Artículo de Rafa G. García Cosío
Sabes perfectamente que los
piratas que dirigen Andalucía desde los tiempos del sello que encabeza este
artículo no se han dedicado todos estos años al robo solícito y sistemático por
un particular odio hacia sus ciudadanos; ni siquiera por una codicia infinita,
tan atribuible a los políticos no sólo españoles, sino de cualquier país;
sabes, creo, o quiero creer, que el principal objetivo del saqueo y la pésima
gestión del Partido Socialista Obrero Español de Andalucía siempre fue condenar
a esta región al furgón de cola y a la irrelevancia más absoluta para así
seguir robando (miles de millones, como quien dice) sin resistencia alguna.
Cuando un pueblo tiene cada vez menos que perder, qué más da seguir perdiendo?
Y si el Sol y kilómetros de playa acompañan como ideal terapia, qué más da
alguna que otra soleada legislatura más con latrocinio abusivo? Aunque para
kilómetros de playa (y para piratas), los que tiene Somalia, sinceramente.
Esta, al menos, es la conclusión
que saco tras leer, año tras año, los patéticos indicadores educativos
(irreversibles?) de la atrasada Andalucía. Cuando veo, lustro por lustro, esos
datos de paro cisjordanos que no varían. Ese empeño diario de Canalsur por
arder con la madera multimillonaria de los impuestos en los salones de los
andaluces al estilo de una hoguera platónica en cuya cueva, además de Platón,
caben Ali-baba y sus cuarenta ladrones. Verás, es una conclusión plausible:
como dijo aquél en Twitter, los medios de comunicación y en general los
periodistas españoles tienen ese don de conectar en directo con la panadería de
Rita Barberá o Esperanza Aguirre mientras en Andalucía se descubre algún zulo o
alguna vaca cosida a billetes con un valor que supera las nueve cifras. Y ese
desdén solo es posible con una región pobre que es irrelevante por eso mismo:
por ser pobre.
Y en este páramo apareciste tú
con nuestro amigo Luis Escribano, que yo recuerde, como muy pronto, en el
verano de 2012. Tarde, a mi juicio, pero como un vaso de agua en un verano
-invierno, para mí entonces, en Nueva Zelanda- muy caluroso. Tenía la certeza
de que veía a un gran líder andaluz, por primera vez en mi vida y con gran
orgullo, a pesar de que nunca había sentido orgullo por Andalucía, más allá de
una melancolía leve durante mis primeros años en el extranjero que era más homesickness que otra cosa envuelta con
los colores verde y blanco y las columnas de Hércules. Con el tiempo, y como
gran fan de vuestros pedagógicos vídeos, me di cuenta de que Luis y tú érais
lamentablemente dos ramitas en un gran desierto, y que si en el futuro la
humanidad asociaría Facebook con el chaval pecoso de las chanclas, o los
documentales marinos con Jacques-Yves Cousteau, una posible Andalucía
finalmente moderna asociaría estas décadas grises y vergonzosas con el sofá en
el que os sentais Luis y tú o el croma de tus apariciones.
Líder? Sí, líder. Pero quiso
Dios que nuestra región fuera poblada por gente que, pese a ser sin duda la de
más salero, encanto y generosidad (siempre
estuvimos a la cabeza en los transplantes de órganos no solo en España, sino en
todo el mundo, y esto no es obra del PSOE, que aún no decide la política de extirpación de riñones), tuviera la
puta manía de fijarse en líderes al estilo de aquél vendemotos de los Simpsons
al que todos adoraban y al que acaban pillando en una nave espacial de mentira
con sacos de dinero de sus seguidores.
Para entender Andalucía, siempre
recurro al chascarrillo de Carlos Nino en su libro Un país al margen de la ley, refiriéndose a Argentina. Apunta a los
siete días de la Creación, cuando un ángel preguntó: ''No crees, Señor, que se
te está yendo de las manos la generosidad hacia esta parte del mundo
[Argentina], comparándola con Tu moderación hacia otras partes del planeta?'',
a lo que Dios respondió: ''Tranquilo, que compensaré esa munificencia poblando
a esa tierra con argentinos''.
Pero llevo tanto tiempo fuera de
los límites geográficos de Andalucía que cada vez me siento más turista en mi
tierra y, por tanto, más ajeno a las barbaridades que allí se cometen. Además,
este artículo o carta va de otra cosa. Cuenta el gran Amando de Miguel en sus
interesantes Memorias y Desahogos que
su vida ha estado poblada a partes iguales por ángeles rescatadores y ángeles
exterminadores. Tú eres un ángel rescatador, pero no solo de las almas heridas
de cientos de andaluces (me encantaría poder decir miles!), sino también de tus
propios amigos, entre los que me incluyes. En la primera posición de mis
ángeles rescatadores tengo a mis padres sin duda, pero también a ti. Porque
eres, como me ha revelado un pajarito de El Demócrata Liberal, como un padre
para nosotros. De alguna manera, en los momentos de dificultad de esta
iniciativa, típicos de cualquier proyecto regenerador, has sido capaz, pese al
estrés y las heridas de tu propia vida, de abrir las alas y mandarnos pa' lante
al resto de polluelos, mirando al horizonte, cara a cara a nuestro enemigo.
Sin embargo, tristemente tienes
razón cuando, con tono jocoso, aseguras que nuestros artículos no van a
provocar la menor reacción, el menor cambio, en la vida política de nuestro
país. Cuando con algo más de pena te preguntas si vale para algo escribir tanto
para nada, como unos verdaderos masocas. Y es que, como dijo el editor
austriaco Fritz Molden, Mut ist immer mit
Dummheit verbunden, la valentía siempre va unida a la estupidez.
Por todo ello, te agradezco
-creo que hablo por todos los que aquí escribimos- tu iniciativa y tu
liderazgo, y deseo muchos más artículos brillantes y más vídeos de esos en los
que Luis aporta los números y tú la mercromina (con esos toques de humor) para
los andaluces que nos sentimos heridos día tras día, en una sociedad que se
desangra lentamente y tan escasa de plaquetas. Aunque nos acabemos convirtiendo
en una Somalia más o menos europeizada.
Enhorabuena por el artículo. Creo que sí sirve la labor de mostrar y descubrir al rey o reina, de manera que los andaluces descubran que está desnudo y a su vez el efecto sería más intenso si al mismo tiempo se ofrecen soluciones , alternativas u opciones en positivo.
ResponderEliminarEstimado Juan Manuel, gracias por su comentario. La alternativa han de elegirla los andaluces. Y tenerla, claro que la tienen. Otra cosa es que se resignen, como ha pasado hasta ahora, a <> un pacto nocivo solo porque piensen que no queda otra. Que no queda otra es precisamente lo que los interesados de la Junta les dicen, pero no es verdad. Basta con la unión de todas las fuerzas de la oposición para higienizar el Parlamento y crear un gobierno de <>.
EliminarSaludos.