Artículo de Rafa G. García de Cosío
Hay
algo de bueno en la victoria del Brexit, aunque el triste panorama de esta
semana no invite a pensarlo. El ''ya te lo dije'' de aquellos que preferían la
permanencia del Reino Unido en la Unión Europea sucedió más pronto de lo
esperado, con una caída histórica de las bolsas mundiales (quién quiere
invertir en una empresa que lo va a tener ahora más difícil para vender?) y de
la libra esterlina. Por cierto, especialmente llamativa fue la caída de hasta
un 20% de las acciones del Santander, el banco más importante de Europa, algo
que demuestra la falsedad del mantra aquel de que la banca en democracia
siempre gana.
Entre
nosotros, y ahora que no me lee nadie más que usted, le confieso que sueño con
un deterioro prolongado de los indicadores económicos del Reino Unido en los
próximos meses. Ese pobre 49% de la población que votó lo contrario no tendrá
más remedio que convertirse en mártir, pues deseo que la Unión Europea, con la
enojada Francia a la cabeza, recobre ahora la voz cantante de las negociaciones
y niegue a los británicos el pan y la sal para que el choque con la realidad
(una asistenta de hogar de Newcastle les va a costar ahora a los jubilados algo
más que una de Ucrania, Polonia o Rusia) ocurra más pronto que tarde. Lo
siento, pero son los pensamientos que le vienen a uno este fin de semana tras
contemplar atónito cómo el jueves, en Gran Bretaña, lo que ha ganado no es otra
cosa que la estupidez, en palabras de John Carlin.
O
hacemos demagogia todos, o la puta al río
Hoy
volvemos a elegir diputados en España. Y, sinceramente, uno ya está cansado del
populismo autóctono de la piel de toro. Llevo tres años levantándome cada día
con una noticia escandalosa que afecta o bien al Gobierno del PP, a los
socialistas en Andalucía o a los mesías de Podemos, y en ninguna de las
encuestas que acompañan a esas noticias veo que los españoles sean capaces de
reaccionar votando a otros partidos que no sean los que cada noche aparecen en
las tertulias, entrevistas, debates y documentales de los mamporreros oficiales
del Reino. Claro que ya dejó escrito George Bernard Shaw que la Democracia es
un instrumento que garantiza que no seamos gobernados nunca mejor de lo que
merecemos.
Claro
que los escándalos del PP y el PSOE, por mucho que le duela a usted, lector
podemita, no tienen nada que ver con los de Podemos. Ya puede el PP encubrir
los muchos tentáculos de su trama Gürtel, y ya puede el PSOE llevarse los
millones en Andalucía en furgones blindados al servicio del cortijo: lo de Podemos
es una corrupción en potencia, pues ya han empezado a robar dentro de sus
posibilidades. Primero al pueblo venezolano con el contrato falso de
Monedero (por el que dimitió), y luego a los españoles con esa beca de Errejón
aún no devuelta. ''Y qué, so fascista? Sólo es una beca! Por lo menos no roban
como el PP!'' Ya, ya. No roban como el PP porque no tienen la caja fuerte que
ahora controla el PP. Pero qué se puede esperar de un partido que pide más
dinero para investigación y desarrollo, si el poco que hay se lo llevan pa
la saca? Y sin haber trincado poder aún!
Pero Podemos no es sólo corrupción en
potencia. Es algo peor. Es la tergiversación torticera de la realidad y el
mensaje irracional y express de los populistas británicos. Un servidor ha visto
a concejales meando en plena calle, ha visto a líderes regionales encabezando
manifestaciones al grito de ''La próxima visita, será con dinamita'', ha visto
a su supremo líder justificando la existencia de ETA con una conjunción
adversativa, ''pero hay razones políticas'', en una rueda de prensa; uno ha
visto obras de teatro proetarras, ha visto escraches a UpyD en la complutense,
ha visto la huída de proyectos e inversiones en Madrid y Barcelona, la
contratación de cuñados,
parientas y parientos, amigos, colegas, compañeros y compañeras de viajes y
viajos en otras ciudades como Cádiz, ha visto al futuro presidente del Gobierno
(Amando de Miguel dixit) Pablo Iglesias incapaz de responder a Alsina en la
radio cuáles son los costes de un empresario de bar, y ha visto, en definitiva,
muchísimas barbaridades más todos los días. Sin mencionar, por supuesto, las
decenas de vídeos en Youtube, no sólo de los personajes de Podemos, sino de los
propios líderes venezolanos como Diosdado Cabello o el mismo Hugo Chávez.
Y
pese a todo esto, no ha ocurrido absolutamente nada. Podemos surfea en todas
las encuestas. Por este motivo, y como anuncio en el título del artículo, lo
mejor es que hoy Podemos consiga un fuerte apoyo de los electores que le
permita llegar a un acuerdo con el narciso Pedro Sánchez, aunque para eso fuera
necesaria una rebelión de los diputados andaluces. Sería todo un espectáculo
digno de ver cómo Podemos, al igual que Syriza en Grecia, sube las pensiones
para luego bajarlas el doble. Cómo el déficit vuelve al 10% y la deuda, en vez
de subir al ritmo que lo ha hecho con Zapatero y Rajoy, se dispara para
equipararnos a Japón. Aunque sin la tecnología y la educación de los japoneses,
claro.
Sé
que es duro, y muy cómodo por mi parte decirlo, pues no vivo en España. Pero
créanme. Nuestro país está falto de una vacuna importante, la del totalitarismo
del siglo XX. La historia de Alemania del pasado siglo es horrenda, pero les ha
vacunado ante la barbarie y las ideas ridículas e irracionales durante dos
siglos. Han tenido la suerte de vivir el nacionalsocialismo y el
comunismo, el segundo por mucho más tiempo, y los payasos radicales tienen poco
espacio no ya en los medios de comunicación, sino en las distintas capas
sociales.
No
sé si España llegaría convertirse en Venezuela. En realidad, Andalucía ya se
parece mucho a Venezuela, aunque tenga la suerte de ser financiada por Europa y
las comunidades autónomas más ricas. Con un poco de suerte, Podemos lo hace
peor de lo que nos imaginamos y salimos todos de dudas. De verdad que no sueñan
ustedes como yo con un futuro en el que no tengamos que defendernos de los
populistas señalando otros países (Venezuela, Corea del Norte, Cuba) sino el
nuestro propio como ejemplo?
Venga,
que sólo es una vacuna! Al fin y al cabo, solo se trata de acabar de la mejor
manera con la rabia.
Rafa,lo del Brexit es lo mejor que le ha podido pasar a Andalucía y al Reino Unido de paso. Lo ajustado del resultado tan solo muestra la cantidad de gente que aún está embobada imaginando la Europa que se ha querido, pero no sabido, montar; un titan capaz de hacer frente a los EE.UU. o China, bla, bla, bla... Los ingleses nunca han estado en la UE al 100% y por eso se van ahora, cuando empieza a estar claro que el proyecto se va al guano. Y con lo bien que le ha ido a Noruega o Suiza todo este tiempo fuera de la UE, ¿cómo se te ocurre imaginar el futuro de Ucrania o Polonia para los ingleses? Por otro lado, el cortijo andaluz es mucho menos viable sin las mamandurrias venidas de Bruselas. Cuanto antes se acabe el cuento económico espacial europeo, ¡mejor! Oye, estuve un par de mañanas de esta semana en el consulado de Munich y estaba votando mucha gente; los funcionarios estaban sorprendidos incluso... veremos que le pasa este año al voto por correo y en que papelera acaba por error administrativo.
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