Artículo de Manu Ramos
Quiero comenzar una serie de artículos sobre el habla socialdemócrata en España ya que
cualquier momento es bueno y si bien otros acontecimientos pueden hacer cambiar
el tema a tratar de forma circunstancial, me empeñaré en continuar dicha serie
aunque sea de forma intermitente.
¿Por qué hablar de “habla” y no de “lengua” o “lenguaje”?
Para empezar, quiero hacer la distinción que el fundador de la ciencia de la
Filología, Ferdinand de Saussure,
hizo con el lenguaje: lengua/habla. Sin entrar en profundidades, señalaré que
la lengua es la parte del lenguaje fija y el habla es la parte móvil. La lengua
son las normas, el habla es el uso de esas normas. El latín es una lengua
muerta porque no se habla, por ejemplo. Tiene sus reglas pero no evoluciona.
Por ello me centro en el uso del lenguaje, con unas circunstancias muy
concretas (España, tema político, medios
de comunicación y discursos públicos) para describir cuál es y cómo se
emplea.
En España podemos afirmar que, tras la muerte de Franco, sólo ha habido un tipo de lenguaje
político: el regido por el consenso. Esta es la base del habla socialdemócrata,
que todas sus reglas son “por consenso”. Y es cierto que el habla, aunque tenga
una referencia en la lengua, va adquiriendo usos por costumbres inconscientes
de la mayoría de los hablantes. Sin embargo el origen de ese cambio en el uso
obedece no a un giro inesperado en la forma de hablar sino a una interesada
dirección de las palabras para vaciarlas de un sentido y, aunque siguen
teniendo el mismo continente (significante), acaban teniendo otro contenido
(significado).
Lázaro Carreter
alude a la complejidad que se da en el lenguaje político cuando muda e
introduce novedades. Esos cambios son sutiles y es difícil "delatar la
novedad" porque lo más normal es que "cambien las connotaciones"
de los términos (Fernando Lázaro Carreter, Viejo lenguaje ¿Nuevas ideas?), en
El lenguaje político (Manuel Alvar -coordinador-, Madrid, Fundación Friedrich
Ebert, 1987, p. 33). En España ha habido muchos intentos de explicar el
conocido como “lenguaje de la Transición” como el de Javier de Santiago Guervós (“El léxico político de la transición
española” Universidad de Salamanca, 1992) pero se han quedado en unos niveles
meramente descriptivos puesto que no existe una reflexión previa sobre la
política, el verdadero origen que da al final como resultado un habla
específica. Tenemos otros casos de libros más concretos sobre el habla
atribuida a ciertas ideologías como el simpático libro de José Antonio Gómez Marín “Antología de
frases de la derecha” (Libertarias/Prodhufi, 1996). No he encontrado, eso
sí, algún libro que caricaturice el “habla de la izquierda”. En cualquier caso,
bromas aparte, no son sino esfuerzos por pintar con ciertos matices el gris
generalizado de la ideología política en España.
Teniendo en cuenta la libertad política, en España no hay
más que una ideología: la socialdemócrata y partiendo de su definición iré
desgranando expresiones cotidianas, conocidas incluso por quienes no se dedican
a la política, para señalar la homogeneidad en todos los discursos de todos los
que participan de este régimen de poder actual.
¿No le parece al lector que todos los políticos hablan
igual? Sí, con algunos matices, algunas expresiones características pero da la
sensación, aunque subjetiva no desdeñable, de que al final todos dicen lo
mismo. Y si parece que las palabras son diferentes, los actos, la realidad
misma de los hechos, confirman que en el fondo todos se refieren a lo mismo. La
explicación sencilla es esta: todos están bajo un mismo régimen de poder basado
en el consenso. La idea básica es que no haya confrontación, que no haya
diferencia en las ideas, que no haya libertad política colectiva. Si la base es
esa, todas las diferencias en el discurso que veamos serán maquillaje para que
olvidemos las connotaciones del habla. La apariencia es lo fundamental, el “como si” de Hans Vaihinger. “Como si” hubiera democracia, “como si” eligiéramos
a nuestros representantes, “como si” hubiera igualdad ante la Ley…
Mi objetivo con esta serie de artículos es denunciar el “como
si” del habla política de hoy día. Y no de una ideología puesto que si no
hay libertad política, no tiene sentido entretenerse en defender ninguna
ideología. Lo que importa a cualquiera que se meta en la arena política, como
en cualquier parte del mundo en cualquier época, es alcanzar el poder.
Dependiendo del régimen de poder que exista, podrá haber más pluralidad o no,
más libertad o no. Hoy sólo hay una ideología: la socialdemócrata, es decir, la
ideología de Estado. En la medida que recuperemos la política controlada por la
sociedad civil, podrán existir las ideologías naturales y propias que tenemos
todos los ciudadanos. Hoy sólo podemos observar una y, aunque se presente con
diversas cabezas, sigue siendo un mismo monstruo. Veremos cómo habla ese
monstruo.
"la inmensa mayoria de los ciudadanos-anas" "como no puede ser de otra manera" "lo social" lenguaje asqueroso de la izmierda que no es mas que otra herramienta para su perfectamente organizado robo y saqueo parasitario del rebaño sumiso.
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