Artículo de Walter Binder Castro
Hoy es 28 de febrero, día en el que se conmemora el
referéndum sobre la iniciativa del proceso autonómico de Andalucía en 1980,
pero que es mayoritariamente conocido como el “día de Andalucía”.
Seguramente querido lector si lee usted este humilde escrito a mitad del día
28, habrá escuchado por parte de nuestros representantes políticos gran
cantidad de afirmaciones en relación a este día de hoy: Se habrán usado en vano
nombres de grandes personalidades de la historia de Andalucía, se habrá usado
la bandera para tapar todo tipo de barbaridades y hasta resurgirá, ahora que
está de moda esto de la plurinacionalidad, cierto nacionalismo andaluz para
justificar aún más la descentralización hasta llegar al absurdo, si es que no
se llegó hace ya bastante tiempo. También seguramente saldrá a la luz el
término de la “deuda histórica”, la cual nunca entenderé cómo se calcula, para
justificar el NO desarrollo de esta tierra. Lo que seguro que no habrá
escuchado por parte de gran parte de los medios de comunicación y opinión a lo
largo de este día será una palabra: Clientelismo. Palabra dicha en esta
ocasión, no desde el postureo de la eterna oposición que tenemos en el
gobierno y que adolece de males parecidos allí donde gobierna, sino desde una
crítica más constructiva y profunda, la cual es la que necesitan hacer los
andaluces si verdaderamente, hoy día 28, queremos hacer honor a los grandes
hombres que ha dado esta tierra, y queremos hacer de ella un lugar mejor para
las generaciones futuras.
Clientelismo: Tendencia a favorecer, sin la debida justificación, a determinadas personas, organizaciones, partidos políticos, etc., para lograr su apoyo. (RAE). Dícese también del modelo de “¿desarrollo?” seguido en Andalucía.
Dice el himno de Andalucía, escrito por Blas Infante y adoptado en 1981 en nuestro primer Estatuto de Autonomía: “¡Andaluces levantaos!, PEDID tierra y libertad” y aquí lo dejo para analizar a continuación. Ya en un artículo anterior, hacía referencia a la visión paternalista del Estado que se tiene en Andalucía, afirmando que esta visión ya se venía gestando en el pasado andaluz marcado por la explotación del latifundio, en donde el terrateniente vivía de sus rentas, las cuales tampoco usaba para mejorar su explotación y mecanizarla, como hicieron los ingleses y media Europa dos siglos antes de nuestra industrialización. Por otro lado el campesinado andaluz, al no ser dueño de las tierras que cultivaba, como pasaba en el minifundio, actuaba con resignación ante la realidad de no poder mejorar su posición de penuria, la cual se reducía a la de trabajar él y su familia para recibir su jornal de subsistencia, siendo muchos los que emigraron para cambiar su suerte, sin obviar levantamientos campesinos de cortes anarquistas. Por supuesto, soy consciente de la superficialidad y pobreza de la foto realizada, la cual viene a ser una foto bastante general de la realidad andaluza durante varios siglos.
He querido exponer la que repito es una pobre descripción, para afirmar ahora que la idea de clientelismo no es algo que fuese traída por las autonomías a esta tierra, sino más bien que fue potenciada. La idea del cacique y el señorito es algo que ya estaba instaurada en la sociedad andaluza (también en la gallega por ejemplo, pese a ser minifundio, con la diferencia de que en el minifundio, uno trabaja su tierra y en función de su esfuerzo uno recibe más o menos). Dado este caldo de cultivo, llegamos a la democracia y alcanzamos la autonomía. Y una vez alcanzamos la autonomía… zas, primer error, la segunda estrofa del himno. PEDID tierra y libertad, creo que quizá estemos ante la primera región (fruto de mi ignorancia) que la tierra y la libertad no la conquistan, la piden. Y es en esa estrofa como se puede resumir el modelo de desarrollo que ha tenido Andalucía desde entonces, el cual no es socialista, por mucho que lo llevara a cabo un partido con ese nombre, sino que es simplemente clientelismo.
Karl Marx, crítica al modelo capitalista, entre otras cosas, por dividir los intereses de los factores capital y trabajo, haciendo que los intereses dentro de la empresa fuesen contrapuestos. Afirmando que los trabajadores tenían derecho a la propiedad de los bienes que ellos trabajaban, ya que es a través del trabajo la forma por la que se accede a la propiedad de los bienes. Por supuesto, esto fue llevado mal a la práctica, ya que en los países comunistas, el dueño de los medios de producción y de los productos era el Estado, no el trabajador, existiendo la misma alienación. En cambio, en base a esta idea, surgió de la mano del pensador jesuita alemán Oswald von Nell-Breuning, la concepción de la coparticipación de los trabajadores en las decisiones y en los beneficios empresa, modelo el cual fue base de inspiración para la socialdemocracia alemana de después de la segunda guerra mundial.
En la Alemania de postguerra no solo de Adenauer y Erhard (CSU) también de Willy Brant (SPD) los modelos de desarrollo económico y social implementados tenían como metas la Libertad y la Justicia para todos sus ciudadanos. Estos valores meta no son elegidos al uso, sino que están escritos en la Ley Fundamental para la República Federal de Alemania (su constitución). Abordaron la Libertad desde los ámbitos de la Libertad formal y material. Entendiendo que para que un ciudadano alemán pueda ejercer sus libertades (las reconocidas en la legislación) (formal) necesita tener un mínimo de recursos para que pueda ejercerlas (material). Para dar el siguiente paso enfocaron el concepto de Justicia desde la idea de la subsidiariedad, la cual viene decir que, ya sea persona o entidad, esa persona es responsable de las acciones que por su capacidad es capaz de hacer. En base a esto, las políticas de desarrollo social y económico en Alemania en esos años, consistieron en aportar a la ciudadanía las herramientas suficientes (formación, educación, sanidad, seguridad) para que pudieran ejercer su autonomía y mediante su trabajo participar de la creación de riqueza. Dando un papel al Estado como posibilitador y garante de la igualdad de oportunidades iniciales de participación en la creación de riqueza del país.
En cambio, en Andalucía el modelo económico que hemos tenido ha sido el del Estado que no estaba por fomentar la Autonomía del individuo, sino por fagocitarlo, por subsidiarlo para tenerlo bajo su cobijo y por lo tanto garantizarse el poder. ¿Qué son sino la cantidad ingente de empleados públicos y administraciones paralelas, sino la mayor representación de ese sin sentido que tenemos en Andalucía? Un gobierno que en vez de fomentar la iniciativa de los ciudadanos las castiga obligándole a pagar impuestos confiscatorios como el de sucesiones o el de patrimonio (en un país donde la gente compra su casa y no la arrienda) para mantener una red clientelar corrupta. Porque decididamente ese dinero no va para dar una mejor educación y sanidad, no se dirige a darnos mejores herramientas, solo hace falta ver los informes PISA y los índices de fracaso escolar o hablar con los profesionales de la sanidad andaluza, que son los que verdaderamente hacen valer la gran sanidad que tenemos. Bajo esta política muchos andaluces, trabajadores y empresarios, han sabido adaptarse al modelo, viendo que la mejor manera de mejorar en esta sociedad, es la de PEDIR TIERRA (trabajo/pagas de subsistencia de por vida/subvenciones/contratos públicos/concesiones públicas/ERES/financiación pública/y un largo etcétera, todos ellos de manera opaca clientelar e injusta con el dinero de todos) a cambio del mantenimiento de su amo en el poder, antes señorito ahora político del PSOE-A. Es más, recientemente en un análisis realizado por el anuario económico por parte de la Universidad Loyola Andalucía, en su presentación, los responsables del informe afirmaban lo siguiente: “Tanto Delgado como Manuel Alejandro Cardenete apunta que "se ha comprobado cómo la estructura de la región no se ha visto modificada por la crisis", de forma que “los sectores clave en el año 2010 siguen siendo los mismos que antes del período de crisis, se sigue apostando por los sectores tradicionales”, de forma que “Andalucía no ha sabido aprovechar la oportunidad que la coyuntura económica le ha dado para cambiar su estructura productiva, para hacer a la región más fuerte“. Yo añadiría a modo de opinión, que no ha sabido cambiar su estructura ni ahora, ni hace 20 años.
Recientemente, en conversaciones con un jesuita, me decía que la solidaridad no es eterna, que la asistencia no tiene el fin de hacer dependiente a la persona, sino el de ir haciéndola autónoma en función de sus capacidades. Bajo esta afirmación, me pregunto ¿Hasta cuándo Andalucía va a seguir recibiendo la solidaridad de las demás comunidades autónomas? ¿Acaso el hecho de que pese haber pasado más de 30 años de políticas compensatorias nacionales y europeas no haya cambiado el hecho de que sigamos estando a la cola como la región con más paro, abandono escolar …., no hace pensar a las demás partes de España y Europa de que igual aquí se está tirando el dinero? Quizá, dado que no somos capaces votar mejores gestores de lo público, la mejor solución sea que igual se casen de darnos compensaciones, y así, una vez que hayan acabado hasta con la última cama de hospital público y pupitre de colegio que no con su séquito paralelo, le pidamos explicaciones, no a Madrid, sino a San Telmo. ¿Sabían ustedes que Corea del Sur (un país un poco más pequeño que España) se encontraba entre los países más pobres del mundo en los 50 tras la Guerra de Corea y hoy día es el decimosegundo país a nivel de PIB y el decimoséptimo en el índice de desarrollo humano IDH (España es el decimocuarto y el vigesimosexto respectivamente).Otro ejemplo puede ser la región de Sajonia en Alemania, como ya relató el compañero Rafael García de Cosío (al cual recomiendo encarecidamente escuchar en este corte), la cual en menos de 20 años, ha pasado de ser una región de la deprimida República “Democrática” Alemana a competir en el top 3 con las regiones de Baden-Wurtemberg y Baviera.
Por lo tanto, hoy 28 febrero, día de Andalucía, es un día especial para
reflexionar y afirmar que otra Andalucía es posible. Hoy es un día para que los
que pensamos que una Andalucía libre de clientelismo y corrupción pueda
alcanzarse, como lo han hecho otras regiones y países. Hoy es el día para que
los andaluces libres de enchufe y demandantes de una gestión honrada y eficaz
de lo público, dejen claro que frente al mensaje del gobierno clientelar que
preside la Junta de Andalucía hay oposición y no resignación. ¡Andaluces
Levantaos!
Buen articulo reflexivo; felicidades
ResponderEliminarMuchas gracias Vicente
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