Faules Andalusien

Artículo de Rafa G. García de Cosío

El adjetivo alemán "faul" es sumamente interesante. Tiene dos significados en la lengua de Goethe. Por un lado, faul aplicado a las personas quiere decir "vago", mientras que aplicado a la fruta, significa "podrido".

Por qué este doble significado? Especulando sin ser ningún experto en etimología, quiero pensar que los alemanes entienden que una fruta podrida es perezosa porque no sirve, porque su estado no ofrece nada. Pero, pensando al revés, se podría entender que una persona es perezosa porque, en realidad, su espíritu o sentido de la responsabilidad están podridos.

Me irrita enormemente que una persona no andaluza se meta con la pereza de los andaluces. Por la falsedad debida al pensamiento fácil, por la deleznable generalización y por la falta de un análisis más profundo ajeno a los estereotipos. Además, muchos desconocen que para el extranjero guasón, los vagos no son los andaluces, sino todos los españoles.

Faules Andalusien? Andalucía perezosa? No. Andalucía podrida. Voy a explicarme. Esta semana, la presidente Susana Díaz ha dicho, con ese movimiento mágico de las cejas para mostrar una indignación que no es tal, que le da "vergüenza Rajoy por querer unas terceras elecciones para sacar más votos". Este cinismo solo se lo puede permitir quien mantiene su poder gracias al subsidio hipnótico (y, esta vez sí, vergonzoso) de su población.

Es el cinismo de quien, tras ser rechazada dos veces en su investidura de 2015, pintaba una imagen apocalíptica de Andalucía, necesitada urgentemente de un gobierno (para seguir repartiendo prebendas, se entiende).

Andalucía está podrida porque su población, que es la más saqueada de todo el continente, no ha sabido hasta ahora coordinar una respuesta clara contra la inmensa corrupción, razón para que esta se haga aún más inmensa.

Pienso en ese familiar que, a diario, publica en Facebook contra un supuesto "centralismo" de Madrid, origen de todas las carencias en infraestructuras, empleo o sanidad de Andalucía. Madre de Dios! Este familiar, como todos aquellos que no mueven un dedo en criticar la verdadera fuente de problemas de los andaluces, reconoce que tenemos un gobierno "corrupto", pero que "como en todos lados". Reconocer que nos gobiernan corruptos "como en todos lados" es el primer paso para la rendición.

Sí, Andalucía es tierra de trabajadores. Pero también una tierra podrida con muchos sinvergüenzas.