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jueves, 7 de enero de 2016

Mea culpa


Artículo de la Divina Higea


Queridos mortales:

Espero que los Reyes Magos se hayan portado bien con vosotros, incluso con los republicanos.

Yo, como todos los años por estas fechas, hago examen de conciencia y propósito de enmienda.

Como todos los años, examino mis kilos de más (perdón por lo de MAS), y me propongo alejarme de suculentas tentaciones. Primero después del Roscón, luego que si “hasta San Antón, Pascuas son” … y, a continuación, olvido mi noble propósito y me alegro, sin más (sobre todo sin MAS), de mi belleza rubensiana.

Mi siguiente examen es para con mi desorden. Todos los años me propongo ordenar casa, papeles, escritorio del ordenador e ideas. Tábula rasa, queridos mortales, empecemos el año con todo limpio. Reconozco que nunca llego a Semana Santa sin tener el escritorio del pc con los iconos como sardinas en lata. Y, por supuesto, con mis ideas retumbando cual jaula de grillos… y, a continuación, me alegro de tener tantas ideas, aunque sea en batiburrillo, porque significa que mi cerebro funciona.

Mi tercer paso siempre ha sido la recopilación de lo que yo llamo “cuentas pendientes”. ¿Con quién he sido “algo mala”? ¿Había justificación para mi maldad? ¿Puedo rectificarlo? Por lo menos hasta Carnaval me encontráis transformada en la versión Disney de Higea Divina, cancioncillas incluidas. Aproximadamente cada cinco minutos intercalo en mi conversación una cancioncilla, como si con ellas redimiera mis pecadillos del año anterior… "Sueltaloooooo, sueltaloooooo". Tremendo, queridos mortales, la sonrisa beatífica, las buenas palabras, bien peiná, los pajarillos y los animalillos del bosque rodeándome, no son pesaos, ni ná.

Pero, ¡ay!, este año tengo un gran problema. Este año me ha dado por escribir. ¿Cómo rectificar la palabra escrita? Ni cantando, ni con pajarillos piando, ni de ninguna manera. Por mucho que una se arrepienta, ahí queda eso. Y, encima, compartido en redes sociales. Palabras atrapadas en las redes como pececillos. Pobre Nemo, pobre Sirenita… "bajo el maaaar, bajo el maaaaaaaaar … y, sin problemas, entre burbujas tú viviráaaaaaas".

Lázaro Carreter recopiló en “El dardo en la palabra” errores y gazapos encontrados en los medios de comunicación. Yo me estoy planteando hacer una recopilación de “El dardo envenenado en la palabra escrita y "tuiteada"”.

Que no es que yo me arrepienta de todo lo escrito, ¿eh? Que Aquilino lo merecía, que los medicamentos del SAS son una boñiga de vaca del Ganges y que me he sentido traicionada por la Naranja Mecánica. “Sueltalooooooo, sueltaloooooo…”.

Pero bien es cierto que, en ocasiones, sale mi vena Maléfica y me pondo a repartir manzanas envenenadas a Blancanieves que, quizá, no lo merecían. Cuando, en este caso, eran palabras al viento, quizá pudiera ser redimida y olvidarse una de la maldad. Pero ahora, queridos mortales, que lo he dejado por escrito y “tuiteado”. Ahora no me redimo ni cantando todo el repertorio de Sonrisas y Lágrimas. “Sooool, ardiente esfera eeeeeees; Laaaaaa, al nombre es anteriooooooooor”. Ni Sor María, ni Mary Poppins, ni el “sursum corda” me salvan a mi esta vez.

Por eso, queridos mortales, sobre todo los queridos mortales tuiteros, he decidido, antes de escribir nada, repetir tres veces “Salagadula Magicabula Bibbidi bobbidi bu”, por darme tiempo a arrepentirme antes de escribir. No sea que dentro de unos años no me dejen jugar en el Barça como al pobre Sergi.

No quiero convertirme en uno de tantos tuiteros faltones que han  proliferado como Gremlins en una piscina. Quizá pensando que, siendo desagradables, maleducados, soeces y faltones iban a tener más (cuántos MASES en un escrito, por todos los dioses, qué pesadilla) seguidores. Lo sorprendente es que tienen éxito en su empresa. ¿Qué tengo pocos seguidores? Pues me dedico a soltar por esas teclitas barbaridades como si no hubiera un mañana. ¡Qué cansinos, queridos mortales, qué cansinos son!

Así pues, menos a Aquilino,a Susi, a Albert Rivershide , a Mariano Inmóbile, al alcalde de Graná, a Don Gil y Pollas, a Pablito que nos quiere clavar un clavito, a MAS es MENOS, a Carmena la Lirio… (paro aquí para respirar)… y a todos los petardos faltones que se den por aludidos, a todos los demás dedico un muy regio y campechano: “Me he equivocado… no volverá a ocurrir”.

Y, ahora, me voy cantando. Si es que me deja andar toda la fauna Disney de la que me veré rodeada unos meses en mi suprema beatitud.

Busca lo más vital, no más,
lo que es necesidad, no más,
y olvídate de la preocupación.
Tan solo lo muy esencial
para vivir sin batallar
y la naturaleza te lo da.

Doquiera que vaya,
doquiera que estoy
soy diosa dichosa,
diosa feliiiiiiiiiiiiiiiz.”




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