Artículo de Luis Escribano
¿Ha prevaricado el Consejo de Gobierno de
la Junta de Andalucía al aprobar una norma a sabiendas de que no era posible
jurídicamente? ¿Por qué no está en todas las portadas de los periódicos? El
Gobierno andaluz debería dimitir inmediatamente.
No puede justificarse que una norma
permita una exceptuación general para todos los Ayuntamientos en el cumplimiento
de requisitos legales para recibir una ayuda pública. Sólo podría hacerlo el
Consejero competente de forma individualizada, y justificándolo en cada caso
particular.
Con este tipo de ayudas, la bolsa de
fraude está servida, y los corruptos que viven de las ayudas públicas lo saben.
La justificación de las ayudas crea un problema que la Junta de Andalucía no
resuelve.
Lo peor de todo es que el PSOE conseguirá
una vez más el voto cautivo para mantenerse en el poder, ante la pasividad de
una oposición política que parece aplaudir la medida, una oposición tan inútil
como el mismo PSOE.
La pasada semana
hubo una noticia importante, cuyo trasfondo ha pasado desapercibido, y que les
revelaré en este artículo. Les demostraré de qué manera tan burda, el PSOE
andaluz consigue el silencio de todos los partidos políticos para aprobar normas con preceptos inconstitucionales,
así como para seguir inundando de dinero público su granero de votos, tanto en
zonas rurales como en el sector empresarial y otros. Y todo ello lo hace aprovechándose del desempleo existente
en Andalucía, que el mismo PSOE alienta y mantiene con sus acciones y omisiones
con las políticas que implementa, y que casualmente –o causalmente- acaban
alimentando el circuito de la corrupción. Si no se actúa con rectitud, todo
acaba torciéndose.
Desde hace años,
el PSOE ha modificado su estrategia de aprobar los planes de empleo mediante Decretos
del Consejo de Gobierno y Órdenes del Consejero competente. Esto creaba un
problema al Gobierno: las normas reglamentarias tienen que adecuarse en todo
caso a las leyes y normas de superior rango, y cualquier persona afectada
(física o jurídica) podía acudir a los tribunales de justicia para anular determinados
artículos contrarios al ordenamiento jurídico, lo cual no parece interesar a
los Gobiernos del PSOE.
Para evitarlo, el
Gobierno andaluz aprueba dichos planes mediante una norma de rango legal, el
Decreto-Ley, que sólo puede utilizarse si se justifica la extraordinaria y
urgente necesidad de su objeto. En una crisis económica, es obvio que no se
solucionan los problemas de un año para otro, y que resulta conveniente una
actuación con vista a varios años –planificación-,
previendo los instrumentos necesarios: un Plan al inicio, las Leyes anuales de
Presupuesto y su desarrollo cada año mediante Decretos del Consejo de Gobierno
y Órdenes de las Consejerías competentes.
Si un gobierno
acude al Decreto-Ley año tras año para la misma finalidad, no es posible
justificar la extraordinaria y urgente necesidad año tras año, pues obviamente
el problema, el objeto de la norma, se mantiene en el tiempo, como es
previsible en cualquier crisis económica.
Entonces,
¿cuáles podrías ser los motivos por los que el Gobierno andaluz acude al
Decreto-Ley cada año? Les expondré algunos de ellos, para que juzguen ustedes:
1) El Decreto-Ley, al tener rango legal, sólo puede ser
recurrido por motivos de inconstitucionalidad. Sólo están legitimados para
presentar el recurso de inconstitucionalidad el Presidente del Gobierno, el
Defensor del Pueblo, cincuenta Diputados y cincuenta Senadores. Los ciudadanos
ni los grupos parlamentarios del Parlamento andaluz pueden hacerlo, aunque haya
artículos en el Decreto-Ley que incumplan la legalidad ordinaria y perjudique a
los ciudadanos.
2) Las Leyes, Decretos y Órdenes necesitan para su aprobación
seguir un procedimiento. En ese procedimiento son preceptivos numerosos
informes, que en el caso del Decreto-Ley, no son necesarios, al tramitarse de
forma urgente. Por ello, con la vía del Decreto-Ley se evita la posibilidad de
que determinados órganos, funcionarios y entidades puedan sugerir
modificaciones o incluso informar de preceptos contrarios a Derecho.
Esto lo digo por
propia experiencia: desde que expuse ilegalidades en varios informes que he
emitido sobre normas andaluzas, incluido Decretos-Leyes, no he vuelto a recibir
ninguna petición más de informes sobre nuevas normas que ha ido aprobando el
Consejo de Gobierno. Así funciona la Junta de Andalucía: si un funcionario
expone en sus informes determinadas ilegalidades, no se cuenta con él en adelante
siempre que sea posible, o se adoptan medidas más drásticas.
Y si habiendo
denunciado en la Fiscalía Superior del TSJA y el Defensor del Pueblo ilegalidades
con los mismos fundamentos, sin resultado alguno salvo el archivo de las
denuncias, poca salida me queda salvo la denuncia pública. Esto constituye una
de las tantas pruebas que he ido recopilando durante años sobre el ineficaz
funcionamiento de las instituciones públicas, especialmente las de control.
Esta ineficacia es lo mejor que puede ocurrir para que la corrupción se
instituya definitiva y permanentemente en nuestro sistema
político-administrativo.
3) Al tener que convalidarse el Decreto-Ley en el Parlamento
de Andalucía, desde el momento en que obtenga el voto favorable de los demás
grupos parlamentarios, aunque el Decreto-Ley salga “rana”, todos callarán, al
haber sido “pringados” por el PSOE vía votación favorable para su convalidación en el Parlamento.
La trampa es
obvia, y suelen caer en ella. Y esto no resulta difícil, dado el bajo nivel en
preparación y formación de nuestros parlamentarios, así como el deber de
pleitesía al jefe del partido de turno, y les guste o no a los diputados, votan
siempre lo que les ordenen (si no, no vuelve a aparecer en las listas
electorales ni se promociona en el partido). Suele ocurrir cuando los partidos
pactan entre ellos para sus propios intereses: si tú me apoyas hoy para algo
que me interesa, mañana haré lo propio con lo que a ti te interese, aunque no
sea para el bien de la ciudadanía.
Si eligiéramos a
nuestros diputados con un régimen electoral diferente al actual, sin las
interferencias de los partidos políticos, difícilmente podrían efectuarse esos
contubernios y trapicheos. Cuando tienen que votar 109 diputados en el
Parlamento andaluz o 350 diputados en el Congreso, es más complejo conseguir el
apoyo de los diputados, si cada uno se debe directamente a sus votantes y no al
partido que elabora las listas, que llegar a un pacto entre dos o tres
partidos. ¿Entienden ustedes por qué los partidos políticos se oponen a ese
cambio del régimen electoral? Porque favorece a los partidos, no a los
ciudadanos. De esa manera los partidos políticos consiguen su clientela social:
o pasa por ellos, o no hay nada que rascar. Es sumamente perverso.
No es difícil
conseguir la convalidación de los decretos-leyes en el Parlamento andaluz. El
PSOE es especialista en usar el “chantaje político”. Reviste sus decretos-leyes
de objetivos bienaventurados, loables, imposibles de rechazar, buscando la
debilidad del contrario: ayudar a los desempleados, evitar desigualdades,
apoyar a los jóvenes y mayores, usar las políticas activas de empleo como mejor
inversión, mejorar el desarrollo local, dinamizar el mercado de trabajo,
fortalecer una cultura empresarial, apoyar a los trabajadores autónomos, ayudas
a personas en riesgo de exclusión social, etcétera.
Ante estos
objetivos, y ante el miedo que tienen todos los partidos de la oposición a que
el PSOE utilice demagógicamente el voto contrario a estos Decretos-Leyes por no
apoyar a los necesitados, desempleados y a las víctimas de las malas políticas
del resto de partidos –nunca de ellos-, casi todos acaban apoyándolo, aunque la
norma incurra en inconstitucionalidad. Como me dijo cierto alto cargo del PSOE,
se trata de “hacer política”, aunque para ello haya que “bordear la norma”, que
es como suelen denominar a su incumplimiento.
Esto lleva
ocurriendo años, y ha vuelto a ocurrir con la Ley 2/2015, de 29 de diciembre, que
procede de la tramitación urgente como proyecto de Ley del Decreto-Ley 2/2015,
de 3 de marzo, de medidas urgentes para favorecer la inserción laboral, la
estabilidad en el empleo, el retorno del talento y el fomento del trabajo
autónomo, así como con el Decreto-Ley 1/2016, que pretendía modificar la Ley
2/2015 y otros Decretos-Leyes.
La noticia a la
que me refería al comienzo del artículo es la derogación aprobada por el
Parlamento andaluz el pasado 6 de abril,
del Decreto Ley 1/2016, de 15 de marzo,
por el que se modifican la Ley 2/2015, de 29 de diciembre, de medidas urgentes
para favorecer la inserción laboral, la estabilidad en el empleo, el retorno
del talento y el fomento del trabajo autónomo; el Decreto-Ley 6/2014, de 29 de
abril, por el que se aprueba el Programa EMPLE@JOVEN y la INICIATIVA @MPRENDE+
y el Decreto Ley 9/2014, de 15 de julio, por el que se aprueba el Programa
EMPLE@30+, aprobado por el Consejo de Gobierno
Este Decreto-Ley
1/2016 tenía, entre otros objetivos aberrantes, los siguientes: exceptuar de
forma general el cumplimiento de determinadas obligaciones de los beneficiarios
de las subvenciones cuando se trate de Ayuntamientos, y por otro lado, atribuir
a personal laboral de la antigua fundación pública FAFFE y otros laborales
potestades administrativas que por Ley no pueden ejercer.
Pero lo más
llamativo es que el informe jurídico sobre el expediente de aprobación del
Decreto-Ley, realizado por el letrado del Gabinete Jurídico de la Junta de
Andalucía, concluía que “En definitiva,
en los términos expuestos, no se considera acreditada la concurrencia de una
situación de extraordinaria y urgente necesidad que justifique la aprobación de
este Decreto-Ley”.
Esto último es
gravísimo: ¿ha prevaricado el Consejo de
Gobierno de la Junta de Andalucía por haber aprobado la norma a sabiendas de que
no era posible jurídicamente? Si es así, el Gobierno debería dimitir
inmediatamente. ¿Cómo es posible que los medios de comunicación silencien esta
noticia? ¿Y la oposición política? ¿Qué está ocurriendo en Andalucía? ¿Cuántos
grupos sociales viven de las acciones y omisiones del PSOE andaluz?
Yo no comulgo para
nada con las ideas que defiende el partido político de Podemos, pero eso no es
óbice para que aplauda dos de los varios motivos que expuso en su intervención
el diputado del grupo parlamentario de Podemos, el Sr. Romero Sánchez, para
rechazar el Decreto-Ley, en el debate que se sostuvo en el Parlamento (si
tienen interés en leerlo, les dejo con el enlace: DSPA
de 6 de abril de 2016).
El primer motivo, en la misma línea de lo que he
expuesto, indicaba que convertir en regla general las excepciones al
cumplimiento de la Ley llevan al fraude; dijo literalmente que “la dinámica de volver a crear
exceptuaciones o exoneraciones de manera general, que, como la práctica ha
demostrado, y hemos visto todos aquellos que estamos en la comisión de
investigación, lo único que produce es una puerta abierta al fraude”, y que
“tenemos que ser garantes de que, al
mismo tiempo, se pague a la Seguridad Social, se pague a Hacienda, se cumpla
con las deudas”. Asimismo, añadió que “esto
no se soluciona con este decreto, esto se soluciona con una mejora de la
financiación”.
El Sr. Sánchez
Romero tiene toda la razón. Por un lado, no puede justificarse una exceptuación
de forma general en el cumplimiento de requisitos legales a todos los
Ayuntamientos en una materia como el empleo, porque cada caso habrá que
estudiarlo. El empleo no es un servicio esencial y obligatorio que deban
prestar los municipios a sus vecinos a través de los Ayuntamientos. La norma
actual prevé que una vez analizado cada caso, el Consejero competente en la
materia puede exceptuar de dicho cumplimiento si queda justificado en el
expediente particular.
Parece más bien
que el Decreto-Ley intenta evitar que cada caso se analice individualmente, por
si el problema de un Ayuntamiento radica en la nefasta gestión de políticos que
suelen pertenecer a los mismos partidos en su mayoría, de forma que sea el
Parlamento el que salve ese escollo y no el Consejero mediante una resolución
administrativa con la que podría incurrir en prevaricación (como presuntamente
ha ocurrido en la formación para el empleo), y así no conste en los expedientes
dichas resoluciones. Así podrán evitar los Consejeros sus posibles responsabilidades
penales, con la ayuda de los diputados de los demás partidos políticos.
En materia de
subvenciones, los Ayuntamientos beneficiarios están al mismo nivel que
cualquier ciudadano, asociación o empresa beneficiaria en cuanto a la exigencia
del cumplimiento de los requisitos, como reiteradamente ha repetido el Tribunal
Supremo. No puede ser lo mismo exceptuar a un Ayuntamiento que incumple
reiteradamente los pagos a la Seguridad Social o a Hacienda, aún disponiendo de
fondos, que aquél que no tiene siquiera fondos por motivos ajenos al mismo. Y
el Gobierno andaluz pretende meterlos a todos en el mismo saco, con la
bendición de los grupos parlamentarios de la oposición.
Por otro lado,
en vez de solucionar el problema de la financiación de los Ayuntamientos vía
fondos incondicionados, el PSOE intenta resolver el problema que plantea
subvencionarlos con fondos condicionados con la exceptuación de una obligación
legal. Lo que no puede hacer el PSOE en Andalucía es congelar la PATRICA
(participación en los tributos de la Comunidad Autónoma) durante cuatro años - desde
el año 2013-, que son fondos incondicionados que reciben los Ayuntamientos y
que pueden destinar a lo que realmente necesitan (pagar deudas, hacer obras, contratar
mediante ofertas de empleo público, etc.), y en vez de eso utiliza ese dinero
para fines partidistas condicionando su uso con multitud de planes vistosos que
vende públicamente para su provecho particular, especialmente fines electorales.
Y para colmo sin resultados positivos para Andalucía, pues ya me dirán ustedes
que riqueza crea contratar a desempleados para la “realización de proyectos de
cooperación social y comunitaria” por los Ayuntamientos. De hecho, la Ley
2/2015 menciona realizar “obras y servicios”. ¿Se trata de otro “plan E”, de
tener ocupada a las personas desempleadas mientras duren las obras o los
servicios? ¿Esto es lo máximo que alcanza la “intelectualidad” del PSOE para
crear riqueza en Andalucía? Resulta lamentable. Lo peor de todo es que seguirán
consiguiendo el voto cautivo para mantenerse en el poder, ante la pasividad de
una oposición política que parece aplaudir la medida, una oposición tan inútil
como el mismo PSOE.
Y ojo al
problema que plantea financiar contratos por los Ayuntamientos, así como por
otras entidades, porque crea un problema
grave en las justificaciones: la Junta no dispone de los medios necesarios para
comprobar si los documentos justificativos que se presentan por dichas
entidades beneficiarias (contratos, nóminas, etc.) para justificar el empleo de
estas ayudas, se presentan igualmente para justificar otras ayudas públicas que
otorgue el Estado y la Comunidad andaluza. Y aunque se hicieran controles
posteriores por la Intervención, no sería posible detectarlo, dado que no hay
conexiones entre las diferentes Consejerías, ni entre éstas y el Estado. La bolsa de fraude está servida, y los
corruptos que viven de las ayudas públicas lo saben.
El día que la
Comunidad deje de subvencionar tanto y a tantos, reduzca su Administración
paralela y baje los impuestos, entre otras medidas, descubriremos en Andalucía
lo que es crear riqueza, disminuyendo la corrupción.
Y el segundo motivo esgrimido por el diputado Sánchez
Romero, que ha sido la tónica de todos los grupos parlamentarios –menos el PSOE-,
es que no se puede con un Decreto-Ley solucionar el caos existente en el SAE
(Servicio Andaluz de Empleo), cimentado únicamente por los gobiernos del PSOE
durante años.
En un artículo
próximo explicaré con detalle como el PSOE ha llevado interesadamente al caos
la organización del SAE y de otros entes, y les demostraré por qué tenía tanto
interés en crear urgentemente las agencias empresariales para incorporar en
ellas al personal que fue contratado al margen de los principios de publicidad,
igualdad, mérito y capacidad en distintas fundaciones, consorcios, empresas
públicas y sociedades mercantiles. Desde aquí advierto a la ciudadanía y a la
oposición política en el Parlamento que la intención de crear una nueva agencia
empresarial para introducir al personal del ente “Andalucía Emprende- Fundación
Pública Andaluza” es otra argucia del PSOE en su política de crear más caos
dentro de la Administración. Ya conocen el dicho popular: “a río revuelto,
ganancia de pescadores”.
A continuación
les detallaré como el Gobierno andaluz consigue, una vez más, que el árbol no
deje ver el bosque en materia de empleo.
El PSOE, ante su
continuo fracaso en materia de creación de riqueza y empleo, ha inventado otra
estrategia para luchar contra el desempleo en Andalucía: la Agenda por el Empleo. Esta estrategia, aprobada por el Gobierno
andaluz el 22 de julio de 2014,
ha sido fruto del “diálogo social con los agentes
económicos y sociales más representativos de Andalucía” (así le llaman al
reparto de la tarta): CEA, UGT-A y CCOO-A. Una vez más, todos a participar de
la comilona pagada por los demás.
El Gobierno
andaluz puso en marcha distintas medidas, plasmadas en el Decreto-ley 6/2014, por el que se aprueba el Programa Emple@Joven y
la Iniciativa @mprende+, en el Decreto-ley
9/2014, por el que se aprueba el Programa Emple@30+, así como en el Decreto-ley 2/2015, de medidas urgentes
para favorecer la inserción laboral, la estabilidad en el empleo, el retorno
del talento y el fomento del trabajo autónomo.
Todos los grupos
parlamentarios han dado por válido jurídicamente estas normas, sin que ninguno
haya expresado, ni en el Parlamento ni públicamente, lo que llevo denunciando
en numerosos artículos, con fundamentación jurídica avalada por el Tribunal
Constitucional: la Comunidad Autónoma de
Andalucía no tiene competencias para regular condiciones y requisitos de los
beneficiarios de posibles ayudas en materia de empleo. Es una competencia
exclusiva del Estado. Si lo hace –y en las normas indicadas lo hace-, vulnera
la Constitución española. Y la UE debería saberlo, a no ser que esté mirando
para otra parte por motivos interesados.
No voy a
extenderme más en esta materia, pues para ello pueden leer lo que escribí en el
artículo “Investigación
de la formación para el empleo”. Insisto: la Comunidad andaluza sí puede
emplear fondos propios para fomentar el empleo, y utilizar para la gestión de
esos fondos sus órganos administrativos, pero en ningún caso puede regular condiciones ni requisitos para otorgar
ayudas. Para eso están las normas del Estado. Y respecto a los
Ayuntamientos, más grave es el asunto, pues sólo podrían ejercer las
competencias de ejecución en materia de empleo si se las delegara la Comunidad
Autónoma o el Estado, y siempre que cumpliera determinados requisitos legales.
Ni el PSOE ni el
PP dicen algo al respecto en Andalucía, quizá porque mientras estuvieron en el
gobierno de la nación, no han recurrido dichas normas, salvo en pocos casos. Y
no quieren remover el asunto, no vayan a salir salpicados en el caso de los ERE
y de la formación para el empleo, como les expliqué en anteriores artículos.
Respecto a IU,
como fue socia del PSOE en Andalucía en la anterior legislatura, y permitió
esas aberraciones, igualmente calla y traga lo que le echen. Pero lo que no
puede entenderse es que Podemos y Ciudadanos pasen por lo mismo, dado que hasta
ahora no han estado en ningún gobierno, ni en el de la nación ni en el andaluz.
Y en este caso, es Ciudadanos quien tiene la sartén por el mango, pues sólo su
apoyo mantiene al PSOE vivo en Andalucía. Si permite al PSOE esa ilegalidad
manifiesta, será cómplice una vez más.
En política no
cabe sólo vivir de lo público, promocionarse en el partido de turno por si
puede pillar algo mejor, pavonearse ante todos, ser el protagonista de las
numerosas entrevistas realizadas por medios de comunicación en las que callan
los sapos que el partido de turno les hace tragar, a fin de no resultar
incómodo en el partido o agrupación que está en manos del jefe de turno. Exige
responsabilidad, decir lo que verdaderamente piensa en beneficio de la
ciudadanía, trabajar por el bien de todos, marginando intereses partidistas y
particulares, y, por supuesto, actuar dentro de la Ley, porque si esto también
falla, si el Estado de Derecho no se respeta, acabaremos viviendo en una jungla
ingobernable.
Cosas de
Andalucía, la Cosa Nostra.
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