Artículo de Paco Romero
“¡Que el desatino lo paguen los españoles, que para eso, como los
romanos, tienen el pecho de lata!”
“¿En cabeza de quién cabe que todos tengamos que pagar, además del
desatino de banqueros y políticos sin escrúpulos, los afanes, cuando no la
avaricia, de quien pretende ganar dinero en bolsa?”
La última sentencia salida de los fogones del Tribunal
Supremo, vuelve a mostrarse a los ojos de la mayoría como todo un canto a la
sinrazón, a la arbitrariedad y, por tanto, a la injusticia.
El fallo, en toda la extensión de la palabra, da vía libre a
recuperar su inversión a todos los que, en julio de 2011 adquirieron acciones
de Bankia con motivo de su salida a Bolsa. Los motivos esgrimidos por los altos
togados de inmaculadas puñetas no son otros que “las graves inexactitudes
incluidas en el folleto de la oferta pública de suscripción”.
Y sus señorías se quedan tan panchos: “¡que el desatino lo
paguen los españoles, que para eso, como los romanos, tienen el pecho de
lata!”. De tamaño dislate en forma de mil quinientos millones de euros que nos
tocará apoquinar, ni una palabra, ni un reproche, para los auténticos culpables.
La emisión no solo fue dirigida por MAFO sino autorizada con
toda solemnidad por la Comisión Nacional del Mercado de Valores y aprobada por
las más prestigiosas auditoras a nivel mundial, sin echar en olvido a UGT, ni a
CCOO, ni a la patronal, cuyos representantes, mientras tiraban de tarjetas tan
negras como su honradez, motivo por el que ayer supimos que van a ser juzgados
en la Audiencia Nacional, refrendaban todo lo que le ponían por delante para
bendecir la operación. Año y medio antes, los partidos políticos ya habían
hecho de las suyas cuando, caído en desgracia Miguel Blesa, con todas las bendiciones
del Partido Popular madrileño, arribaba rutilante a la entonces Caja Madrid
Rodrigo Rato como presidente, de la mano de sus vicepresidentes, a saber:
Fernández Norniella, su hombre de confianza; Virgilio Zapatero, en
representación del Partido Socialista de Madrid, y José Antonio Moral Santín,
por Izquierda Unida.
¿Que se engañaron a algunos preferentistas? Que
paguen por ello los responsables con su patrimonio y con el Código Penal. Aquí
quedan apuntados unos pocos. Al resto, a la mayoría de los que compraron
acciones para lucrarse lícitamente, solo les queda apechugar con el riesgo. ¿En
cabeza de quién cabe que todos tengamos que pagar, además del desatino de
banqueros y políticos sin escrúpulos, los afanes, cuando no la avaricia, de
quien pretende ganar dinero en bolsa?
Si la operación hubiera sido un éxito y hubiera reportado a
los inversores pingües beneficios, ¿vendrían ahora los jueces del Supremo
negándoles sus legítimas rentas en beneficio de los paganinis de
siempre? ¡Anda y que os den!
Da la impresión de que en vez de jueces que administran justicia,lo que tenemos son justicieros.
ResponderEliminarUna mayoria de ladrones vota a otros ladrones para formar un gobierno de ladrones que designe ladrones para juzgar a los ladrones que robaron a los primeros ladrones que votaron a los segundos para designar a los terceros... En este pais todo el mundo lleva un pequeno Barcenas dentro, asi que... se fuerte Paco, se fuerte.
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