Vamos, a
lo mejor soy un flipado y no me he enterado muy bien de la película, pero el
socialista Antonio Hernando y todo el PSOE han tenido la enorme oportunidad de
dar voz en el pleno de esta semana a la importantísima noticia de que Rajoy se
carga la reválida para contentar a los abstencionistas. Todo partido en Europa
que acepta una coalición o apoya a un gobierno de otro color obtiene su botín.
Y si en Alemania los socialistas impusieron a Merkel la aprobación de un
salario mínimo de 8,5 € por hora, los socialistas españoles han conseguido, sin
que nadie lo celebre, que no se haga nada con el fracaso escolar y los
patéticos resultados PISA que ellos, con tanto esmero, han fomentado durante
décadas.
Excelente reflexión, me ha encantado.
ResponderEliminarMuchas gracias, Adán!
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