Artículo de Paco Romero
“Pareciera que todo el mundo dé por bueno que desde tiempos
inmemoriales se instalara en la terminal de la N-IV el coto privado de un grupo
de taxistas que impiden, desde la algarada, la amenaza y, de cuando en vez, la
violencia, que otros colegas le resten negocio, siempre con la aquiescencia de
las autoridades municipales”
¡A huevazo limpio! Esa es la forma que históricamente
revisten los incidentes de los monopolistas del servicio de taxi en el
aeropuerto de San Pablo y que han vuelto a hacer su aparición en los últimos
días, volviéndose a evidenciar que no son sino un eslabón de la eterna
concatenación de agresiones cómplices y consentidas por quienes están obligados
a impedirlo.
Los agredidos, como siempre, resultan ser los taxistas ajenos
a la famiglia, o sea a la asociación
mayoritaria en el aeropuerto, Solidaridad del Taxi, cuando aquellos, en uso de
su derecho al trabajo, pretenden utilizar la parada del aeródromo sevillano.
Mientras unos sufren el lanzamiento de huevos contra sus vehículos, otros
sobrellevan como pueden los siempre impunes pinchazos de ruedas. El motivo
esgrimido, que no oculto, el de siempre: impedir, porque “así lo deciden ellos”,
el trabajo de taxistas ajenos a esta mafia enrocada sin solución por los siglos
de los siglos.
Las recientes acometidas enlazan con la ocurrida horas antes en la avenida de Kansas City, donde también fue apedreado, por seis personas encapuchadas, un autobús de Tussam de la línea del aeropuerto, con pasajeros a bordo. Como siempre y para desventura de la ley, el alcalde de turno, sin entrar en demasiadas valoraciones, ha vuelto a tachar de "puntual" el vandálico atentado.
Pareciera que todo el mundo dé por bueno que desde tiempos
inmemoriales se instalara en la terminal de la N-IV el coto privado de un grupo
de taxistas que impiden, desde la algarada, la amenaza y, de cuando en vez, la
violencia, que otros colegas le resten negocio, siempre con la aquiescencia de
las autoridades municipales que -desde Uruñuela a Rojas Marcos, desde Del Valle
a Monteseirín, pasando por Becerril o Zoido y, por supuesto, ahora, con la
intervención estelar de Espadas- nunca han respaldado la acción de los agentes
de la Policía Local para poner fin a tamaño dislate en forma de delincuencia
consentida.
Se cuenta que, con ocasión de una de tantas como
infructuosas adopciones de medidas por la Delegación de Seguridad Ciudadana
contra tales protodelincuentes, hizo su aparición un alcalde -¡qué más da
quién!- para rechazarlas de plano, al tiempo que advertía: “¡ojito… que son
padres de familia!”, como si el resto de profesionales del servicio de auto
taxi fueran solteros o carecieran de descendencia y, lo que es peor, como si tales
circunstancias pudieran ser objeto de consideración.
El pasado Domingo de Ramos volvió a ponernos por delante,
dos milenios después, la inconsistencia de un tal Pilato que, sabedor de la
inocencia del acusado que le presentaban los sumos sacerdotes, amparándose y
sirviéndose de un pueblo vocinglero, no dudó, tras tres intentos baldíos de
hacer justicia, en hacer dejación de sus funciones para poner en las manos de
quiénes no tenían tal prerrogativa la vida de aquel hombre que en esta santa
semana recordamos.
Cuanta verdad hay en este artículo
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo y esperemos que algún día , esto se solucione
Esperemos que las autoridades cojan el toro por los cuernos.
EliminarUn saludo.
Enhorabuena Paco por la información. Muchos no sabíamos exactamente cómo era la cosa. Y es magnífico que haya llegado a la comunidad del taxi. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Rafa.
ResponderEliminarLo importante es que se conozca.
Un abrazo.
No se ajusta a la realidad en absoluto,es 1 opinión rancia,esto ya no se lo cree nadie que conozca la profesión, en cuanto a los "compañeros" que sufren el lanzamiento de huevo, en el aeropuerto hay 1 parada para servicios concertados, porque no se dirigen a dicha parada?no será que van a robar servicios que no le pertenecen?mientras otros compañeros esperan su turno durante horas?
ResponderEliminarEstás equivocado Cristóbal
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