Artículo de Luis Escribano
No paramos de leer y escuchar en los medios de comunicación y en las redes sociales, lo que tras las elecciones generales del 20D hicieron o dejaron de hacer Rajoy, Sánchez, Iglesias, Rivera, sus adláteres y, como no, los separatistas. No hay tertulia de periodistas y políticos en la que no se analice, critique o aplauda las actuaciones de cada partido político o sus dirigentes con vistas a formar un Gobierno.
Sin duda es la actualidad en España. Tenemos un Gobierno en funciones, en manos de un partido político (PP) salpicado de nuevo con casos de corrupción como Acuamed y los la Comunidad Valenciana, lo cual ya no es novedad, por desgracia. La nación española necesita urgentemente un Gobierno que dirija y ejecute las reformas necesarias, y si no se forma gobierno en breve, la economía del país se resentirá, con las consecuencias sociales negativas que conlleva. Y si no se consigue formar gobierno, iremos irremediablemente a nuevas elecciones generales sin haberse ejecutado ni una sola medida de regeneración democrática.
El pasado 2 de enero publicaba un artículo en este diario titulado “El Pacto PSOE-Podemos”, en el que analizaba esta cuestión con los signos que disponía en ese momento. Era un ejercicio de aproximación, en el que apuntaba que Pedro Sánchez llegaría a un acuerdo con Podemos para postularse como futuro Presidente, y que Ciudadanos se abstendría en su investidura, exponiendo las justificaciones que me hacían predecir dicho resultado. Pasadas más de tres semanas, y a la vista de las nuevas señales, parece que mi vaticinio podría cumplirse. No obstante, también manifesté que dicho pacto, de producirse, no duraría mucho, y que irremediablemente tendríamos pronto nuevas elecciones.
Sin embargo, los analistas políticos se resisten a creer que ese pacto pueda producirse, quizás influidos más por sus deseos que por la cruda realidad. No se si la capacidad de análisis en España se ha visto reducida, pero la de observación parece eclipsada. ¿En cuántas Comunidades Autónomas ha habido pactos entre PP y PSOE? En ninguna. Con ello está más que demostrado que PSOE sigue en sus treces con su absurda política anti-PP, sin valorar ninguna posible propuesta conjunta que beneficie a la nación. Y digo absurda no porque me atraiga el PP, cuyos dirigentes con sus actuaciones no han demostrado visión de Estado, altura de miras o una actuación contundente contra la corrupción.
Sin embargo, ¿en cuántas Comunidades y Ayuntamientos ha habido pactos o apoyos entre PSOE y Podemos? Que se conozca, en la Comunidad de Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Aragón ha habido acuerdos, y en Ayuntamientos como Madrid, Barcelona, Cádiz, Sevilla, Zaragoza, Toledo, Huesca y otros también ha habido acuerdos entre PSOE y Podemos. ¿Por qué iba a ser extraño que ocurriera con el Gobierno de la nación, cuando la única obsesión del PSOE y Podemos es que no gobierne el PP, proponga lo que proponga?
¿Esto significa que mi deseo es que llegue cuanto antes ese pacto entre PSOE y Podemos? ¡Por supuesto que no! Si ese pacto se consumara, los españoles padecerían una de sus peores épocas a todos los niveles. El populismo demostrado por Podemos es alarmante, y sus contradicciones internas y la de sus propuestas, con clara influencia de regímenes teñidos de totalitarismo, no son una garantía precisamente de regeneración democrática. Podemos no es precisamente un partido que ofrezca confianza en cuanto a libertades políticas. No hay nada más que observar su origen, a quienes ha asesorado, y los cargos que recientemente ha solicitado Pablo Iglesias a Sánchez en su estrategia de quemar al PSOE: la Vicepresidencia del Gobierno, así como los Ministerios de Economía, Educación, Sanidad, Servicios Sociales, Defensa e Interior. Y la TVE, por supuesto.
Y sobre el PSOE no hay más que mirar su trayectoria, sus casos de corrupción (además de los históricos, están los casos ERE, Formación para el empleo, Invercaria, IDEA, facturas UGT, Mancomunidad Bajo Guadalquivir, Madeja y Enredadera, Fondos Jeremie, Ayuntamiento Jerez, Astapa, contratos verbales, contratos de personal en la administración paralela, subvenciones otorgadas a dedo, etc.), su ausencia de proyecto, su anfibología política, su insultante demagogia y la escasez de “intelectualidad” en sus filas.
Lo que menos necesitamos en este momento es incrementar el intervencionismo estatal en nuestras vidas, que supondría una reducción aún mayor de nuestras libertades. Yo, al menos, es lo que menos deseo en este momento. ¿Que me confisquen mis ganancias a base de más impuestos? ¡No, gracias!
Pero si mal lo tenemos con el PSOE y Podemos, el PP no se queda atrás: es alarmante su apatía y falta de voluntad de poner por delante en posibles negociaciones con otros partidos las reformas necesarias. ¿Han leído o escuchado ustedes cuales son las medidas concretas de regeneración democrática que el PP propone para la formación de un nuevo Gobierno? Por no hacer, ni siquiera intenta quitar argumentos a sus opositores populistas y demagogos proponiendo las medidas imprescindibles que muchos españoles estamos exigiendo a los políticos.
Tampoco el partido de Ciudadanos es claro en cuanto a sus propuestas, y es que su inaceptable ambigüedad es precisamente lo que menos necesitamos. No se puede jugar permanentemente con dos barajas ante el temor de perder votos, pues la desconfianza que genera no contribuye en nada a clarificar el horizonte político de la nación.
Mucho me temo que, entre unos y otros, conseguirán que España, en palabras de Alfonso Guerra, no la llegue a conocer ni la madre que la parió.
Cosas de España…
Comparto tu opinion sobre el tema, pero pienso que seria aun peor unas nuevas elecciones, que una coalicion psoe-podemos y toda la reata.Es muy posible que en una nueva repeticion de los comicios,el resultado fuera si no igual,muy parecido y nos veriamos abocados al mismo escenario presente con una dilatacion del problema en el tiempo con lo que de negativo conlleva. Mejor seria acabar con el deshoje de la margarita y apostar por esa opcion de izquierdas,a la que no le auguro demasiado futuro y aun menos con esa amalgama de partidos cada uno de su madre y con interese muy definidos y particulares. Es importante que la gente sienta en propias carnes el funcionamiento de un estado inquisitorial y arbitrario que no duda en esquilmar los bolsillos de la clase media trabajadora para sostener esas politicas de subsidios y subvenciones permanentes en favor siempre de sus posibles votantes - parecido a lo acaecido en Andalucia en los ultimos 35 años, pero mas cargado de bombo-.Por desgracia para todos , necesitamos un escarmiento para que se produzca esa catarsis que tanto necesitamos, y que nos ayude a retomar el sentido comun, la honradez y el esfuerzo para cambiar todos esos deficit que tiene nuestro sistema. A mi edad se me pasaron las ansias de revolucion, y creo mas en los cambios hechos a conciencia y en la regeneracion del sistema que en proclamas incendiarias que pretenden cambiarlo todo de un plumazo sea bueno o malo y prometernos esa liberacion que desde siglos llevamos esperando, y que nunca llega. Un saludo , y que salga aunque sea por Antequera, pero que salga YA.
ResponderEliminarGracias por su opinión. No creo que un suicidio político sea una solución, aunque demasiados españoles lo practiquen.
EliminarNo planteo unas nuevas elecciones como la solución, dado que esta sólo pasa por un proceso constituyente que acabe en una auténtica separación de poderes que ahora no existe. Lo planteo como una confirmación del que el actual sistema político, definido constitucionalmente, no puede solucionar nada. Esto está agotado por inanición, y hay que empezar a darle la espalda a la partitocracia, a los antiguos y nuevos partidos que centran los debates en artificios.
Saludos.