viernes, 10 de junio de 2016

Oh, my God! Los liberales!


Artículo de Eduardo Maestre


Bueno, más vale hablar claro desde el principio del artículo: España no está dividida entre gente de izquierdas y de derechas; ni entre socialdemócratas y liberales. En España, lo que hay es una profunda división entre dos niveles de inteligencia; es decir: el que abarca desde los 70 a los 90 puntos de C.I., y el que engloba a los que tienen más de 100, que no son tan pocos; aunque comparados con los primeros, son una clara minoría.

-Pero qué está usted diciendo? Que España se divide en tontos y listos?

-No, señora; no es tan fácil. De hecho, un gañán como el tal Juan Lanzas, del cual su señora madre se pavoneaba de que asaba vacas con billetes de 500 euros, me juego el cuello a que no pasaba de 90 de C.I., y mire usted si era listo! Y qué me dicen ustedes de Manolo Chaves, del que siempre he pensado que no es un disléxico, sino un borderline, un fronterizo? Vamos: lo que toda la vida se ha conocido como cortito de entendederas! Pues ahí lo tiene usted: cortito con sifón, y ha enchufado a toda su familia y a su universo de cuñados! Tan torpe, tan discapacitado sintáctico, y ha sido capaz de urdir una red clientelar capaz de asolar la región más rica de España!

No: no se trata de tontos y listos, sino de personas con poca o ninguna preparación intelectual cuya situación se agrava por no estar apoyando esta carencia de base sobre una genética interesante o constructiva, frente a una parte de la población que, esté cultivada o no, es más inteligente! Mucho más!

Tenemos una legión de perroflautas, de subvencionados, de vividores, cuñados y asesores; de directores técnicos, subsecretarias, delegados, parados de infinita duración; convivimos con un biosistema de vagos, enchufados, consejeros, soplagaitas, advenedizos, gallos, perros y rufianes cuyo número es astronómico! Ninguno de ellos produce nada; ni educa a nadie para que produzca nada; ni siquiera cumplen una función, salvo la de existir y la subsecuente: procurarse la subsistencia. Son gente del común, pura masa orteguiana, y se dividen, grosso modo, en dos grandes pelotones cuyo punto común es que basan su ideología en algún género de destrucción: los que ven como única solución la destrucción del sistema, y los que creen que el progreso se basa en la destrucción de la Auctoritas.

Menuda chorrada la destrucción del sistema! Destruir el sistema significa nada menos que la aniquilación de la sociedad occidental entendida como hasta ahora la entendemos. Es decir: Occidente es un entramado de equilibrios, y yo convengo en que es manifiestamente mejorable, pero refleja que ha habido y sigue habiendo una inteligencia motora y constructora de estructuras que lo hace moverse sin tener que renunciar al sueño de la libertad del individuo. Destruir ese sistema implica sustituirlo por el único que hasta ahora se ha demostrado –y millones de muertos lo atestiguan!- que puede sustituirlo: el totalitarismo en cualquiera de sus versiones; llámese comunismo, fascismo o fundamentalismo; todo ello es la misma basura conceptual!

Los otros, los que creen que para progresar se hace indispensable aniquilar las figuras de autoridad –lo cual nos retrotraería a analizar su infancia, trabajo que me siento incapaz de acometer!-, son los socialdemócratas, en cuyos bolsillos siempre llevan paquetitos de papel de fumar para cogérsela, y se acompañan del ineludible El País Dominical bajo sus ilustrados sobacos. La permisividad de la que parecen hacer gala con algunos asuntos muy serios, tales como la unidad de España, la necesidad del Ejército, la condena expresa del terrorismo callejero, la obligación de cumplir las Leyes, contrasta con la intolerancia que les sale por la boca en otras cuestiones. Son neopuritanos, neovictorianos, de una rigidez intelectual cercana a los peores tiempos de la Inquisición; se escandalizan cuando un hombre dice de la tenista Muguruza que tiene unas bonitas piernas, pero dan palmaditas en el hombro al apologeta de los asesinos Arnaldo Otegui. Son la hez de la tierra, apestan el mundo, y si por ellos fuera, nos encerrarían al resto de por vida. Eso sí: en una cárcel en la que pudiéramos ser periódicamente evaluados por alguna Agencia de Evaluación Carcelaria que previamente hubiera sido constituida por el partido, regentada por alguno de sus correligionarios y en la que sin duda habrían colocado de por vida y sin concurrencia a oposiciones a todos sus cuñados.

Al primer pelotón pertenecen sin duda los Iglesias, Monedero, Errejón, Echenique, Anguita con toda su gazmoñería a cuestas, el alcalde de Marinaleda, los de las CUP, los de ERC, los del SAT, Willi Toledo, los proetarras de Bildu, la Carmena y su troupe de asaltaiglesias y antisemitas declarados. Al segundo, el inefable ZP y su cohorte de bibianas; desde la Aído hasta esa excrecencia que es Pedro Sánchez; también el bailongo Iceta, los sociatas andaluces, el Madina, el Carmona, Ximo Puig (a mi juicio, el hombre más feo de España), la Batet, los de la ceja y toda la caverna neovictoriana de esta izquierda de Coco Chanel que aburre a España desde hace dos décadas.

Pero también hay mucha gente anónima que apoya y jalea a unos y a otros en España. Del primer pelotón son, en su mayor parte, la mayoría de los jóvenes parados, muchos de ellos amargados y sin preparación académica alguna y por desgracia desahuciados para trabajar; pero también muchos universitarios inexpertos y con grandes dosis de hormonas en ebullición; así como currantes técnicamente analfabetos, amas de casa sin preparación intelectual alguna y todos los perroflautas que usted pueda ver tragando fuego por la calle. Pero no se engañen: también abundan, entreverados con éstos, muchos profesionales altamente capacitados técnica e intelectualmente pero que parecen no haber digerido bien la adolescencia en su momento. 


El asco por la situación política en España, comprensible y hasta loable, ha servido como chispa para que todo este arsenal de amargura se encienda; sólo faltaba que un personaje populista, histriónico, mentiroso como pocos y charlatán como ninguno encauzara todo este estallido social. Como ocurrió en Italia con Mussolini; como pasó en Alemania con Hitler, en España apareció Pablo Iglesias hace dos años y se llevó el gato al agua.

Ser comunista siempre me ha parecido algo así como padecer una inflamación de las meninges. Pero a mediados o a finales del siglo XIX podía comprenderse! Los abusos por parte de los patrones y la ausencia absoluta de garantías y cobertura social para los trabajadores hacían necesaria una reestructuración de los estatus. Muy bien. Pero ser comunista hoy día, con las mismas reivindicaciones y símbolos que los comunistas de hace más de 100 años… Es evidente que hay una disfunción intelectual profunda! Sin embargo, esta valoración -que yo me atrevo a hacer, públicamente- pasa inadvertida para políticos, periodistas y charlatanes del común. Todos toman en serio a estos delgadísimos aristócratas surgidos del pasilleo de la Complutense; a estos petimetres que se fueron a Venezuela con una mochila que rellenar de nostalgia y volvieron con varios millones de euros robados al pueblo venezolano. Todos los medios parecen haber sido hechizados por este tal Pablo Iglesias, un genuino gañán vendepescado que no ha tenido empacho en financiar su emisora televisiva local por uno de los regímenes más sanguinarios del planeta: Irán. Y nadie le hace ascos! A esto es a lo que me refiero en el inicio del artículo con que en España hay muy poca gente inteligente! El progreso de Pablo Iglesias jamás habría sido posible con una población medianamente preparada, medianamente dotada intelectualmente! Y por supuesto, con una ciudadanía que hubiera tenido claros los conceptos de libertad y constructividad! Jamás!

Y si hablamos ya de los otros, los socialdemócratas… Qué suerte de espanto neuronal tuvo que darse en el PSOE, tras la destrucción por parte de Zapatero del poco tejido inteligente que quedaba en el partido socialista, para colocar al frente del mismo a este pobre muchacho anodino, a este joven inane, a este cordero exangüe? A través de qué caverna oscura han tenido que peregrinar los socialistas para acabar siendo representados por un perfecto imbécil como Sánchez? Y viendo los resultados del 20 de diciembre, cómo han podido seguir adelante con el mismo equipo? A qué abismo se encaminan el próximo día 26?

Pero, ojo: hay otros socialdemócratas, eh? Los del PP. Menos claros a la hora de decapitar la Auctoritas para progresar (Dios mío: progresar hacia dónde?!), pero igualmente laxos frente a desafíos institucionales como la locura desatada en Cataluña por los golpistas, o la barbaridad que supuso la excarcelación de decenas de asesinos etarras, violadores y demás bárbaros con tal de no molestar a los socialdemócratas europeos del momento! No hay mucha diferencia, hoy por hoy, entre los de Rajoy-Soraya y los de Zapatero-Sánchez y sus secuaces. Ambos grupúsculos han apostado sin dudarlo por la destrucción de la clase media, ahogada en impuestos, y por la huida de su responsabilidad como gobernantes cuando se asalta nada menos que la soberanía de los españoles! Por no hablar de que han preferido, como buenos socialdemócratas, estrangular económicamente a la población media antes que quitar un solo cargo público de las 17 autonomías-hemorragias que sufrimos en España desde hace más de tres décadas! Qué narices importan los millones de españoles asfixiados, mientras podamos colocarnos de por vida los 400.000 que vivimos de esto en nuestros cargos?



A gobernarte venimos

cuatrocientos mil en cuadrilla;

si quieres que te gobernemos,

saca cuatrocientas mil sillas!

Como habrán observado, de los de Ciudadanos ni hablo, porque sólo hay que ver lo que han permitido en Andalucía (que gobierne la Mafia cuatro años más!), y cómo se ha bajado los pantalones el tal Rivera ante el PSOE agonizante de Pedro Sánchez, razones más que suficientes para ni siquiera destacarlos entre los socialdemócratas, pues ya hace tiempo que dejaron claro lo que son: materia fecal.

No se percatan ustedes de la cantidad de gente que hay en España sin las luces suficientes para darse cuenta de que estamos en manos de oclócratas? La Oclocracia, o el gobierno de los peores, anega España. No hay por dónde cogerlos! Uno ve la tele, presencia los debates que a diario vomitan los diferentes canales en el salón de nuestra casa; uno calibra el nivel de análisis (sic) que manejan la mayoría de los periodistas (otro sic) y se percata de que en España hay una inmensa masa de gente que no llega al mínimo, y otra buena cantidad que se mueve felizmente a través de la mediocridad más sonora. Unos y otros llegan a ocupar cargos importantes, esenciales a veces! Yo he trabajado con algunos de ellos, y he sobrellevado como he podido la desmoralización que produce sufrirlos. Cuando llegan a dirigir partidos, empresas públicas, hospitales o centros de enseñanza son como el caballo de Atila: esquilman la tierra, asolan los prados, y convierten los humedales en solitarios páramos. Todo se les va en informes, papeles, estadísticas, impuestos, controles de calidad y más informes. La ilusión, la energía del emprendedor y la casuística del día a día están fuera del alcance de su comprensión. Pretenden construir un universo lineal cuando algunos vemos con estupor que la realidad es radial!

Joder! Alguien lo tiene que decir! Somos más inteligentes que ellos! Con esto no pretendo despreciar a aquéllos que se quedan en una medianía intelectiva, ni anatematizar a aquellos otros -menos inteligentes aún!- que uno no se explica cómo han llegado a cumplir los 40 años sin que los atropelle un Smart! Hay que romper ese tabú que impide hablar a las claras de la inteligencia que manejamos! En cualquier reunión social siempre hay un gilipollas que se me acerca para hacerme notar lo gordo que soy, y debo responder con una sonrisa, aceptando la durísima realidad; sin embargo, si le respondo (como ya he hecho a veces) que todos advertimos su incapacidad intelectual y su enorme dificultad hasta para enlazar oraciones subordinadas, el tío se molesta!

Hay que hablar claramente ya: en España hay un enorme número de gente que no es muy inteligente; una masa ingente de fauna, cercana al estado de homínido, que cree enamorarse, cree educar a sus hijos y cree que elige lo que come y la ropa que se pone; cualquier intento de conversación con ellos es como detenerse ante la presencia de un agujero negro, cuya carencia de interés por todo es de tal densidad que no deja salir la luz! Encontrar un interlocutor ante el que uno no tema ponerse a correr en determinados circuitos de velocidad es extrañísimo! Pero, créanme: los hay. Los hay!

Aún no hemos comprobado los españoles lo que significa vivir en libertad. Las próximas elecciones plantean al ciudadano el espanto de no saber si elegir entre los socialdemócratas acojonados (el PP), los socialdemócratas acabados (el PSOE), los socialdemócratas que se venden por un vaso de mal vino (los de Ciudadanos) o los comunistas resentidos y financiados por dos regímenes criminales (los de Podemos). Ah! Se me olvidaba! Los que vayan a votar, también podrán decantarse por los que quieren destruir mi nación: los proetarras (Bildu), los independentistas (ERC, PNV, CDC) y todas las mareas y demás rufianes. Y, claro, por los dos partidos que defienden algo tan peregrino como la lógica y la dignidad nacional: VOX y UPyD, que están y estarán fuera del Parlamento per secula seculorum.

La alternativa del desgraciado votante español es elegir entre intervencionistas moderados y totalitarios radicales. No hay una alternativa liberal a la vista. Falta un líder capaz de aglutinar con ilusión y fuerza a la inmensa mayoría de los españoles; alguien que convenza a los ciudadanos de que hay que arrancarse de encima la opresión que supone cargar sobre nuestras espaldas el mantenimiento a todo lujo de 17 parlamentos inútiles; alguien que devuelva a los pobres españoles la dignidad nacional sin que ello se pueda confundir con épocas recientes que nadie quiere revivir. Hace falta un gran hombre o una gran mujer que, sin enarbolar más bandera que la de su inteligencia, aglutine este anhelo que hace décadas arrastramos los españoles como los fantasmas arrastran sus cadenas y que no es otro que el afán de libertad política, libertad que jamás podrá conquistarse si no es a través de la inteligencia, la herramienta sobre la que se basa el único progreso por el que cabe luchar, que no es otro que la posibilidad de desarrollar las propias capacidades en sociedad sin tener que luchar además contra las trabas y obstáculos inexplicables que la propia sociedad constituida (y ahora socialdemócrata en toda Europa) se empeña en poner a los individuos que quieren crecer con su esfuerzo y riesgo personal.

En España, y diría que en toda la irredenta Europa, se está librando una batalla. Pero no es una batalla política, aunque sea en el campo de la Política en donde ha tomado cuerpo, sangre y músculo. Se trata de una guerra abierta entre la masa de la que hablaba Ortega y Gasset (ya rebelada hace cien años, dueña y señora de los Parlamentos y las Instituciones, pulverizadora de aspiraciones intelectuales, llena de prejuicios, culpabilizadora e intolerante) y un reducto hasta hace poco desarticulado de librepensadores contemporáneos, también conocidos –y estigmatizados por ello!- como liberales.

Es una guerra entre los que, parafraseando a Machado, utilizan la cabeza para embestir y los que la usan para pensar; una lucha entre las figuras que viven en la niebla socialdemócrata que lo ocupa todo y grupúsculos mínimos de individuos que han visto la luz; una batalla, en definitiva, entre la barbarie y la inteligencia, siendo la favorita la primera; aunque no debe olvidar nadie que cualquier progreso que haya ocurrido en Occidente ha sido siempre gracias a la segunda.

Porque para mí, la inteligencia no es otro fenómeno que el de permitir y alentar el desarrollo de aquéllos que lo están solicitando, delegar responsabilidades, creer que los demás podrían tan inteligentes -o más- que uno mismo y actuar en consecuencia; no interferir en el desarrollo de un alumno, de un hijo, de la propia pareja, de un amigo, de un compañero de trabajo o de un subordinado. La inteligencia es lo contrario de poner palos en las ruedas; si hay que dejar huir a alguien, dejarlo huir. Inteligencia es no controlar a los de nuestro entorno hasta el punto de no dejarlos vivir.

Los totalitarios jamás podrán, por lo tanto, ser inteligentes, pues su monomanía consiste en controlar todos y cada uno de los pasos que los ciudadanos ya sabían dar por ellos mismos! Los socialdemócratas, con todo su neopuritanismo a cuestas, tampoco podrán ser tenidos por inteligentes. Porque no lo son. No lo pueden ser: arrastran un ancla de miedos, de oscuridad, obstáculos y tinieblas; les aterroriza el crecimiento del otro sin su supervisión; no pueden resistirse a intervenir la libertad de aquellos que quieren crecer. Un comunista es un castrador de potros, un cortador de alas, la tenaza que corta la cabeza del clavo para que no salga jamás! Un socialdemócrata es una gallina clueca, una madre histérica, el padre insufrible que le pone al hijo dos bufandas y un gorro de lana para que salga a jugar a la calle!

Y ustedes dirán: entonces, no hay más que oscuridad y estupidez en España? Y yo les contesto que no; que hay todavía alguna esperanza; que aún hay una antorcha de inteligencia y libertad, una luz de confianza que ilumina la fe en el género humano y en sus posibilidades de crecimiento y plenitud. En España todavía hay inteligencia; todavía hay un reducto de hombres y mujeres inteligentes, preparados intelectualmente y con la suficiente capacidad como para darle la vuelta a una nación y conseguir que vean la luz hasta los comunistas! Que ya es decir!

-Y ésos, quiénes son?


-Los liberales, señora; los liberales.

-…Oh, my God! …Los liberales!!!



6 comentarios:

  1. D. Eduardo, una vez más su artículo es para quitarse el sombrero. Cada semana espero como agua de mayo su artículo en El Demócrata Liberal porque es un puro disfrute leerle. Ah, y por supuesto que suscribo todo lo que dice de la A a la Z. Felicidades y un saludo afectuoso de una fiel lectora de El Demócrata Liberal y en particular de sus artículos.

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    1. Muchas gracias, Iluminada! Hace usted honor a su hermoso nombre! Qué pena no poder escribir en un medio de comunicación de masas, eh? Pero no por ello podemos callarnos.
      Reciba un cordial saludo, y de nuevo mi agradecimiento por sus generosas palabras.

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  2. Interesante artículo, aunque no estamos acostumbrados a tanta dureza, no es políticamente correcto, o sea, doblemente interesante.

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  3. Fantástico análisis, como siempre. Llamar a todos socialdemócratas es acertado; distinguir entre éstos y los llamados critianodemócratas es un ejercicio interesado a fin de parecer alternativa los unos a los otros. Aunque yo los habría llamado a todos lo segundo, habida cuenta de lo facil que es encontrarse a los del psoe en los toros, en misa e incluso vestidos de cofrade. Un saludo!

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  4. Muy interesante,pero ya te digo que esto tiene poco arreglo democrático porque en cuanto asome alguien con un atisbo de lucidez intelectual,se encargarán inmediatamente los que ostentan el poder de enviarlo a las profundidades del averno.Es lo que hay.

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  5. De El Panderetero:

    Bueno, lo prometido es deuda y me lo he leido. Está muy bien, me he reido mucho. Coindido en la idea de despedir a media administración autonómica y todas las administraciones paralelas (entes, observatorios, grupos, organismos de medio pelo, etc.)

    Aparte de las consideraciones sobre la naturaleza de las personas y sus inteligencias, el problema en mi opinión radica en que la política es un negocio, un ascensor social. Pon sueldos de mierda a los políticos, fiscaliza sus patrimonios durante 20 años después de haber abandonado la política (los suyos y los de sus familiares) y ya verás como nadie se mete a político; sólo gente con vocación de servir a los demás.

    Como sabes, mi hija es autista, y cada vez que voy al colegio de educación especial (concertado, por cierto), me fijo en los profesionales que ahí trabajan, que ganarán no digo que una mierda ni que debiesen ganar una fortuna, sino que no se van a hacer ricos nunca. ¿Qué lleva a una persona a estudiar pedagogía para discapacitados, o logopedia para ayudar a hablar a personas que no pueden en vez de estudiar Empresariales, Informática o Matemáticas?

    Quizá los políticos entren en el parlamento cual púberes a punto de perder la virginidad moral y tras una o dos legislaturas, acostumbrados a ese nivel de vida que otorga ganar 4.000€ al mes, con los taxis, los iPads, iPhones, viajes, ADSLs y demás cosas pagadas tengan que recurrir, una vez perdidas las elecciones, a traficar con sus influencias: "conozco al embajador de..., al presidente de.... ¿una comisión?, sí por favor". El parlamento convertido en las peores calles del suburbio más infecto donde los políticos virginales se acanallan y terminan infectando a todo un país.

    Púberes, como Errejón, que ya ha tenido escarceos con la delincuencia redactando sesudos estudios sobre el uso de la bicicleta, terminarán en el consejo de administración de alguna empresa pública o paralela a la administración, a más tardar cuando consigan hacerle algún favor a alguno de los clientes políticos que sí que cuentan, no los idiotas que babosean La Secta a la espera que caiga algún político del cielo que les tire un mendrugo de pan. El idiota nace, crece, se reproduce y muere, y créame Don Eduardo, en España hay mucho, pero lo peor es que son necesarios.

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