viernes, 5 de agosto de 2016

Animales inmundos


Artículo de Eduardo Maestre

El pasado lunes 25 de julio la plataforma mediterraneodigital.com publicaba un breve artículo: El ISIS lanza una Yihad animal: pide a los musulmanes que maten a nuestros perros. La fotografía que encabezaba el artículo era un terrible collage de imágenes espantosas entre las que se veían perros estrangulados, apaleados, con las patas delanteras atadas a la espalda o siendo objeto de una paliza en plena calle por musulmanes. Por no herir su sensibilidad, amigo lector, no he querido reproducir estas imágenes en El Demócrata Liberal; sin embargo, mis palabras no van a pasar la mano por el lomo a estos salvajes.

En dicho artículo, se explica al lector que el Islam ve a los perros como animales impuros que no deben vivir junto a los hombres; la sharia considera que los perros "violan la libertad religiosa" (¿?). De hecho, en Arabia Saudí se ha decretado la pena de muerte para quienes violen esta ley y decida tener un perro en casa; porque el perro es un animal inmundo.

Añade el periodista que en Lérida, en donde hay ya más de un 20% de población musulmana salafista, se están dando decenas de casos de perros muertos por estrangulación o envenenamiento; casos sin resolver. Estos casos de perros asesinados se han empezado a dar unos meses después de que la comunidad musulmana afincada en Lérida elevara una protesta al Ayuntamiento para que dejaran de verse perros en los espacios públicos, ya que su presencia, por lo visto, “ofende a los musulmanes”. El Ayuntamiento no ha hecho nada para contentar a estos seguidores del Islam, y poco después –qué casualidad!- han comenzado a morir perros de forma misteriosa. Y no digo más!

Animales inmundos, llaman los musulmanes a los perros; que su presencia en los parques y calles de nuestras ciudades europeas les ofende. Hombre, yo debo reconocer que mi perro Aquiles a veces apesta. Sí: apesta. Huele de un modo repugnante. Y hay que lavarlo, claro! Porque los perros, especialmente los machos, tienen la mala costumbre de jugar con otros perros: se suben unos encima de otros; se babean mutuamente; se arrastran por la tierra de las plazas; se huelen el culo. Tienen, en resumen, un comportamiento muy cercano al de cualquier alto cargo de la Junta! Realmente, y como decía una vecina de Sevilla con la que me cruzaba en los paseos matinales por los Jardines de Murillo, los perros van de peste en peste. Quizás alguno de ustedes tenga alguna perrita altanera y melindrosa que no juegue con ningún perro y que huela a esencia floral, pero quien, como yo, tiene un macho de alano español de 40 kilos de peso, musculatura hercúlea y carácter de cachorro eterno, sabe que los perros, si se sienten felices, son unos cerdos de mucho cuidado! Y en ese sentido no me queda más remedio que darles la razón a los musulmanes: los perros son animales inmundos!

Sin embargo, aquí la cuestión no es si los perros son sucios o no; si piden la llave del servicio en las gasolineras o si se lavan la nariz con toallitas al aroma de áloe vera tras husmear las más abyectas manchas oscuras durante su paseo. No. Aquí la verdadera cuestión es si las familias de inmigrantes que han llegado a España buscando oportunidades de trabajo y desarrollo personal, que se han acogido a nuestra anchísima libertad de expresión, a nuestro estado de Derecho que les protege de la pena capital, y que son atendidos yo diría que preferencialmente por la red médica gratuita que por desgracia no hay en sus países de origen están en condiciones morales de exigir a los españoles nacidos y criados aquí, descendientes de quienes con su sangre, su sudor y sus lágrimas contribuyeron a crear esta tierra de libertad y garantías que reprimamos nuestras costumbres más inofensivas (sacar a pasear al perro!) para no zaherir la susceptibilísima Fe que arrastran como una rémora insufrible y que cargan sobre sus reprimidas espaldas desde la intolerante tierra de la que ya hace años huyeron espantados!

Les ofende ver a un perro paseando, cogido por la correa de su amo? Muy bien: hablemos, pues, de ofensas! A mí, lo que de verdad me ofende es ver a una mujer musulmana con su pañuelo en la cabeza! Porque ese pañuelo, que sobre el cabello de una occidental no es más que un ornamento, en el de estas pobres mujeres representa una cárcel portátil, el hierro vergonzante de un ganadero inflexible, la confesión pública de un síndrome de Estocolmo! Me exaspera no atreverme a pararlas en la calle y darles la tarjeta de mi psicólogo para que vayan a su consulta y se liberen de tanta agonía vital! Porque cada musulmana que veo por las calles españolas o en la televisión, tapada como por un sudario hasta el desdichado fin de sus inexistentes vidas, es un caso de maltrato en grado máximo! Qué peor destino puede sufrir una mujer que pasar la vida oscureciéndose a sí misma, silenciando sus opiniones, castrando sus pensamientos más ocultos hasta clavarse las uñas, sirviendo como esclavas a un montón de zánganos estrictos y viviendo siempre en un plano en sombras?

Porque ésta es la vida de la mujer musulmana; incluso en Europa! Arrastran una fatalidad de origen: el Islam. Y ya es terrible contemplarlas en los telediarios, con sus burkas afganos, sus hijab, chador, niqab y demás celdas textiles que son como rejas infinitas tras la que se esconden seres humanos deprimidos, ninguneados, minimizados, invisibles, para encima tener que sufrir por empatía esa represión brutal que cargan en su psique al verlas caminar escondiéndose de sí mismas por las calles de las ciudades españolas!

Y sin embargo, y pese a toda la indignación que siento hacia sus maridos, sus padres y sus hijos varones, que son los que permiten y alientan esta vergüenza, no se me ocurre acercarme al tipo que suele caminar tres pasos delante de ellas para pedirle que me acompañe a la comisaría más próxima a fin de ponerle una denuncia por maltratador. No lo hago! Porque hace años que comprendí que allá cada uno con sus religiones y sus neuras políticas: quien quiera ser nacionalista (que es de lo peor que se me ocurre que alguien pueda ser), pues que lo sea; quien quiera abrazar la Fe islámica, adelante con los faroles apagados! Yo no me meto en la forma en la que cada uno quiere perder su única vida a chorros! Pero que sean extranjeros (sí: extranjeros; así se llaman los que vienen ya criados de otros países) los que pretendan imponer una neurosis compulsiva como es el Islam a quienes les han acogido, dado trabajo, sanidad y hasta han mostrado respeto por sus tradiciones me parece impresentable! Por ese aro en llamas no debemos pasar!

Pero estamos haciéndolo! No sé si saben ustedes que en Londres ya no se van a poder escuchar las campanas de las iglesias! Ah, no lo sabían? Pues así es: ya no se va a poder repicar, ni doblar, ni tocar arrebato; porque las campanas de las iglesias ofenden a los musulmanes allí afincados. Éstos han elevado su protesta ante el Ayuntamiento y otras instituciones consiguiendo que cada vez menos iglesias protestantes (pero cristianas: no lo olvidemos!) puedan llamar a sus feligreses con total libertad. La bajada de pantalones londinense está siendo épica!

Para haber sido acogidos en la cuna de Occidente sin problemas, se ofenden con extremada facilidad estos musulmanes europeos, no creen ustedes? Porque no debemos olvidar jamás que la Europa actual, con sus innumerables defectos y sus políticas manifiestamente mejorables, es el resultado de más de dos milenios de guerras, enfrentamientos, odios extinguidos y enemistades conjuradas. Como también es el precipitado intelectual del que brotaron el Derecho, la Justicia, la Libertad, la Democracia, la Filosofía y la Ciencia; por no hablar del Arte, la Psicología, la Matemática avanzada, el Periodismo, la Física, el Teatro y la Música compleja.

Europa fue el germen de lo que hoy llamamos Occidente. Europa es Occidente. Y, tras las dos guerras intestinas de terribles consecuencias que se fraguaron en el brillante y a la vez espantoso siglo XX, el suelo europeo es el magma duro pero aún caliente del volcán que conocemos como Progreso, cuyas rugosas simas hace ya décadas que proporcionan frutos dulces y carne jugosa para sus habitantes: los frutos de la libertad de vivir como uno quiera o pueda, y la carne de la posibilidad de cambiar el propio estatus social a través exclusivamente del esfuerzo personal y sin encontrar obstáculos tales como el apellido, la clase social, la raza o la religión.

Al aroma de estos frutos y de esta carne acuden desde hace décadas los millones de inmigrantes que escaparon de sus oscuros países sin Justicia y sin libertad; algunos de ellos, hasta sin Estado! Acuden atraídos por la luz de la Dignidad; porque saben que el complejísimo paraguas de la Ley y los Derechos Humanos los resguardará del chaparrón de espanto que anegaba y sigue anegando su tierra natal. Vinieron de los países de Fe musulmana, se instalaron sin integrarse (porque no quisieron!), y ahora sus hijos y hasta sus nietos, insatisfechos por no sentirse integrados en una Europa que ahora forcejea con sus propios problemas de identidad, en vez de culpar a sus padres por instilarles el miedo a la libertad que rezuma su tremendamente estricta religión nos culpan a los europeos por vivir como vivimos, por ser como somos: libres! Y si suenan las campanas que en Europa sonaron siempre, se ofenden. Y si ven a nuestras mujeres en bañador en la playa, como siempre, se ofenden. Y si sacamos a la calle a los perros que sacamos siempre, se ofenden. De repente, se ofenden! Por todo se ofenden!

A mí, lo que me ofende extraordinariamente es que cada vez que hay un atentado yihadista en Europa no se vea ni un musulmán por las calles de París, Niza, Colonia o Bruselas gritando en contra de la locura que supone el DAESH. Si acaso, algún imam hace unas tibias declaraciones contra la barbarie de algunos extremistas aislados para desvincularlos del Islam (sic) e inmediatamente llevarse las manos a la cabeza ante la posibilidad de que todo esto haga crecer la islamofobia.

Es interesante: para gritar contra la barbarie yihadista en Europa no mueven su sagrado culo del sofá de sus casas, pero para apoyar el giro islámico del autogolpista Erdogan, salen más de 30.000 musulmanes por las calles de Colonia. Casi cuarenta mil! Dónde estaban, cuando degollaron al sacerdote en Normandía? Dónde, cuando aquella bestia enloquecida atropelló a centenares de personas en Niza? Dónde, cuando ocurrió la matanza de Bataclán en París?

Y lo que es peor: qué hacen los Gobiernos de los distintos países europeos? Qué hace Hollande, el más visiblemente afectado por lo que le toca como francés? Bombardea Siria! Pumba! Nada menos! Tiene el fuego en la cocina de su casa y va a apagar el de un vecino que vive tres bloques más allá! Declara un estado de excepción que se acabará haciendo eterno (porque no van a parar de suceder barbaridades) y somete a la inmensa mayoría del pueblo francés, la cuna de Voltaire, de Diderot y de Montesquieu a una nueva época del Terror! Aunque Robespierre muriera hace más de dos siglos!

Y qué hace Merkel? Blanquear yihadistas; quitar hierro a los recentísimos acontecimientos en suelo alemán y procurar por todos los medios que no se relacione con su decisión inexplicable de absorber en menos de un año a más de un millón de refugiados sirios en su país sin pasar un solo filtro! Menuda locura! Qué inconsciencia, sabiendo lo que la piel de los alemanes oculta a poco que se rasque enérgicamente! Aún me acuerdo de aquel arquitecto alemán, todo vegetariano, todo dos metros de altura, todo gafas redondas al que, en una animada conversación de bar nocturno y entre amigos comunes, y creyendo que tenía sentido del humor, le dije que la filosofía alemana me parecía un ejercicio de oscurantismo; que todo lo que escribieron los filósofos alemanes desde Kant hasta Adorno me parecía un enrevesadísimo juego de palabras cuyo fin último era ocultar de la luz los conceptos esenciales para hacerse los interesantes; pero que, por fortuna, españoles como Ortega y Gasset habían conseguido rescatar de la caverna idealista el espíritu último de la Filosofía para que de nuevo pudiéramos entenderla los simples mortales. El ario se levantó bruscamente, masculló algo al oído de su pareja, una gaditana preciosa, y la instó a que abandonara con él el local. Cuando se iban, me entraron ganas de gritarle que había olvidado cuadrarse y hacer sonar sus tacones!

Quiero decir con esto que lo que ha alentado Merkel, desde su opiáceo universo socialdemócrata, es que los movimientos xenófobos y populistas hayan comenzado a prosperar en su país. Cuando esto pase factura en Francia -con Marine Le Pen a la cabeza-, tendremos ante nosotros un muy mal asunto; pero si ocurriera en Alemania, deberíamos todos echarnos a temblar!

Por favor! No lo ven ustedes? Es inexplicable la indefensión a la que estamos expuestos los europeos ante los acontecimientos que ya son casi diarios. Inexplicable, sobre todo, por la cantidad de normas que cumplimos e impuestos que pagamos! El ciudadano europeo se ha convertido en los últimos 15 años en alguien casi despojado de derechos consuetudinarios, atado sine die al remo de una galera de deuda pública infinita, y que ha renunciado a una gran porción de su soberanía en aras de no se sabe bien qué! Y, para colmo, cuando contempla día sí y día no los crímenes de estos islamistas furibundos no sólo sabe que no hay Estado ni Fuerzas Armadas que lo puedan defender, sino que tampoco puede quejarse de la locura que supone haber dejado desarrollarse en el seno del viejo continente a la Maldad en su estado esencial, porque quien se queje de estos peligrosísimos enfermos sociales es tachado de inmediato de islamófobo!

Islamófobo? Islamofobia? Qué términos son éstos, acuñados sin duda por la izquierda melancólica? Qué perversión del lenguaje es ésta, que mezcla el rechazo frontal de la violencia y la conclusión lógica de conocer quiénes son los que la ejercen? El término “islamófobo” desvía el foco de la culpabilidad desde la génesis del crimen masivo (los yihadistas, ergo musulmanes fundamentalistas) hacia quienes se espantan y aterrorizan por dicho ejercicio del terror. Y como la expresión de este rechazo es manifestada en todos los casos por la casi totalidad de la población europea no musulmana, frente a la cual se oye un silencio atronador por parte de quienes más deberían quejarse (los musulmanes conocidos como moderados, que tiene narices que haya que añadir dicho adjetivo a la profesión de una Fe!), pues la extraordinariamente acomplejada izquierda melancólica –y la radical- carga las tintas y la culpa sobre las espaldas de quienes somos, en principio, los objetivos habituales de estos salvajes: el pueblo. Todo, antes que asumir que hay que reaccionar!

Yo no soy culpable de la matanza de Bataclán! Ni del atropello de Niza! Ni de la destrucción del World Trade Center! Soy, en todo caso, un espectador indignado de la cantidad de muertes producidas por locos asesinos cuyo grito de guerra es, indefectiblemente, “Alahu Akbar!”, “Alá es grande!” Soy un occidental consciente de que la mayoría de las víctimas del islamismo radical se producen en sus propios países. Y ya escribí sobre ello hace la friolera de siete años: tienen una guerra civil pendiente; una guerra entre ellos mismos! Pero la inoculación de su guerra civil en el suelo en el que nacieron la Democracia, el Derecho y la Libertad, a través de las matanzas indiscriminadas contra la población civil y junto al silencio extrañísimo de los musulmanes normales que en Europa viven hace imposible que no se relacione al Islam directamente con este conflicto terrible.

Porque, qué quieren que les diga: no puedo apoyar una religión que oculta el pelo y el cuerpo de sus mujeres; que las entierra en vida; que les da palizas domésticas o públicas como medida disciplinaria básica. No entiendo que exista una Fe cuyo objetivo último sea someter al resto de los habitantes del planeta a sus dogmas: el que no se someta, es repudiado (en su faceta moderada), o decapitado salvajemente (en su faceta más actual). Me produce rechazo un Credo que se instala en una tierra de promisión -construida por otros- para aprovechar sus oportunidades y de pronto se siente ofendido por el sonido de las campanas de sus iglesias, por la visión de los hermosos cuerpos de las mujeres tomando el sol, o por unos pobres perros que salen a la calle a olerle el culo a otros perros. Está clarísimo: si los distintos Estados europeos no reaccionan contundente y unánimemente ante este terrible desafío, estamos abocados a desaparecer como Cultura.

No lo duden: éstos se han confundido al elegir enemigo. Occidente no es con quien deben ajustar cuentas, sino ellos mismos: sus reyes todopoderosos, sus imames radicales, sus miles de príncipes disolutos, su nula redistribución de una riqueza de leyenda, su desprecio por el individuo, su altanería medieval castradora y paralizante, su orgullo ciego de equipo perdedor. Mientras no se enfrenten a sus verdaderos opresores y sigan soñando con que la vida les va a ir mejor si acaban con la libertad occidental –menudos imbéciles!-, seguiremos sufriendo en Europa asesinatos impredecibles, muertes inexplicables y exigencias delirantes. Y nuestros acojonados políticos continuarán silenciando los campanarios de las iglesias de barrio. Así, hasta que llegue por fin la Oscuridad.

Pero mientras no llegue el Mal para someternos a todos, yo seguiré sacando a Aquiles; para que tome el aire y el sol, y para que le huela el culo a sus congéneres. Porque en Europa puede que haya animales inmundos, sí. Pero, desde luego, no son los perros.



19 comentarios:

  1. Me vas a perdonar que sea quisquilloso, Eduardo, pero... cuando ves por la calle una monja con una de esas cofias que deja a la vista tanto como un hijab, ¿no sientes la misma exasperación? ¿No ves igualmente a una mujer secuestrada, ninguneada, deprimida, sirviendo como esclava a (perdona el copy/paste, pero es que lo has clavao) un montón de zánganos estrictos y viviendo siempre en un plano en sombras? Porque yo si.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No creo que sea igual, porque lo de la monja es una opción dentro de una creencia, elegida libremente. No por el hecho de haber nacido en una sociedad te hacen vestir de monja,y tampoco siendo una fiel creyente tienes que ir vestida de monja. Además en cualquier momento puedes abandonar los hábitos, sin que la sociedad te castigue. Si caemos en la tentación de intentar comparar las dos culturas, o sociedades es cuando de verdad terminarán ganando la batalla. La libertad de religiosa y de culto, es una de las bases de la sociedad occidental, y la libertad del individuo una de las bases del liberalismo

      Eliminar
    2. Comparar una monja con una mora??? really ??? la monja es monja por voluntad propia, ella recibió la llamada de su dios y no hace daño a nadie, es más, ayuda al necesitado, muchos de ellos moros inmundos.
      La mora es sometida desde pequeña para ser sumisa al hombre, para odiar a las demás mujeres por enseñar el pelo por la calle y no solo al bárbaro de su marido.
      Tete, de verdad que se te ha ido la pinza comparando una monja cristiana con una mora.
      Por favor, más coherencia

      Eliminar
    3. Lo primero: un consejo no llames Moro a un musulmán o árabe o te partirán la cara porque para ellos es un insulto bastante grave.

      Lo segundo: la costumbre de ir tapada es para evitar que violen a las mujeres en zonas donde no hay ni ley ni orden. Es más una costumbre y un precepto de una religión. En Rusia,las abuelas llevan un pañuelo en la cabeza y cuando una mujer entra en una iglesia tiene que ponerse un pañuelo en la cabeza. No creo que por eso sean esclavas: son costumbres que tienen que ver más con la cultura y la zona que con una religión.

      Creo que la gente antes de opinar tan libremente debería documentarse un poco porque los 3 comentarios que acabo de leer son de gente que no tiene ni zorra idea de historia ni de nada pero que opinan como el que opina de todo.

      Eliminar
    4. Queridos amigos, vuestro pliego de descargo no me parece válido. Ya en el artículo, su mismo autor menciona el síndrome de Estocolmo en el que viven estas mujeres, a las que en ambas situaciones encontraremos diciendo que ellas mismas eligieron libremente adoptar esas normas y vestimenta. Me parece bien que no piensen igual, pero yo sigo viendo a una mujer a la que otros han privado de sus plenas capacidades (maternidad incluida, en uno de los casos) bajo un dogma religioso medieval igualmente gestado socioculturalmente, pues a ninguna mujer educada en un entorno donde no se vean a diario se le iba a ocurrir someterse al yugo de esos ropajes. Mientras vayan por la calle tapadas salvo la cara por motivos de religión, en grupitos o sin excepciones, estaremos observando el mismo fenómeno.

      Eliminar
    5. Hola, Emilio. Como ya te han respondido algunos lectores, efectivamente, las monjas se tapan los cabellos y el cuerpo entero (salvo la cara) porque siguen una norma eclesiástica estricta cuyo origen está en la Alta Edad Media como poco! Pero es voluntario: deciden encerrarse, vivir entre mujeres, no ser madres, no afrontar una historia de amor y desamor... Eligen no vivir la vida real; no, al menos, la vida "natural". Muy bien: adelante ellas! Pero no las obliga ningún maromo; ni la lapidan ni fustigan si un día se visten de Lady Gaga y salen a tomar copas a un bar satánico. Es una diferencia tan grande que no hay mucho más que decir. Saludos!!!
      (el autor)

      Eliminar
  2. monje, ja:
    Del occit. ant. monge, este del lat. tardío monăchus 'anacoreta', 'monje', y este del gr. bizant. μοναχός monachós; propiamente 'único, solo'.
    1. m. y f. Persona que pertenece a una orden religiosa y vive en un monasterio.
    2. m. anacoreta.

    No sé qué puñetas tiene que ver una monja con una esclava musulmana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. marmota

      Del fr. marmotte.

      1. f. Mamífero roedor, de unos 50 cm de de los que casi 20 corresponden a la cola, muy peluda y terminada por un mechón negro, de cuerpo recio, cabeza gruesa y aplastada por encima, orejas pequeñas, que pasa varios meses hibernando en su madriguera.

      2. f. Persona que duerme mucho.

      Si es que no hay nada como echarse a dormir después de hacerle un copy/paste al diccionario; ¡se puede incluso soñar que hasta hemos expuesto un argumento!

      Eliminar
  3. De El Panderetero-

    Lo primero que hay que entender que el Islam es como el Comunismo: un intento de crear una sociedad ideal inmiscuyendose en la libertad individual y dictando normas de convivencia.

    Me he estado informando, y el Islam lo que dice es que es "impuro" tener un perro dentro de casa, pero sí tenerlo para cazar o vigilancia. Es más, los árabes adoran a los gatos y también a los perros. Hasta no hace mucho, en la propia Arabia Saudí, exhibirse con un perro de raza, como un PItbull o un Dobermann era un símbolo de estatus hasta que la polciía religiosa lo prohibió.

    Incluso también he leido que el propio profeta dice que la persona que ayude a los animales, incluidos los perros, irá al cielo.

    Y otra cosa que tienes que tener en cuenta, es que a diferencia del Cristianismo, donde tenemos el patriarca de Roma y el de la iglesia ortodoxa, tanto el judaismo como el islam no cuentan con una cabeza pensante única de donde nazca la doctrina. Por eso, vas a ver que hay muchos "autorizados a sí mismos" a sentar doctrina, ya sean rabinos o imanes, y por eso los seguidores del rabino Pepe de la Sinagoga de Bollullos de Arriba dice que no hay que comer cerdo, pero sí jamón de jabugo, y el rabino Juan de la sinagoga de Matalascañas dice que no, que solo cecina.

    Juzgar toda una religión y expresión cultural que abarca desde Indonesia hasta Marruecos y meterlos todos en el mismo saco, sin contemplar las variantes y las aplicaciones de las variantes según países, me parece una generalización excesiva, y por tanto, una falacia lógica.

    Un abrazo. Alfredo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Comunismo y el Islam no tienen nada que ver: el primero es un movimiento político e ideológico surgido de filosofías decimonónicas, lleno de revisionistas, reaccionarios, puristas y progresistas. Tiene jefes, caudillos, y se ha aplicado en varios países desde el Estado. No busca un Paraíso en el más allá, sino que pretende (teóricamente!) suavizar un Purgatorio en el más acá, aunque lo que ha logrado hasta hoy es conseguir un verdadero Infierno.
      Yo también me informé, y efecetivamente pueden tener un perro para vigilar una finca, pero jamás dentro de casa. Ni sacar a pasearlo. Nada de nada.
      Me da igual lo que digan los rabinos acerca del jamón; lo importante es que están asesinando perros en Lérida y sin duda a manos de los musulmanes salafistas allí instalados que protestaron al Ayuntamiento porque la visión de los perros paseando con sus amos por las calles les ofendía.
      Están todos en el mismo saco. Y nosotros. Es el mismo saco: el saco de la Humanidad, que está siendo reventado por unos asesinos. Punto.

      Eliminar
    2. También lo de los perros de Lleida es falso: http://mentirassobreelislam.blogspot.com.es/2011/03/el-ayuntamiento-socialista-de-lerida.html

      Llama al ayuntamiento tú mismo.

      Eliminar
    3. Más sobre el bulo de los perros de Lérida http://www.srperro.com/blog_perro/el-bulo-de-los-perros-guia-y-los-musulmanes-en-lleida

      Eliminar
  4. Aquí os mando un ejemplo de como en el mundo cristiano también las mujeres llevan velo. Dejad de decir ya tantas tonterías.

    http://casarusia.com/foro/viewtopic.php?f=2&t=6564

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradecería que dejaras de descalificar a los lectores de EDL. Si no están de acuerdo contigo, bien; pero no por ello dicen "tonterías". Ya lo decía Forrest Gump: "tonto es el que dice tonterías"; por lo tanto, y sabiendo como sé que ninguno de los lectores de EDL es tonto -ni tú tampoco-, te ruego que te dirijas a ellos con menos vehemencia.
      Gracias.

      Eliminar
  5. En la España tradicional, las abuelas iban siempre vestidas de negro y con un pañuelo en la cabeza. ¿Quiere decir eso que eran esclavas de sus maridos?

    ResponderEliminar
  6. ¿Por que los hombres que quieran entrar en una mezquita tienen que ir cubiertos desde los hombros hasta más de la rótula de la rodilla?

    ¿Por qué los hombres cubren todo su cuerpo?

    Porque la exhibición del cuerpo es inmoral: el culto al cuerpo aleja al hombre del culto al espíritu.

    Por eso veréis esos camisones largos que llegan hasta las rodillas.

    ResponderEliminar
  7. Para el autor: al parecer, de 1940 a 1980 todos los afganos e iranies se convirtieron al Cristianismo. Vea como eran esos cristianos:

    http://muhimu.es/genero/afganistan-pasado/#

    ResponderEliminar
  8. Eduardo, vas a criticar también el fútbol por la muerte de Jimmy? El fútbol también tiene fanáticos, te pueden partir la cara en un partido o matarte como a ese forofo. Recordemos también los muertos por avalancha en los estadios. Ya que estamos, yo lo prohibía por ser un deporte que incita a la violencia.

    ResponderEliminar
  9. Aquí se retractan, como hace un buen periodista: http://www.schnauzi.com/piden-prohibir-la-entrada-de-perros-en-autobuses-para-no-ofender-a-los-musulmanes-en-lleida/

    ResponderEliminar