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domingo, 21 de febrero de 2016

Espinete y los ismos


                                          Rafa G. García de Cosío

Los feos solemos echarle la culpa a Walt Disney del mundo de fantasía que ha creado en la sociedad occidental, según el cual las princesas sólo pueden rendirse ante los príncipes y los feos suelen ser, además, los malos. O, traducido al mundo real, que las tías buenas siempre se van con los más altos y fuertes, aunque es verdad que los hombres tenemos nuestra parte de crueldad por escoger también a la rubita que enseña más y mejor, por decirlo de manera educada.

Pero lo que nunca nadie ha hecho es acordarse de la madre del que creó Barrio Sésamo y la figura de Espinete por las consecuencias políticas que produjeron en tantas generaciones. Veamos. Está muy bien haber insistido en aquello de derecha e izquierda para educar a los niños, pero al mostrar la diferencia con un contraste tan fuerte (árbol a la derecha, pañuelo a la izquierda; panadería a la derecha, lago a la izquierda), los creadores de la filial de Sesame Street en España se lo estaban poniendo a huevo a los interesados legisladores de la LOGSE para dividir, inmediatamente, el mundo entre el mal, que posee claramente a la derecha, y el bien, que es naturalmente inherente a la izquierda.

Mi mente analítica y mis experiencias me alejaron de esta división burda de la compleja realidad que rodea a todo niño. Si algo tenía de bueno ir a misa de adolescente es que uno podía observar muchas cosas. Por ejemplo, aquel joven homosexual llamado Diego que subía al atril para leer siempre la primera Carta a los Apóstoles. Diego llevaba siempre un polo rosa, pastel o celeste de Lacoste y se movía con gestos inequívocamente amanerados, era del barrio y todos lo conocían. A mí me sirvió para crecer sabiendo que ser homosexual y creyente no sólo era compatible, sino además una de las cosas que más habría defendido Jesús.

El agit-prop progresista intentaría inculcarme con los años que no, que todos los mariquitas tenían que ser de izquierdas y todos los machistas de derechas, por la razón arriba mencionada: que el mal era de derechas y el bien, de izquierdas. Pero no, no. Yo huía como una lagartija de este mantra, de estos impulsos manipuladores, porque la lógica borrosa o difusa con la que nací me bloqueaba ante la siguiente proposición: es que acaso no pueden existir homosexuales que pidan menos estado, menos impuestos? De qué es una persona así, de izquierdas o de derechas? Puede venir Espinete a explicarlo?

Pasé prácticamente todos mis años de carrera formulando proposiciones lógicas así, y les aseguro que me volvía loco! Como para no volverse como una regadera, vamos.

Luego empecé a viajar para, entre otras cosas, comparar las divisiones de otras naciones con aquellas que establecemos en España. Y me di cuenta, con gran pena, de que en otros países se hacía lo mismo! En Francia hay derecha e izquierda, en Hungría hay izquierda y derecha, en Italia hay izquierda y derecha, en Turquía hay izquierda y derecha, en Estados Unidos hay izquierda y derecha, e incluso Japón, país del sol y la inteligencia nacientes, también había izquierda y derecha! Qué horror. El caso es que no todas las derechas ni todas las izquierdas eran las mismas.

La globalización ha dado la oportunidad a la gente de moverse por el mundo y ver esto más o menos. Hoy cualquier progre en España sabe que la autodenominada izquierda en Estados Unidos es tan conservadora socialmente y liberal económicamente como la derecha en Europa. O mejor dicho, podríamos establecer que la izquierda norteamericana, sean el Partido Liberal canadiense o los Demócratas de Estados Unidos, es más liberal que la derecha francesa o la española, por poner un ejemplo palmario.

Gracias a este intercambio de ideas en una sociedad capitalista de la que todos -no lo olvidemos- participan (miren a Monedero en su despacho con su ordenador Apple, o a Iglesias con sus camisetas de Alcampo Made in Sri Lanka, que por eso son más baratas), hoy la gente no habla tanto de izquierdas y derechas como de socialismo, liberalismo, ecologismo, etc. Hoy lo guay es decir que se es socialista, ecologista, activista. O liberal.

Si Ortega decía que definirse de izquierdas o llamarse de derechas eran dos maneras distintas de hacer el estúpido, yo creo que atribuirse un ismo hoy día es lo que sucede directamente a la pereza por pensar. Es el cobijo más cómodo, de eso no hay duda. No hay mejor refugio que entrar en una botellona diciendo que se es comunista o de izquierdas, porque automáticamente eres alguien -independientemente de lo que hagas por los demás- que se preocupa por el bien común. O, como tan bien lo apunta Eduardo Maestre, nada mejor que presumir de ser de Podemos -y no digamos militar en dicho partido!- para follar sin pagar.

El falso liberal


Pero hay últimamente un ismo que me ha irritado particularmente. Ya dijo el castizo que en España los liberales caben en un taxi, pero lo que no recalcó es que son muchísimos más, y que llenarían decenas de autobuses, los que se dicen liberales sin serlo. Por qué? Pues miren, porque la ideología del liberalismo, además de la ambigüedad con la que carga según la época histórica o el ámbito geográfico, es una ideología que, por el mero hecho de tener la libertad como sujeto más preciado, ofrece un campo de acción y pensamiento sin límites (se entiende que cada uno pone el límite a su libertad donde le sale del mismísimo prepucio) y, por tanto, sin definición. Así pues, no son pocas las personas que, aprovechándose de lo apetitoso de esta ideología, se apoderan de una identidad liberal para, básicamente, tener siempre razón aunque den en hueso. Esto lo entendió Sánchez-Dragó hace algunos años y pasó en sus tertulias de presumir de liberal a llevar camisetas negras con el muy acertado y valiente rótulo de ''Yo soy Dragó''.

Hay gente peligrosa en España, ya lo creo que sí, que presume de liberal y además de pueblo o provincia. La mezcla no puede ser más explosiva. En realidad, entre un nacionalista que presume de provincia y un liberal que hace lo propio hay tanta diferencia como ver a mi perro Radio con collar azul y luego con otro rojo. Es decir, ninguna. Mismo perro con distinto collar. El signo de los tiempos no es buscar la diferencia, sino la unión y la fraternidad de los seres humanos. Esto puede sonar muy hippie, pero lo dice alguien que ha viajado lo suficiente a una corta edad como para asegurar que más nos vale coger lo mejor de cada sitio y aborrecer de lo peor que nos rodea en cada lugar. Y lo peor, sin duda, es esa hipocresía de pensar que podemos insultar al otro, pero cuídese ese otro de insultarme a mí.

Es por esto que yo, que no sé si soy liberal ni dónde pongo siquiera mis límites a la libertad, considero que, antes que nada, cualquier individuo lo que más tiene que valorar es el respeto. Y luego, si hay tiempo, a otra cosa mariposa.


11 comentarios:

  1. Magnífico artículo Rafa, se disfruta mucho leyendo tus artículos. Y además tienes toda la razón en lo que dices de una forma tan amena y tan divertida. Hay artículos por ahí en algunos periódicos que son auténticos peñazos. Enhorabuena. Un saludo afectuoso desde Sevilla.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, querida Iluminada. Me alegra que te hagan reir además de gustarte. Saludos

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    1. Tiene usted razón en que es feo de cojones si miramos la foto que acompaña a su artículo que será de la mejor que tenga. También tiene razón en cuanto a lo de lo peligroso que es ser nacionalista de provincias. Mire el caso de la actriz que hacía de Espinete Chelo Vivares que luego fue Curro en la Expo y en Sevilla se criticaba que la mascota de un evento internacional hubiera sido presentada en Madrid y no en la tierra de Rinconete y Cortadillo. También protestaron ustedes porque el grupo catalán Els Comediants participara en el acto. Todo muy provinciano y desagradable. De perro maloliente.

      En lo que no tiene razón es el de culpar al pobre Espinete que no dejaba de ser una versión de un muñeco israelí que se llamaba Kippi. Su creador- Kermit Love- estaba desbordado de trabajo que les soltó un erizo rosa que tuvo el éxito que no alcanzó la Gallina Caponata. Espinete incluso se ponía el pijama a dormir y no siempre iba desnudo así que no creo que traumatizara a nadie. Lo del lago a la derecha y la tienda a la izquierda no afectó a niño alguno.

      Tampoco tiene razón en lo de Barrio Sésamo. Lea esto: los niños que en edad preescolar lo vieron, obtuvieron unas notas un 16% más alta que el resto de sus compañeros. El programa incluso enseñaba a los niños a contar con la ayuda del Conde Draco. Ese vampiro que según la creencia popular padecía de aritmomanía. Trastorno obsesivo compulsivo que consiste en obsesionarse con los números. Esta costumbre vampírica tendría su origen en leyendas populares sobre el infierno en las que se obliga al condenado a contar granos de arena o de sal.

      Vaya que menos que usted decía tener una mente analítica porque el artículo es patético en su conjunto. Piensa como un melón. Hace reír, sí, pero de pena. Como soy ya una mujer mayor le voy a dar un consejo dedique su tiempo a otra cosa que escribir porque en España sobra gente con un discurso antiguo y desfasado como el suyo tan alejado del pensamiento liberal.

      Barrio Sésamo será siempre mejor que sus artículos infumables. Ahora veremos lo liberal que es este medio censurando mi comentario.

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    2. A mí, sin embargo, el articulista al q usted machaca libérrimanente me parece un magnífico escritor; no sólo por su sintaxis perfecta (algo raro de ver en España) sino por la constante búsqueda de imágenes relativas a la actualidad política.
      Otra cosa es que comulgue con sus ideas políticas (las de García de Cosío), con las q coincido tangencialmente en los diversos círculos que conforman su universo social. Y digo tangencialmente porque en muchos aspectos difiero de sus ideas.
      Pero tacharlo de infumable es un extremo que, como todos los extremos, es sospechoso de buscar un asidero al que amarrarse. No puedo estar de acuerdo.

      Ni con lo de llamarle "feo de cojones". Qué critica es ésa? No ve usted que, siendo como somos, todos guapos, es el más guapo de los hombres que escribimos en El Demócrata Liberal?

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    3. Jajajajajaja tu ultimo parrafo me ha matado, como siempre Eduardo!!

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  3. Oiga usted que yo lo único que he hecho es darle la razón al lo que sea cuando afirma que es feo y yo añado de cojones. Que usted sea más horroroso que él pues es su problema.

    Escribir con sintaxis correcta es algo así como la puerta es verde, pero esa frase no es interesante para la mayoría. Como los artículos de este señor que no me gustan ni un pelo por carca y antiguo.

    Me hace gracia que Espinete sea un tema de actualidad política para usted, así que siga con el amigo de la derecha radical con sus trabajos infumables que le sirven al niño para hablar de su "mente analítica" y lo incomprendido que es. Vaya que parece el Calimero.

    Saludos y buena suerte a los dos y a todos los que hacen posible la publicación.

    Un último consejo: Acepten las críticas y les irá mejor. El artículo es malísimo.

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    1. Señora mía: las críticas sólo se aceptan cuando se toman en consideración. Y una de las formas más claras de aceptar una crítica es discutirla. Que usted confunda el libérrimo ejercicio del debate con la incapacidad para encajar las críticas es, a todas luces, un problema de usted y q probablemente tenga q sufrir su entorno a diario; pero en absoluto d El Demócrata Liberal.

      Y yo de horroroso no tengo nada! Soy bastante guapo. Mi abuela, al menos, estaba convencida de ello.

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  4. Cristina Serrano es un troll de libro, que tirando de wikipedia recolecta bobadas de tres al cuarto para disfrazar que no aporta nada y poder ciscarse en el autor. No cuela que una, al final, "mujer mayor" se presente de entrada sumando "de cojones" al primer adjetivo del texto. Suena mas bien a "y luego no me pegues". Incluso acaba diciendo que le van a censurar la entrada; de verdad, insisto, es troleo de manual!

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    1. Así es, estimado Emilio. Pero El Demócrata Liberal es un medio abierto y, sobre todo, único en Andalucía. Y aceptamos todo tipo de críticas. También las de los trolls.
      Un abrazo

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  5. No me acuerdo yo que Espinete y Barrio Sésamo fuese especialmente "progre"; no digo que no lo fuese, digo que yo, no me acuerdo. Habría estado bien añadir en el artículo algún ejemplo. La Bola de Cristal, si; ese programa casi podría haberlo firmado Schniltzer. Yo era un crío y no me enteraba de mucho cuando lo veía, pero viendo ahora vídeos en youtube... Me llevo las manos a la cabeza. No me extraña que su directora, Lolo Rico, sea ahora de Podemos. Respecto a los "liberales", los hay en muchos grados. Desde los anarcoliberales como los grandes Huerta de Soto y Rodriguez Braun, hasta la gente que lo único que quiere es que los políticos dejen de creerse todos Platón y se enteren de que su función no es "educar a la sociedad", ni cambiar sus valores, ni jugar a Robin Hood o a madre Teresa de Calcuta con el dinero ajeno -con el propio, que hagan lo que quieran-, ni nada por el estilo; lo único que tienen que hacer es gestionar el dinero público razonablemente bien, no despilfarrarlo y no robarlo, ya cumplen su función más que sobradamente.

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    1. Muchísimas gracias por su comentario, Rohan. En ningún momento del artículo me he referido a que Espinete fuera un producto progre. Ha sido un recurso estilístico que me he permitido utilizar para denunciar ese maniqueísmo izquierda/derecha de hoy en día que sufrimos.
      Ninguno de esos liberales a los que usted se refiere, a los que respeto y con los que suelo estar muy de acuerdo, responden al prototipo de 'liberal' al que me he referido en el artículo. Yo he hablado del liberal con carné en la boca, al estilo de Apu, el de los Simpsons, cuando decía que era americano vestido con la bandera de las 50 estrellas.
      Un caluroso saludo y vuelva, por favor!

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